“EL HIJO DEL HOMBRE ES DUEÑO TAMBIÉN DEL SÁBADO”
PRIMERA LECTURA
Colosenses 1,21-23
Colosenses 1,21-23
“PERMANEZCAN CIMENTADOS Y ESTABLES EN LA FE”
Ustedes antes eran extranjeros y enemigos de Dios en sus corazones, por las cosas malas que hacían, pero ahora Cristo los ha reconciliado mediante la muerte que sufrió en su existencia terrena. Y lo hizo para tenerlos a ustedes en su presencia, santos, sin mancha y sin culpa. Pero para esto deben permanecer firmemente basados en la fe, sin apartarse de la esperanza que tienen por el mensaje del evangelio que oyeron. Este es el mensaje que se ha anunciado en todas partes del mundo, y que yo, Pablo, ayudo a predicar.
REFLEXIÓN
Ayer Pablo centraba su comunidad de Colosas en la verdad acerca de Cristo, el Señor. Hoy a la luz de esa verdad, expone algunas consecuencias para la comunidad: primero un don: cuando no conocían a Cristo estaban alejados de Dios, expuestos al pecado y sus consecuencias, pero por la pascua de Cristo "Dios los ha reconciliado" y los ha constituido en "santos, sin mancha y sin reproche". Y segundo una tarea: permanecer cimentados y estable en la fe, e inamovibles en la esperanza del Evangelio.
Entendamos también el sentido de la muerte que nos menciona el texto, la muerte de Cristo, como tal, como toda muerte, no es en sí misma algo bueno. Dios, que es el Dios de la vida, no nos creó para la muerte, ni llamó a esta tierra para aniquilarlo. Lo que hace grande la muerte es que supone dar la vida, y en Jesucristo hay vida. La muerte, en cuanto, entrega de la vida, es una señal maravillosa de amor y un signo indeleble de obediencia. Lo que admiramos, pues, y lo que agradecemos en la muerte del Jesús es entonces eso: amor y obediencia. Y más lo admiramos y celebramos cuando llegamos a entender que el pecado, raíz de todos nuestros males, no es otra cosa que desamor y desobediencia. La muerte de Cristo, pues, acabó con lo que nos mataba y nos trajo una nueva esperanza, mantengámonos entonces, firmes en la fe y actúemos con obedien cia y coherencia, en consonancia con el Evangelio que nos han predicado.
SALMO RESPONSORIAL: 53
R./ Vean que Dios es mi auxilio
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 6,1-5
SALMO RESPONSORIAL: 53
R./ Vean que Dios es mi auxilio
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 6,1-5
"¿PORQUÉ HACES EN SÁBADO UNA COSA PROHIBIDA?
Un sábado, Jesús caminaba entre los sembrados. Sus discípulos arrancaban espigas de trigo, las desgranaban entre las manos y se comían los granos. Entonces algunos fariseos les preguntaron:
--¿Por qué hacen ustedes algo que no está permitido hacer en sábado?
Jesús les contestó:
--¿No han leído ustedes lo que hizo David en una ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre?. Entró en la casa de Dios y tomó los panes consagrados a Dios, comió de ellos y dio también a sus compañeros, a pesar de que solamente a los sacerdotes se les permitía comer de ese pan. Y añadió:
--El Hijo del hombre tiene autoridad sobre el sábado.
--¿Por qué hacen ustedes algo que no está permitido hacer en sábado?
Jesús les contestó:
--¿No han leído ustedes lo que hizo David en una ocasión en que él y sus compañeros tuvieron hambre?. Entró en la casa de Dios y tomó los panes consagrados a Dios, comió de ellos y dio también a sus compañeros, a pesar de que solamente a los sacerdotes se les permitía comer de ese pan. Y añadió:
--El Hijo del hombre tiene autoridad sobre el sábado.
REFLEXIÓN
Lucas nos lleva de la mano en este caminar de Jesús con sus discípulos, que comenzó a orillas del lago de Galilea, para mostrarnos cómo el maestro va instruyendo a los discípulos para que asuman las novedades del Reino. Ahora lo vemos caminado por un campo de trigo y en día sábado; este detalle ofrecido por el narrador es nuestra puerta de entrada para comprender lo que nos propone este evangelio.
Nuevamente los fariseos interactúan con Jesús y sus discípulos a través de un cuestionamiento por su mal comportamiento frente a la ley, que prohíbe una serie de labores en día de sábado.
La respuesta de Jesús va en doble dirección: primero acude a la tradición haciendo memoria de la acción de David, quien comió los panes del Templo. En la segunda parte de la respuesta, con un contenido mucho más teológico, Jesús se muestra como Señor del sábado. Jesús, al proponerse como Señor del sábado, nos está abriendo la puerta para establecer nueva relación con Dios, que va más allá del cumplimiento de la ley, desplazándose hasta la persona y sus circunstancias, como criterio en la nueva forma de interacción con Dios Padre.
Lucas nos lleva de la mano en este caminar de Jesús con sus discípulos, que comenzó a orillas del lago de Galilea, para mostrarnos cómo el maestro va instruyendo a los discípulos para que asuman las novedades del Reino. Ahora lo vemos caminado por un campo de trigo y en día sábado; este detalle ofrecido por el narrador es nuestra puerta de entrada para comprender lo que nos propone este evangelio.
Nuevamente los fariseos interactúan con Jesús y sus discípulos a través de un cuestionamiento por su mal comportamiento frente a la ley, que prohíbe una serie de labores en día de sábado.
La respuesta de Jesús va en doble dirección: primero acude a la tradición haciendo memoria de la acción de David, quien comió los panes del Templo. En la segunda parte de la respuesta, con un contenido mucho más teológico, Jesús se muestra como Señor del sábado. Jesús, al proponerse como Señor del sábado, nos está abriendo la puerta para establecer nueva relación con Dios, que va más allá del cumplimiento de la ley, desplazándose hasta la persona y sus circunstancias, como criterio en la nueva forma de interacción con Dios Padre.
PARA REFLEXIONAR
1. ¿Cómo vivo y celebro en la fe el día del descanso?
2. ¿Cómo vivo mi relación con Dios, va más allá de ritos, estoy viviendo una nueva experiencia de intimidad con el Señor?
ORACIÓN
Señor, te pido que me concedas el don de guardar silencio y entrar en mi interior. Haz que pueda encontrar en mí tus huellas, tu presencia que nunca desaparece y tu amor que nunca desampara. Así aprenderé cada día a vivir más en Ti, por Tí y de Ti, sin poner mi corazón en lo que no me satisface. Amén.
ORACIÓN
Señor, te pido que me concedas el don de guardar silencio y entrar en mi interior. Haz que pueda encontrar en mí tus huellas, tu presencia que nunca desaparece y tu amor que nunca desampara. Así aprenderé cada día a vivir más en Ti, por Tí y de Ti, sin poner mi corazón en lo que no me satisface. Amén.
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