miércoles, 1 de septiembre de 2010

Jueves 30 de Septiembre

“JESÚS SE PONE EN CAMINO”

PRIMERA LECTURA
JOB 19, 21-27

“YO SÉ QUE ESTÁ VIVO MI REDENTOR”

Tengan compasión de mí, ustedes mis amigos,
porque Dios ha dejado caer su mano sobre mí.
¿Por qué me persiguen ustedes como Dios?
¿No me han mordido ya bastante?
¡Ojalá alguien escribiera mis palabras
y las dejara grabadas en metal!
¡Ojalá alguien con un cincel de hierro
las grabara en plomo o en piedra para siempre!
Yo sé que mi defensor vive,
y que él será mi abogado aquí en la tierra.
Y aunque la piel se me caiga a pedazos,
yo, en persona, veré a Dios.
Con mis propios ojos he de verlo,
yo mismo y no un extraño.
Las fuerzas me fallaron

REFLEXIÓN

En esta primera lectura Job nuevamente expresa su situación de dolor y abandono, e incluso, acusa a Dios de ser el promotor de todos los males que está padeciendo. Por eso pasa a suplicar con pasión y piedad. Enseguida expresa su deseo de que sus palabras queden grabadas en la piedra para siempre, puesto que sabe que no es un ser indefenso y que su liberador Dios, vive. En el fondo, Job tiene fe en Dios, y aunque en esta época histórica todavía no había una idea clara de la otra vida, él se fía en Dios y en cierto sentido intuye lo que en el nuevo testamento viene a ser el núcleo de la predicación y el fundamento de la fe del creyente: “Yo sé que mi redentor está vivo”.

SALMO RESPONSORIAL: 26
R: Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 10, 1-12

“LA COSECHA ES ABUNDANTE, LOS TRABAJADORES SON POCOS”

Después de esto, el Señor escogió también a otros setenta y dos, y los mandó de dos en dos delante de él, a todos los pueblos y lugares a donde tenía que ir.
Les dijo: "Ciertamente la cosecha es mucha, pero los trabajadores son pocos. Por eso, pidan ustedes al Dueño de la cosecha que mande trabajadores a recogerla. Vayan ustedes; miren que los envío como corderos en medio de lobos. No lleven dinero ni provisiones ni sandalias; y no se detengan a saludar a nadie en el camino. Cuando entren en una casa, saluden primero, diciendo: 'Paz a esta casa.' Y si allí hay gente de paz, su deseo de paz se cumplirá; pero si no, ustedes nada perderán. Quédense en la misma casa, y coman y beban de lo que ellos tengan, pues el trabajador tiene derecho a su paga. No anden de casa en casa. Al llegar a un pueblo donde los reciban, coman lo que les sirvan; sanen a los enfermos que haya allí, y díganles: 'El reino de Dios ya está cerca de ustedes.' Pero si llegan a un pueblo y no los reciben, salgan a las calles diciendo: '¡Hasta el polvo de su pueblo, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos como protesta contra ustedes! Pero sepan esto, que el reino de Dios ya está cerca de ustedes.' Les digo que en aquel día el castigo para ese pueblo será peor que para la gente de Sodoma.

REFLEXIÓN:

Jesús se hace ayudar en su misión, por eso nombra a otros setenta y dos discípulos para enviarlos de dos en dos a preparar el camino, por donde Él iba a pasar anunciando el evangelio. Este envío tiene lugar en un contexto de oración, suplicando al dueño de la mies, que envíe obreros a la mies, porque la cosecha es abundante y lo obreros son pocos. También a nosotros el Señor nos dice: “Pónganse en camino”. Es inconcebible que permanezcamos estáticos cuando hay necesidad urgente de dar a conocer el evangelio, no necesariamente en un país lejano, sino comenzando por quienes nos rodean y comparten nuestro entorno.

La construcción del Reino no es cuestión de personas individualistas. Jesús envía a los setenta y dos, pero no los envió a cada cual por su lado, los envío de dos en dos. Son pocos los que se arriesgan a dejar todo por seguir a Jesús, porque sus implicaciones son muy serias. El seguimiento y misión de Jesús no es tarea fácil. El Señor da las pautas para la misión: no lleven bolsa, ni alforja, ni sandalias, es decir, nada material es necesario. Coman de los que les sirvan. Serán muchas las dificultades: Los envió como corderos en medio de lobos, se enfrentaran con personas que no estarán a favor del proyecto del Reino y las consecuencias pueden ser muy duras. El mensaje que se va a llevar no es de muy buen gusto para todas las personas y de seguro va a incomodar a muchos, porque sacude estructuras injustas que oprimen al ser humano. Pero hay que ponerse en marcha. El mundo necesita hombres y mujeres de paz y bien, que acepten este reto que transmitan esa paz y esa bondad que tanto anhelamos.

PARA REFLEXIONAR:
Desde mi condición o estado de vida, ¿Me siento llamado y enviado a preparar el camino de Jesús dando testimonio de su palabra a costa de todo lo que pueda venir?

ORACIÓN
Señor Jesús, gracias por todas las generosas bendiciones que tú has compartido conmigo en este caminar bíblico del mes que hoy termina. Hoy te pido Señor, que envíes obreros a tu mies; es mucho el trabajo y algunas veces sentimos que no basta lo que hacemos, envía operarios y multiplica tus discípulos misioneros en tu pueblo.

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