miércoles, 1 de septiembre de 2010

Miércoles 22 de Septiembre

“LA MISIÓN: PROCLAMAR EL REINO DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
PROVERBIOS 30, 5-9


“NO ME DES RIQUEZA NI PROBREZA, DAME SOLAMENTE LO NECESARIO”

El Señor protege a los que en él confían; todas sus promesas son dignas de confianza. No añadas nada a lo que él diga; de lo contrario, te puede reprender y te hará quedar como mentiroso. Solo dos cosas te he pedido, oh Dios; concédemelas antes de que muera: aleja de mí la falsedad y la mentira, y no me hagas rico ni pobre; dame solo el pan necesario, porque si me sobra, podría renegar de ti y decir que no te conozco; y si me falta, podría robar y ofender así tu divino nombre.

REFLEXIÓN

En nuestra oración cotidiana pedimos por diversas intenciones: por la salud de nuestros seres queridos, por trabajo y un buen trabajo, unas veces le pedimos que envíe la lluvia sobre los campos y otras veces le imploramos que la detenga para que no siga causando más desastres en la naturaleza; en fin, le pedimos salud, dinero y amor. Hoy Salomón el autor del libro de los Proverbios nos presenta una oración distinta, que también nosotros deberíamos incluir en nuestro repertorio: “Aleja de mí la falsedad y la mentira, no me des pobreza ni riqueza, concédeme el pan necesario, no sea que saciado o rico reniegue de tí o que siendo pobre robe y profane el nombre de Dios”.
Es una oración que nos invita a caminar continuamente por el sendero del bien, en presencia del Señor. Cuán importante es purificar nuestro corazón de la mentira, del engaño y la falsedad que tanto mal produce a la sociedad y ofenden a Dios. Una actitud sensata, sabia y generosa, es buscar únicamente lo necesario, el pan de cada día, pues a cada día le basta su propio afán.

SALMO RESPONSORIAL: 118
R: Lámpara es tu palabra para mis pasos Señor.


LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 9, 1-6

“JESÚS LOS ENVIÓ, A PROCLAMAR EL REINO DE DIOS Y A SANAR”

Jesús reunió a sus doce discípulos, y les dio poder y autoridad para expulsar toda clase de demonios y para curar enfermedades. Los envió a anunciar el reino de Dios y a sanar a los enfermos. Les dijo:
--No lleven nada para el camino: ni bastón, ni bolsa, ni pan, ni dinero, ni ropa de repuesto. En cualquier casa donde lleguen, quédense hasta que se vayan del lugar. Y si en algún pueblo no los quieren recibir, salgan de él y sacúdanse el polvo de los pies, para que les sirva a ellos de advertencia.
Salieron ellos, pues, y fueron por todas las aldeas, anunciando la buena noticia y sanando enfermos.

REFLEXIÓN:

La comunidad de Lucas nos narra el envío misionero que hace Jesús a sus discípulos, y que tiene un objetivo fundamental, proclamar el Reino de Dios. Esto lo podríamos traducir en la dignificación del ser humano, el luchar por un mundo mejor en paz, solidaridad y justicia. Para este tipo de trabajo o proyecto es necesario el desprendimiento total de cosas que nos atan y no nos dejan ser y estar libres para la misión: no lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni dos túnicas. Es necesario ir ligeros de equipaje, asumiendo seriamente el camino de la pobreza evangélica. De este modo el discípulo y misionero está participando del mismo estilo de vida de Jesús y como Él deposita toda su confianza en manos del Padre Dios. Decía alguien que “La pobreza es necesaria para amar. Porque si tienes cosas, das cosas: pero sólo cuando no tienes nada, te das tú mismo es decir, amas. La pobreza es necesaria para servir a Dios.”

PARA REFLEXIONAR:

¿Pido al Señor la gracia de ser enviado, como los doce apóstoles para cumplir su misma misión: Proclamar el Reino de Dios y sanar a los enfermos con una actitud desinteresada y de renuncia?

ORACIÓN

Señor Jesús, continúa enviándome para que anuncie el Reino, sigue llamándome a pesar de todo, para que diga lo que has hecho en mí, para que muestre lo que haces en los demás. Amén.

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