viernes, 1 de abril de 2011

Jueves, 28 de abril de 2011

“EL RESUCITADO ESTÁ EN MEDIO DE NOSOTROS COMO EL QUE SIRVE”




PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 3,11-26



“MATARON USTEDES AL QUE NOS LLEVA A LA VIDA. PERO DIOS LO RESUCITÓ”

El paralítico que había sido sanado no soltaba a Pedro y a Juan. Toda la gente, admirada, corrió a la parte del templo que se llama Pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver esto, les dijo: "¿Por qué se asombran ustedes, israelitas? ¿Por qué nos miran como si nosotros mismos hubiéramos sanado a este hombre y lo hubiéramos hecho andar por medio de algún poder nuestro o por nuestra piedad? El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros antepasados, ha dado el más alto honor a su siervo Jesús, a quien ustedes entregaron a las autoridades y a quien ustedes rechazaron, después que Pilato había decidido soltarlo. En vez de pedir la libertad de aquel que era santo y justo, ustedes pidieron que se soltara a un criminal. Y así mataron ustedes al que nos lleva a la vida. Pero Dios lo resucitó, y de esto nosotros somos testigos. Lo que ha hecho cobrar fuerzas a este hombre que ustedes ven y conocen, es la fe en el nombre de Jesús. Esa fe en Jesús es la que lo ha hecho sanar completamente, como todos ustedes pueden ver.

"Ya sé, hermanos, que cuando ustedes y sus jefes mataron a Jesús, lo hicieron sin saber en realidad lo que estaban haciendo. Pero Dios cumplió de este modo lo que antes había anunciado por medio de todos sus profetas: que su Mesías tenía que morir. Por eso, vuélvanse ustedes a Dios y conviértanse, para que él les borre sus pecados y el Señor les mande tiempos de alivio, enviándoles a Jesús, a quien desde el principio había escogido como Mesías para ustedes. Aunque por ahora Jesucristo debe permanecer en el cielo hasta que Dios ponga en orden todas las cosas, como dijo por medio de sus santos profetas que vivieron en los tiempos antiguos. Moisés anunció a nuestros antepasados: 'El Señor su Dios hará que salga de entre ustedes un profeta como yo. Obedézcanlo en todo lo que les diga, porque todo aquel que no haga caso a ese profeta, será eliminado del pueblo.'

"Y todos los profetas, desde Samuel en adelante, hablaron también de estos días. Ustedes son herederos de las promesas que Dios hizo por medio de los profetas, y son también herederos de la alianza hecha por Dios con los antepasados de ustedes. Pues Dios le dijo a Abraham: 'Todas las naciones del mundo serán bendecidas por medio de tus descendientes.' Cuando Dios resucitó a su Hijo, lo envió primero a ustedes, para bendecirlos, haciendo que cada uno de ustedes se convierta de su maldad."


REFLEXIÓN
Pedro explica el juicio y condena a muerte a Jesús como fruto de la ignorancia. Es algo semejante a lo que oró Cristo en la Cruz, intercediendo por sus verdugos: "perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34). Pedro aplica este atenuante de ignorancia incluso a los jefes del pueblo que instigaban con odio reclamando la muerte de Jesús. Algo parecido nos dice Pablo en 1 Cor 2,8: si hubieran conocido la sabiduría de Dios "nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria".
Esta última frase de Pablo nos ayuda a entender cuál es esa ignorancia que puede llevar a condenar a un inocente. En efecto, a uno le parece que uno nunca condenaría a muerte a un inocente, pero eso no es tan obvio como se ve en un primer momento.
Cualquiera diría que es comparativamente fácil decidir algo así en un caso tan extremo; de todos modos, ello muestra que condenar inocentes no es algo tan absurdo para la mente humana cuando se piensa que eso garantizara que se salvan muchos más inocentes. Y no podemos descartar que estas eran cuentas que en conciencia se hacían las autoridades judías mismas, como lo sugiere la frase de Caifás: "es más conveniente que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca" (Jn 11,50). A nosotros, con todos los datos que tenemos, nos parece insuficiente y retorcido un argumento así, pero es posible que con los datos que ellos tenían, no pudieran fácilmente pensar de otro modo. A eso se refiere esa "ignorancia" de la que nos hablan Pedro y Pablo.


SALMO RESPONSORIAL: 8
R./ Señor, dueño nuestro, ¡que admirable es tu nombre en toda la tierra!

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 24,35-48


“ESTABA ESCRITO: EL MESÍAS PADECERÁ Y RESUCITARÁ AL TERCER DÍA”

Entonces ellos dos les contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús cuando partió el pan.
Estaban todavía hablando de estas cosas, cuando Jesús se puso en medio de ellos y los saludó diciendo:
--Paz a ustedes.
Ellos se asustaron mucho, pensando que estaban viendo un espíritu. Pero Jesús les dijo:
--¿Por qué están asustados? ¿Por qué tienen esas dudas en su corazón? Miren mis manos y mis pies. Soy yo mismo. Tóquenme y vean: un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que tengo yo.
Al decirles esto, les enseñó las manos y los pies. Pero como ellos no acababan de creerlo, a causa de la alegría y el asombro que sentían, Jesús les preguntó:
--¿Tienen aquí algo que comer?
Le dieron un pedazo de pescado asado, y él lo aceptó y lo comió en su presencia. Luego les dijo:
--Lo que me ha pasado es aquello que les anuncié cuando estaba todavía con ustedes: que había de cumplirse todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los libros de los profetas y en los salmos.
Entonces hizo que entendieran las Escrituras, y les dijo:
--Está escrito que el Mesías tenía que morir, y resucitar al tercer día, y que en su nombre se anunciará a todas las naciones que se vuelvan a Dios, para que él les perdone sus pecados. Comenzando desde Jerusalén, ustedes deben dar testimonio de estas cosas.



REFLEXIÓN
La comunidad quiere estar segura de que Jesús resucitó y de que no está viviendo ella una especie de falsa sugestión. Igual que nosotros, ellos experimentan dudas, temores, sentimientos de frustración y de derrota. Sin embargo, el Resucitado no se “rinde”; es comprensivo con sus discípulos y por eso recurre a la Escritura; les abre las mentes para que entiendan; y come con ellos. Jesús resucitado es el centro de la fe, el que cumple las promesas de Dios y el que vive en el seno de una comunidad convocada, reunida y dispuesta a vivir la Palabra de Dios. La experiencia de la resurrección impulsa a toda la comunidad a compartir sus dos grandes bienes: La conversión, que es la transformación de la mentalidad para recibir la acción de Dios, y el perdón de los pecados, recobrando la capacidad de hacer el bien, de dar lo mejor de nosotros mismos, de creer que la justicia es posible en nuestra historia y de que el Resucitado nos hace libres para amar y servir a los demás. Estamos plenamente seguros: Jesús vive.

PARA REFLEXIONAR
¿Creemos y vivimos comunitariamente la experiencia del Resucitado?

ORACIÓN

Amado Señor, queremos que nos habras el entendimiento para comprender tu sacrificio de amor por nosotros, que hoy volvamos a tener una experiencia de encuentro contigo, el encuentro con Jesús Resucitado, que entendamos que el sepulcro esta vacío, y podamos dar testimonio verdadero de que estás vivo, de que nos haces libres y que sólo tú nos das vida. Amén.

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