martes, 1 de febrero de 2011

Viernes, 25 de febrero de 2011

“UNIDOS PARA SIEMPRE”

Las lecturas de hoy nos hablan de amistades y de amores. Con el realismo propio de la Biblia, nos hacen ver lo difícil que es encontrar verdaderamente un amigo, y si atendemos al evangelio también nos hacen descubrir lo difícil que es encontrar un matrimonio donde se viva el verdadero amor.
PRIMERA LECTURA
ECLESIÁSTICO 6,5-17

“EL AMIGO FIEL NO TIENE PRECIO”


La conversación agradable atrae muchos amigos, y al que habla amablemente todos lo saludan. Que sean muchos tus amigos, pero amigo íntimo solo uno entre mil. Si consigues un amigo, ponlo a prueba; no confíes demasiado pronto en él. Porque algunos son amigos cuando les conviene, pero no cuentas con ellos cuando los necesitas. Hay amigos que se vuelven enemigos y te hacen quedar mal hablando de tus pleitos. Algunos son amigos a la hora de comer, pero cuando te va mal no los encuentras. Mientras te vaya bien, serán uña y carne contigo, pero cuando te vaya mal, te abandonarán. Si algo malo te ocurre, se vuelven en contra tuya y se esconden de ti. Aléjate de tus enemigos y cuídate de tus amigos. Un amigo fiel es una protección segura; el que lo encuentra ha encontrado un tesoro. Un amigo fiel no tiene precio; su valor no se mide con dinero. Un amigo fiel protege como un talismán; el que honra a Dios lo encontrará. El amigo es igual a uno mismo, y sus acciones son iguales a su fama.

REFLEXIÓN

En los libros llamados sapienciales abundan consejos y recomendaciones que iluminan la vida en los aspectos más sencillos y cotidianos; en los cuales, todos tenemos algo que aprender.
Libros, como el Eclesiástico, cumplen esta hermosa función al enseñarnos a hacer sensata nuestra vida sin convertirla en el único teatro de operaciones del amor divino. De esta manera aprendemos a servir a Dios con generosidad y convicción, sin olvidarnos del futuro trascendente que nos aguarda. Hoy, por ejemplo, nos habla de la amistad. ¿qué añadir a estos sabios consejos sobre la amistad?. Allí se describe sobre los amigos verdaderos y los falsos, sobre el valor que tiene la genuina amistad y sobre la prudencia al hacer amigos.

Tengamos en cuenta, 4 claves para crecer en una verdadera amistad y ser un buen amigo:

Primera sugerencia: Claridad, claridad en qué es lo que yo estoy esperando, y claridad en qué es lo que el otro espera, el amigo, la amiga, la esposa, el esposo, está esperando de mí. Esa claridad salva muchas amistades. Cuando uno pide un imposible, pierde el imposible y pierde el amigo.
Segunda sugerencia, implícita en la lectura del libro Eclesiástico, y que afirma muy bien ese gran pensador, Confucio: "La clave para que una amistad dure está en el respeto". Dice él: "Si puede crecer la amistad sin que disminuya el respeto, la amistad dura y perdura y madura". Esas son las amistades que duran.
La tercera palabra es la palabra libertad, muy semejante al respeto. Adueñarse de una persona es la mejor manera de perderla. Nadie, nadie, ha nacido para ser posesión absoluta de nadie. Y muchas veces nosotros, por las carencias que hemos tenido, por la misma escasez de afectos o por otras razones, pretendemos asegurar a las personas. Recordemos aquellas palabras que pueden resumir este punto: "Si quieres a alguien, déjalo libre". Es necesario un espacio de libertad, lo cual va unido a una actitud espiritual muy profunda de humildad y de no egoísmo.
Y la última palabra es la palabra realidad. No somos perfectos, ni nuestros amigos, ni esposos, son perfectos, es parte de nuestra humanidad. Tener amigos es arriesgarse a perdonar; a saber que nos equivocamos y otros se equivocaran con nosotros.
Y no lo olvides: Verdaderos amigos, hay pocos, pero el que ha encontrado un amigo, ha encontrado un tesoro, consérvalo, no tiene precio...

SALMO RESPONSORIAL : 118
R: Guíame, Señor, por la senda de tus mandatos.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 10,1-12


“DE MODO QUE YA NO SON DOS, SON UNA SOLA CARNE”


Jesús salió de Cafarnaúm y fue a la región de Judea y a la tierra que está al oriente del Jordán. Allí volvió a reunírsele la gente, y él comenzó de nuevo a enseñar, como tenía por costumbre. Algunos fariseos se acercaron a Jesús y, para tenderle una trampa, le preguntaron si al esposo le está permitido divorciarse de su esposa. Él les contestó:
--¿Qué les mandó a ustedes Moisés?
Dijeron:
--Moisés permitió divorciarse de la esposa dándole un certificado de divorcio.
Entonces Jesús les dijo:
--Moisés les dio ese mandato por lo tercos que son ustedes. Pero en el principio de la creación, 'Dios los creó hombre y mujer. Por esto el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona.' Así que ya no son dos, sino uno solo. De modo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido.
Cuando ya estaban en casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre este asunto. Jesús les dijo:
--El que se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; y si la mujer deja a su esposo y se casa con otro, también comete adulterio.

REFLEXIÓN:
El matrimonio es el sacramento del amor y expresa la presencia viva de Dios en medio de quienes desean compartir sus vidas, unificadas por el amor mutuo; tal relación se fundamenta en el conocimiento profundo mutuo de las dos personas, en la ruptura de los estrechos límites del egoísmo para dar paso al compartir, a la amistad, al afecto, al encuentro íntimo de los cuerpos; por ello Jesús recuerda a los fariseos el elemento esencial de la unión matrimonial: Ser una sola carne, un solo ser, una sola persona. Ser “uno solo” significa que los dos son responsables de mantener vivo el amor primero; significa que son iguales, que no hay uno más importante que el otro, sino que cada uno, con su propia identidad, forma parte indispensable de este proyecto de amor; por tanto, el divorcio es la consecuencia de no comprender el sentido original del matrimonio, de poseer un “corazón de piedra” incapaz de amar a Dios - quien es el prójimo por excelencia-; de no abrir el corazón al perdón, a la ternura y a la misericordia con el otro, es necesario un corazon sensible un “corazón de carne” para que el amor conyugal sea fuerte e indisoluble.

PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Si hago hoy un balance de mi amistad, reflexionando con el texto de Eclesiástico, he sido y soy un verdadero amigo(a)?
2. ¿Que entiendo por la frase "Ser una sola carne"?


ORACIÓN
Amado Señor, tú palabra es hoy lámpara para nuestra vida, guía para nuestro caminar, sabemos lo difícil que es ser un verdadero amigo (a), ser un buen esposo (a), te pedimos hoy nos ayudes, nos capacites para hacerlo, para ser fieles a la amistad, al amor, para amar sin esperar, para amar con tu verdadero amor. Amén.

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