martes, 1 de febrero de 2011

Lunes 28 de febrero de 2011

“COMPARTE HOY TU PAN CON EL POBRE”

PRIMERA LECTURA
ECLESIÁSTICO 17,20-28

“INVITACIÓN A VOLVERSE A DIOS ”

Vuélvete a Dios y deja el pecado;
ora en su presencia y disminuye sus ofensas.
Vuélvete al Altísimo, apártate de la maldad
y odia de todo corazón la idolatría.
En el reino de la muerte nadie puede
alabar al Altísimo;
solo los que viven pueden darle gracias.
El muerto, como si no existiera, no puede alabarlo;
el que vive y está sano es quien pueden alabar al Señor.


REFLEXIÓN

El texto de Eclesiástico nos habla de la conversión, entendiendo que convertirse en hebreo, como en latín significa volverse, volver. El hombre vuelve a Dios, porque Dios lo llama. Es una voz que salva a distancia y supera los obstáculos, para volver a crear presencia e intimidad. La conversión es un retorno. Jesús ilustrará de manera inolvidable esa imagen del retorno con la maravillosa palabra del hijo pródigo.
El pecado en cambio, es siempre alejamiento. Se establecen distancias. Se abandona la casa paterna. Por Jesús podemos saber nosotros que el “padre” es el primero en sufrir. La conversión implica un doble movimiento. El movimiento del pecador que se vuelve a Dios …. trae como consecuencia: la libertad. El movimiento de Dios que “abre el camino al retorno”: la Gracia. Dios quiere que caminemos hacia la libertad total, hacia la vida resucitada, libre de pecado y de egoísmo.
El creyente nunca está plenamente convertido y el esfuerzo por llegar a estarlo constituye junto con la fe, una constante de vida cristiana.

SALMO RESPONSORIAL: 31
R: Alegraos, justos, y gozad con el Señor.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 10, 17-27

“ VENDE TODO LO QUE TIENES, DALE EL DINERO LOS POBRES Y SÍGUEME ”
Un hombre rico habla con Jesús

Cuando Jesús iba a seguir su viaje, llegó un hombre corriendo, se puso de rodillas delante de él y le preguntó:
--Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?
Jesús le contestó:
--¿Por qué me llamas bueno? Bueno solamente hay uno: Dios. 19 Ya sabes los mandamientos: 'No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas mentiras en perjuicio de nadie ni engañes; honra a tu padre y a tu madre.'
El hombre le dijo:
--Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven.
Jesús lo miró con cariño, y le contestó:
--Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riqueza en el cielo. Luego ven y sígueme.
El hombre se afligió al oir esto; y se fue triste, porque era muy rico.
Jesús miró entonces alrededor, y dijo a sus discípulos:
--¡Qué difícil va a ser para los ricos entrar en el reino de Dios!
Estas palabras dejaron asombrados a los discípulos, pero Jesús les volvió a decir:
--Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios.
Al oírlo, se asombraron más aún, y se preguntaban unos a otros:
--¿Y quién podrá salvarse?
Jesús los miró y les contestó:
--Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él todo es posible.


REFLEXIÓN:

El relato de hoy debe ser leído desde el contexto de la subida de Jesús a Jerusalén, camino que deben recorrer los discípulos y todos los que realmente quieran seguirle: Es el camino de la cruz. Precisamente en este recorrido aparece un hombre muy rico que desea seguirle. Por lo que nos dice el texto, este hombre es un buen judío, es piadoso y cumplidor de los mandamientos de Dios, cosa que le permitiría tener la conciencia tranquila y la bendición de Dios (justificando de esta manera sus riquezas); sin embargo, Jesús le hace ver que, para obtener la vida eterna y para poder seguirle, es necesario algo más. No basta con cumplir y ser un buen hombre; no basta con acumular méritos y prácticas religiosas; hace falta lo esencial: la misericordia y la justicia con el prójimo, vender todo y darse todo a los demás; es decir, tener las manos vacías para poder seguir al Maestro y obtener así las riquezas del Reino. Sólo quien es capaz de abrir toda su existencia al amor y a la solidaridad con los hermanos, especialmente con los más pobres, puede comprender y participar del Reino de Dios.

PARA REFLEXIONAR:

1. ¿En mi vida estoy dispuesto a renunciar a mis apegos y añadiduras, vivir con las manos vacías y buscar el Reino de Dios en servicio a los demás, sobre todo para el pobre y más débil?

ORACIÓN

Señor, muchas gracias por cada vivencia, cada momento, por tu palabra tu palabra compartida durante este mes de febrero que termina. Te pedimos Señor nos ayudes aponer en practica tu mensaje, danos la valentía para dejarlo todo y seguirte, para dejar a un lado todos nuestros apegos y vivir bajo tu voluntad. Amén

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