viernes, 1 de octubre de 2010

Domingo, 24 de octubre de 2010

“LA VERDADERA ORACIÓN”

PRIMERA LECTURA
ECLESIÁSTICO 35, 12-18

“LOS GRITOS DEL POBRE ATRAVIESAN LAS NUBES PARA LLEGAR A DIOS”

Porque Él es un Dios justo y trata a todos por igual.
No favorece a nadie con perjuicio del pobre,
Y escucha las súplicas del afligido.
Él oye las quejas del huérfano
Y los muchos gemidos de la viuda.
¡Cómo ruedan las lágrimas por las mejillas de la viuda
Y gime por sus hijos sin hogar!
Sus amargas quejas alcanzan el favor de Dios
Y sus súplicas llegan hasta el cielo.
El clamor del pobre traspasa las nubes
Y no descansa hasta llegar a Dios;
No desiste hasta que Dios lo atiende y,
como juez justo, le hace justicia.

REFLEXIÓN
Es muy claro el mensaje de la liturgia de este domingo, en él Dios nos quiere transmitir que Él está de parte de los angustiados y de quienes le buscan con humildad; Dios siempre escucha sus lamentos y los asiste, les da la mano, los levanta y limpia la lágrima de sus ojos. Generalmente decimos que en las descripciones del Dios del Antiguo Testamento predomina la figura del juez castigador y justiciero, pero es muy distinto lo que encontramos hoy en el libro del Eclesiástico. Esta hermosa imagen es la que más se acerca al verdadero rostro de Dios: El ama y se conmueve del dolor humano, y sin tardanza interviene a favor del pobre; Dios no acepta las opulentas ofrendas de los opresores que desean calmar su conciencia.
Dios tiene un sentido muy profundo y en su proyecto siempre nos exige unas relaciones humanas basadas en principios de igualdad, dignidad, equidad, justicia y reconocimiento de los deberes y los derechos de los seres humanos. Pobres, oprimidos, viudas, huérfanos y extranjeros saben que su clamor de justicia no se detiene en la oscuridad emanada por el poder despótico y totalitario de la injusticia humana, sino que atraviesa todo obstáculo y llega al corazón de Dios que no tolera ningún tipo de impunidad.

R:

SEGUNDA LECTURA
SEGUNDA DE TIMOTEO 4, 6-18

“AHORA ME AGUARDA LA CORONA MERECIDA”

Yo ya estoy para ser ofrecido en sacrificio; ya se acerca la hora de mi muerte. He peleado la buena batalla, he llegado al término de la carrera, me he mantenido fiel. Ahora me espera la corona merecida que el Señor, el Juez justo, me dará en aquel día. Y no me la dará solamente a mí, sino también a todos los que con amor esperan su venida gloriosa.

Instrucciones y noticias personales
Haz lo posible por venir pronto a verme; pues Demas, que amaba más las cosas de esta vida, me ha abandonado y se ha ido a Tesalónica. Crescente se ha ido a la región de Galacia, y Tito a la de Dalmacia. Solamente Lucas está conmigo. Busca a Marcos y tráelo contigo, porque puede ser una ayuda para mí en el trabajo. A Tíquico lo mandé a Éfeso. Cuando vengas, tráeme la capa que dejé en Tróade, en casa de Carpo; también los libros, y especialmente los pergaminos.
Alejandro el herrero se ha portado muy mal conmigo; el Señor le pagará conforme a lo que ha hecho. Cuídate tú también de él, porque se ha puesto muy en contra de nuestro mensaje.

En mi primera defensa ante las autoridades, nadie me ayudó; todos me abandonaron. Espero que Dios no se lo tome en cuenta. Pero el Señor sí me ayudó y me dio fuerzas, de modo que pude llevar a cabo la predicación del mensaje de salvación y hacer que lo oyeran todos los paganos. Así el Señor me libró de la boca del león, y me librará de todo mal, y me salvará llevándome a su reino celestial. ¡Gloria a él para siempre! Amén.

REFLEXIÓN
Una imagen muy parecida del Señor a la de la primera lectura encontramos en la carta de Pablo a Timoteo. Pablo que lo dio todo por sus comunidades ahora, que se encuentra preso por el evangelio, experimenta el abandono de muchos de sus compañeros, pero se siente fuerte en el Señor que nunca le ha fallado y en el cual tiene puesta su esperanza de vida eterna. Es muy fácil encontrar amigos en épocas de vacas gordas, pero en la prueba y en la desdicha es que sabemos de verdad cuales son los amigos; muchas veces aquellos que creíamos que nunca nos dejarían son los primeros en hacerlo, Cristo es el amigo que nunca falla, el que nos lleva en sus brazos cuando caminamos por terrenos pantanosos y nos libra de todo mal. Esta segunda carta del apóstol a Timoteo se puede considerar como la herencia vivida de Pablo, del apóstol de los gentiles. Ante su inminente muerte a manos del poder imperialista de Roma, Pablo deja una última buena noticia a la comunidad para animarla y mantenerla en pie ante las adversidades y conflictos: No se dejen arrastrar por la modas intelectuales, por los despotismos que se instalan en la burocracia de las instituciones. En este sentido, la integridad del mensaje cristiano estriba en la fidelidad a la experiencia del Jesús histórico y a la capacidad de actualizar su vida y proyecto en medio de las diferentes realidades humanas, venciendo todo tipo de manipulaciones históricas, de ideologías perversas y de totalitarismos genocidas.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 18, 9-14

“EL PUBLICANO VOLVIÓ A CASA PERDONADO Y EL FARISEO NO”

La parábola del fariseo y el cobrador de impuestos
Jesús contó esta otra parábola para algunos que, seguros de sí mismos por considerarse justos, despreciaban a los demás: "Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el otro era uno de esos que cobran impuestos para Roma. El fariseo, de pie, oraba así: 'Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás, que son ladrones, malvados y adúlteros, ni como ese cobrador de impuestos. Yo ayuno dos veces a la semana y te doy la décima parte de todo lo que gano. ’ Pero el cobrador de impuestos se quedó a cierta distancia, y ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: '¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!'Les digo que este cobrador de impuestos volvió a su casa ya justo, pero el fariseo no. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido. "

REFLEXIÓN
Es explicita la motivación de la parábola del evangelio: “Por algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás”. Luego viene la confrontación de dos maneras de entablar dialogo con Dios: La de quien se cree en capacidad de pasar cuenta de cobro porque se siente muy seguro de sí mismo, su orgullo le hace creer que tiene el beneplácito de Dios y por eso se pone ante Él con la mirada en lo alto, como en estado de igualdad. Por la otra parte está el ser humano que se siente necesitado de amor y perdón de Dios ni siquiera se atreve a acercarse o alzar los ojos. Éste saldrá de la presencia del Señor lleno de bendición, el otro no porque ni siquiera lo pidió simplemente no sentía necesario buscar a Dios. Esta parábola de hoy exclusiva del evangelio de Lucas, nos pone frente a una de las actitudes más exigentes para los que libremente deciden seguir a Jesús: La actitud de total dependencia de Dios, de su voluntad y reinado, más que de ellos mismos y de sus pretendidas fuerzas obras. Jesús enseña a sus discípulos, que les siguen en el camino de ayer de hoy y del futuro, que no les servirán de nada sus pretendidas y pregonadas obras virtuosas para entrar en el Reino de Dios. Los discípulos tienen que concretar en sus vidas y en sus comportamientos éticos, la actitud de justicia del publicano. Es que la justicia en Lucas está guiada por las siguientes coordenadas de navegación evangélica: El no vanagloriarse con total confianza, de la propias obras; debemos comprometernos no con nuestra propia “justicia” sino con la justicia de Dios, la liberación y la salvación de lo humano; y por último, el comprometerse por la justicia divina pasa ineludiblemente por compartir la causa y el mismo destino de su hijo Jesús. Destino que ha desenmascarado y sigue denunciando y desenmascarando todo tipo de injusticia soberbia y violencia humana. Estas son las coordenadas por las cuales debemos guiar nuestro discipulado.

PARA REFLEXIONAR
Examinaré en esta semana como es mi manera de dirigirme a Dios y de ver a mi prójimo, y con sinceridad trataré de responder a cuál de los dos personajes del evangelio de hoy me parezco más.

ORACIÓN
Oh Dios, que grande y maravilloso eres Tú con nosotros. Tú nos amas, Tú nos salvas, Tú nos perdonas, Tú transformas nuestra vida y nos haces hombres y mujeres nuevos. Recibe nuestra debilidad y danos tu Fuerza para que, con nuestras obras, podamos responder a tu amor y edificar juntos una comunidad de hermanos que alaben y bendigan tu Nombre. Amén.

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