jueves, 1 de septiembre de 2011

Viernes 9 de septiembre de 2011

“¿CRITICA MAL INTENCIONADA O AYUDA INCONDICIONAL?”


PRIMERA LECTURA
1 CARTA DE TIMOTEO 1,1-2.12-14


“YO ANTES ERA UN BLASFEMO, PERO DIOS TUVO COMPASIÓN DE MÍ”


Pablo, apóstol de Cristo Jesús por disposición de Dios, nuestro salvador, y de Jesucristo, nuestra esperanza, a Timoteo, verdadero hijo en la fe. Te deseo la gracia, la misericordia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, Señor nuestro. Doy gracias a Cristo Jesús, nuestro Señor, que me hizo capaz, se fió de mí y me confió este ministerio. Eso que yo antes era un blasfemo, un perseguidor y un insolente. Pero Dios tuvo compasión de mí, porque yo no era creyente y no sabía lo que hacía. El Señor derrochó su gracia en mí, dándome la fe y el amor en Cristo Jesús.



REFLEXIÓN:
En la primera lectura de hoy hay una expresión sorprendente, Pablo habla de un Dios que le tuvo por fiel" o "por digno de confianza".
Es sorprendente que pueda hablar así quien fue elegido por Dios en el tiempo en que estaba obrando en abierta y violenta oposición al mensaje de Dios. Hay un contraste total entre lo que Pablo hacía y lo que Dios veía en él. Y lo sorprendente, y maravilloso, es que lo que finalmente se impone no es lo que Pablo hacía sino lo que Dios veía.
De aquí aprendemos varias cosas: ante todo, que Dios ve cosas que nosotros no vemos. Luego, que es la visión de Dios la que se impone. ¡Bendita sea la mirada del Señor! ¡ Y bendita su voluntad!


SALMO RESPONSORIAL: 15
R: Tú eres, Señor, mi heredad.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 6,39-42


“¿ACASO PUEDE UN CIEGO GUIAR A OTRO CIEGO?”


Jesús les puso esta comparación: "¿Acaso puede un ciego servir de guía a otro ciego? ¿No caerán los dos en algún hoyo? Ningún discípulo es más que su maestro: cuando termine sus estudios llegará a ser como su maestro.
"¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en el tronco que tienes en el tuyo? Y si no te das cuenta del tronco que tienes en tu propio ojo, ¿cómo te atreves a decir a tu hermano: 'Hermano, déjame sacarte la astilla que tienes en el ojo'? ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo.


REFLEXIÓN
Nuevamente retomamos el itinerario que ha planteado Lucas, quien va describiendo las estrategias pedagógicas de Jesús para formar a sus discípulos. Después de la exhortación con carácter de mandato del amor a los enemigos, Jesús propone la comparación del ciego que guía a otro ciego. Una mirada al texto desde la perspectiva del discipulado nos ayudará a comprender mejor la comparación. Esta es la propuesta de Jesús para sus discípulos, que lleguemos a ser como él, sin sentirnos superiores a otros. Para llegar a ser como el maestro, es necesario mirar hacia nosotros mismos; en términos actuales sería hacer una auto-evaluación, o, como dice el mismo evangelio mirar la viga que tenemos en nuestro ojo, antes de pretender sacar la pelusa del ojo ajeno.
Este pasaje se cierra con un fuerte adjetivo: “Hipócrita”, haciendo referencia a que no podemos ser guías de otros mientras no haya luz en nuestras vidas. Con este diálogo, Jesús cuestiona la pedagogía del momento y nos ubica en una nueva lógica, la diversidad de saberes que nos invita a valorar lo que hay de discípulo y de maestro en cada uno.


PARA REFLEXIONAR
Que esta sea una oportunidad para hacer un examen de conciencia:
¿Tengo la tendencia de hablar de los defectos de los demás?
¿Me ando comparando con otros?

¿Juzgo apresuradamente el proceder de quienes me rodean? ¿Actúo con misericordia con los que me rodean?


ORACIÓN
Señor, danos la gracia de ser sinceros, de reconocer nuestras propias miserias y debilidades, de mirarnos a nosotros y a nuestra realidad, antes de descubrir la parte oscura de la vida de nuestros hermanos, de ser misericordioso con los que nos rodean, de rectificar nuestra conducta, se tu Señor la luz de ilumina nuestra vida. Amén

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