TESTIMONIO Y SEGUIMIENTO
PRIMERA LECTURA
EFESIOS 2, 19-22
“ESTÁN EDIFICADOS SOBRE EL CIMIENTO DE LOS APÓSTOLES”
Por eso, ustedes ya no son extranjeros, ya no están fuera de su tierra, sino que ahora comparten con el pueblo santo los mismos derechos, y son miembros de la familia de Dios. Ustedes son como un edificio levantado sobre los fundamentos que son los apóstoles y los profetas, y Jesucristo mismo es la piedra principal. En Cristo, todo el edificio va levantándose en todas y cada una de sus partes, hasta llegar a ser, en el Señor, un templo santo. En él también ustedes se unen todos entre sí para llegar a ser un templo en el cual Dios vive por medio de su Espíritu
REFLEXIÓN
En la fiesta litúrgica de hoy celebramos la vida de los apóstoles Simón y Judas. Del primero se sabe muy poco, los evangelios de Mateo y Marcos lo apodan “El Zelote o el Cananeo”, para distinguirlo de Simón Pedro, el apodo hace referencia a la supuesta pertenencia a un grupo de fanáticos conservadores de las tradiciones hebreas. Nada sabemos de su llamado. Él es el prototipo de tantos discípulos anónimos, como tú y yo y otros tantos, que trabajamos en el Reino de Dios.
A Judas de apodo Tadeo para distinguirlo del otro Judas, el que entregó al Señor, se le identifica como autor de la carta que lleva su nombre.
La vinculación profunda que en Cristo nos une es más fuerte que las razones políticas, religiosas, étnicas y culturales, sobre las cuales justificamos la división; Pablo nos comparte en esta carta a los Efesios que nadie puede ser extraño para el otro porque todos pertenecemos a la única y universal familia de Dios. Por el testimonio de los apóstoles, en unidad con ellos y por el amor de Cristo, fundamento de nuestra vida, todos hemos sido constituidos en “Casa de Dios”, es decir, en el lugar verdadero donde Dios mismo habita.
R: A toda la tierra alcanza su pregón.
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 6, 1-19
“LLAMÓ A LOS DISCÍPULOS Y ELIGIÓ A DOCE DE ELLOS”
Un sábado, Jesús caminaba entre los sembrados. Sus discípulos arrancaban espigas de trigo, las desgranaban entre las manos y se comían los granos. Entonces algunos fariseos les preguntaron:
--¿Por qué hacen ustedes algo que no está permitido hacer en sábado?
Jesús les contestó:
--¿No han leído ustedes lo que hizo David en una ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre? Entró en la casa de Dios y tomó los panes consagrados a Dios, comió de ellos y dio también a sus compañeros, a pesar de que solamente a los sacerdotes se les permitía comer de ese pan.
Y añadió:
--El Hijo del hombre tiene autoridad sobre el sábado.
Jesús sana a un enfermo en sábado
Otro sábado, Jesús entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había en ella un hombre que tenía la mano derecha tullida; y los maestros de la ley y los fariseos espiaban a Jesús para ver si lo sanaría en sábado, y así tener algún pretexto para acusarlo. Pero él, que sabía lo que estaban pensando, le dijo al hombre que tenía la mano tullida:
--Levántate y ponte ahí en medio.
El hombre se levantó y se puso de pie, y Jesús dijo a los otros:
--Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué está permitido hacer en sábado: el bien o el mal? ¿Salvar una vida o destruirla?
Luego miró a todos los que lo rodeaban, y le dijo a aquel hombre:
--Extiende la mano.
El hombre lo hizo así, y su mano quedó sana. Pero los otros se enojaron mucho y comenzaron a discutir qué podrían hacer contra Jesús.
Jesús escoge a los doce apóstoles
Por aquellos días, Jesús se fue a un cerro a orar, y pasó toda la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a quienes llamó apóstoles. Estos fueron: Simón, a quien puso también el nombre de Pedro; Andrés, hermano de Simón; Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo; Simón, al que llamaban el celote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue quien traicionó a Jesús.
Jesús enseña a mucha gente
Jesús bajó del cerro con ellos y se detuvo en un llano. Se habían juntado allí muchos de sus seguidores y mucha gente de toda la región de Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón. Habían llegado para oír a Jesús y para que los curara de sus enfermedades. Los que sufrían a causa de espíritus impuros, también quedaban sanos. Así que toda la gente quería tocar a Jesús, porque los sanaba a todos con el poder que de él salía.
REFLEXIÓN
El evangelio de hoy, en consonancia con la fiesta de los apóstoles Simón y Judas, nos narra la elección de los doce apóstoles. La designación de estas personas comunes, pescadores, campesinos, comerciantes e incluso de algunos que ejercían profesiones consideradas pecaminosas, procede de Dios. Es la conformación del nuevo Pueblo de Dios que ya no sólo se circunscribe a Israel sino que se abre a todos los pueblos, a toda la humanidad. Para la comunidad lucana por ende, los doce se convierten en el vínculo de continuidad entre la proclamación del Reino por Jesús y la predicación de la palabra del Padre Dios por la comunidad eclesial. La función de la elección hecha por Dios a través de Jesús no sólo persigue una finalidad de acompañamiento del maestro o de disfrutar de su enseñanza, sino más bien y principalmente era el compromiso de realizar una misión, de asumir el proyecto al que El invita. Tenemos que tomar conciencia de la llamada de Dios para aprender a vivir como discípulos y volcarnos hacia la construcción del Reino y la consiguiente transformación del mundo. Este es quizá el sentido profundo de celebrar hoy la fiesta de Simón y Judas Tadeo.
PARA REFLEXIONAR
¿Siento que también soy un escogido por el Señor para ser su enviado?
¿Cómo estoy respondiendo a la misión que se me ha encomendado?
ORACIÓN
Te pedimos hoy Señor, que nos concedas la gracia de trabajar por hacer realidad entre nosotros el Reino de Dios, mediante la entrega generosa de la vida que nos has dado. Amén.
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