viernes, 1 de abril de 2011

AÑO DE RESTITUCIÓN, RESTAURACION Y RECOMPENSA

“¡ALÉGRATE, CRISTO HA RESUCITADO!”



No está aquí, sino que ha resucitado" Lucas 24:6


El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los cristianos, ya que con la Resurrección de Jesús adquiere sentido toda nuestra vida de fe.

Cristo triunfó sobre la muerte y con esto nos abrió las puertas del Cielo. Hoy recordamos de una manera especial esta gran alegría. La Resurrección de Jesús es un hecho histórico, recordemos el sepulcro vacío y las numerosas apariciones de Jesucristo a sus discípulos, el no los defraudó, ni nos defraudó a nosotros, está vivo y quiere ser vida para nosotros y respuesta para nuestra necesidad.

Cuando celebramos la Resurrección de Cristo, estamos celebrando también nuestra propia liberación. Celebramos la derrota de la cruz, del pecado, de la injusticia, del dolor, de la muerte. En la resurrección encontramos la clave de nuestra esperanza: si Jesús está vivo y está junto a nosotros, ¿qué podemos temer?, ¿qué nos puede preocupar? ¿Por qué vamos a estar tristes?Cualquier sufrimiento adquiere sentido con la Resurrección, cualquier dificultad y obstáculo será vencida en Él, somos más que vencedores con Él y podemos estar seguros de que, después de una corta vida en la tierra, si hemos sido fieles, llegaremos a una vida nueva y eterna, en la que gozaremos de Dios para siempre.

Pablo nos dice en su carta a los Corintios: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe” (I Corintios 15,14). Si Jesús no hubiera resucitado, sus palabras hubieran quedado en el aire, sus promesas hubieran quedado sin cumplirse y dudaríamos que fuera realmente Dios.Pero, como Jesús sí resucitó, entonces sabemos que ha vencido la muerte y el pecado y nos da vida; sabemos que Jesús es Dios, sabemos que nosotros resucitaremos también, sabemos que ganó para nosotros la vida eterna y de esta manera, existe esperanza y toda nuestra vida adquiere sentido. Por eso es tiempo de alegría, es tiempo de mostrarle al mundo la cara de resucitado.

La Resurrección es una luz para todos nosotros, para todos los hombres y para todo el mundo, y nuestra misión es irradiar esa misma luz que recibimos, a todos los que no rodean, haciéndolos partícipes de la alegría de la Resurrección por medio de las palabras, del testimonio y de nuestro trabajo de servicio.

¡Alégrate, Cristo ha resucitado!, con este Domingo de Resurrección empezamos el Tiempo de Pascua, el paso de la muerte a la vida, paso a la libertad. ¡Jesús está vivo¡ puedes conocer Su presencia hoy, puedes tener vida eterna (1 Corintios. 15:20-22). Y si no has dado el paso aún, sólo tienes que aceptarle en el corazón, aceptarle como Señor de tu vida, admitir que has pecado y que quieres Su salvación. Él te dará vida nueva ahora, el cambiará tu mirada, cambiará tu visión, hará que tu cirio este siempre encendido y un día lo verás a Él y estarás con Él para siempre (1 Pedro. 1:3-5).


FELICES PASCUAS, DIOS LES BENDIGA


FRASE PARA RECORDAR ESTA SEMANA


"CRISTO VIVE, HA RESUCITADO, ACÉPTALE Y RESUCITA HOY CON ÉL"

¡Resucitó! - Martín Valverde

AÑO DE RESTITUCIÓN, RESTAURACION Y RECOMPENSA

Semana de 17 a 23 de abril 2011
¿ES NECESARIA LA CRUZ?

"Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí. Lucas 23,33

¿Por qué el dolor? ¿Por qué la cruz? ¿Por qué a mí?... Mira a Cristo camino de la cruz….. mírale camino al Gólgota. Es fácil que alguna vez nos hayamos preguntado por qué el dolor que purifica, eleva y sostiene a unos, amarga y destruye a otros. ¿Qué es lo que da sentido en un caso al dolor y contrasentido en otro? ¿Depende de la cantidad del dolor? ¿Depende del tipo de personas que sufren o de su postura ante el sufrimiento, de darle un significado al dolor?


Quizás hayas pensado alguna vez: Si Dios quiere que yo sea feliz, ¿por qué a veces me siento triste? No puedo evitar las circunstancias que me producen dolor, porque las dificultades. Cuando llegan, llegan con su carga de sufrimiento. ¿Dónde está entonces la felicidad que Dios quiere para mí?. Tus dudas parecen lógicas y encuentran respuesta en la resurrección de Jesucristo. Recuerda que para resucitar, Jesús tuvo que pasar por la cruz. Tú problema puede ser el querer ser feliz sin dificultades o el quedarte en los problemas sin llegar a la felicidad. "No existen dos caminos, sino sólo uno: el que ha recorrido el Maestro. El discípulo no tiene permiso de inventar otro y Él tuvo que pasar por la cruz ". El hecho es que son muchos los hombres que han entendido que el sufrimiento tiene un valor. No se necesita ser cristiano para entenderlo. Una cita dice: "El que no ha sufrido, no sabe nada, no conoce ni el bien ni el mal, ni a los hombres, ni a sí mismo. No existe nadie más infortunado que un hombre que no haya que tenido que experimentar un dolor o haya tenido que sufrir".

Pero sabemos que a nadie le gusta el sufrimiento sin embargo existen personas que son fieles a pesar de las adversidades, esas personas han entendido que el sufrimiento tiene un valor. Y miremos como desde el punto de vista humano los sufrimientos nos ofrecen grandes lecciones. Un fracaso, por ejemplo, nos ayuda a ser más realistas, a madurar en la vida, a medir correctamente nuestras fuerzas. El dolor o la enfermedad nos ayuda a ser más sensibles y a preocuparnos de las necesidades de los demás. Cuantas veces un accidente es una situación privilegiada para confrontarnos con las verdades últimas de nuestra existencia y abrirnos la puerta a un cambio de vida.Esta respuesta talvez no nos convenza del todo, y tal vez hoy nos preguntemos, ¿es necesario sufrir para ser feliz?, ¿Por qué fue necesaria la cruz en la vida de Jesús?


Si Cristo hubiese escogido el camino de una vida fácil, su mensaje y vida no sería suficiente respuesta a nuestros problemas. Si no hubiéramos escuchado desde la cruz sus palabras - "perdónales, porque no saben lo que hacen" -, su doctrina sobre el amor a los enemigos hubiera quedado en un bello sentimiento inalcanzable para los hombres. Él quiso ser en todo semejante a nosotros: en la tentación, en la experiencia de miedo ante el porvenir, en la soledad, en la traición de los amigos, en el dolor físico, en la burla. Era necesario para darnos ejemplo en nuestros sufrimientos y dolores.

Contemplemos ahora el momento en que Pilatos toma la decisión de entregar en manos de los fariseos y de los sumos sacerdotes a Jesús para que lo crucifiquen. Jesucristo acepta la cruz, la condenación y el desenlace final, como había aceptado a lo largo de su existencia ser perseguido, odiado, calumniado, tenido un amigo de pecadores, de borrachos. La aceptación de la cruz final no es sino el culmen de la aceptación permanente, a lo largo de toda su vida. Y nos pide a nosotros: "Toma tu cruz de cada día"... y sígueme.Jesucristo la toma, y cae tres veces. Caídas que son expresión de su naturaleza humana, frágil como la nuestra: Ha perdido sangre, tiene la espalda hecha polvo, lleva horas y horas de cansancio, ha vivido la noche más trágica de la historia. Jesús ha vivido a lo largo de su vida esa misma debilidad: ha aceptado ser débil, estar cansado.... ... Pero aún en medio del dolor se encuentra con su madre, con la verónica que enjuga su rostro, con las mujeres que le seguían y quieren consolarle. Jesucristo también recibe ayuda de los hombres. Hay gente buena que suaviza la cruz, que le ayuda a llevarla, que le anima, le alienta. Está el cirineo, que la lleva inicialmente a regañadientes, pero, siguiendo tras Jesús, pasa poco a poco a llevarla con gusto.


Jesús además es despojado de sus vestiduras, como antes había sido despojado de su fama y de su dignidad a lo largo de su vida pública. Jesucristo luego es clavado en la cruz, como había vivido clavado en la cruz de cada día a lo largo de toda su existencia. No existe una sola cruz, existen muchas cruces de cada día. Como si cada cruz fuese un pedacito de madera que se incrusta día tras día en la gran cruz del Calvario. Jesús muere en la cruz, más bien termina de morir. Alegrías y penas, consuelos y dolor, ayuda y desprecios; todo junto en esa hora y media de caminar con la cruz hasta el Calvario. También nosotros somos invitados a aceptar la cruz, podemos sentir el silencio que hiere, sentir el despojo de nuestra fama, el desprecio, las calumnias, también en nuestra vida hay caídas, fragilidad, cansancio, en que sentimos clavos de dolor, pero también hay una madre que nos acompaña, que nos alivia nuestro dolor, cirineos, verónicas, cuántas personas que buscan auxiliarnos, hacernos el bien. También nosotros tenemos que prepararnos para terminar de morir. Dice la palabra y un cantico famoso: es necesario morir para vivir… para dar fruto.


Qué importante considerar que habrá momentos en nuestra vida en que tengamos que vivir el misterio de la cruz. Un camino de salvación y de misión, que me transforma y por lo el que muchos pueden ser también trasformados. Pero entendamos que la cruz no fue todo ni lo último en la vida de Jesús. La cruz no se entiende sin la Resurrección. Cristo nos asegura que en esta vida encontraremos, como Él, cruces, pero nos invita a no tener miedo, a confiar en Él. Si confiamos y seguimos adheridos a Cristo, nuestras tristezas, dolor y desesperanza se transformarán finalmente en paz y felicidad.

FRASE PARA RECORDAR ESTA SEMANA

“ES NECESARIO MORIR PARA VIVIR, ES NECESARIO TOMAR LA CRUZ PARA RESUCITAR CON JESÚS”

AÑO DE RESTITUCIÓN, RESTAURACIÓN Y RECOMPENSA

Semana de 10 a 16 de abril de 2011
¿NECESITAS BRISA EN EL ALMA?

Yo pondré en ustedes mi aliento de vida, y ustedes revivirán. Ezequiel 37,14

Una alabanza muy hermosa escrita para el Señor dice: “Eres como el viento que no avisa cuando sopla y trae la brisa hace que mi corazón vuelva a latir”. Quien, en épocas de verano, o estando en lugares de altas temperaturas, o al estar frente al mar no ha sentido la necesidad imperiosa de recibir esa brisa maravillosa que refresca, ese viento tenue que le hace respirar mejor. Así también a veces transcurre nuestro vida, muchas veces nos sentimos sofocados por las presiones, ocupaciones, problemas, frustraciones, perdidas, desesperanzas de la vida y entonces como que anhelamos un poco de brisa en el alma. Necesitamos refrescar el alma con una suave brisa, refrescarla con el soplo del Señor.

Hace más de 2000 años Jesús, había hecho la prometedora afirmación de que nos enviaría su Espíritu, de que todo aquel que creyera en Él y le abriera la puerta de su corazón, tendría la fuente continua del Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, recibiría de su soplo de vida, recibiría de su refrigerio espiritual. El Espíritu Santo, fuente de vida, agua para la vida eterna, agua para nunca más tener sed. Y aunque hayan pasado 2000 años el Espíritu de Dios está hoy también aquí, para ti y para mí, quiere cambiar tu “hombre interior”, quiere hacerte de nuevo, quiere fortalecer tu vida, refrescarla, quiere que experimentes un nuevo gozo y la felicidad verdadera, quiere ser tu consolador, quiere confortarte, adiestrarte, guiarte para emprender un nuevo camino y realizar la misión.

Recibe hoy el soplo del Señor, recibe de la lluvia de su Espíritu y escucha como tu corazón vuelve a latir.

FRASE PARA RECORDAR ESTA SEMANA

NO DEJES QUE EL CALOR DE LA VIDA TE SOFOQUE POR DENTRO….ÁBRELE TU CORAZÓN Y TUS VENTANAS AL SEÑOR Y DEJA QUE LA BRISA DE SU ESPÍRITU TE REFRESQUE.


AÑO DE RESTITUCIÓN, RESTAURACIÓN Y RECOMPENSA

Semana de 3 de abril a 9 de abrilde 2011

DIOS OBRA EN EL BARRO

Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano y volvió y la hizo otra vasija. Jeremías 18,4

La alfarería, el arte de elaborar vasijas de barro, requiere de arduos procesos de preparación, elaboración de la arcilla, moldeado, lijado, implica dejar que muchas vasijas se pierdan hasta obtener la pieza más perfecta.

Recordemos en el libro de Génesis, como Dios, el soberano Creador formó y moldeó a la humanidad por medio de un diseño único. Este proceso implicó el tener que diseñar a un hombre del polvo de la tierra. La palabra formó, en Génesis 2,7, describe la obra de un artista. Al igual que un alfarero que del barro moldea y diseña un vaso o alguna otra vasija, el Señor Dios formó a la humanidad de la arcilla. Dios continuó Su obra con el polvo y el barro al soplar aliento de vida en el hombre y transformarlo y darle vida. Le hizo un ser espiritual, con la capacidad de servir y tener comunión con Él.

Dios es un alfarero, nuestro alfarero; trabaja con barro, Dios también quiere trabajar con nuestro barro, quiere ser nuestro alfarero. Dios tiene el poder de transformar, pero se relaciona con nosotros de tal manera que respeta nuestra libertad de decisión para cambiar. La decisión de ser barro en las manos de Dios es nuestra y a pesar de que es lo que más no conviene muchas veces nos resistimos y lo echamos a perder. El que dejemos que se rompa nuestra vasija y que sus manos nos moldeen, implicará cambios radicales, muchas veces dolorosos, pero es la oportunidad de empezar de nuevo, a una vida nueva, a una vida de esperanza, de gozo, el único camino de la felicidad.

El profeta Jeremías observo al alfarero trabajando y aprendió una verdad: cuando las personas llegan a ser como barro en las manos de Dios, Él hará de ellos vasos útiles y sus vidas así cobrarán sentido.

Dejemos que esta palabra en este tiempo de Cuaresma se haga vida en nosotros y en nuestras circunstancias, permitamos que el Señor siga obrando en nuestras vidas, recordando siempre que quien confía en Él nunca será defraudado.

FRASE PARA RECORDAR ESTA SEMANA

ACEPTEMOS SER LA ARCILLA EN LAS MANOS DEL GRAN ALFARERO




Tu mi Alfarero, Hermana Glenda

2011 AÑO DE RESTAURACIÓN, RESTITUCIÓN Y RECOMPENSA

Semana del 28 de marzo al 2 de abril


«Dad gracias en todo» 1 Tesalonicenses 5,18.

Leyendo los secretos dados por un hombre destacado en el campo financiero, éste ofrecía a sus lectores "Nueve consejos para invertir en la felicidad", es interesante que uno de ellos fue: "Cuenta tus muchas bendiciones". Este autor sugiere no darle vueltas a las riquezas de nuestros vecinos, ni a compararnos con las virtudes y cualidades de nuestros compañeros, sino a centrarnos en todas las bendiciones que verdaderamente poseemos. Siendo un consejo de un hombre de mundo, resulta ser un consejo sabio para nosotros. Miremos hoy al pueblo de Israel en la primera lectura de este domingo, Éxodo 17,3-7, un pueblo sacado de la opresión, de la esclavitud de Egipto, pero que prefería quejarse, antes que ver la bendición de la libertad, así somos, al igual que muchos de nuestros hermanos que nos precedieron, nos quejamos cuando las cosas no salen como deseamos. Queremos abundancia de todo más allá de lo suficiente para sustentarnos. Preferiríamos estar en otro lugar que donde nos encontramos en este momento. Preferiríamos tener los dones que les das a otros que los que provees para nosotros. Preferiríamos que Tú nos sirvieras en vez de que servirte nosotros. Somos ingratos, recordemos que el simple hecho de estar vivos es suficiente para ser gratos con Dios, no nos damos cuenta tampoco que nuestra riqueza espiritual en Jesús es infinitamente más valiosa que cualquier otra posesión material.

Paradójicamente la abundancia no es garantía de agradecimiento ni de acción de gracias, porque puede que la prosperidad incluso aleje nuestros corazones del Señor.

Por ello, centrémonos en las maravillas de nuestra vida, de nuestro entorno, de la gracia de Dios, entrenándonos para hacer que un espíritu de gratitud domine nuestras vidas. Esa es la manera de experimentar gozo hoy y permanecer gozosos para siempre.

El apóstol Pablo escribió: «Dad gracias en todo» 1 Tesalonicenses 5,18, aunque no tenemos que estar agradecidos por las malas elecciones que hacemos o que alguien ha hecho por nosotros, Dios quiere que tengamos un corazón agradecido, que estemos agradecidos en cualquier circunstancia, no olvidemos que el Señor puede usar para bien las dificultades que resultan de ellas. Saber que Dios puede usar todas las cosas para bien es razón más que suficiente para dar gracias en todo. Dar gracias en circunstancias difíciles es un pequeño detalle que pude marcar una gran diferencia en nuestras vidas. Dios los bendiga.


FRASE PARA LA SEMANA

LA GRATITUD, UN REFLEJO DE UNA VIDA SUSTENTADA POR DIOS



¿VALORAMOS LO QUE TENEMOS?

Oración al iniciar el encuentro con la palabra


Señor Dios, Padre nuestro, cuya sabiduría rige la historia desde siempre y cuya palabra existía en el principio y vino a este mundo hecha carne para plantar su morada entre nosotros. Ayúdanos a acoger tu Palabra en comunidad; a saber leerla en los signos de los tiempos, y en las sagradas escrituras; a juntar tu palabra y nuestra vida, la Biblia y nuestra realidad, tus inspiraciones y las necesidades de este mundo; para que iluminados (das) por tu Espíritu, escuchando atentamente tus insinuaciones, podamos entender lo que nos pides, lo que nos dices con la suave brisa de tu voz. Ayúdanos a aplicar el mensaje a la vida, a nuestra sociedad, a nuestra familia y nuestra comunidad, para que podamos escribir luego nosotros(as) una nueva página en el libro de la Historia que prolongue dignamente tu acción y tu presencia por nuestras manos y en nuestros corazones. Te agradecemos y te lo pedimos por Jesús, tu Palabra y por su Espíritu, que nos la comunica. Amén

Viernes, 1 de abril de 2011

“AMARÁS AL SEÑOR CON TODO TU SER”

PRIMERA LECTURA

OSEAS 14,2-10

“NO VOLVEREMOS A LLAMAR DIOS A LA OBRA DE NUESTRAS MANOS”


Vuélvanse al Señor llevando con ustedes esta oración: "Perdona toda nuestra maldad y recibe con benevolencia las alabanzas que te ofrecemos. Asiria no puede salvarnos, ni tampoco escaparemos a caballo. Ya no llamaremos 'Dios nuestro' a nada fabricado por nosotros mismos, porque solamente en ti, Señor, el huérfano encuentra compasión." Dice el Señor: "Voy a curarlos de su rebeldía; voy a amarlos aunque no lo merezcan, pues ya se ha apartado de ellos mi ira. Voy a ser para Israel como el rocío, y él dará flores, como los lirios. Sus raíces serán tan firmes como el monte Líbano; sus ramas se extenderán hermosas como las ramas del olivo, y será su aroma como el de los cedros del Líbano. Israel vivirá de nuevo bajo mi protección; entonces crecerán como el trigo, florecerán como la vid y serán famosos como el vino del Líbano. Efraín dirá: '¿Qué me importan ya los ídolos?' ¡Yo soy quien atiendo y cuido a mi pueblo! Yo soy como un pino siempre verde, y en mí encontrará mi pueblo su fruto." Que los sabios y prudentes entiendan este mensaje: Los caminos del Señor son rectos, y los justos los siguen; pero los malvados tropiezan en ellos.

REFLEXIÓN:

No nos salvará Asiria: no montaremos a caballo, no volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos” Oseas 14,2-3. Esas son las palabras que necesitamos que broten del corazón “perdona del todo la iniquidad, recibe benévolo el sacrificio de nuestros labios” Oseas 14,3. Israel está situado al sur de Asiria y al oriente de Éfeso y cuando los israelitas se sentían pequeños y amenazados, creían, sentían que necesitaban aliados, y buscaban aliados en Asiria y en Egipto. Cada uno de nosotros tiene sus alianzas, con un Asiria, con un Egipto, Hay quien ha puesto, su confianza quizá, en su posición social o en su dinero; no es que sea malo el dinero ni la posición social, Asiria tampoco era malo, era un pueblo, lo malo es darle la confianza a esas cosas, creer que de ahí vendrá la salvación para uno y eso retrasa la obra de Dios. Yo creo que es una enseñanza para nosotros. La fuerza no está en buscarse aliados que uno crea muy fuertes, ahí no está lo principal; la fuerza no está en buscarse armas que sean muy buenas, ahí no está lo principal; la verdadera fuerza está en Dios, en la alianza con Dios. Los pactos no son lo más fuerte, las armas no son lo más fuerte, lo más fuerte es Dios, y el que se vuelve a Dios de todo corazón, ese encuentra el verdadero pacto y la verdadera fuerza.

SALMO RESPONSORIAL: 80

R:/ Yo soy el Señor, Dios tuyo escucha mi voz.


Oí una voz que yo no conocía:

6 "Te he quitado la carga de los hombros, te he aliviado del trabajo duro.

7 En tu angustia me llamaste, y te salvé; te contesté desde la nube que tronaba; te puse a prueba junto a las aguas de Meribá.

8 Escucha, pueblo mío, mi advertencia; ¡ojalá me obedezcas, Israel!

9 No tengas dioses extranjeros; no adores dioses extraños.

10 Yo soy el Señor, tu Dios, el que te sacó de la tierra de Egipto; abre tu boca, y yo te satisfaré.

11 "Pero mi pueblo no quiso oírme; ¡Israel no quiso obedecerme!

12 Por eso los dejé seguir con su capricho, y vivieron como mejor les pareció.

13 ¡Si mi pueblo me hubiera escuchado! ¡Si Israel hubiera seguido mis caminos,

14 en un abrir y cerrar de ojos yo habría humillado a sus enemigos y castigado a sus contrarios!"

15 Los que odian al Señor caerían aterrados, y su condenación quedaría sellada.

LECTURA DEL EVANGELIO

MARCOS 12,28b-34

“EL SEÑOR, NUESTRO DIOS, ES EL ÚNICO SEÑOR, Y LO AMARÁS

Uno de los maestros de la ley, que los había oído discutir, se acercó a él y le preguntó: --¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús le contestó: --El primer mandamiento de todos es: 'Oye, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.' Pero hay un segundo: 'Ama a tu prójimo como a ti mismo.' Ningún mandamiento es más importante que estos. El maestro de la ley le dijo: --Muy bien, Maestro. Es verdad lo que dices: hay un solo Dios, y no hay otro fuera de él. Y amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios que se queman en el altar. Al ver Jesús que el maestro de la ley había contestado con buen sentido, le dijo: --No estás lejos del reino de Dios. Y ya nadie se atrevía a hacerle más preguntas


REFLEXIÓN

En el Evangelio de hoy Jesús vuelve a enfocar la característica fundamental de nuestro discipulado: el amor a Dios y el amor al prójimo, como expresión máxima de la voluntad del Padre sobre nosotros. En un mundo en el que los dioses falsos atrapan tanto el corazón del hombre, recibimos hoy el reto de Jesús: “Ama a Dios sobre todas las cosas, con todo tu corazón”. – En un mundo en el que los odios, divisiones, guerras, opresión, injusticias, enturbian tanto los corazones de los hombres y sus relaciones mutuas, Jesús nos recuerda: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. – Amar desde el corazón, ése es el camino. Con todo el corazón ha de orientarse cada cristiano, cada comunidad, hacia Dios, como la única dirección de vida. La originalidad de la respuesta de Jesús al fariseo no está en enunciar los dos mandamientos, sino en la equiparación del uno y del otro y en la centralidad que le asigna al segundo: el resto de la Ley son sólo corolarios de esta orientación fundamental de la vida. Todos los cristianos estamos llamados a esta doble fidelidad, a Dios y al ser humano.

PARA REFLEXIONAR:

1. ¿Cuáles son los aliados que uno anda buscando?

2. ¿Por qué siempre llegamos a Dios o casi siempre en último lugar?

3. ¿Cómo podemos hacer vida en nuestra familia o en nuestra comunidad el mandamiento que Jesús nos dejó?


ORACIÓN Dios nuestro, te queremos reconocer como el Único Señor que nos sacó de la esclavitud, como nuestro refugio y nuestra fuerza, danos la gracia de tu amor cada día para ser fieles a Ti, y a nuestros hermanos. Amén

Sábado, 2 de abril de 2011

“LA HUMILDAD CLAVE DEL DISCIPULADO”

PRIMERA LECTURA

OSEAS 6,1-6

“QUIERO MISERICORDIA Y NO SACRIFICIOS”

Vengan todos y volvámonos al Señor. Él nos destrozó, pero también nos sanará; nos hirió, pero también nos curará. En un momento nos devolverá la salud, nos levantará para vivir delante de él. ¡Esforcémonos por conocer al Señor! El Señor vendrá a nosotros, tan cierto como que sale el sol, tan cierto como que la lluvia riega la tierra en otoño y primavera. La respuesta del Señor Dice el Señor: "¿Qué haré contigo, Efraín? ¿Qué haré contigo, Judá? El amor que ustedes me tienen es como la niebla de la mañana, como el rocío de madrugada, que temprano desaparece. Por eso los he despedazado mediante los profetas; por medio de mi mensaje los he matado. Mi justicia brota como la luz. Lo que quiero de ustedes es que me amen, y no que me hagan sacrificios; que me reconozcan como Dios, y no que me ofrezcan holocaustos


REFLEXIÓN: El profeta nos recuerda que Dios conoce el corazón de los hombres, sabe quien lo busca sinceramente y quien no. El discurso puesto en boca del pueblo pareciera una actitud de conversión a tener en cuenta como válida y duradera, pero el Profeta la denuncia como falsa y efímera. Miremos con calma la palabra que nos da. Ante todo esa "misericordia" es una palabra hebrea de no fácil traducción. Es la famosa "jésed" que significa también "lealtad", "fidelidad", "piedad" y "gracia"... Indica la dulzura de un lenguaje común, algo así como esa atmósfera de entendimiento en el amor que tienen quienes comparten unas mismas convicciones, unos mismos afectos, es decir: los que están en comunión. Cuando el Señor dice: "yo quiero jésed y no sacrificios", está refiriéndose a esa relación entrañable de proximidad y amor. Los "sacrificios" son un modo de establecer un pacto con Dios, un modo de negociar con él. Y eso es detestable para quien quiere que exista una atmósfera de amor y comunión. El sacrifico y el holocausto tienen una lógica que puede volverse ciega y mezquina en su repetición: hago esto y Dios hará aquello. Es preciso estar conscientes, darse cuenta de quién es el que nos llama y con quién estamos tratando. No es una ley anónima, no es una energía sin nombre, no es destino ciego: es el Dios vivo y verdadero y hay que saber quién es Él y qué quiere para agradarle y vivir la "jésed" que Él espera de nosotros.


SALMO RESPONSORIAL: 50 R: Quiero misericordia y no sacrificios.


LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 18,9-14

“EL PUBLICANO REGRESÓ A SU CASA JUSTIFICADO, EL FARISEO NO”

Jesús contó esta otra parábola para algunos que, seguros de sí mismos por considerarse justos, despreciaban a los demás: "Dos hombres fueron al templo a orar: el uno era fariseo, y el otro era uno de esos que cobran impuestos para Roma. El fariseo, de pie, oraba así: 'Oh Dios, te doy gracias porque no soy como los demás, que son ladrones, malvados y adúlteros, ni como ese cobrador de impuestos. Yo ayuno dos veces a la semana y te doy la décima parte de todo lo que gano.' Pero el cobrador de impuestos se quedó a cierta distancia, y ni siquiera se atrevía a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho y decía: '¡Oh Dios, ten compasión de mí, que soy pecador!' Les digo que este cobrador de impuestos volvió a su casa ya justo, pero el fariseo no. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido."


REFLEXIÓN Los “fariseos” de ahora, ¡qué parecidos son a los de antes! “Se sienten seguros de sí mismos y desprecian a los demás”. Son así, ¿por qué? Por las posesiones multiplicadas, por las cuentas bancarias abultadas, por la ambición y el poder político, por los títulos académicos acumulados… Desde ahí nace la ostentación, la altanería, y naturalmente el desprecio de los demás. El evangelio de hoy nos dice: ¡No! Ante Dios no podemos llegar con orgullo, haciendo alarde de nuestras capacidades mundanas, despreciando a los que “tienen” menos. Es preciso reconocer ante sí y ante Dios nuestra pequeñez, y que estamos dispuestos a transformarnos y a hacer el bien, multiplicando solidaridad, construyendo igualdad, demostrando con gestos visibles y concretos fraternidad. Jesús sabía muy bien que, para que acaeciera el Reino, Dios había elegido a los pequeños. Y desde esa pequeñez, pobreza y humildad, nacían las expresiones más bellas de solidaridad y de entrega. Desde lo pequeño es como si Ël actuará en la historia. Por eso, al arrogante lo humillará; mientras que al humilde lo exaltará. Mediante la parábola del fariseo y el publicano, se nos invita a discernir el verdadero espíritu que anima nuestra oración. ¿Eres arrogante? ¿O bien eres humilde?


PARA REFLEXIONAR:

1. ¿En qué se asemeja y se distingue la actitud del fariseo y el publicano?

2. ¿Cuáles actitudes de fariseo y de publicano encuentro en mi vida de relación con Dios? ¿Cómo hacer para mejorar?

3. ¿Me comparo frecuentemente con los demás para poder justificar mi manera de obrar? ¿Qué me pide Jesús al respecto?


ORACIÓN Señor Jesús, te damos gracias por tu Palabra, a través de ella nos damos cuenta que todos somos seres humanos semejantes, con debilidades y pecado, y que sólo por tu infinita misericordia hemos recibido la gracia de tu perdón y la dignidad de ser hijos de Dios, no permitas que caigamos en la tentación de creernos mejores y superiores a los demás, permítenos ser humildes como Tú. Amén.

Domingo, 3 de abril de 2011

“¿CREES TU EN EL HIJO DE DIOS?”

Las lecturas de hoy nos hablan de varios personajes de esta cuaresma: El profeta Samuel, el niño David ungido como rey, Jesús y un ciego de nacimiento. David es el gran ungido en el Antiguo Testamento. Su unción indica no sólo la elección sino sobre todo la presencia divina que le acompaña y guía. Jesucristo nuestro ungido, el nuevo David, el rey colmado tanto de poder como de bondad. Su ministerio es arrancarnos de las tinieblas, sanar nuestra ceguera, regalarnos nueva luz.

PRIMERA LECTURA

SAMUEL 16,1b.6-7-13a

“DIOS NO MIRA LAS APARIENCIAS, MIRA EL CORAZÓN ”

DAVID ES UNGIDO REY DE ISRAEL El Señor dijo a Samuel: ¿Hasta cuándo vas a estar triste por causa de Saúl? Ya no quiero que él siga siendo rey de Israel. Anda, llena de aceite tu cuerno, que quiero que vayas a la casa de Jesé, el de Belén, porque ya escogí como rey a uno de sus hijos. Cuando llegó, Samuel vio a Eliab y pensó: "Con toda seguridad este es el hombre que el Señor ha escogido como rey." Pero el Señor le dijo: "No te fijes en su apariencia ni en su elevada estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón." Jesé presentó a Samuel siete de sus hijos, pero Samuel tuvo que decirle que a ninguno de ellos lo había elegido el Señor. 11 Finalmente le preguntó: ¿No tienes más hijos? Falta el más pequeño, que es el que cuida el rebaño --respondió Jesé. --Manda a buscarlo --dijo Samuel--, porque no comenzaremos la ceremonia hasta que él llegue. Jesé lo mandó llamar. Y el chico era de piel sonrosada, agradable y bien parecido. Entonces el Señor dijo a Samuel: Este es. Así que levántate y conságralo como rey. En seguida Samuel tomó el recipiente con aceite, y en presencia de sus hermanos consagró como rey al joven, que se llamaba David. A partir de aquel momento, el espíritu del Señor se apoderó de él. Después Samuel se despidió y se fue a Ramá.

REFLEXIÓN

El profeta de Dios, Samuel es enviado por Dios a la casa de Jesé, para elegir entre sus hijos al escogido del Señor, se deja llevar por las apariencias y cree ver en Eliab al rey de Israel. Pero con su mirada miope y la Palabra del Señor, aprende que “el hombre se fija en a las apariencias pero el Señor se fija en el corazón”. David fue elegido gracias a que finalmente la mirada de Samuel se dejo llevar por la mirada del Señor, pudo ver con luz de Dios, con esa luz pudo ver las cosas un poco a la manera de Dios. Por eso rechazo lo que parecía evidente y se inclinó por el candidato que nadie hubiera pensado, el menor de los hijos, David, que ni siquiera era contado como hijo, porque recibía tratamiento de siervo y cuidador de rebaños. Es interesante que la Biblia haga un elogio de la belleza de David. No es cosa frecuente en la Escritura ensalzar el aspecto físico de nadie y no se ve al principio qué relación pueda tener esta gallardía con las tareas más bien guerreras y de gobierno que pronto tendrá que asumir este pastorcillo. Pero hay algo ahí: la hermosura, señal de armonía y de salud, la hermosura interior, habla también de un corazón que transparenta algo interior, tanto más notable porque no lo esperaríamos en uno que ha llevado vida de siervo o pastor y que además ha sido relegado por su propia familia. Mas David no está lleno de recelo o resentimiento: su corazón está en otras cosas; al parecer, él sabe remontarse por encima de lo exterior y también tiene algo de la luz del profeta que mira más allá de las apariencias. Esas dos miradas se encuentran y Samuel pronuncia el veredicto de parte de Dios: "¡éste es!" Reflexionemos hoy como nosotros que creemos caminar en la luz, no nos damos cuenta de la oscuridad y la miopía de nuestras visiones y nuestros proyectos. Necesitamos de Jesús, que nos dice en esta Cuaresma: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la Luz de al vida”. Juan 8,12.

SALMO RESPONSORIAL: 22
R: El Señor es mi pastor, nada me falta.

SEGUNDA LECTURA
EFESIOS 5,8-14

“LEVÁNTATE DE ENTRE LOS MUERTOS Y CRISTO SERÁ TU LUZ”

Ustedes antes vivían en la oscuridad, pero ahora, por estar unidos al Señor, viven en la luz. Pórtense como quienes pertenecen a la luz, pues la luz produce toda una cosecha de bondad, rectitud y verdad. Examinen siempre qué es lo que agrada al Señor. No compartan la conducta estéril de los que son de la oscuridad; más bien sáquenla a la luz. Pues hasta vergüenza da hablar de lo que ellos hacen en secreto; pero cuando todas las cosas son puestas al descubierto por la luz, quedan en claro, porque todo lo que se deja poner en claro, participa de la luz. Por eso se dice: "Despierta, tú que duermes; levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará."

REFLEXIÓN

La segunda lectura de hoy nos dice: "Caminen como hijos de la luz. Toda bondad, justicia y verdad son frutos de la luz. Busquen lo que agrada al Señor, sin tomar parte en las obras estériles de las tinieblas." Esto, que es la estrategia central de nuestra Cuaresma en este ciclo, bien merece convertirse en propósito para la vida entera, porque si lo pensamos bien, la Cuaresma es a la Pascua como esta vida es a la eternidad junto a Dios.

LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 9,1-41

“JESÚS DA LA VISTA A UN HOMBRE QUE NACIÓ CIEGO”

Al salir, Jesús vio a su paso a un hombre que había nacido ciego. Sus discípulos le preguntaron: Maestro, ¿por qué nació ciego este hombre? ¿Por el pecado de sus padres, o por su propio pecado? Jesús les contestó: Ni por su propio pecado ni por el de sus padres; fue más bien para que en él se demuestre lo que Dios puede hacer. Mientras es de día, tenemos que hacer el trabajo del que me envió; pues viene la noche, cuando nadie puede trabajar. Mientras estoy en este mundo, soy la luz del mundo. Después de haber dicho esto, Jesús escupió en el suelo, hizo con la saliva un poco de lodo y se lo untó al ciego en los ojos. Luego le dijo: Ve a lavarte al estanque de Siloé (que significa: "Enviado"). El ciego fue y se lavó, y cuando regresó ya podía ver. Los vecinos y los que antes lo habían visto pedir limosna se preguntaban: ¿No es este el que se sentaba a pedir limosna? Unos decían: Sí, es él. Otros decían: No, no es él, aunque se le parece. Pero él mismo decía: Sí, yo soy. Entonces le preguntaron: ¿Y cómo es que ahora puedes ver? Él les contestó: Ese hombre que se llama Jesús hizo lodo, me lo untó en los ojos, y me dijo: 'Ve al estanque de Siloé, y lávate.' Yo fui, y en cuanto me lavé, pude ver. Entonces le preguntaron: ¿Dónde está ese hombre? Y él les dijo: No lo sé. Los fariseos interrogan al ciego que fue sanado El día en que Jesús hizo el lodo y devolvió la vista al ciego era sábado. Por eso llevaron ante los fariseos al que había sido ciego, y ellos le preguntaron cómo era que ya podía ver. Y él les contestó: Me puso lodo en los ojos, me lavé, y ahora veo. Algunos fariseos dijeron: El que hizo esto no puede ser de Dios, porque no respeta el sábado. Pero otros decían: ¿Cómo puede hacer estas señales milagrosas, si es pecador? De manera que hubo división entre ellos, y volvieron a preguntarle al que antes era ciego: Puesto que te ha dado la vista, ¿qué dices de él? Él contestó: Yo digo que es un profeta. Pero los judíos no quisieron creer que había sido ciego y que ahora podía ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: ¿Es este su hijo? ¿Declaran ustedes que nació ciego? ¿Cómo es que ahora puede ver? Sus padres contestaron: Sabemos que este es nuestro hijo, y que nació ciego; pero no sabemos cómo es que ahora puede ver, ni tampoco sabemos quién le dio la vista. Pregúntenselo a él; ya es mayor de edad, y él mismo puede darles razón. Sus padres dijeron esto por miedo, pues los judíos se habían puesto de acuerdo para expulsar de la sinagoga a cualquiera que reconociera que Jesús era el Mesías. Por eso dijeron sus padres: "Pregúntenselo a él, que ya es mayor de edad." Los judíos volvieron a llamar al que había sido ciego, y le dijeron: Dinos la verdad delante de Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es pecador. Él les contestó: Si es pecador, no lo sé. Lo que sí sé es que yo era ciego y ahora veo. Volvieron a preguntarle: ¿Qué te hizo? ¿Qué hizo para darte la vista? Les contestó: Ya se lo he dicho, pero no me hacen caso. ¿Por qué quieren que se lo repita? ¿Es que también ustedes quieren seguirlo? Entonces lo insultaron, y le dijeron: Tú serás discípulo de ese hombre; nosotros somos discípulos de Moisés. Y sabemos que Dios le habló a Moisés,] pero de ese no sabemos ni siquiera de dónde ha salido. El hombre les contestó: ¡Qué cosa tan rara! Ustedes no saben de dónde ha salido, y en cambio a mí me ha dado la vista. Bien sabemos que Dios no escucha a los pecadores; solamente escucha a los que lo adoran y hacen su voluntad. Nunca se ha oído decir de nadie que diera la vista a una persona que nació ciega. Si este hombre no viniera de Dios, no podría hacer nada. Le dijeron entonces: Tú, que naciste lleno de pecado, ¿quieres darnos lecciones a nosotros? Y lo expulsaron de la sinagoga. Ciegos espirituales Jesús oyó decir que habían expulsado al ciego; y cuando se encontró con él, le preguntó: ¿Crees tú en el Hijo del hombre? Él le dijo: Señor, dime quién es, para que yo crea en él. Jesús le contestó: Ya lo has visto: soy yo, con quien estás hablando. Entonces el hombre se puso de rodillas delante de Jesús, y le dijo: Creo, Señor. Luego dijo Jesús: Yo he venido a este mundo para hacer juicio, para que los ciegos vean y para que los que ven se vuelvan ciegos. Algunos fariseos que estaban con él, al oir esto, le preguntaron: ¿Acaso nosotros también somos ciegos? Jesús les contestó: Si ustedes fueran ciegos, no tendrían culpa de sus pecados. Pero como dicen que ven, son culpables.

REFLEXIÓN:

Recordemos que el domingo pasado teníamos también una historia de San Juan, teníamos la historia hermosa de otro encuentro, del diálogo entre Jesús y la samaritana. En esta ocasión también tenemos a Jesús con otra persona, y otra persona que está en necesidad, pero su necesidad es distinta; el relato de la curación de un ciego de nacimiento. Jesús realiza esta curación, pero no es sólo el acto de misericordia o el acto de poder divino lo que atrae nuestra atención; sino cómo, a través del desarrollo mismo de los acontecimientos, Jesús hace una maravillosa catequesis que culmina precisamente cuando le pregunta a este ciego si cree en el Hijo del hombre, si cree en el enviado de Dios. Y entonces el ciego, una vez curado, le pregunta quién es, y Jesús se revela ante este hombre, y le dice: "Soy yo" Juan 9,37, y entonces, el que era ciego, dice: "Sí creo" Juan 9,38 y adora a Jesucristo. Es decir que toda esta narración, toda esta curación, no lleva simplemente a que este hombre recupere su capacidad para ver la luz del sol, o para ver las cosas de este mundo; sino se trata sobre todo de que se encuentre con el sol divino, se encuentre con la luz verdadera y celestial, se encuentre con esa luz que no muere, que se encuentre con la Luz del Señor. Porque la luz de este sol muere, de hecho muere cada día. En cambio, la luz divina, la luz de esta revelación que se da en Jesucristo, esa no acaba, esa no muere. Es decir que la verdadera ceguera es no reconocer a Jesucristo, y la verdadera luz es el mismo Cristo. Y tener vista, gozar de la vista, gozar de la visión es poder reconocer a Jesús; reconocerlo como Aquel que necesitamos, reconocerlo como el único que puede marcar un antes y un después en nuestra vida. "Antes de Cristo" y "después de Cristo". Así tiene que suceder también en nosotros. Antes de que yo reconociera a Jesús como mi Señor, es una vida, o más bien en muerte; y después de que he empezado a reconocer a Jesús como mi Señor, esa es la plenitud de gracia, porque por Él hemos recibido la gracia y la verdad. Este texto también nos habla de cómo vivir el Camino de la Luz, que vivió el ciego de nacimiento, te invitamos a que lo sigas de la mano del evangelio: Son cinco pasos.

Primero: Es la toma de conciencia de la oscuridad de la vida. Reconocer la ceguera, el ciego era ciego de nacimiento y reconocía su ceguera.

Segundo: Es el encuentro con Jesús, como él se encuentra con el ciego, aparece como el autor de la luz y la Luz misma de la vida humana.

Tercero: Es el baño de la regeneración que todo lo transforma: Vé a lavarte a la piscina de Siloé, él fue, se lavó y recobro la vista.

Cuarto: es el testimonio personal de Jesús que da el que ahora ve. Su encuentro con Jesús le permite un diálogo personal con él y una declaración de fe: Jesús es el Profeta de Dios, el Hijo del Hombre, el Mesías, y postrándose ante él, lo adora.

Quinto: es una vida de discipulado. ha conocido al Señor, se ha entregado a él y da testimonio; ahora, está a sus pies como discípulo, para aprender todo de él, para vivir todo con él. Y esta vida de discípulo le trae consecuencias costosas: denunciar las obras de las tinieblas que hay a su alrededor, rechazarlas y hasta ser expulsado de la sinagoga para vivir ahora como hombre nuevo en la Escuela de Jesús.


En el ciego estamos todos representados, y como él, podemos vivir en esta Cuaresma el camino hacia la luz. Trabajemos duro para hacerlo y pidamos la fuerza del Señor.

PARA REFLEXIONAR:

1. ¿Qué significa para nosotros vivir en la oscuridad, en ceguera?

2. ¿Qué áreas de mi vida están en ceguera (mi vida sentimental, mi área económica, espiritual etc?

ORACIÓN

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temere?, Señor gracias por llamarnos a caminar contigo, ayúdanos a tener tu mirada, que no mira las apariencias sino el corazón. Señor queremos ir caminando en este tiempo de Cuaresma hacia tu Luz Verdadera, que seas tú quien nos conduzca en el Camino de la Vida, donde siempre podamos ver. Amén.

Lunes 4 de abril 2011

“REGRESA A CASA, TU HIJO YA ESTA SANO”


PRIMERA LECTURA

ISAÍAS 65,17-21

"YA NO SE OIRÁN GEMIDOS NI LLANTOS"


"Miren, yo voy a crear un cielo nuevo y una tierra nueva. Lo pasado quedará olvidado, nadie se volverá a acordar de ello. Llénense de gozo y alegría para siempre por lo que voy a crear, porque voy a crear una Jerusalén feliz y un pueblo contento que viva en ella. Yo mismo me alegraré por Jerusalén y sentiré gozo por mi pueblo. En ella no se volverá a oir llanto ni gritos de angustia. Allí no habrá niños que mueran a los pocos días, ni ancianos que no completen su vida. Morir a los cien años será morir joven, y no llegar a los cien años será una maldición. La gente construirá casas y vivirá en ellas, sembrará viñedos y comerá sus uvas.

REFLEXIÓN

¿A quién no le gusta un anuncio de alegría? La lectura de Isaías es una promesa de alegría, de salud, de abundancia, paz, seguridad, de bendición. Dios compromete su propia palabra para decir todas las maravillas que van a venir sobre su pueblo elegido. El llanto, la tristeza se alejan, el temor desaparece, la paz se afianza, la esperanza crece, el gozo de todos va en aumento. Es un panorama maravilloso, se parece mucho al paraíso, descrito en Génesis. Pero es que si hay un nuevo paraíso es porque hay primero una nueva creación, y es aquí donde debemos poner el énfasis. Precisamente, las palabras del texto empiezan diciendo: "Olviden lo pasado, voy a hacer un cielo nuevo, voy a hacer una tierra nueva". Es decir, el Dios que lo creó todo puede volver a crearlo todo, Dios tiene suficiente poder y sabiduría para hacer este y muchos más universos, y por eso es posible la nueva creación.

Y esta es una clave muy importante para comprender lo que significa la vida y la obra de Jesucristo; con Él empieza una nueva historia, con Él empieza la nueva creación, y la puerta para asomarnos a esa nueva creación es darle pleno permiso, total autoridad y autorización a Dios para que Él haga todo lo que quiere hacer y esa total autorización, esa absoluta confianza en el Señor, es exactamente lo que significa la palabra "fe".

SALMO RESPONSORIAL: 29

R: Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.


LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 4, 43-54

“ANDA, TU HIJO ESTA CURADO”

Pasados esos dos días, Jesús salió de Samaria y siguió su viaje a Galilea. Porque, como él mismo dijo, a un profeta no lo honran en su propia tierra. Cuando llegó a Galilea, los de aquella región lo recibieron bien, porque también habían ido a la fiesta de la Pascua a Jerusalén y habían visto todo lo que él hizo entonces. Jesús regresó a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Y había un alto oficial del rey, que tenía un hijo enfermo en Cafarnaúm. Cuando el oficial supo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verlo y le rogó que fuera a su casa y sanara a su hijo, que estaba a punto de morir. Jesús le contestó: --Ustedes no creen, si no ven señales y milagros. Pero el oficial le dijo: --Señor, ven pronto, antes que mi hijo se muera. Jesús le dijo entonces: --Vuelve a casa; tu hijo vive. El hombre creyó lo que Jesús le dijo, y se fue. Mientras regresaba a su casa, sus criados salieron a su encuentro y le dijeron: --¡Su hijo vive! Él les preguntó a qué hora había comenzado a sentirse mejor su hijo, y le contestaron: --Ayer a la una de la tarde se le quitó la fiebre. El padre cayó entonces en la cuenta de que era la misma hora en que Jesús le dijo: "Tu hijo vive"; y él y toda su familia creyeron en Jesús. Esta fue la segunda señal milagrosa que hizo Jesús, cuando volvió de Judea a Galilea.

REFLEXIÓN:

Jesús, cura al hijo de un funcionario romano. Con sólo su palabra, Jesús cura a distancia; a un extranjero, a un pagano. Jesús rompe fronteras y sumisiones a leyes e instituciones anquilosadas. Ante el rechazo y la incomprensión de los jefes religiosos, Jesús cambia su programa. El episodio anuncia el modo cómo Jesús va a emprender su tarea de salvación. En lo sucesivo irá en busca del ser humano necesitado de vida. La Palabra que es Jesús ha propuesto el cambio de relación entre Dios y el ser humano, con la desaparición de las antiguas instituciones, sustituidas por su persona: comienza la nueva época de la humanidad, un cielo nuevo y una tierra nueva, como lo dice en la primera lectura Isaías. Jesús aparece triunfando sobre la muerte, dando vida y dando una nueva esperanza.


Pero miremos también al funcionario romano, este hombre, es alguien que tiene el poder, pero se da cuenta que algo como la enfermedad de su hijo se escapa de sus manos. Y esa es la clave para la fe: hay cosas que están en nuestras manos, hay cosas que nosotros podemos hacer, pero hay cosas que no podemos; hay cosas en las cuales nuestra única estrategia, la única, es la confianza.. Dios tiene promesas inagotables para nosotros pero hay que abrirse a la fe o confianza radical en el poder de Dios Padre manifiesto en su Hijo para poder experimentarlas, Dios quiere que vivamos en fe pero con un sano equilibrio, con una actitud comprometida, seria y racional en pro de la propia vida.

PARA REFLEXIONAR:


1 ¿Cuál es la fe que Jesucristo quiere en nosotros?

2. ¿Cuál es nuestro papel en esa nueva creación, en ese cielo nuevo y tierra nueva de la cual nos hablan hoy?

ORACIÓN

Señor, gracias por tus promesas maravillosas de esperanza, el pasado está olvidado, hay un cielo y una tierra nueva, llena de gozo alegría, abundancia; queremos poder experimentar de tus bendiciones unidos a tu hijo Jesucristo, seguir adelante pero caminando siempre contigo, Señor que podamos perseverar y nunca claudicar. Amén

Martes 5 de abril 2011

“LEVÁNTATE Y LUCHA POR LA VIDA”

PRIMERA LECTURA


EZEQUIEL 47,1-9.12

"EL AGUA QUE BROTA DEL TEMPLO"

El hombre me hizo volver después a la entrada del templo. Entonces vi que por debajo de la puerta brotaba agua, y que corría hacia el oriente, hacia donde estaba orientado el templo. El agua bajaba por el lado derecho del templo, al lado sur del altar. Luego me hizo salir del terreno del templo por la puerta norte, y me hizo dar la vuelta por fuera hasta la entrada exterior que miraba al oriente. Un pequeño chorro de agua brotaba por el lado sur de la entrada. El hombre salió hacia el oriente con una cuerda en la mano, midió quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba a los tobillos. Luego midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba entonces hasta las rodillas. Midió otros quinientos metros y me hizo cruzar la corriente; el agua me llegaba ya a la cintura. Midió otros quinientos metros y la corriente era ya un río que no pude atravesar; se había convertido en un río tan hondo que solo se podía cruzar a nado. Entonces me dijo: "Fíjate bien en lo que has visto." Después me hizo volver por la orilla del río, y vi que en las dos orillas había muchos árboles. Entonces me dijo: "Esta agua corre hacia la región oriental y llega hasta la cuenca del Jordán, de donde desembocará en el Mar Muerto. Cuando llegue allá, el agua del mar se volverá dulce. En cualquier parte a donde llegue esta corriente, podrán vivir animales de todas clases y muchísimos peces. Porque el agua de este río convertirá el agua amarga en agua dulce, y habrá todo género de vida. En las dos orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales. Sus hojas no se caerán nunca, ni dejarán de dar fruto jamás. Cada mes tendrán fruto, porque estarán regados con el agua que sale del templo. Los frutos servirán de alimento y las hojas de medicina.

REFLEXIÓN

Uno de los profetas más audiovisuales, en el Antiguo Testamento, es Ezequiel, utiliza muchas imágenes para que queden grabadas en nuestra mente, sino recordemos a Ezequiel y la visión de los huesos secos. Hoy tenemos la imagen de un río que crece solo, y es un río que nace del templo, y es un río que lleva vida y que lleva salud a todas partes. Cuando el profeta Ezequiel imaginaba la nueva Jerusalén, veía brotar una fuente del umbral del mismísimo templo. No hay que tomar todos los detalles en sentido material , ya que son imágenes simbólicas. Dios anuncia aquí unos tiempos maravillosos: del Templo sale una fuente, cuyo curso crece hasta llegar a ser un torrente caudaloso. ¡ABUNDANCIA!

Dios no retiene sus bienes, los reparte generosamente. Se trata de una gracia tan abundante que no tiene precedentes, es un torrente que fertiliza el desierto y limpia las aguas del mar Muerto. En las riberas de este torrente crecen de nuevo los árboles de la vida, y que dan cada mes una nueva cosecha. El evangelio nos deja ver que ese verdadero templo es Cristo, cumpliéndose la visión del profeta, siendo fuente de agua viva y fuente de vida para otros y para nosotros.

SALMO RESPONSORIAL: 45

R: El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob.


LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 5,1-3.5-16

“AL MOMENTO EL HOMBRE QUEDO SANO”

Algún tiempo después, los judíos celebraban una fiesta, y Jesús volvió a Jerusalén. En Jerusalén, cerca de la puerta llamada de las Ovejas, hay un estanque que en hebreo se llama Betzatá. Tiene cinco pórticos, en los cuales se encontraban muchos enfermos, ciegos, cojos y tullidos echados en el suelo. Había entre ellos un hombre que estaba enfermo desde hacía treinta y ocho años. Cuando Jesús lo vio allí acostado y se enteró del mucho tiempo que llevaba así, le preguntó: --¿Quieres recobrar la salud? El enfermo le contestó: --Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando se remueve el agua. Cada vez que quiero meterme, otro lo hace primero. Jesús le dijo: --Levántate, alza tu camilla y anda. En aquel momento el hombre recobró la salud, alzó su camilla y comenzó a andar. Pero como era sábado, los judíos dijeron al que había sido sanado: --Hoy es sábado; no te está permitido llevar tu camilla. Aquel hombre les contestó: --El que me devolvió la salud, me dijo: 'Alza tu camilla y anda.' Ellos le preguntaron: --¿Quién es el que te dijo: 'Alza tu camilla y anda'? Pero el hombre no sabía quién lo había sanado, porque Jesús había desaparecido entre la mucha gente que había allí. Después Jesús lo encontró en el templo, y le dijo: --Mira, ahora que ya estás sano, no vuelvas a pecar, para que no te pase algo peor. El hombre se fue y comunicó a los judíos que Jesús era quien le había devuelto la salud. Por eso los judíos perseguían a Jesús, pues hacía estas cosas en sábado. Pero Jesús les dijo: --Mi Padre siempre ha trabajado, y yo también trabajo.

REFLEXIÓN:

Este evangelio nos interpela a los que, de una forma u otra, nos sentimos inválidos, paralizados para el amor, la solidaridad, el trabajo por la justicia y la paz; inválidos a causa de las pasiones, odio, codicia, corrupción, egoísmo… Jesús encuentra y sana a un hombre que ha vivido postrado toda su vida, esperando la sanación milagrosa. La figura de este enfermo representa la masa de enfermos y marginados, excluidos de la fiesta. Jesús hace capaz de caminar por su cuenta, de elegir su propio camino, al paralítico que no podía ni moverse. Lo cura y salva con su Palabra, no precisamente con las aguas agitadas de la piscina. El inválido, con su integridad recobrada, se siente auténticamente libre. Jesús, con su actitud positiva y solidaria, comunica vida. Frente a la insolidaridad, Jesús transgrede la ley del sábado, y libera al inválido, aunque su liberación se ve amenazada por el legalismo de unos pocos. Jesús regenera a las personas inválidas y marginadas.

PARA REFLEXIONAR:

1. ¿Estamos inválidos, paralizados en algunas áreas de nuestra vida?

2. ¿Tenemos nosotros inválidos a nuestro lado, a quienes podemos “re-validar” y regenerar, tal como hizo Jesús?

ORACIÓN

Sumérgenos Señor en tu fuente de vida, no permitas que sigamos paralizados, ni que vivamos aún con nuestra vieja vestidura. Señor que por tu Espíritu Santo tu nos renueves y podamos vivir una vida desbordante, dando verdaderos frutos y llevando a que otros te conozcan y te sigan. Amén

Miércoles 6 de abril de 2011

“QUIEN ESCUCHA MI PALABRA, CREE Y LA SIGUE TIENE VIDA ETERNA”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 49,8-15

“TE HE CONSTITUÍDO ALIANZA DEL PUEBLO, PARA RESTAURAR EL PAÍS”

El Señor dice: "Vino el momento de mostrar mi bondad, y te respondí; llegó el día de la salvación, y te ayudé. Yo te protegí para establecer por ti mi alianza con el pueblo, para reconstruir el país, para hacer que tomen posesión de las tierras arrasadas, para decir a los presos: 'Queden libres', y a los que están en la oscuridad: 'Déjense ver.' Junto a todos los caminos encontrarán pastos, y en cualquier monte desierto tendrán alimento para su ganado. "No tendrán hambre ni sed, ni los molestará el sol ni el calor, porque yo los amo y los guío, y los llevaré a manantiales de agua. Abriré un camino a través de las montañas y haré que se allanen los senderos." ¡Miren! Vienen de muy lejos: unos del norte, otros de occidente, otros de la región de Asuán. ¡Cielo, grita de alegría! ¡Tierra, llénate de gozo! ¡Montañas, lancen gritos de felicidad! Porque el Señor ha consolado a su pueblo, ha tenido compasión de él en su aflicción. "Sión decía: 'El Señor me abandonó, mi Dios se olvidó de mí.' Pero ¿acaso una madre olvida o deja de amar a su propio hijo? Pues aunque ella lo olvide, yo no te olvidaré.

REFLEXIÓN
Hoy hemos oído uno de los pasajes más bellos del Antiguo Testamento. Dios declara y describe su amor tomando la tierna imagen del amor de una madre. Descubramos en este solo hecho cuánto se equivocan los que nos han dicho que el Dios del Antiguo Testamento es un Dios que sólo sabe de guerras, iras, castigos y justicia implacable. Algunos autores, quieren oponer el Dios del Nuevo Testamento y el Dios del Antiguo Testamento, y quieren que pensemos que la gracia y el amor no son la culminación sino la contradicción de lo que Dios había hecho con los patriarcas, los profetas, y los reyes. La realidad es muy distinta: Dios declaró su amor desde antiguo y no lo ocultó a nuestros padres en la fe, y nos lo revela hoy nuevamente a nosotros. ¿Por qué entonces no aceptaron ellos ese plan? ¿Por qué fue entonces necesaria la venida del Mesías y su dolorosa pasión? ¿Lo aceptamos ahora nosotros?. ¿Creemos y aceptamos su amor y su misericordia?

SALMO RESPONSORIAL: 144
R: El Señor es clemente y misericordioso.

LECTURA EVANGELIO
JUAN 5, 17-30

“EL HIJO DA LA VIDA A QUIENES QUIERE”

Pero Jesús les dijo: --Mi Padre siempre ha trabajado, y yo también trabajo. Por esto, los judíos tenían aún más deseos de matarlo, porque no solamente no observaba el mandato sobre el sábado, sino que además se hacía igual a Dios al decir que Dios era su propio Padre. La autoridad del Hijo de Dios Jesús les dijo: "Les aseguro que el Hijo de Dios no puede hacer nada por su propia cuenta; solamente hace lo que ve hacer al Padre. Todo lo que hace el Padre, también lo hace el Hijo. Pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que hace; y le mostrará cosas todavía más grandes, que los dejarán a ustedes asombrados. Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, también el Hijo da vida a quienes quiere dársela. Y el Padre no juzga a nadie, sino que le ha dado a su Hijo todo el poder de juzgar, para que todos den al Hijo la misma honra que dan al Padre. El que no honra al Hijo, tampoco honra al Padre, que lo ha enviado. "Les aseguro que quien presta atención a lo que yo digo y cree en el que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, pues ya ha pasado de la muerte a la vida. Les aseguro que viene la hora, y es ahora mismo, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán. Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha hecho que el Hijo tenga vida en sí mismo, y le ha dado autoridad para juzgar, por cuanto que es el Hijo del hombre. No se admiren de esto, porque va a llegar la hora en que todos los muertos oirán su voz y saldrán de las tumbas. Los que hicieron el bien, resucitarán para tener vida; pero los que hicieron el mal, resucitarán para ser condenados. Pruebas de la autoridad de Jesús "Yo no puedo hacer nada por mi propia cuenta. Juzgo según el Padre me ordena, y mi juicio es justo, pues no trato de hacer mi voluntad sino la voluntad del Padre, que me ha enviado.

REFLEXIÓN
Qué falsos somos, a veces, los cristianos! Nos acobardamos pronto ante cualquier crítica, mofa u oposición. ¡Pero, qué valiente Jesús! Ante la hostilidad y persecusión extrema de los líderes judíos, que traman eliminarlo, él se vuelve mas fuerte. Y da razón patente de su compromiso con la vida y con el reino. La ley no es la expresión suprema de la voluntad divina. Jesús expone el fundamento de su actividad liberadora. Él es la voluntad y el designio de Dios Creador. Su unión íntima con el Padre es la fuerza que le impulsa. Él y su Padre son misericordiosos. Ese es su rostro y el rostro de Dios, mejor aún ese es su corazón. Desde que Jesús nos habló del Padre misericordioso, las cosas ya no son como antes; ahora conocemos a Dios: es nuestro Padre, que por amor nos ha creado libres y dotados de conciencia, que sufre si nos perdemos y que hace fiesta si regresamos Jesús nos muestra que la misericordia es la “nueva Ley” en el reino de Dios, superando la fidelidad literal a la ley. Jesús nos llama a participar de esa misma vida plena, eterna, de Dios, siempre y cuando hayamos sido capaces de sobreponernos a nuestro egoísmo, y hayamos sido capaces de amar a los hermanos, después de creerle y honrarle a él.

PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Intentamos sinceramente vivir la voluntad de Dios sin miedo al ridículo, a la critica a la hostilidad de los que nos rodean?
2. ¿Hacemos de la misericordia y el amor las actitudes más fundamentales de nuestra vida?

ORACIÓN
Señor, gracias por tu amor infinito y maravilloso, por ser un Padre lleno de miseriordia para con todos nosotros. Señor que así como Jesús lo hacía podamos mostrar tu rostro de amor y misericordia a los que nos rodean, que a través nuestro, ellos te conozcan y te amen. Señor tu conoces nuestras debilidades, te pedimos nos fortalezcas para dar un verdadero testimonio de vida. Amén

Jueves, 7 de abril de 2011


“QUIERES VENIR A MI PARA TENER VIDA PLENA”


PRIMERA LECTURA


ÉXODO 32,7-14


“ARREPIÉNTETE DE LA AMENAZA CONTRA TU PUEBLO”

Entonces el Señor le dijo a Moisés: --Anda, baja, porque tu pueblo, el que sacaste de Egipto, se ha echado a perder. Muy pronto se han apartado del camino que yo les ordené seguir. Se han hecho un becerro de oro fundido, y lo están adorando y presentándole ofrendas; y dicen: '¡Israel, este es tu dios, que te sacó de Egipto!' Además, el Señor le dijo a Moisés: --Me he fijado en esta gente, y me he dado cuenta de que son muy tercos. ¡Ahora déjame en paz, que estoy ardiendo de enojo y voy a acabar con ellos! Pero de ti voy a hacer una gran nación. Moisés, sin embargo, trató de calmar al Señor su Dios con estas palabras: --Señor, ¿por qué vas a arder de enojo contra tu pueblo, el que tú mismo sacaste de Egipto con gran despliegue de poder? ¿Cómo vas a dejar que digan los egipcios: 'Dios los sacó con la mala intención de matarlos en las montañas, para borrarlos de la superficie de la tierra'? Deja ya de arder de enojo; renuncia a la idea de hacer daño a tu pueblo. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo y les dijiste: 'Haré que los descendientes de ustedes sean tan numerosos como las estrellas del cielo, y toda esta tierra que les he prometido a ustedes se la daré como su herencia para siempre.' El Señor renunció a la idea que había expresado de hacer daño a su pueblo.


REFLEXIÓN


Una de las cosas interesantes de la primera lectura de hoy es que cuando Dios le habla a Moisés le dice: "se ha pervertido tu pueblo, el que tú sacaste de Egipto"; y Moisés responde: "¿por qué se va a desahogar tu rabia contra tu pueblo, al que tú sacaste de Egipto?". Uno podría preguntarse de quién es ese pueblo: rebelde y a la vez amado; ingrato y a la vez agraciado. Ese pueblo se llama Israel, pero lleva también el nombre de cada uno de nosotros. En nosotros ha brillado la gracia y ha aparecido la ingratitud; somos espejos de la misericordia y monumentos a la miseria; quien nos conozca puede ver cuánto nos ha amado Dios... y cuán poco le hemos amado nosotros. Lo que nosotros solemos llamar "terquedad" o "rebeldía" tiene un nombre expresivo en la Biblia: "dureza de corazón". El fruto de esa dureza es volverse impermeable a la Palabra de Dios. Y el desenlace de quedarse sin la palabra que da vida es vivir en oscuridad y camino a la "muerte".


SALMO RESPONSORIAL: 105


R: Acuérdate de nosotros, por amor a tu pueblo.


LECTURA DEL EVANGELIO


JUAN 5, 31-47


“MOISÉS SERÁ EL ACUSADOR DE USTEDES”

Si yo diera testimonio en favor mío, mi testimonio no valdría como prueba. Pero hay otro que da testimonio en favor mío, y me consta que su testimonio sí vale como prueba. Ustedes enviaron a preguntarle a Juan, y él dio testimonio a favor de la verdad. Pero yo no dependo del testimonio de ningún hombre. Solo digo esto para que ustedes alcancen la salvación. Juan era como una lámpara que ardía y alumbraba, y ustedes quisieron gozar de su luz por un corto tiempo. Pero tengo a mi favor un testimonio más valioso que el de Juan. Lo que yo hago, que es lo que el Padre me encargó que hiciera, comprueba que de veras el Padre me ha enviado. Y también el Padre, que me ha enviado, da testimonio a mi favor, a pesar de que ustedes nunca han oído su voz ni lo han visto, ni dejan que su palabra permanezca en ustedes, porque no creen en aquel que el Padre envió. Ustedes estudian las Escrituras con mucho cuidado, porque esperan encontrar en ellas la vida eterna; sin embargo, aunque las Escrituras dan testimonio de mí, ustedes no quieren venir a mí para tener esa vida. "Yo no acepto gloria que venga de los hombres. Además, los conozco a ustedes y sé que no tienen el amor de Dios. Yo he venido en nombre de mi Padre, y ustedes no me aceptan; en cambio, si viniera otro en nombre propio, a ese lo aceptarían. ¿Cómo pueden creer ustedes, si reciben gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que viene del Dios único? No crean que yo los voy a acusar delante de mi Padre; el que los acusa es Moisés mismo, en quien ustedes han puesto su confianza. Porque si ustedes le creyeran a Moisés, también me creerían a mí, porque Moisés escribió acerca de mí. Pero si no creen lo que él escribió, ¿cómo van a creer lo que yo les digo?"

REFLEXIÓN:


Cuando alguien es llevado a juicio, necesita testigos que declaren a favor o en contra del acusado. Los dirigentes judíos juzgan a Jesús porque hace milagros en sábado y dice que Dios es su Padre (5,16-18). Jesús llama a tres testigos en su favor: Juan Bautista, Moisés y Dios mismo. Juan Bautista dio testimonio en favor de Jesús. Moisés también porque la Ley mandaba amar a Dios y al prójimo y Jesús realiza las antiguas promesas porque comunica vida. Por eso él es superior a la Ley. Dios da testimonio en favor de Jesús por los milagros que está haciendo. El único criterio para discernir entre el bien y el mal será siempre la actitud en favor del ser humano, especialmente del más necesitado. Si Dios es Dios de vida, entonces Jesús, que da vida a la gente, está haciendo las obras de Dios. ¿Por qué los jefes no creen? Sencillamente porque sus propios intereses los cierran al amor de Dios y a la fe en Jesús.


PARA REFLEXIONAR:


1. ¿Qué testimonio damos nosotros de que creemos realmente en Jesús?

2 ¿Aún tomo actitudes de rebeldía y terquedad como el pueblo de Israel? ¿Otros dioses forman parte de mi vida?


ORACIÓN


Dios y Padre nuestro queremos tener un corazon siempre agradecido contigo, por que nos sacaste de la esclavitud, por que nos has devuelto a la luz, porque nos has dado vida; Señor que siempre recordemos y reconozcamos tu obra en nosotros, que no busquemos otros ídolos, otras prioridades, sino que siempre mantengamos la mirada en tí y en tu proyecto. Amén

Viernes 8 de abril de 2011

“¿CONOCEMOS Y SABEMOS QUIÉN ES JESÚS Y CUÁL ES SU PROYECTO?”


PRIMERA LECTURA


SABIDURÍA 2,1 a-12-22


“EL FASTIDIO QUE CAUSA EL BIEN”

Se dijeron los impíos, razonando equivocadamente: "Acechemos al justo, que nos resulta incómodo: se opone a nuestras acciones, nos echa en cara nuestros pecados, nos reprende nuestra educación errada; declara que conoce a Dios y se da el nombre de hijo del Señor; es un reproche para nuestras ideas y sólo verlo da grima; lleva una vida distinta de los demás, y su conducta es diferente; nos considera de mala ley y se aparta de nuestras sendas como si fueran impuras; declara dichoso el fin de los justos y se gloría de tener por padre a Dios. Veamos si sus palabras son verdaderas, comprobando el desenlace de su vida. Si es el justo hijo de Dios, lo auxiliará y lo librará del poder de sus enemigos; lo someteremos a la prueba de la afrenta y la tortura, para comprobar su moderación y apreciar su paciencia; lo condenaremos a muerte ignominiosa, pues dice que hay quien se ocupa de él." Así discurren, y se engañan, porque los ciega su maldad; no conocen los secretos de Dios, no esperan el premio de la virtud ni valoran el galardón de una vida intachable.

REFLEXIÓN

El fastidio que causa el bien…. ¿No debería ser al contrario? ¿No debería ser el mal lo que causara fastidio y fuera repelido, mientras el bien es acogido y justamente alabado? Sin embargo, las lecturas de hoy nos invitan a encarar una dura realidad: el bien y los buenos resultan fastidiosos para un mundo lleno de pactos y alianzas con la maldad. Una vez que el mal se ha vuelto un buen negocio y una forma de vida que reporta los dividendos del placer y el lucro, la bondad sólo tiene un nombre: estorbo. Es tan grande la ilusión de fortaleza que crean las alianzas del mal que los malvados miran con cínico escepticismo los esfuerzos del que quiere ser bueno, y por ello disfrutan del placer de preguntarse en qué parará toda esa virtud si es puesta a prueba. Su mente burlona y cruel necesita asegurarse de que no hay otra posibilidad ni otro camino que aliarse con el mal y por eso les parece imperioso aplastar al que no va por el camino que ellos juzgan único posible. Y así brotan, sus palabras: "Veamos si es verdad lo que dice, comprobemos cómo le va al final. Porque si el justo es hijo de Dios, él lo asistirá y lo librará de las manos de sus adversarios. Probémoslo con ofensas y tortura: así veremos hasta dónde llega su paciencia y comprobaremos su resistencia. Pero recordemos que el Señor no nos abandona. El justo por la fe vivirá. Su fruto se visualizará tarde o temprano y prevalecerá por encima de todo.

SALMO RESPONSORIAL: 33

R: El Señor está cerca de los atribulados.

LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 7,1-2.10.25-30

“ INTENTABAN AGARRARLO, PERO TODAVÍA NO HABÍA LLEGADO SU HORA”


En aquel tiempo, recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las tiendas. Después que sus parientes se marcharon a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas. Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: "¿No es éste el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene." Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: "A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; a ése vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado." Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.


REFLEXIÓN:


La fiesta de las chozas era la más popular de todas las que se celebraban en Jerusalén. Los jefes judíos andaban buscando a Jesús para matarlo, por eso no puede ir él abiertamente, sino que lo hace de incógnito. Se presenta en el Templo cuando ya la multitud le sirve de escudo protector. Y, desafiando a la institución, proclama solemnemente que él viene de Dios y que, si ellos no lo reconocen, no es por culpa de sí mismo, sino porque ellos han abandonado los mandatos de Dios por seguir mandatos puramente humanos. Tienen mala voluntad y son represores, por eso el pueblo les tiene miedo y no se atreve a expresar qué piensa de Jesús. Jesús enseña en el templo y enuncia dos criterios para distinguir quién es de Dios y quién se aprovecha del nombre de Dios para oprimir al pueblo: Todo el que sirve a la vida y bien de la gente viene de Dios. Todo el que oprime y busca ganar prestigio personal no es de Dios.


PARA REFLEXIONAR:


1. ¿Nosotros en qué lugar estamos? ¿Optamos por la vida, por un Jesús que libera, o le damos la espalda a Dios, y optamos por la injusticia, prevalecen nuestros intereses personales, nos olvidamos del pobre y necesitado, optamos por la opresión que esclaviza?


ORACIÓN


Amado Dios, eres nuestra roca y nuestra fortaleza, ayúdanos a vivir una vida en rectitud, en la construcción de tu Reino, que a pesar de que el mundo busque desanimarnos, atacarnos, perseguirnos, siempre luchemos y busquemos hacer el bien y seamos vida para otros a pesar de las circunstancias. Amén

Sábado 9 de abril de 2011

“¿CONDENAMOS A NUESTRO HERMANO SIN ESCUCHARLO?”


PRIMERA LECTURA:


JEREMÍAS 11,18-20


“HE PUESTO MI CAUSA EN TUS MANOS”


El Señor me hizo saber que mis enemigos estaban tramando algo malo. Él me abrió los ojos, para que me diera cuenta. Yo estaba tranquilo, como un cordero que llevan al matadero, sin saber que estaban haciendo planes contra mí. Decían: "Cortemos el árbol ahora que está en todo su vigor; arranquémoslo de este mundo de los vivientes, para que nadie vuelva a acordarse de él."


Pero tú, Señor todopoderoso, eres un juez justo; tú conoces hasta lo más íntimo del hombre. Hazme ver cómo castigas a esa gente, pues he puesto mi causa en tus manos.


REFLEXIÓN


Jeremías, en medio de su angustia y temor, sólo cuenta con Dios. Es el cuadro que conocemos; la realidad que viven millones de personas, inocentes, perseguidas, desplazadas, pobres, cuyas vidas experimentan la desesperanza. Este texto pertenece a lo que se ha dado en llamar “las confesiones de Jeremías”. El profeta proclama la libertad que guía la elección de Dios cuando recurre a los hombres para que hablen en su nombre. Toda la vida Jeremías lo testimonia: la palabra de Dios ha irrumpido en él y le ha obligado a proclamar por todas partes el derecho de Dios, aunque él sólo aspiraba a vivir tranquilo. El versículo 20 podría entristecernos. Sin embargo es sólo el reflejo del sufrimiento del perseguido, que desnuda su corazón ante Dios. Aunque parezca haber una reminiscencia de la ley del talión, Jeremías no recurre a una acción de carácter punitivo, sino de abandono en el Señor. Evidentemente, Jesús dará un paso más, cuando ore por sus enemigos. Hay, por lo menos, un lugar en el que ningún hombre es olvidado: el Corazón de Dios. La confianza del profeta lo saca adelante y le hace superar la prueba. Que esta certeza sea nuestro consuelo y confortación.


SALMO RESPONSORIAL: 7


R: Señor, Dios mío, a ti me acojo.


LECTURA DEL EVANGELIO


JUAN 7, 40-53


“¿ES QUE DE GALILEA VA A VENIR EL MESÍAS ”


Había algunos entre la gente que cuando oyeron estas palabras dijeron: --Seguro que este hombre es el profeta. Otros decían: --Este es el Mesías. Pero otros decían: --No, porque el Mesías no puede proceder de Galilea. La Escritura dice que el Mesías tiene que ser descendiente del rey David, y que procederá de Belén, el mismo pueblo de donde era David. Así que la gente se dividió por causa de Jesús. Algunos querían llevárselo preso, pero nadie lo hizo. Las autoridades no creían en Jesús Los guardianes del templo volvieron a donde estaban los fariseos y los jefes de los sacerdotes, que les preguntaron: --¿Por qué no lo trajeron? Los guardianes contestaron: --¡Jamás ningún hombre ha hablado así! Entonces los fariseos les dijeron: --¿También ustedes se han dejado engañar? ¿Acaso ha creído en él alguno de nuestros jefes, o de los fariseos? Pero esta gente, que no conoce la ley, está maldita. Nicodemo, el fariseo que en una ocasión había ido a ver a Jesús, les dijo: --Según nuestra ley, no podemos condenar a un hombre sin antes haberlo oído para saber qué es lo que ha hecho. Ellos le contestaron: --¿También tú eres de Galilea? Estudia las Escrituras y verás que de Galilea jamás procede un profeta.


REFLEXIÓN:

El Profeta Jesús se ha vuelto una amenaza para el poder y los privilegios de los dirigentes, sostenidos sobre la base de la injusticia y de la opresión. Tienen que matarlo y mandan guardias a prenderlo. La violencia es la manera como los poderosos responden tantas veces a la verdad y así manifiestan el endurecimiento de su corazón. No pueden tolerar su mensaje, porque si lo aceptan terminarían sus situaciones de privilegio. La opinión del pueblo está dividida. Jesús es signo de contradicción. El poder de su palabra tiene una fuerza impresionante. Hasta los guardias reconocen que “Jamás hombre alguno habló como este hombre”. Lo que da fuerza y autoridad a la palabra de Jesús no es un saber teórico, sino un conocimiento que nace del Espíritu y está cargado con la fuerza del amor del Padre y el servicio a la vida del pueblo. Esta es la base y fundamento de esa nueva sociedad que Jesús llamaba el Reino de Dios.

PARA REFLEXIONAR:

1. ¿Cómo resuena la palabra de Jesús en nuestras vidas? ¿Nos dejamos transformar por ella o endurecemos nuestro corazón?

ORACIÓN

Señor queremos muy especialmente en este tiempo, acercarnos más a ti, dejarnos maravillar por tu palabra, por tus enseñanzas, que sigas cautivando nuestro corazón, queremos vivir en tu luz, que sigamos tomando partido por tu causa y no escuchemos otras voces que quieran alejarnos de ti y de tu camino, sino que sigamos firmes y dóciles a la obra que iniciaste un día en nosotros. Amén

Domingo, 10 de abril de 2011

“QUE OBSTÁCULOS QUITO DE MI VIDA PARA QUE JESÚS RESUCITE”


El último domingo de Cuaresma nos habla de la muerte, pero no la muerte de Jesús sino la de su pueblo y la de nosotros, sus amigos y sus amados. Es la muerte por el pecado y la injusticia, la muerte que nos aleja de Dios y nos hace vivir en tristeza, odio, egoísmo profundo y y desorden; donde esta la muerte no reside el Espíritu de Dios. El pueblo como comunidad de Dios, Lázaro como el amigo y amado de Jesús y el Espíritu Santo como dador de vida, son los tres personajes de esta última semana de Cuaresma.


PRIMERA LECTURA



EZEQUIEL 37,12-14



“OS INFUNDIRÉ MI ESPÍRITU Y VIVIRÉIS”


Pues bien, háblales en mi nombre, y diles: 'Esto dice el Señor: Pueblo mío, voy a abrir las tumbas de ustedes; voy a sacarlos de ellas y a hacerlos volver a la tierra de Israel. Y cuando yo abra sus tumbas y los saque de ellas, reconocerán ustedes, pueblo mío, que yo soy el Señor. Yo pondré en ustedes mi aliento de vida, y ustedes revivirán; y los instalaré en su propia tierra. Entonces sabrán que yo, el Señor, lo he dicho y lo he hecho. Yo, el Señor, lo afirmo.' "



REFLEXIÓN


El profeta Ezequiel, enfrenta esta situación frente a su pueblo de Judá, hace 26 siglos: comienzan a morir los ancianos, los enfermos, los más débiles, lejos de Jerusalén, de la tierra que Dios prometiera a los patriarcas, la tierra a la cual Moisés condujera al pueblo, la que conquistara Josué. Al dolor por la muerte de los seres queridos se suma el de verlos morir en suelo extranjero, el de tener que sepultarlos entre extraños. Pero la voz del profeta se convierte en consuelo de Dios: Él mismo sacará de las tumbas a su pueblo, abrirá sus sepulcros y los hará volver a la amada tierra de Israel. Conocerá su pueblo que Dios es el Señor cuando El derrame en abundancia su Espíritu sobre los sobrevivientes.


En el Antiguo Testamento no aparece claramente una expectativa de vida eterna, de vida más allá de la muerte. Los israelitas esperaban las bendiciones divinas para este tiempo de la vida terrena: larga vida, numerosa descendencia, habitar en la tierra que Dios donó a su pueblo, riquezas suficientes para vivir holgadamente. Más allá de la muerte sólo quedaba acostarse y dormir con los padres, con los antepasados; las almas de los muertos habitaban en el “sheol”, el abismo subterráneo en donde ni se gozaba, ni se sufría. Sólo en los últimos libros del Antiguo Testamento, por ejemplo en Daniel, en Sabiduría y en Macabeos, encontramos textos que hablan más o menos confusamente de una esperanza de vida más allá de la muerte, de una posibilidad de volver a vivir por voluntad de Dios, de resucitar. Esta esperanza tímida surge en el contexto de la pregunta por la retribución y el ejercicio de la justicia divina: ¿Cuándo premiará Dios al justo, por ejemplo, o castigará al perseguidor de su pueblo, si la muerte se los ha llevado? ¿Cuándo realizará Dios plenamente las promesas a favor de su pueblo elegido? Algunas corrientes del judaísmo contemporáneo de Jesús, como el fariseísmo, creían firmemente en la resurrección de los muertos como un acontecimiento de los últimos tiempos, un acontecimiento que haría brillar la insobornable justicia de Dios sobre justos y pecadores.


SALMO RESPONSORIAL: 129

R: Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

SEGUNDA LECTURA ROMANOS 8,8-11

“EL ESPÍRITU HABITA EN USTEDES”

Por eso, los que viven según las inclinaciones de la naturaleza débil no pueden agradar a Dios. Pero ustedes ya no viven según esas inclinaciones, sino según el Espíritu, puesto que el Espíritu de Dios vive en ustedes. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo vive en ustedes, el espíritu vive porque Dios los ha hecho justos, aun cuando el cuerpo esté destinado a la muerte por causa del pecado. Y si el Espíritu de aquel que resucitó a Jesús vive en ustedes, el mismo que resucitó a Cristo dará nueva vida a sus cuerpos mortales por medio del Espíritu de Dios que vive en ustedes.


REFLEXIÓN


La segunda lectura está tomada de la carta de Pablo a los romanos, considerada como su testamento espiritual. El fragmento de hoy está escogido para hacer referencia al tema que hemos escuchado en la 1ª lectura: los cristianos hemos recibido el Espíritu que el Señor prometía en los ya lejanos tiempos del exilio, no estamos ya en la “carne” es decir -en el lenguaje de Pablo: no estamos ya en el pecado, en el egoísmo estéril, en la codicia desenfrenada. Estamos en el Espíritu, o sea, en la vida verdadera del amor, el perdón y el servicio, como Cristo, que posee plenamente el Espíritu para dárnoslo sin medida. Y si el Espíritu resucitó a Jesús de entre los muertos, también nos resucitará a nosotros, para que participemos de la vida plena de Dios.


LECTURA DEL EVANGELIO


JUAN 11,1-45


“YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA”

Había un hombre enfermo que se llamaba Lázaro, natural de Betania, el pueblo de María y de su hermana Marta. Esta María, que era hermana de Lázaro, fue la que derramó perfume sobre los pies del Señor y los secó con sus cabellos. Así pues, las dos hermanas mandaron a decir a Jesús: --Señor, tu amigo querido está enfermo. Jesús, al oírlo, dijo: --Esta enfermedad no va a terminar en muerte, sino que ha de servir para mostrar la gloria de Dios, y también la gloria del Hijo de Dios. Aunque Jesús quería mucho a Marta, a su hermana y a Lázaro, cuando le dijeron que Lázaro estaba enfermo se quedó dos días más en el lugar donde se encontraba. Después dijo a sus discípulos: --Vamos otra vez a Judea. Los discípulos le dijeron: --Maestro, hace poco los judíos de esa región trataron de matarte a pedradas, ¿y otra vez quieres ir allá? Jesús les dijo: --¿No es cierto que el día tiene doce horas? Pues si uno anda de día, no tropieza, porque ve la luz que hay en este mundo; pero si uno anda de noche, tropieza, porque le falta la luz. Después añadió: --Nuestro amigo Lázaro se ha dormido, pero voy a despertarlo. Los discípulos le dijeron: --Señor, si se ha dormido, es señal de que va a sanar. Pero lo que Jesús les decía es que Lázaro había muerto, mientras que los discípulos pensaban que se había referido al sueño natural. Entonces Jesús les dijo claramente: --Lázaro ha muerto. Y me alegro de no haber estado allí, porque así es mejor para ustedes, para que crean. Pero vamos a verlo. Entonces Tomás, al que llamaban el Gemelo, dijo a los otros discípulos: --Vamos también nosotros, para morir con él. Jesús, la resurrección y la vida Al llegar, Jesús se encontró con que ya hacía cuatro días que Lázaro había sido sepultado.


Betania se hallaba cerca de Jerusalén, a unos tres kilómetros; y muchos de los judíos habían ido a visitar a Marta y a María, para consolarlas por la muerte de su hermano. Cuando Marta supo que Jesús estaba llegando, salió a recibirlo; pero María se quedó en la casa. Marta le dijo a Jesús: --Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora Dios te dará todo lo que le pidas. Jesús le contestó: --Tu hermano volverá a vivir. Marta le dijo: --Sí, ya sé que volverá a vivir cuando los muertos resuciten, en el día último. Jesús le dijo entonces: --Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que todavía está vivo y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto? Ella le dijo: --Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.


Jesús llora junto al sepulcro de Lázaro.


Después de decir esto, Marta fue a llamar a su hermana María, y le dijo en secreto: --El Maestro está aquí y te llama. Tan pronto como lo oyó, María se levantó y fue a ver a Jesús. Jesús no había entrado todavía en el pueblo; estaba en el lugar donde Marta se había encontrado con él. Al ver que María se levantaba y salía rápidamente, los judíos que estaban con ella en la casa, consolándola, la siguieron pensando que iba al sepulcro a llorar. Cuando María llegó a donde estaba Jesús, se puso de rodillas a sus pies, diciendo: --Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Jesús, al ver llorar a María y a los judíos que habían llegado con ella, se conmovió profundamente y se estremeció, y les preguntó: --¿Dónde lo sepultaron? Le dijeron: --Ven a verlo, Señor. Y Jesús lloró. Los judíos dijeron entonces: --¡Miren cuánto lo quería! Pero algunos de ellos decían: --Este, que dio la vista al ciego, ¿no podría haber hecho algo para que Lázaro no muriera?


Resurrección de Lázaro


Jesús, otra vez muy conmovido, se acercó a la tumba. Era una cueva, cuya entrada estaba tapada con una piedra. Jesús dijo: --Quiten la piedra. Marta, la hermana del muerto, le dijo: --Señor, ya huele mal, porque hace cuatro días que murió. Jesús le contestó: --¿No te dije que, si crees, verás la gloria de Dios? Quitaron la piedra, y Jesús, mirando al cielo, dijo: --Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo sé que siempre me escuchas, pero lo digo por el bien de esta gente que está aquí, para que crean que tú me has enviado. Después de decir esto, gritó: --¡Lázaro, sal de ahí! Y el que había estado muerto salió, con las manos y los pies atados con vendas y la cara envuelta en un lienzo. Jesús les dijo: --Desátenlo y déjenlo ir. Por esto creyeron en Jesús muchos de los judíos que habían ido a acompañar a María y que vieron lo que él había hecho.


REFLEXIÓN:


El pasaje del evangelio que leemos hoy, la «resurreccíon» de Lázaro, narra el último de los siete “signos” u “obras” que constituyen el compendio del cuarto evangelio. Según Juan, antes de enfrentarse a la muerte Jesús se manifiesta como Señor de la vida, declara solemnemente en público que Él es la resurrección y la vida, que los muertos por la fe en Él revivirán, que los vivos que crean en Él no morirán para siempre....

Lázaro, el otro personaje de hoy, pertenece a una familia amiga y conocida de Jesús, el evangelio subraya a Lázaro como el amado y el amigo íntimo, y cuando pasa por la experiencia de la muerte, el amor de Jesús se manifiesta hasta en la lágrimas.


Hoy nos enfrentamos en este pasaje a la enfermedad y la muerte, pero a través de lo cual nos dice este texto : "si creemos, veremos la gloria de Dios". Y vemos el "sepulcro" en el extremo de una vida que ha dejado de serlo. El cadáver es depositado allí, sabiendo que ya nada puede hacer por sí mismo y que de él nada saldrá. Deja de ser un "él" o una "ella" y pasa a ser un "eso," unos "despojos" o "restos." Pero las cosas cambian por completo cuando Dios anuncia el comienzo de una historia nueva que brota desde el sepulcro. Es la idea que más se repite hoy: "yo mismo abriré sus sepulcros y los haré salir de ellos..."; "el mismo que resucitó a Jesús de entre los muertos dará vida también a sus cuerpos mortales"; "Jesús gritó con voz potente: ¡Lázaro, ven afuera!" Es decir: la muerte queda quebrada por el poder de Dios.


Dios quiere hoy que no sigamos en circunstancias de muerte sino que como Lázaro resucitemos con él y experimentemos y veamos su gloria. Miremos de la mano con el evangelio los pasos que este nos presenta para experimentar la resurección:

1. Correr la piedra que cubre el sepulcro, quitar todos los obstáculos que no permitan que recibamos la bendición.

2. Jesús utiliza la palabra: Lázaro, ¡sal fuera! . Lázaro se levanta del sepulcro, sale de su situación de muerte, dice no más a su situacion de muerte. Es una exhortación hoy también para nosotros.

3. Jesús ordena luego quitar las vendas, quitar las ataduras. Es necesario desatarnos, liberarnos de todo lo que nos esclaviza para recibir la bendición y recuperar la vida.


En esta última semana de Cuaresma, la invitación es para que sigamos revisando nuestra vida, detectemos que elementos de muerte están en nosobros haciendo una obra negativa, para ofrecernos al Espíritu de Jesús y dejar que él transforme nuestro corazón y nuestra vida, y nos permita celebrar con alegría la gran fiesta de Pascua que se aproxima.


PARA REFLEXIONAR:


1. ¿Cuáles son las "piedras"... u obstáculos que estamos colocando para recibir la bendición?

2. ¿De cuántas vendas y ataduras tenemos que liberarnos? ¿Que Lázaros,( que elementos de muerte) hay en nuestra vida, en nuestra familia, en nuestra comunidad de base que tienen que resucitar hoy?

ORACIÓN


Señor Jesús, reconocemos que tú eres la resurección y la Vida, creemos en tí y te amamos, queremos dejar toda atadura, toda situación de muerte en nosotros. Señor, danos la vida de tu Espíritu, que nos permita vivir como resucitados, llenos de alegría y siendo portadores de vida para nuestros hermanos. Amén.