viernes, 1 de octubre de 2010

Jueves, 21 de octubre de 2010

DERRIBAR PARA CONSTRUIR LA UNIDAD

PRIMERA LECTURA
EFESIOS 3, 14-21

“QUE EL AMOR SEA SU RAÍZ Y SU CIMIENTO”

Por esta razón me pongo de rodillas delante del Padre, de quien recibe su nombre toda familia, tanto en el cielo como en la tierra. Pido al Padre que de su gloriosa riqueza les dé a ustedes, interiormente, poder y fuerza por medio del Espíritu de Dios, que Cristo viva en sus corazones por la fe, y que el amor sea la raíz y el fundamento de sus vidas. Y que así puedan comprender con todo el pueblo santo cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo. Pido, pues, que conozcan ese amor, que es mucho más grande que todo cuanto podemos conocer, para que lleguen a colmarse de la plenitud total de Dios.
Y ahora, gloria sea a Dios, que puede hacer muchísimo más de lo que nosotros pedimos o pensamos, gracias a su poder que actúa en nosotros. ¡Gloria a Dios en la iglesia y en Cristo Jesús, por todos los siglos y para siempre! Amén.

REFLEXIÓN
La oración de Pablo que leemos en este día no es sólo por los Efesios sino por toda la humanidad; aquí se comprende que el Padre del cielo es el fundamento de toda unidad por ser Padre de todos, en Él puede encontrarse el punto donde confluyan las diversas concepciones de Dios que siguen las distintas religiones; Dios es el único creador del género humano, es de la misma esencia del Hijo a quien los cristianos reconocemos como nuestro redentor, pero es también el inspirador de los profetas reconocidos por otros cultos.

En esta oración que nos propone Pablo en la primera lectura, se encuentran presentes las tres personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu, la Trinidad se encarna en la humanidad por la experiencia de la fe y la vivencia del amor para hacer de todos los pueblos una sola familia. Los confines del universo, toda su anchura y longitud, su altura y profundidad son abarcados por el amor de Dios Salvador, así como la cruz de Cristo, símbolo salvador, apunta a los cuatro extremos de la tierra para atraer hacia sí a todas las generaciones de todos los siglos.

R: La misericordia de Señor llena la tierra.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 12, 49-53

“JESÚS VINO A TRAER FUEGO A LA TIERRA”

"Yo he venido a prender fuego en el mundo; y ¡cómo quisiera que ya estuviera ardiendo! Tengo que pasar por una terrible prueba, y ¡cómo sufro hasta que se lleve a cabo!¿Creen ustedes que he venido a traer paz a la tierra? Les digo que no, sino división. Porque de hoy en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres. El padre estará contra su hijo y el hijo contra su padre; la madre contra su hija y la hija contra su madre; la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra. "

REFLEXIÓN
Puede sonar contradictorio el mensaje de la primera lectura con el del evangelio; en la primera hablábamos de la unidad que representa el Padre y de la convergencia de todo en la cruz de Cristo, en el evangelio de menciona la división, y no entre grupos culturales, sino al interior de las mismas familias, esto señala la radicalidad con la cual se han de vivir los nuevos tiempos de liberación. Es necesario romper con esquemas que separaban a la humanidad construyendo barreras nacidas del propio egoísmo humano. Se requiere derribar para construir una humanidad nueva, es necesario el fuego que Cristo desea ver ardiendo ya, pero este fuego no es para acabar con todo sino para purificar.
La alusión de Jesús sobre “pasar por un Bautismo” hace referencia a la pasión y al martirio, realidades ineludibles de su misión. La mención de la guerra nos señala que aún en medio de situaciones violentas Jesús llama a la reconciliación y al perdón. En este sentido, la paz no puede conseguirse a cualquier costo. Su intención no es apoyar el orden establecido de injusticia y opresión, sino exigirnos una opción de vida: O estamos de parte del Reino de Dios, o con los poderosos de este mundo. Seguir a Jesús, con estas exigencias, implica tomar una decisión que nos debe llevar a opciones radicales.
La obediencia de Jesús a la voluntad del Padre, que lo llevo a transitar por lo ávidos caminos del conflicto, la pasión y el martirio, demandan maduración a sus discípulos, profetas y apóstoles, para estar en constante discernimiento de los signos del Reino de Dios en la historia, desnudando y denunciando los signos catastróficos de los imperios opresores.

PARA REFLEXIONAR
¿Qué es necesario derribar en mi vida y en mis relaciones interpersonales para que germinen las semillas del amor la paz y la unidad?

ORACIÓN
Señor hoy te pedimos, que arda en nuestro corazón el fuego del amor y que tenga deseos de encender muchos corazones con esta llama de la vida verdadera. Amén.

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