martes, 1 de febrero de 2011

Miércoles 9 de febrero de 2011

“EL REINO REVELADO A LOS SENCILLOS”

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 2,4b-9. 15-17

“EL SEÑOR DIOS TOMÓ AL HOMBRE Y LO COLOCÓ EN EL JARDÍN DE EDÉN”

Cuando Dios el Señor hizo el cielo y la tierra.
Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
Cuando Dios el Señor puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara, le dio esta orden: "Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás."

REFLEXIÓN

Dios es Creador: no trabaja sobre lo que otro ha hecho, ni sobre una materia infinita sino que en perfecta soberanía da origen a todo, también a cada uno de nosotros. La huella más íntima y profunda que tenemos es la de su amor libre y creador.
El hombre, la primera de las criaturas, es la cúspide de la pirámide de la creación, en él se centra este círculo. Dios lo forma de la tierra de tal forma que así expresa un vínculo vital de ambos, pero tiene que recibir el aliento divino , el aliento de vida, le hace un ser vivo en sentido físico, pero también en sentido psíquico, vida que procede directamente de Dios; si Él retira su aliento el hombre cae en una materialidad sin vida. Dios planta un jardín, el Edén y en el, el árbol de la ciencia, el árbol del bien y del mal. Este jardín es un don de Dios para el hombre, fue hecho como un regalo nacido del cuidado de Dios para esta criatura.
Dios le da al hombre una misión clara: cuidarás y trabajarás el jardín; esto significa que ha sido llamado a un servicio pero también con unas restricciones claras y además le sitúa en una posición de seriedad y obediencia.

SALMO RESPONSORIAL: 103

R: Bendice, alma mía, al Señor.
Bendice, alma mía, al Señor
¡Dios mío, cuán grande eres!
Te has vestido de gloria y esplendor;
te has envuelto en un manto de luz. R.
¡Tú extendiste el cielo como un velo!
¡Tú afirmaste sobre el agua
los pilares de tu casa, allá en lo alto!
conviertes las nubes en tu carro;
¡viajas sobre las alas del viento! R.
Todos ellos aguardan a que les eches
comida a su tiempo: se la echas, y la atrapan;
abres tu mano, y se sacian de bienes. R

Les retiras el aliento, y expiran, y vuelven
a ser polvo; envías tu aliento,
Y los creas, y repueblas la faz de la tierra. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 7,14-23

“LO QUE SALE DE DENTRO ES LO QUE HACE IMPURO AL HOMBRE ”

Luego Jesús llamó a la gente, y dijo:
--Escúchenme todos, y entiendan: Nada de lo que entra de afuera puede hacer impuro al hombre. Lo que sale del corazón del hombre es lo que lo hace impuro.
Cuando Jesús dejó a la gente y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron sobre esta enseñanza. Él les dijo:
--¿Así que ustedes tampoco lo comprenden? ¿No entienden que nada de lo que entra de afuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón, sino en el vientre, para después salir del cuerpo?
Con esto quiso decir que todos los alimentos son limpios. Dijo también:
--Lo que sale del hombre, eso sí lo hace impuro. Porque de adentro, es decir, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los asesinatos, los adulterios, la codicia, las maldades, el engaño, los vicios, la envidia, los chismes, el orgullo y la falta de juicio. Todas estas cosas malas salen de adentro y hacen impuro al hombre.

REFLEXIÓN:

El texto de hoy revela un elemento fundamental para la vida de todo creyente: Lo importante no es el comportamiento religioso exterior, manifestado en rituales y normas de pureza, sino lo que habita en el corazón del ser humano, comprendido como la voluntad, la conciencia o el corazón. Jesús enfatiza que las acciones procedentes del corazón son las que realmente hacen a una persona impura o indigna a los ojos de Dios, ya que allí es donde se piensa y se actúa, donde se decide realizar obras buenas o malas, u optar por la vida o por la muerte; allí es donde se decide ofender a Dios y a los hermanos, o abrirse plenamente a ambos. Por lo tanto, el corazón de los fariseos y escribas se encuentra impuro; están alejados de Dios porque han optado por el cumplimiento estricto de la ley y no por Dios y su misericordia. Son impuros porque han empleado la ley para oprimir a otros y no para liberarlos. Es puro, entonces, quien opta, desde el corazón, por el proyecto del Reino; es decir, quien decide actuar con misericordia y amor, con justicia y solidaridad para con los demás.

PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Cuido de mi entorno, tengo una actitud de obediencia con mi Creador, el Señor?
ORACIÓN

Señor gracias, por habernos creado, por poner en nosotros el aliento de vida, por darnos el toque de tu Espíritu, ayúdanos a ser buenos administradores de la creación que pusiste bajo nuestro cuidado, a ser obedientes a tu voz, a entender la verdadera esencia de tu proyecto y dejar a un lado las circunstancias externas que nos alejan de ti. Amén.

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