martes, 1 de marzo de 2011

Martes 15 de marzo 2011

“LA ORACIÓN ES EL MOTOR EN LA VIDA DE FE DEL DISCÍPULO(A)”


PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 55, 10-11

“LA PALABRA QUE FECUNDA Y DA BUEN FRUTO”


"Así como la lluvia y la nieve bajan del cielo, y no vuelven allá, sino que empapan la tierra, la fecundan y la hacen germinar, y producen la semilla para sembrar y el pan para comer, así también la palabra que sale de mis labios no vuelve a mí sin producir efecto, sino que hace lo que yo quiero y cumple la orden que le doy.

REFLEXIÓN

La primera lectura nos presenta la imagen viva de la eficacia de la Palabra, de la cual dice Dios: "no volverá a mí sin resultado". Acerquémonos a esta imagen y descubramos su sabor y su fuerza nutritiva.
Nieve y lluvia "bajan del cielo". Pertenecen al ámbito de aquello que el hombre no domina. Son un regalo. Así es también la Palabra.
Hay que "empapar" la tierra para fecundarla. Así también la Palabra hace su obra "empapándonos", es decir: colmándonos interiormente, penetrándonos, llenando nuestros vacíos interiores. Cuando esto permitimos a la Palabra nos fecunda y hace dar fruto.
Lluvia y nieve "vuelven" al cielo. Así también la Palabra: a nosotros llega y de nosotros sale. Viene sola pero no retorna sola, pues ha hecho posible el milagro del pan y de la semilla. La Palabra llega del cielo como enseñanza y vuelve al cielo como plegaria y como alabanza. En nuestras súplicas de hijos y en nuestra gratitud habla la Palabra con la fuerza de sus frutos.

SALMO RESPONSORIAL: 33
R: El Señor libra de sus angustias a los justos.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 6, 7-15

Y “CUANDO OREN NO USEN MUCHAS PALABRAS

"Y al orar no repitan ustedes palabras inútiles, como hacen los paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les hará Dios. No sean como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan, antes que se lo pidan. Ustedes deben orar así: 'Padre nuestro[ que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra, así como se hace en el cielo. Danos hoy el pan que necesitamos. Perdónanos el mal que hemos hecho, así como nosotros hemos perdonado a los que nos han hecho mal. No nos expongas a la tentación, sino líbranos del maligno.'
"Porque si ustedes perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes; pero si no perdonan a otros, tampoco su Padre les perdonará a ustedes sus pecados.

REFLEXIÓN:

La oración que educa para el Reino. El Padrenuestro no lo podemos orar en toda su profundidad si no es dentro de una comunidad de hermanos y hermanas, en la que se experimenta a Dios como Padre-Madre de todos. La verdad del evangelio consiste esencialmente en una nueva práctica de hermandad, de comunión de mesa, de bienes y de vida. Eso es lo que experimentamos cuando estamos en nuestras pequeñas comunidades fraternas y solidarias. Allí se viven las nuevas relaciones de igualdad y se van superando los antivalores que esclavizan. Es allí donde mejor resuenan las palabras de la oración que nos enseñó Jesús: Padre nuestro, Madre nuestra. Padre y Madre de todos los que nos reconocemos con la misma dignidad, igualdad y derechos; donde nadie es discriminado, donde nadie queda fuera, donde nadie es más que los otros. Todos somos servidores, hijos e hijas del mismo Padre del cielo, que dio los bienes de la tierra para que todo el mundo tenga cada día el pan que necesita. ¿Qué le está faltando a nuestra Iglesia…, que el Padre nuestro no resuena como denuncia de la injusticia en que vivimos?

PARA REFLEXIONAR:

¿Tomo la Palabra del Señor como manual y guía para mi vida?
¿Es la oración, el tiempo de intimidad con el Señor, prioridad en mi vida?


ORACIÓN

Tú Palabra Señor es eterna, no cambia, es la verdad, me invita a caminar por sendas de justicia y paz, libera mi corazón de toda envidia, odio y violencia; aparta mis pasos de la mentira y el egoísmo. Señor quiero aprender a vivir bajo la guía de tu Palabra, que ésta no se devuelva vacía sino que de abundante y buen fruto. Amén

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