martes, 1 de marzo de 2011

Lunes, 14 de marzo de 2011

“EL AMOR ES LA FUENTE DE LA VIDA”


PRIMERA LECTURA
LEVITICO 19,1-2.11-18

“JUZGA CON JUSTICIA A TU CONCIUDADANO”

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
"Dile a la comunidad israelita lo siguiente:
"Sean ustedes santos, pues yo, el Señor su Dios, soy santo.
"No roben. No mientan ni se engañen unos a otros.
"No hagas promesas falsas en mi nombre, pues profanas el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor.
"No uses la violencia contra tu prójimo ni le arrebates lo que es suyo.
"No retengas la paga del trabajador hasta el día siguiente.
"No maldigas al sordo.
"No pongas ningún tropiezo en el camino del ciego. Muestra tu reverencia a Dios. Yo soy el Señor.
"No actúes con injusticia cuando dictes sentencia: ni favorezcas al débil, ni te rindas ante el poderoso. Apégate a la justicia cuando dictes sentencia.
"No andes con chismes entre tu gente.
"No tomes parte en el asesinato de tu prójimo. Yo soy el Señor.
"No abrigues en tu corazón odio contra tu hermano.
"Reprende a tu prójimo cuando debas reprenderlo. No te hagas cómplice de su pecado.
"No seas vengativo ni rencoroso con tu propia gente. Ama a tu prójimo, que es como tú mismo. Yo soy el Señor.

REFLEXIÓN
Repasemos con calma los preceptos de la primera lectura y encontraremos una fuente preciosa de sabiduría y humanidad.
Mas hoy queremos destacar un hecho: la fuerza positiva de un buen "no". Alguien dijo que el hombre es el único ser que tiene la facultad de decirse "no" a sí mismo. Los animales o las plantas obedecen a sus ciclos y a sus estímulos. Comen, beben, duermen o se aparean según esas reglas internas que no quebrantan ni pueden quebrantar. Sólo el ser humano puede sentir el deseo, tener la oportunidad de realizarlo y sin embargo decirse "no".
El "no", aunque es por definición una negación, tiene también un aspecto positivo. Decirse que no es un modo de disponer de sí mismo, de adueñarse de la propia vida. El que quiere dormir y hacer pereza toda una mañana pero se dice que "no" crea una disciplina, y con ella un hábito. Fortalecido por ese hábito llega a dominar un arte, aprender un idioma, lograr interpretar un difícil instrumento musical... ¡todo nace de un "no" dicho con amorosa constancia!
También las sociedades necesitan aprender a decirse "no" ante ciertas prácticas que destruirían su propio tejido. Los grupos humanos que se abstienen de los caminos fáciles pero degradantes del robo, el adulterio o el soborno institucionalizado. Ese "no" como esfuerzo colectivo brinda también un precioso fruto colectivo que puede medirse en términos de paz, progreso, seguridad, confianza mutua, actitud creativa y gozo compartido. Así entendemos la fuerza de amor que tienen los preceptos de Dios: cada cosa que nos ha ordenado es para nuestro bien.
SALMO RESPONSORIAL: 18
R: Tus palabras, Señor, son espíritu y vida

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 25,31-46

“VER A DIOS EN EL PRÓJIMO”

Cuando el Hijo del hombre venga, rodeado de esplendor y de todos sus ángeles, se sentará en su trono glorioso. La gente de todas las naciones se reunirá delante de él, y él separará unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras. Pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. Y dirá el Rey a los que estén a su derecha: 'Vengan ustedes, los que han sido bendecidos por mi Padre; reciban el reino que está preparado para ustedes desde que Dios hizo el mundo. Pues tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; anduve como forastero, y me dieron alojamiento. Estuve sin ropa, y ustedes me la dieron; estuve enfermo, y me visitaron; estuve en la cárcel, y vinieron a verme.' Entonces los justos preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos con hambre, y te dimos de comer? ¿O cuándo te vimos con sed, y te dimos de beber? ¿O cuándo te vimos como forastero, y te dimos alojamiento, o sin ropa, y te la dimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte?' El Rey les contestará: 'Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de estos hermanos míos más humildes, por mí mismo lo hicieron.'
"Luego el Rey dirá a los que estén a su izquierda: 'Apártense de mí, los que merecieron la condenación; váyanse al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Pues tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; anduve como forastero, y no me dieron alojamiento; sin ropa, y no me la dieron; estuve enfermo, y en la cárcel, y no vinieron a visitarme.' Entonces ellos le preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o como forastero, o falto de ropa, o enfermo, o en la cárcel, y no te ayudamos?' El Rey les contestará: 'Les aseguro que todo lo que no hicieron por una de estas personas más humildes, tampoco por mí lo hicieron.' Esos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna."

REFLEXIÓN:
Como la Cuaresma es tiempo de conversión, no cabe duda que uno del los enemigos a vencer es este, el egoísmo. Y las lecturas de hoy quieren invitarnos a superar ese egoísmo.
El capítulo número diecinueve del libro Levítico y el capítulo veinticinco del evangelio según San Mateo viene en nuestra ayuda.
Según estos dos textos el primer paso que hay que dar es la justicia, y el segundo paso es la caridad. La justicia me lleva a ponerle un límite a mi egoísmo, por ejemplo, si tengo empleados, hay una justicia que me dice que tengo que pagar unos suledos, unas prestaciones, y de ese modo mi afán desmedido de riqueza se ve contenido, contenido por la justicia.
Lo mismo en otros planos, por ejemplo, en la vida familiar. Es posible que alguna persona sienta un vehemente deseo de apoderarse de la esposa de un conocido suyo, pero hay un orden de justicia. El orden de la familia, el orden del matrimonio le pone un límite a esa ansia de placer, y ahí queda frenado ese modo de egoísmo que es buscar la propia complacencia.
Ya la justicia, de la que habla este capítulo diecinueve del Levítico, es una victoria que ayuda a limitar nuestras pretensiones, pero hay que ir más allá; ir más allá es descubrir, más allá del orden de la estricta justicia, que hay un cantidad de personas que han caído al borde del camino y que necesitan una mano.
Y de eso nos habla Jesús en este pasaje del capítulo veinticinco de San Mateo, y nos dice algo muy importante, y es que Él ha tomado ese lugar, Él ha tomado, podríamos decir, una opción radical por esos pobres, de modo que lo que hacemos a esas personas lo hacemos por Jesús, sea bueno o sea malo.
Si hacemos un bien a esos hermanos tan caídos, se lo hemos hecho a Jesús; y si hacemos un mal, lo hemos cometido contra Jesús.
Justicia, primero; y caridad, misericordia, después, la gran respuesta a una enfermedad que agobia al mundo: el egoísmo. ¡Vamos a vencerlo en el Nombre de Cristo!

PARA REFLEXIONAR
¿Busco y vivo en el modelo de santidad que me presenta hoy el Señor?

ORACIÓN
Tu Palabra Señor es eterna, no cambia, es la única verdad verdadera y ella me invita a caminar por sendas de justicia y de paz, libera mi corazón de toda envidia, odio y violencia, aparta mis pasos de la mentira y el egoísmo, quiero aprender de tí a vivir en el amor, Tú que eres un juez justo y un Padre misericordioso. Amén.

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