martes, 1 de febrero de 2011

Domingo 20 de febrero de 2011


“AMEN Y BENDIGAN A SUS ENEMIGOS”

Todos estamos llamados por Dios a ser santos, a ser perfectos, como el mismo Padre lo es, y el verdadero camino para hacerlo es el amor.
Las tres lecturas de hoy están centradas en este tema: “La santidad por el amor”. Te invitamos para que tomes, medites y te dejes transformar por la palabra de Dios.

PRIMERA LECTURA
LEVÍTICO 19,1-2.17-18

“AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO”

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
"Dile a la comunidad israelita lo siguiente:
"Sean ustedes santos, pues yo, el Señor su Dios, soy santo
"No abrigues en tu corazón odio contra tu hermano.
"Reprende a tu prójimo cuando debas reprenderlo. No te hagas cómplice de su pecado.
"No seas vengativo ni rencoroso con tu propia gente. Ama a tu prójimo, que es como tú mismo. Yo soy el Señor.

REFLEXIÓN

Esta primera lectura, es un fragmento del «código de santidad» del libro del Levítico, presenta una imagen de santidad mediada por la responsabilidad con el prójimo; es decir, que el camino para llegar a Dios y lograr la santidad comienza con el respeto hacia la vida y la dignidad del otro. Este criterio es el centro de la Ley y los Profetas, el eje que determina nuestra verdadera relación con Dios, el elemento fundamental de la fe, ya que a través de la apertura a los demás es como ciertamente somos partícipes de la promesa de salvación dada por Dios a su pueblo.

SALMO RESPONSORIAL: 102

R: El Señor es compasivo y misericordioso.

Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R.

Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades;
Él rescata tu vida de fosa y te colma de gracias y ternura. R.

El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia;
no nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas. R.

Como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos.
Como un padre siente ternura por sus hijos, siente el Señor
ternura por sus fieles. R.

SEGUNDA LECTURA
PRIMERA CARTA CORINTIOS 3,16-23

“TODO ES DE USTEDES, USTEDES DE CRISTO Y CRISTO DE DIOS”

¿Acaso no saben ustedes que son templo de Dios, y que el Espíritu de Dios vive en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él, porque el templo de Dios es santo, y ese templo son ustedes mismos.
Que nadie se engañe: si alguno de ustedes se cree sabio según la sabiduría de este mundo, vuélvase como un ignorante, para así llegar a ser verdaderamente sabio. Pues la sabiduría de este mundo es pura tontería para Dios. En efecto, la Escritura dice: "Dios atrapa a los sabios en la propia astucia de ellos."Y dice también: "El Señor sabe que los pensamientos de los sabios son tonterías." Por eso, nadie debe sentirse orgulloso de lo que es propio de los hombres; pues todas las cosas son de ustedes: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente y el futuro; todo es de ustedes, y ustedes son de Cristo, y Cristo es de Dios.

REFLEXIÓN

Pablo, en la primera carta a los Corintios, considera al ser humano como templo de Dios y morada del Espíritu. Con ello está diciendo que cada persona es presencia concreta de Dios en la historia humana. Este templo del cual habla Pablo es la comunidad cristiana de Corinto, en donde la Palabra anunciada ha sido escuchada y ha surtido efecto. La intención, entonces, de Pablo es advertir a sus oyentes de los peligros que acechan ese templo y que amenazan con destruirlo; esos peligros se encarnan en aquellos que pretenden anular el mensaje de Cristo crucificado a través de discursos provenientes de la sabiduría humana, que rechazan la vinculación e identificación de Dios con la debilidad humana y la solidaridad de Dios con los marginados de la sociedad. El mensaje de Pablo es supremamente importante, pues comprende que el verdadero templo en donde habita Dios son las personas, es en la vida de la humanidad, en los hombres y mujeres de todo el mundo, sin distinción de raza, cultura o religión; de esta manera Pablo supera la reducción de la presencia viva de Dios a una construcción, a unas paredes o a un “lugar” específico de culto. Son las personas el lugar verdadero donde debemos dar culto a Dios; son las personas el lugar privilegiado en donde toda nuestra fe se debe expresar, especialmente con aquellos hombres y mujeres, que, siendo santuarios vivos de Dios, han sido profanados por la pobreza, la violencia y la injusticia social.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 5, 38-48

“SEAN PERFECTOS, COMO SU PADRE CELESTIAL ES PERFECTO”

"Ustedes han oído que se dijo: 'Ojo por ojo y diente por diente.' Pero yo les digo: No resistas al que te haga algún mal; al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien te demanda y te quiere quitar la camisa, déjale que se lleve también tu capa. Si te obligan a llevar carga una milla, llévala dos. A cualquiera que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda al que te pida prestado.
El amor a los enemigos
"También han oído que se dijo: 'Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.' Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. Así ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué premio recibirán? Hasta los que cobran impuestos para Roma se portan así. Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los paganos se portan así. Sean ustedes perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto.

REFLEXIÓN:

El elemento fundamental del proyecto cristiano es presentado en esta sección del evangelio de Mateo: el amor. Este amor propuesto por Jesús supera el mandamiento antiguo (Lv 19,18) que permite implícitamente el odio al enemigo. Lo supera porque es un amor que no se limita a un grupo reservado de personas, a los de mi grupo, o los de mi raza, o a mis compatriotas, o a los que me aman, sino que alcanza a los enemigos, a los que parecerían no merecer mi amor, o incluso parecerían merecer mi desamor. Es un amor para todos, un amor universal, expresión propia del amor de Dios que es infinito, que no distingue entre buenos y malos. Ser perfecto, como Dios Padre lo es, significa vivir una experiencia de amor sin límites, es poder construir una sociedad distinta, no fundada en la ley antigua del Talión («ojo por ojo, diente por diente»), sino en la justicia, la misericordia, la solidaridad, enmarcados todos estos valores en el Amor.
Como seres humanos, que somos, no podemos vivir nuestra vida aisladamente, sino que incluso para llegar a ser necesitamos de la convivencia, de la compañía, el diálogo... del otro. No podemos convivir sin alimentar y suavizar continuamente los límites de nuestras relaciones. No hay sociedad humana sin reglas, sin derecho, sin ley, sin normas de convivencia.
En el Antiguo Testamento, la mayor parte de los mandamientos son negativos, marcando lo que no se puede hacer, los límites que no se deben traspasar. En cambio el Evangelio da un salto hacia adelante. Parecería no estar preocupado tanto por los límites cuanto por el «pozo sin fondo» que hay que llenar, la perfección del amor que hay que alcanzar, lo cual no se consigue simplemente evitando el mal, sino acometiendo el bien y sobretodo no cayendo en la “omisión de este bien”.
El evangelio de hoy nos invita a creer que se puede amar con más entrega, con más generosidad, con más radicalidad; con una propuesta de amor a los enemigos, a los que no tendría porque amar, un amor humanamente más inasequible y racionalmente más difícil de realizar, una propuesta dura, difícil, capaz de quebrantar el corazón, una propuesta para llegar a la santidad de Jesús, una propuesta para llegar a ser “perfecto como nuestro Padre en el cielo es perfecto”.

PARA REFLEXIONAR:

Hoy te proponemos como discípulo(a) del Señor y en el camino de la búsqueda de la perfección, 3 acciones básicas para tu vida: Escuchar la Palabra, hacerla vida en el hoy de cada día y enseñarla a otros para que la conozcan en plenitud.

Que sea nuestra tarea en esta semana, ser coherentes e íntegros, con lo que escuchamos, con lo que hacemos, decimos y vivimos y nuestro sello de identificación sea: EL AMOR.

ORACIÓN

Señor Jesús, tú eres nuestro Maestro de Vida y quieres que nosotros lleguemos a ser perfectos como el Padre. Abre nuestros oídos a tu Palabra, fortalece nuestros pies en tu seguimiento, ayúdanos a hacer vida tus enseñanzas, tú que eres la fuente del Amor, danos de ese Amor para darlo con plenitud a todos los viven en nuestra realidad. Amén.

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