“RECAUDADOR DE HOMBRES”
PRIMERA LECTURA
EFESIOS 4, 1-13
EFESIOS 4, 1-13
“EL SEÑOR HA CONSTITUÍDO A UNOS APÓSTOLES, Y A OTROS EVANGELIZADORES”
Conservar la unidad
Por esto yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que se porten como deben hacerlo los que han sido llamados por Dios, como lo fueron ustedes. Sean humildes y amables; tengan paciencia y sopórtense unos a otros con amor; procuren mantener la unidad que proviene del Espíritu Santo, por medio de la paz que une a todos. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como Dios los ha llamado a una sola esperanza. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos.
Pero cada uno de nosotros ha recibido los dones que Cristo le ha querido dar. Por eso, la Escritura dice: "Subió al cielo llevando consigo a los cautivos, y dio dones a los hombres."
¿Y qué quiere decir eso de que "subió"? Pues quiere decir que primero bajó a esta tierra. Y el que bajó es el mismo que también subió a lo más alto del cielo, para llenarlo todo. Y él mismo concedió a unos ser apóstoles y a otros profetas a otros anunciar el evangelio y a otros ser pastores y maestros. Así preparó a los del pueblo santo para un trabajo de servicio, para la edificación del cuerpo de Cristo hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta, que corresponde a la plena madurez de Cristo.
REFLEXIÓN
Por esto yo, que estoy preso por la causa del Señor, les ruego que se porten como deben hacerlo los que han sido llamados por Dios, como lo fueron ustedes. Sean humildes y amables; tengan paciencia y sopórtense unos a otros con amor; procuren mantener la unidad que proviene del Espíritu Santo, por medio de la paz que une a todos. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como Dios los ha llamado a una sola esperanza. Hay un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, actúa por medio de todos y está en todos.
Pero cada uno de nosotros ha recibido los dones que Cristo le ha querido dar. Por eso, la Escritura dice: "Subió al cielo llevando consigo a los cautivos, y dio dones a los hombres."
¿Y qué quiere decir eso de que "subió"? Pues quiere decir que primero bajó a esta tierra. Y el que bajó es el mismo que también subió a lo más alto del cielo, para llenarlo todo. Y él mismo concedió a unos ser apóstoles y a otros profetas a otros anunciar el evangelio y a otros ser pastores y maestros. Así preparó a los del pueblo santo para un trabajo de servicio, para la edificación del cuerpo de Cristo hasta que todos lleguemos a estar unidos por la fe y el conocimiento del Hijo de Dios, y alcancemos la edad adulta, que corresponde a la plena madurez de Cristo.
REFLEXIÓN
El autor de la carta a los Efesios nos ofrece hoy en la fiesta del apóstol Mateo, algunos rasgos distintivos del apóstol de todos los tiempos: Humildad, amabilidad y paciencia. El verdadero servidor de Cristo siempre trabaja con humildad buscando lo que es grato a Dios. Cuanto mejoraría nuestra convivencia diaria si nos esforzáramos como dice San Pablo por mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz, teniéndonos paciencia y soportándonos unos a otros con amor. No olvidemos que todos hemos recibido diversidad de dones para la edificación y el crecimiento de la comunidad creyente, hasta llegar a la plenitud de la madurez en Jesucristo.
SALMO RESPONSORIAL: 18
R: A toda la tierra alcanza su pregón.
R: A toda la tierra alcanza su pregón.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 9, 9-13
MATEO 9, 9-13
“JESÚS LE DIJO: SÍGUEME. EL SE LEVANTÓ Y LE SIGUIÓ.”
Jesús se fue de allí y vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado en el lugar donde cobraba los impuestos para Roma. Jesús le dijo:
--Sígueme.
Entonces Mateo se levantó y lo siguió.
Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa, y muchos de los que cobraban impuestos para Roma, y otra gente de mala fama, llegaron y se sentaron también a la mesa junto con Jesús y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos preguntaron a los discípulos:
--¿Cómo es que su maestro come con cobradores de impuestos y pecadores?
Jesús lo oyó y les dijo:
--Los que están buenos y sanos no necesitan médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan el significado de estas palabras: “Lo que quiero es que sean compasivos, y no que ofrezcan sacrificios”. Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
--Sígueme.
Entonces Mateo se levantó y lo siguió.
Sucedió que Jesús estaba comiendo en la casa, y muchos de los que cobraban impuestos para Roma, y otra gente de mala fama, llegaron y se sentaron también a la mesa junto con Jesús y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos preguntaron a los discípulos:
--¿Cómo es que su maestro come con cobradores de impuestos y pecadores?
Jesús lo oyó y les dijo:
--Los que están buenos y sanos no necesitan médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan el significado de estas palabras: “Lo que quiero es que sean compasivos, y no que ofrezcan sacrificios”. Pues yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.
REFLEXIÓN:
El evangelio de hoy nos relata el episodio de la llamada al discipulado a Mateo, el publicano, y de paso nos indica el tipo de destinatarios a quienes se dirige el mensaje de salvación. Este pasaje nos está llamando la atención en tres aspectos muy significativos. En primer lugar, al seguimiento. Jesús llama a un recaudador de impuestos (Mateo), acto impensable para un maestro, sabiendo lo que significaba para los judíos este tipo de personas. Eran consideradas impuras, pecadores, traidoras, etc.; es decir, no eran muy bien vistas por el pueblo. Jesús llamó a uno de ellos. En segundo lugar, la disponibilidad para el seguimiento, se levantó y le siguió. A pesar de las críticas que generó el tener a un publicano pecador entre los suyos, Jesús hace caso omiso y sigue adelante con su proyecto. Y más aún, come con ellos. En tercer lugar la misión de los seguidores, los destinatarios de esta misión no son solamente las personas “buenas”, sino principalmente los pecadores, porque no son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos. En nuestros contextos eclesiales muchas veces juzgamos la actitud de alguien por querer acoger a “pecadores”, que han sido señalados y excluidos por la sociedad. El Señor nos invita hoy a ser misericordiosos con todos, sin excluir a nadie.
PARA REFLEXIONAR:
PARA REFLEXIONAR:
¿Estamos disponibles a dejar nuestras comunidades e intereses personales para seguir inmediatamente a Jesús?
ORACIÓN
Bendito Señor, por haberme mirado, fijarte en mi vida y enviarme como tu nuevo discípulo. Hoy te pido que me des un corazón como el de Mateo, capaz de dejarlo todo para seguirte y servirte donde me llames. Amén.
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