martes, 1 de febrero de 2011

Miércoles 16 de febrero de 2011

“COMO ÁRBOLES QUE CAMINAN”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 8,6-13.20-22

“MIRÓ NOÉ Y VIO QUE LA SUPERFICIE ESTABA SECA”

Después de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arca que había hecho y soltó un cuervo; pero el cuervo volaba de un lado para otro, esperando que la tierra se secara. Después del cuervo, Noé soltó una paloma para ver si la tierra ya estaba seca; pero la paloma regresó al arca porque no encontró ningún lugar donde descansar, pues la tierra todavía estaba cubierta de agua. Así que Noé sacó la mano, tomó la paloma y la hizo entrar en el arca.
Noé esperó otros siete días, y volvió a soltar la paloma. Ya empezaba a anochecer cuando la paloma regresó, trayendo una ramita de olivo en el pico. Así Noé se dio cuenta de que la tierra se iba secando. Esperó siete días más, y volvió a enviar la paloma; pero la paloma ya no regresó.
Cuando Noé tenía seiscientos un años, la tierra quedó seca. El primer día del mes primero, Noé quitó el techo del arca y vio que la tierra estaba seca.
Luego Noé construyó un altar en honor del Señor, tomó animales y aves puros, uno de cada clase, y los ofreció en holocausto al Señor. Cuando al Señor le llegó este olor tan agradable, dijo: "Nunca más volveré a maldecir la tierra por culpa del hombre, porque desde joven el hombre sólo piensa en hacer lo malo. Tampoco volveré a destruir a todos los animales, como lo hice esta vez. "Mientras el mundo exista, habrá siembra y cosecha; hará calor y frío, habrá invierno y verano y días con sus noches."


REFLEXIÓN

Se siguen destacando en el relato los antropomorfismos: se presenta aquí como el más osado el decir que Dios olió el grato perfume de los sacrificios. El relato que se había iniciado con la constatación de los sentimientos del corazón de Dios y su sentencia condenatoria ahora termina en el mismo sitio con la promesa de Dios de no volver declarar maldita a la tierra. El número 40 es conocido por su gran simbolismo al interior de la Biblia; aquí se nos refiere a un tiempo de transición, de preparación preñado de nuevas situaciones para el pueblo elegido. La utilización de pájaros para ver si hay tierra a la vista y en qué condiciones está no es extraña a la historia, muchos navegantes de la antigüedad emplearon con frecuencia pájaros para fines semejantes. Lo cierto es que se da por arreglada la alianza rota por la maldad del hombre. Dios reconcilia de nuevo su creación consigo mismo. El relato en general es vivaz y lleno de muchas manifestaciones psicológicas siendo ésta una de las características de los relatos que salen de la mano del yahvista.

SALMO RESPONSORIAL: 115
R: Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 8,22-26

“EL CIEGO QUEDÓ SANO Y VEÍA TODO CON CLARIDAD ”

Después llegaron a Betsaida, y llevaron un ciego a Jesús, y le rogaron que lo tocara. Jesús tomó de la mano al ciego y lo sacó fuera del pueblo. Le mojó los ojos con saliva, puso las manos sobre él y le preguntó si podía ver algo. El ciego comenzó a ver, y dijo:
--Veo a los hombres. Me parecen como árboles que andan.
Jesús le puso otra vez las manos sobre los ojos, y el hombre miró con atención y quedó sano. Ya todo lo veía claramente. Entonces Jesús lo mandó a su casa, y le dijo:
--No vuelvas al pueblo.

REFLEXIÓN:

El relato que leemos hoy en la liturgia es la introducción a la sección central del evangelio de Marcos, en donde el tema fundamental es la ceguera, signo de la incapacidad para reconocer que Jesús es el Señor, el Cristo, la luz verdadera. El milagro ocurrido en Betsaida se desarrolla en dos momentos que representan el paso progresivo hacia la fe. En un primer momento el ciego no identifica totalmente lo que ve, su vista es borrosa, no alcanza a percibir lo que hay en frente de él; luego de una segunda imposición de manos, el ciego “afina su mirada”, ve perfectamente. Éste es el proceso que experimentan los discípulos de Jesús, pues, aunque se encuentran junto al Maestro y son testigos de sus milagros, no comprenden aún su Palabra y su misión; no identifican todavía a la persona que tienen en medio de ellos. Tal vez nos encontramos hoy como el ciego de Betsaida antes de ser sanado: Vemos con poca claridad el camino de la fe, no acabamos de comprender perfectamente nuestra misión como creyentes, ya que el egoísmo, las ansias de poder, nos impiden ser testigos de la luz del Reino.

PARA REFLEXIONAR:
1.¿Le he permitido al Señor que ponga sus manos sobre mi vida, para sanar todas mis debilidades y así poder continuar mi misión?
2.¿Estoy dejando que mi actuar sea testimonio de vida para otros que no te han visto?

ORACIÓN

Señor, queremos pedirte que sigas sanando nuestra vida, abre nuestros ojos, nuestros oídos, nuestro corazón, nuestro entendimiento para seguirte y que tu puedas ir completando la obra que un día iniciaste con nosotros . Amén.

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