martes, 1 de marzo de 2011

Domingo 20 de marzo de 2011

“SOLO UNA FE AUTÉNTICA NOS LLEVA A CONFIGURARNOS CON JESÚS”


PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 12,1-4a


“VOCACIÓN DE ABRAHAM PADRE DEL PUEBLO DE DIOS”


Un día el Señor le dijo a Abram: "Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar. Con tus descendientes voy a formar una gran nación; voy a bendecirte y hacerte famoso, y serás una bendición para otros. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti bendeciré a todas las familias del mundo."
Abram salió de Harán tal como el Señor se lo había ordenado.

REFLEXIÓN
Abraham y Sara pertenecían a un clan de pastores seminómadas, de los muchos que buscaban pastos para sus rebaños lejos de las ciudades-estado que, por los años 1800 aC. se estaban organizando en Mesopotamia y a lo largo de las costas del Mediterráneo. Abraham fue uno de los muchos grupos que emigraban, lo mismo que hoy, «buscando la vida». En ese andar luchando por la vida descubrieron el llamado de Dios a dejarlo todo y fiarse de su promesa de vida. Dios promete a Abraham que será padre de un pueblo numeroso y que tendrá una tierra, la “tierra prometida”. Es lo que anhelan sus corazones, lo que necesitan para vivir una vida humana y digna. Hoy son muchas las “minorías abrahámicas” que siguen escuchando el llamado de Dios, que les invita a buscar nuevas formas de “vida prometida” para todos los hijos de Dios. Hoy también hay muchísimos desplazados por el sistema neoliberal globalizado, que crea marginación y expulsa a los más débiles de sus tierras. Son los nuevos Abrahán y Sara, que lo dejan todo en busca de la vida digna que se les está negando.

Abram es el padre del pueblo y el primer creyente. Para ser bendecido y llegar a ser una bendición para todos, tuvo que dejarlo todo: casa, tierra y familia, con el fin de ir donde el Señor Dios le indicaba e iniciar una experiencia nueva que lo haría padre de una gran multitud.

SALMO RESPONSORIAL: 32
R: Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

SEGUNDA LECTURA
TIMOTEO 1,8b-10



“DIOS NOS LLAMA Y NOS ILUMINA”



Antes bien, con las fuerzas que Dios te da, acepta tu parte en los sufrimientos que vienen por causa del evangelio. Dios nos salvó y nos ha llamado a formar un pueblo santo, no por lo que nosotros hayamos hecho, sino porque ese fue su propósito y por la bondad que ha tenido con nosotros desde la eternidad, por Cristo Jesús. Esa bondad se ha mostrado gloriosamente ahora en Cristo Jesús nuestro Salvador, que destruyó el poder de la muerte y que, por el evangelio, sacó a la luz la vida inmortal.


REFLEXIÓN
Esta lectura nos asegura que la Palabra de Dios no está encadenada. Ella hace su propio camino en medio de los muchos caminos del pueblo. Aunque hagamos muchas lecturas interesadas de ella, el Espíritu siempre encontrará las formas de echarla a volar, sobre todo en manos de los que buscan mejores situaciones de vida en dignidad y justicia, como Abrahán y Sara, o como los desplazados de hoy. Todos ellos, minorías abrahámicas o mayorías desplazadas, están pronunciando con su vida el rechazo a este sistema excluyente que ha perdido la brújula, y que podría encontrarla con la Buena Noticia de Jesucristo.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 17,1-9


“SU ROSTRO RESPLANDECÍA COMO EL SOL ”


Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a Juan, el hermano de Santiago, y se fue aparte con ellos a un cerro muy alto. Allí, delante de ellos, cambió la apariencia de Jesús. Su cara brillaba como el sol, y su ropa se volvió blanca como la luz. En esto vieron a Moisés y a Elías conversando con Jesús. Pedro le dijo a Jesús:
--Señor, ¡qué bien que estemos aquí! Si quieres, haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

Mientras Pedro estaba hablando, una nube luminosa se posó sobre ellos, y de la nube salió una voz, que dijo: "Este es mi Hijo amado, a quien he elegido: escúchenlo."

Al oír esto, los discípulos se postraron con la cara en tierra, llenos de miedo. Jesús se acercó a ellos, los tocó y les dijo:

--Levántense; no tengan miedo.

Y cuando miraron, ya no vieron a nadie, sino a Jesús solo.

Mientras bajaban del cerro, Jesús les ordenó:

--No cuenten a nadie esta visión, hasta que el Hijo del hombre haya resucitado.

REFLEXIÓN:

Acabamos de iniciar el tiempo de Cuaresma. Estamos preparándonos para la celebración de la Pascua de Jesucristo. La Iglesia nos ha invitado especialmente a la oración, a sacrificios voluntarios, al ayuno, y también a compartir nuestros bienes con los más necesitados.

Se trata de que el corazón se quebrante, se abra para que pueda recibir, pero también se abra para que pueda dar. Lamentablemente el corazón a veces se vuelve impermeable y entonces no puede recibir ni dar.

La Cuaresma es un tiempo para aflojar y para ablandar el corazón. El camino de la Cuaresma no es un camino a ciegas, no es el puro esfuerzo nuestro por cambiar, sino es un camino que se alumbra con la luz de Cristo, y es un camino que conduce hacia la plenitud de la luz que hay en la Pascua de Jesucristo.
La escena de la transfiguración que nos relatan los evangelios es también un símbolo de esas otras muchas experiencias de transfiguración que todos experimentamos. La vida diaria se vuelve gris, monótona, cansada, y nos deja desanimados, sin fuerzas para caminar. Pero he aquí que hay momentos especiales, con frecuencia inesperados, en que una luz prende en nuestro corazón, y los ojos mismos del corazón nos permiten ver mucho más lejos y mucho más hondo de lo que estábamos mirando hasta ese momento. La realidad es la misma, pero nos aparece transfigurada, con otra figura, mostrando su dimensión interior, esa en la que habíamos creído, pero que con el cansancio del caminar habíamos olvidado. Esas experiencias, nos permiten renovar nuestras energías, e incluso entusiasmarnos para continuar marchando luego, ya sin visiones, pero «como si viéramos al Invisible». El sentido entonces de esta celebración, es que nosotros tengamos luz para nuestro propio camino y que sepamos a qué clase de vida hemos sido llamados.
Todos necesitamos esas experiencias, como los discípulos de Jesús la necesitaron. Nosotros no podemos encontrarnos con Jesús en el Tabor de Galilea. Necesitamos buscar nuestro Tabor particular, las fuentes que nos dan fuerzas, las formas con las que nos arreglamos para lograr renovar nuestro compromiso primero, siendo la oración, y la escucha de la palabra, sin duda, los más importantes.

PARA REFLEXIONAR:
¿Cuál es el sentido que tiene la lectura del pasaje de la Transfiguración en el tiempo de Cuaresma?


ORACIÓN

Señor Jesús queremos subir contigo a la montaña, con una mirada limpia contemplar tu rostro, y que en esta experiencia maravillosa de contemplación y de cercanía contigo, de escucha de tu palabra, tu nos sigas trasformando, cambiando, reconstruyendo y que volvamos a nuestra vida diaria llenos de tí, dispuestos a comunicar y compartir con otros la Vida nueva que nos has dado. Amén.

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