martes, 1 de febrero de 2011

Lunes 14 de febrero de 2011

“UNA GENERACIÓN DE PRUEBAS”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 4,1-15.25

“CAÍN ATACÓ A SU HERMANO ABEL Y LO MATÓ ”

El hombre se unió con su esposa Eva. Ella quedó embarazada y dio a luz a su hijo Caín, y dijo: "Ya tengo un hijo varón. El Señor me lo ha dado." Después dio a luz a Abel, hermano de Caín. Abel se dedicó a criar ovejas, y Caín se dedicó a cultivar la tierra.
Pasó el tiempo, y un día Caín llevó al Señor una ofrenda del producto de su cosecha. También Abel llevó al Señor las primeras y mejores crías de sus ovejas. El Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda, por lo que Caín se enojó muchísimo y puso muy mala cara. Entonces el Señor le dijo: "¿Por qué te enojas y pones tan mala cara? Si hicieras lo bueno, podrías levantar la cara; pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de dominarte. Sin embargo, tú puedes dominarlo a él."
Un día, Caín invitó a su hermano Abel a dar un paseo y cuando los dos estaban ya en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató. Entonces el Señor le preguntó a Caín:
--¿Dónde está tu hermano Abel?
Y Caín contestó:
--No lo sé. ¿Acaso es mi obligación cuidar de él?
El Señor le dijo:
-¿Por qué has hecho esto? La sangre de tu hermano, que has derramado en la tierra, me pide a gritos que yo haga justicia. Por eso, quedarás maldito y expulsado de la tierra que se ha bebido la sangre de tu hermano, a quien tú mataste. Aunque trabajes la tierra, no volverá a darte sus frutos. Andarás vagando por el mundo, sin poder descansar jamás.
Entonces Caín respondió al Señor:
--Yo no puedo soportar un castigo tan grande. Hoy me has echado fuera de esta tierra, y tendré que vagar por el mundo lejos de tu presencia, sin poder descansar jamás. Y así, cualquiera que me encuentre me matará.
Pero el Señor le contestó:
--Pues si alguien te mata, será castigado siete veces.
Entonces el Señor le puso una señal a Caín, para que el que lo encontrara no lo matara.
Adán volvió a unirse con su esposa, y ella tuvo un hijo al que llamó Set, pues dijo: "Dios me ha dado otro hijo en lugar de Abel, al que Caín mató."

REFLEXIÓN

Estamos ante un relato que explica el origen de la violencia. En el texto hay clara una contraposición que parece ser expresión del posible conflicto entre la cultura de pastoreo y la y la agrícola: Caín: nombre que significa lanza. De profesión labrador. Propio altar, propio sacrificio. Dios no acepta su sacrificio, no se dice la razón por la cual lo hace, dejando esto a la total decisión de Dios. De todas formas cabe anotar que en todo el antiguo oriente al aceptar o rechazar un sacrificio dependía del aspecto ofrecido por la víctima, podríamos pensar que aquí también. El fuego del rencor se apodera de Caín y la envidia por la relación de su hermano con Dios lo llevan a la fatal decisión.
Dios pregunta por Abel. La responsabilidad ante Dios es siempre responsabilidad por el hermano. La vida le pertenece a Dios, disponer de ella es atentar contra el derecho divino. Expulsado de la Tierra. Abel nombre que significa soplo, de profesión pastor, propio altar, propio sacrificio. Dios acepta su sacrificio. Es asesinado por su hermano. Para el autor del relato el pecado de Adán es la causa de la violencia entre los hombres (Caín y Abel) señalándose un nexo bien íntimo entre Adán y Caín, de hecho están en el mismo sitio (al este del Edén 3,24 y 4,16). Algunos autores consideran que se trata de otra versión de la caída, si en el caso de Adán y Eva se rompía la armonía existente con el Padre Creador, en este relato se rompe la armonía entre los hombres. Tengamos en cuenta la aseveración de que la vida es un don de Dios, y ningún hombre puede disponer de ella. El castigo que se le impone así lo atestigua : estar errante por siempre.

SALMO RESPONSORIAL: 49
R: Ofrece a Dios un sacrificio de alabanza.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 8, 11-13

“¿POR QUÉ ESTA GENERACIÓN RECLAMA UN SIGNO? ”

Llegaron los fariseos y comenzaron a discutir con Jesús. Y para tenderle una trampa, le pidieron que hiciera alguna señal milagrosa que probara que él venía de parte de Dios. Jesús suspiró profundamente y dijo:
--¿Por qué pide esta gente una señal milagrosa? Les aseguro que no se les dará ninguna señal.
Entonces los dejó, y volviendo a entrar en la barca se fue al otro lado del lago.

REFLEXIÓN:

La necesidad de señales del cielo expresa la actitud cerrada, incrédula y desafiante de los fariseos frente a la acción de Jesús; expresa también el desagrado de las autoridades del pueblo de Israel por la manera de vivir y sentir a Dios por parte de Jesús, concretizada en una solidaridad total por los marginados de la sociedad. Los milagros que él realiza tienen como fin último hacer presente el Reino de Dios, demostrar la cercanía amorosa del Padre que viene a liberar a los pobres de la opresión; por eso llama la atención que los fariseos pidan señales, si todo el anuncio de la Buena Nueva realizado por Jesús está ligado íntimamente a los milagros, a una puesta en práctica del Reino en su momento histórico. De modo que los milagros no son signos realizados por Jesús para producir admiración en la muchedumbre o para acrecentar su grupo de seguidores, sino una respuesta efectiva a la fe de los creyentes. Son signos de esperanza a favor de los que creen.
Jesús dio numerosas señales. No le molestaba dar señales, como podemos colegir de episodios como el de Isaías en que Dios se ofrece a dar una señal. El mismo Jesús es la gran señal del amor y del perdón. El problema no está en el universo de los signos y señales. El problema está en el corazón con que se le hace una petición que ya no es petición sino exigencia.
Jesús está sediento de nuestra fe, y nuestra fe nace de las señales. Quiere que el que tenga oídos oiga (Mt 11,15), y que todos reciban el mensaje. Por eso en la sed de señales de estos hombres hay algo que Jesús quiere pero no como Él lo quiere. No tienen el deseo de acoger la Palabra ni de creer en el mensajero, sino de medirlo, tasarlo, saber a qué atenerse para diseñar una estrategia. Están inconmovibles en sus certezas y piden, no un puente de comunicación, sino un dato para su fortín doctrinal. Han sentenciado a Jesús y buscan pruebas para lo que ya piensan de él. No buscan una señal para creer sino una confirmación para no creer.

PARA REFLEXIONAR:

1. ¿En mi encuentro con el Señor que es para mí lo más importante? ¿Mi oración es de exigencia o petición o prevalece un corazón agradecido y una actitud de alabanza ?

ORACIÓN

Señor. gracias por la vida y por cada cosa que me has regalado, dame la fuerza de tu Espíritu para poder amar y defender la vida, para buscar tu dirección y la esencia de tu enseñanza . Amén

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