“SEÑOR AUMÉNTANOS LA FE”
PRIMERA LECTURA
ECLESIÁSTICO 1,1-10
“ELOGIO A LA SABIDURÍA”
Toda sabiduría viene del Señor y está con él eternamente. La arena de las playas, las gotas de la lluvia, los días de los siglos, ¿quién los contará?. La altura del cielo, la anchura de la tierra, la hondura del abismo, ¿quién los rastreará?. Antes que todo fue creada la sabiduría; la inteligencia y la prudencia, antes de los siglos. La raíz de la sabiduría, ¿a quién se reveló?, la destreza de sus obras, ¿quién la conoció?. Uno solo es sabio, temible en extremo; está sentado en su trono. El Señor en persona la creó, la conoció y la midió, la derramó sobre todas sus obras; la repartió entre los vivientes, según su generosidad se la regaló a los que lo temen.
REFLEXIÓN
El Eclesiástico es uno de los más extensos libros de la Sagrada Escritura, un verdadero compendio de sabiduría, también conocido como "Sabiduría de Ben –Sirá".
Este texto, en especial, busca encontrar el origen de la sabiduría y lo halla en el Creador de todo, “sólo uno hay sabio” (v,8) el autor insiste en la unicidad y trascendencia de Dios que le ha regalado al hombre un don como el de la sabiduría.
Este libro llamado "sapiencial", quiere inculcar en nosotros la verdadera "sabiduría," que es mucho más que una acumulación de conocimiento: es el arte de "SABER VIVIR", y para ello, saber reconocer el paso de Dios en todo cuanto existe. Si se debilita nuestra capacidad de reconocerle tendremos que pedirle al Señor que se compadezca de nosotros y haga crecer nuestra fe.
SALMO RESPONSORIAL: 92
R: El Señor reina, vestido de majestad.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 9, 14-29
“TENGO FE, PERO DUDO; AYÚDAME”
Cuando regresaron a donde estaban los discípulos, los encontraron rodeados de una gran multitud, y algunos maestros de la ley discutían con ellos. Al ver a Jesús, todos corrieron a saludarlo llenos de admiración. Él les preguntó:
--¿Qué están ustedes discutiendo con ellos?
Uno de los presentes contestó:
--Maestro, aquí te he traído a mi hijo, pues tiene un espíritu que lo ha dejado mudo. Dondequiera que se encuentra, el espíritu lo agarra y lo tira al suelo; y echa espuma por la boca, le rechinan los dientes y se queda tieso. He pedido a tus discípulos que le saquen ese espíritu, pero no han podido.
Jesús contestó:
--¡Gente sin fe! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Traigan acá al muchacho.
Entonces llevaron al muchacho ante Jesús. Pero cuando el espíritu vio a Jesús, hizo que le diera un ataque al muchacho, el cual cayó al suelo revolcándose y echando espuma por la boca. Jesús le preguntó al padre:
--¿Desde cuándo le sucede esto?
El padre contestó:
--Desde que era niño. Y muchas veces ese espíritu lo ha arrojado al fuego y al agua, para matarlo. Así que, si puedes hacer algo, ten compasión de nosotros y ayúdanos.
Jesús le dijo:
--¿Cómo que 'si puedes'? ¡Todo es posible para el que cree!
Entonces el padre del muchacho gritó:
--Yo creo. ¡Ayúdame a creer más!
Al ver Jesús que se estaba reuniendo mucha gente, reprendió al espíritu impuro, diciendo:
--Espíritu mudo y sordo, yo te ordeno que salgas de este muchacho y que no vuelvas a entrar en él.
El espíritu gritó, e hizo que le diera otro ataque al muchacho. Luego salió de él, dejándolo como muerto, de modo que muchos decían que, en efecto, estaba muerto. Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó; y el muchacho se puso de pie.
Luego Jesús entró en una casa, y sus discípulos le preguntaron a solas:
--¿Por qué nosotros no pudimos expulsar ese espíritu?
Y Jesús les contestó:
--A esta clase de demonios solamente se la puede expulsar por medio de la oración.
REFLEXIÓN:
El tema central del relato de hoy es la incredulidad, es decir, la falta de fe en el poder salvador de Jesús, expresada en los discípulos, que no fueron capaces de expulsar el demonio aun teniendo ese poder (ver 6,6ª-12), y especialmente en el padre del niño epiléptico, quien le pide a Jesús, de manera un poco desconfiada, que sane a su hijo. Si leemos con atención, podemos descubrir que el texto se orienta a detallar el proceso de fe del padre, quien al entrar en diálogo con Jesús se va dando cuenta de su propia fragilidad, de la necesidad de abrir mucho más su corazón a Dios, llegando al punto de afirmar que cree en el poder de Jesús, pero que necesita de su ayuda para continuar en este camino. El padre entonces da a conocer el verdadero sentido de la fe, que corresponde a la integración de la persona con Dios mismo, haciendo de aquel una nueva existencia; se trata de una actitud de ilimitada confianza en la acción de Dios. Es necesario abrirnos a la fe; la oración es importante, pues nos permite vencer los obstáculos que se presentan en nuestro proceso de seguimiento.
PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Qué dice hoy para mi vida la palabra que le dice Jesús al padre del niño: “Todo es posible para el que cree”? ¿Le creo a Dios, aún en los momentos más difíciles?
2. ¿Creo que en Dios, lo imposible es posible?
ORACIÓN
Señor, auméntanos la fe, es nuestro clamor, tú conoces nuestra fragilidad, nuestras limitaciones, nuestra falta de fe. Señor haznos hombres y mujeres orantes viviendo por fe, mirando más allá de lo que nuestros ojos pueden ver y poder vivir confiando siempre plenamente en ti. Amén
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