viernes, 1 de abril de 2011

Sábado 16 de abril de 2011

“¿QUE SERÁ LO BUENO PARA HACER?”

PRIMERA LECTURA
EZEQUIEL 37,21-28

“LOS HARÉ UN SOLO PUEBLO”

Luego diles: 'Esto dice el Señor: Voy a sacar a los israelitas de entre las naciones a donde han ido a parar; los reuniré de todas partes y los haré volver a su tierra. Haré de ellos una sola nación en este país, en los montes de Israel, y tendrán un solo rey. No volverán a estar divididos en dos naciones, ni separados en dos reinos. Tampoco volverán a mancharse adorando ídolos repugnantes ni cometiendo toda clase de pecados. Yo los libraré de todas las infidelidades que han cometido, y los limpiaré de sus pecados. Ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios. Mi siervo David será el rey y único pastor de todos ellos, y ellos me obedecerán y cumplirán mis leyes y decretos. Vivirán en el país que di a mi siervo Jacob, donde también vivieron sus antepasados. Allí vivirán siempre ellos y sus hijos y todos sus descendientes; y mi siervo David será siempre su jefe. Haré con ellos una alianza para asegurarles una vida tranquila. Será una alianza eterna. Haré que aumenten en número, y para siempre pondré mi santo templo en medio de ellos. Viviré entre ellos, y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Cuando mi santo templo esté para siempre en medio de ellos, las demás naciones reconocerán que yo he escogido a Israel como mi posesión sagrada.

REFLEXIÓN

Pocos textos como la lectura de Ezequiel en este día resumen tan preciosamente las promesas de Dios, que ciertamente desbordan nuestros anhelos y los sacian de cielo. Mira cuántas cosas nos promete el Señor por boca de este profeta: el cumplimiento de las promesas hechas al pueblo de la alianza; la reconciliación y la unidad, la victoria sobre la idolatría, el fin de la tiranía del pecado, una nueva pureza, estado de amistad y amor con Dios, dulzura en una paz estable y duradera, gloria entre todos los pueblos. Si examinamos estos bienes maravillosos notamos que comprenden dos momentos básicos: la sanación de las heridas del mal y la consolidación en la obra del bien. Y eso es la Pascua, eso es lo que el Señor ha querido darnos con la muerte de Cristo, en la que nuestros males han muerto y con la Resurrección de Cristo, en donde ha encontrado cimiento y fuerza toda bendición.

SALMO RESPONSORIAL:

JEREMÍAS 31

R:/ El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño

LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 11,45-57

“PARA REUNIR A LOS HIJOS DE DIOS DISPERSOS”

Por esto creyeron en Jesús muchos de los judíos que habían ido a acompañar a María y que vieron lo que él había hecho. Pero algunos fueron a ver a los fariseos, y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los fariseos y los jefes de los sacerdotes reunieron a la Junta Suprema, y dijeron: --¿Qué haremos? Este hombre está haciendo muchas señales milagrosas. Si lo dejamos, todos van a creer en él, y las autoridades romanas vendrán y destruirán nuestro templo y nuestra nación. Pero uno de ellos, llamado Caifás, que era el sumo sacerdote aquel año, les dijo: --Ustedes no saben nada, ni se dan cuenta de que es mejor para ustedes que muera un solo hombre por el pueblo, y no que toda la nación sea destruida. Pero Caifás no dijo esto por su propia cuenta, sino que, como era sumo sacerdote aquel año, dijo proféticamente que Jesús iba a morir por la nación judía; y no solamente por esta nación, sino también para reunir a todos los hijos de Dios que estaban dispersos. Así que desde aquel día las autoridades judías tomaron la decisión de matar a Jesús. Por eso Jesús ya no andaba públicamente entre los judíos, sino que salió de la región de Judea y se fue a un lugar cerca del desierto, a un pueblo llamado Efraín. Allí se quedó con sus discípulos. Faltaba poco para la fiesta de la Pascua de los judíos, y mucha gente de los pueblos se dirigía a Jerusalén a celebrar los ritos de purificación antes de la Pascua. Andaban buscando a Jesús, y se preguntaban unos a otros en el templo: --¿Qué les parece? ¿Vendrá a la fiesta o no? Los fariseos y los jefes de los sacerdotes habían dado orden de que, si alguien sabía dónde estaba Jesús, lo dijera, para poder arrestarlo.

REFLEXIÓN:

Fariseos, escribas y autoridades religiosas, han firmado la sentencia de muerte de Jesús. Identifican la supervivencia del pueblo con la suya propia. Así justifican su oportunismo político y la injusticia que cometen. La actividad de Jesús en favor de los que ellos marginaban y excluían los interpela seriamente. La denuncia la está haciendo el mismo Dios que trabaja en la historia. Pero ellos ahogan todo cuestionamiento matando al enviado de Dios. Esta manera de argumentar de los poderosos para justificar la opresión que realizan se repite una y otra vez en la gran historia. Sin embargo, les fallaron los cálculos. Mataron a Jesús, pero su causa continuó viva en medio de cuantos ansían la libertad y la justicia.


Básicamente el punto parece ser que el Evangelio de la gracia allanaba de tal manera el encuentro con Dios, Padre de amor y perdón, que hacía superfluo todo el montaje de conveniencias y alianzas humanas, todo el tejido de afectos y pactos de familia que habían logrado construir esas "autoridades". Los saduceos, con su descarada camaradería con los romanos, y los fariseos, ebrios de su vanidad de fachada religiosa, veían espantados que Dios estaba demasiado cerca y que todo lo que ellos habían levantado con el esfuerzo de una vida se venía al suelo ante la noticia de un amor sanador, perdonador, gratuito y bello como el que ofrecía Jesús. Aceptar a Jesús implicaba renunciar a la tarea de toda su vida. Y, como dijo el Señor, querían "conservar" su vida... y por eso la estaban "perdiendo". Resultaron capaces de sacrificar al autor de la vida por no perder lo que habían pretendido con su labor y su amor a sí mismos.

PARA REFLEXIONAR:

1. ¿Eliminaremos también nosotros a Jesús, de nuestra realidad, de nuestra vida, de nuestra historia?

ORACIÓN

Padre de bondad, creemos en tus promesas de esperanza, tú, que enviaste a tu Hijo Jesucristo para mostrarnos el camino verdadero que nos conduce a la vida, tú, que enviaste a tu Hijo para salvarnos, queremos renunciar para ganar, morir para vivir, declararte un no al mundo y un sí a la vida y a tu proyecto. Amén.

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