Semana de 13 a 19 de marzo de 2011
RICOS PARA DIOS
“Porque donde esta vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón” Lucas 12:34
Existe una idea popular en estos últimos tiempos que anda flotando acerca de cómo obtener lo que sea que queramos y sobre todo de obtener riquezas. Se la llama "la ley de la atracción". Tan sólo piensa en lo que quieres atraer y siéntelo, y "la ley usará a las personas, las circunstancias y los eventos para imantar lo que quieres para tí, y te imantara a ello". Esta filosofía de pensamiento positivo enseña que la "energía" de tus pensamientos dominantes "atrae" las circunstancias en las que te encuentras.
¡En ninguna parte de la Biblia encontrarás esa idea! Como seguidores del Señor, tenemos buenas razones para ser positivos en nuestro pensamiento, pero eso se debe a que nuestro Padre celestial entiende nuestras necesidades y las satisface y debemos es depender y confiar el Él.
Debido a que Él se preocupa por nosotros, no tenemos que estar angustiados (Lucas 12:29-30), ni nuestra razón de ser debe ser la búsqueda de riquezas materiales. La vida no consiste "en la abundancia de los bienes que poseemos (v. 15), así que, en vez de ello, hacemos que nuestra meta sea ser "ricos para Dios" (v. 21). Lo hacemos buscando Su reino y su propósito (v. 31) y acumulando tesoros en el cielo y no tesoros para nosotros en esta vida, tesoros que son efímeros y no perduran.
Recordemos aquella parábola sobre un hombre que había logrado una cosecha extraordinaría y que comenzó a planificar como incrementar sus riquezas y disfrutar de ellas y acumularlas en su granero. La parábola concluye diciendo: «Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios» Lucas 12,20-21.
Jesús dijo: «Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee» Lucas 12:15 porque un día, al igual que el rico insensato en la parábola en Lucas 12, lo dejaremos todo atrás. Allí es cuando tendremos más de lo que jamás hubiésemos soñado. Mientras tanto, Dios promete ocuparse de nuestras necesidades, sin importar cuáles sean las circunstancias. Y eso no es ningún secreto.
El problema con la acumulación de riquezas es que, a la larga, nuestros bienes se van. Pero lo que es aún peor... nosotros también nos vamos. Es mejor almacenar tesoros en el cielo, es mejor vivir la antítesis de la economía del mundo en vez de acumular, compartir con otros, dar con alegría, e invertir en riquezas espirituales y verdaderamente hacernos «ricos para con Dios». Nuestra verdadera riqueza no es lo que invertimos en el mundo sino lo que invertimos para la eternidad.
FRASE PARA RECORDAR ESTA SEMANA
CUANDO TE AFERRAS, PIERDES, CUANDO DAS, GANAS
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