viernes, 1 de abril de 2011

AÑO DE RESTITUCIÓN, RESTAURACION Y RECOMPENSA

Semana de 17 a 23 de abril 2011
¿ES NECESARIA LA CRUZ?

"Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí. Lucas 23,33

¿Por qué el dolor? ¿Por qué la cruz? ¿Por qué a mí?... Mira a Cristo camino de la cruz….. mírale camino al Gólgota. Es fácil que alguna vez nos hayamos preguntado por qué el dolor que purifica, eleva y sostiene a unos, amarga y destruye a otros. ¿Qué es lo que da sentido en un caso al dolor y contrasentido en otro? ¿Depende de la cantidad del dolor? ¿Depende del tipo de personas que sufren o de su postura ante el sufrimiento, de darle un significado al dolor?


Quizás hayas pensado alguna vez: Si Dios quiere que yo sea feliz, ¿por qué a veces me siento triste? No puedo evitar las circunstancias que me producen dolor, porque las dificultades. Cuando llegan, llegan con su carga de sufrimiento. ¿Dónde está entonces la felicidad que Dios quiere para mí?. Tus dudas parecen lógicas y encuentran respuesta en la resurrección de Jesucristo. Recuerda que para resucitar, Jesús tuvo que pasar por la cruz. Tú problema puede ser el querer ser feliz sin dificultades o el quedarte en los problemas sin llegar a la felicidad. "No existen dos caminos, sino sólo uno: el que ha recorrido el Maestro. El discípulo no tiene permiso de inventar otro y Él tuvo que pasar por la cruz ". El hecho es que son muchos los hombres que han entendido que el sufrimiento tiene un valor. No se necesita ser cristiano para entenderlo. Una cita dice: "El que no ha sufrido, no sabe nada, no conoce ni el bien ni el mal, ni a los hombres, ni a sí mismo. No existe nadie más infortunado que un hombre que no haya que tenido que experimentar un dolor o haya tenido que sufrir".

Pero sabemos que a nadie le gusta el sufrimiento sin embargo existen personas que son fieles a pesar de las adversidades, esas personas han entendido que el sufrimiento tiene un valor. Y miremos como desde el punto de vista humano los sufrimientos nos ofrecen grandes lecciones. Un fracaso, por ejemplo, nos ayuda a ser más realistas, a madurar en la vida, a medir correctamente nuestras fuerzas. El dolor o la enfermedad nos ayuda a ser más sensibles y a preocuparnos de las necesidades de los demás. Cuantas veces un accidente es una situación privilegiada para confrontarnos con las verdades últimas de nuestra existencia y abrirnos la puerta a un cambio de vida.Esta respuesta talvez no nos convenza del todo, y tal vez hoy nos preguntemos, ¿es necesario sufrir para ser feliz?, ¿Por qué fue necesaria la cruz en la vida de Jesús?


Si Cristo hubiese escogido el camino de una vida fácil, su mensaje y vida no sería suficiente respuesta a nuestros problemas. Si no hubiéramos escuchado desde la cruz sus palabras - "perdónales, porque no saben lo que hacen" -, su doctrina sobre el amor a los enemigos hubiera quedado en un bello sentimiento inalcanzable para los hombres. Él quiso ser en todo semejante a nosotros: en la tentación, en la experiencia de miedo ante el porvenir, en la soledad, en la traición de los amigos, en el dolor físico, en la burla. Era necesario para darnos ejemplo en nuestros sufrimientos y dolores.

Contemplemos ahora el momento en que Pilatos toma la decisión de entregar en manos de los fariseos y de los sumos sacerdotes a Jesús para que lo crucifiquen. Jesucristo acepta la cruz, la condenación y el desenlace final, como había aceptado a lo largo de su existencia ser perseguido, odiado, calumniado, tenido un amigo de pecadores, de borrachos. La aceptación de la cruz final no es sino el culmen de la aceptación permanente, a lo largo de toda su vida. Y nos pide a nosotros: "Toma tu cruz de cada día"... y sígueme.Jesucristo la toma, y cae tres veces. Caídas que son expresión de su naturaleza humana, frágil como la nuestra: Ha perdido sangre, tiene la espalda hecha polvo, lleva horas y horas de cansancio, ha vivido la noche más trágica de la historia. Jesús ha vivido a lo largo de su vida esa misma debilidad: ha aceptado ser débil, estar cansado.... ... Pero aún en medio del dolor se encuentra con su madre, con la verónica que enjuga su rostro, con las mujeres que le seguían y quieren consolarle. Jesucristo también recibe ayuda de los hombres. Hay gente buena que suaviza la cruz, que le ayuda a llevarla, que le anima, le alienta. Está el cirineo, que la lleva inicialmente a regañadientes, pero, siguiendo tras Jesús, pasa poco a poco a llevarla con gusto.


Jesús además es despojado de sus vestiduras, como antes había sido despojado de su fama y de su dignidad a lo largo de su vida pública. Jesucristo luego es clavado en la cruz, como había vivido clavado en la cruz de cada día a lo largo de toda su existencia. No existe una sola cruz, existen muchas cruces de cada día. Como si cada cruz fuese un pedacito de madera que se incrusta día tras día en la gran cruz del Calvario. Jesús muere en la cruz, más bien termina de morir. Alegrías y penas, consuelos y dolor, ayuda y desprecios; todo junto en esa hora y media de caminar con la cruz hasta el Calvario. También nosotros somos invitados a aceptar la cruz, podemos sentir el silencio que hiere, sentir el despojo de nuestra fama, el desprecio, las calumnias, también en nuestra vida hay caídas, fragilidad, cansancio, en que sentimos clavos de dolor, pero también hay una madre que nos acompaña, que nos alivia nuestro dolor, cirineos, verónicas, cuántas personas que buscan auxiliarnos, hacernos el bien. También nosotros tenemos que prepararnos para terminar de morir. Dice la palabra y un cantico famoso: es necesario morir para vivir… para dar fruto.


Qué importante considerar que habrá momentos en nuestra vida en que tengamos que vivir el misterio de la cruz. Un camino de salvación y de misión, que me transforma y por lo el que muchos pueden ser también trasformados. Pero entendamos que la cruz no fue todo ni lo último en la vida de Jesús. La cruz no se entiende sin la Resurrección. Cristo nos asegura que en esta vida encontraremos, como Él, cruces, pero nos invita a no tener miedo, a confiar en Él. Si confiamos y seguimos adheridos a Cristo, nuestras tristezas, dolor y desesperanza se transformarán finalmente en paz y felicidad.

FRASE PARA RECORDAR ESTA SEMANA

“ES NECESARIO MORIR PARA VIVIR, ES NECESARIO TOMAR LA CRUZ PARA RESUCITAR CON JESÚS”

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