martes, 1 de marzo de 2011

Domingo 13 de marzo de 2011

“NO SÓLO DE PAN VIVE EL HOMBRE”

Este Domingo, el primero de cuaresma, lo podemos llamar el “domingo de las tentaciones”, donde los textos suelen presentar en esta ocasión un sencillo paralelismo antagónico: la primera tentación fue la que se le presentó a Eva, que acabó en el pecado, y ha habido otra escena de tentación, la de Jesús en el desierto, que acabó en victoria, de la que podemos tomar ejemplo.

PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 2,7-9;3,1-7

“CREACIÓN Y PECADO DE LOS PRIMEROS PADRES”

Entonces Dios el Señor formó al hombre de la tierra misma, y sopló en su nariz y le dio vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.
Después Dios el Señor plantó un jardín en la región de Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que había formado. Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.
ADÁN Y EVA DESOBEDECEN A DIOS
La serpiente era más astuta que todos los animales salvajes que Dios el Señor había creado, y le preguntó a la mujer:
--¿Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol del jardín?
Y la mujer le contestó:
--Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos, moriremos.
Pero la serpiente le dijo a la mujer:
--No es cierto. No morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces serán como Dios.
La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió. En ese momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas.

REFLEXIÓN
Hemos iniciado el tiempo de la cuaresma, y con él, un tiempo de gracia y conversión. Te invitamos de la mano de la liturgia dominical, hacer un camino de vuelta a Dios en la contemplación de algunos personaje bíblicos que se vuelven ejemplo para nosotros y nos sitúan ante Jesús. En este primer domingo vamos a pensar en Adán.

Adán es el hombre. Ha sido hecho de humus (barro), y por eso nos decimos “humanos”. Adán es frágil. Débil, inclinado al mal y fácil para caer en tentación. Pero Adán ha recibido también un aliento de vida, arriba y lo hace capaz de superar las pruebas y dificultades, porque tiene el Espíritu de Dios.

Adán es así, una síntesis de poder y debilidad, de gracia y de pecado, de grandeza y debilidad. Adán somos todos nosotros, y el Señor, nuestro Creador, nos conoce y nos ama precisamente así.

Pero Adán esta en un, Jardín bello, que es el mundo, y allí lo ha puesto Dios para que sea señor de la creación, se deleite en ella y se realice como persona, encontrando paz y felicidad. Con todo, aparece la serpiente, símbolo babilónico de un dios extraño, que lo tienta a caer, haciéndole perder su inocencia y su felicidad. Tal es la realidad nuestra: la debilidad del hombre sucumbe ante los dioses extraños, que presentan el pecado como algo agradable, codiciable y atrayente, pero olvidando las consecuencias de insatisfacción, tristeza y desilusión. Por eso pecamos, desobedeciendo la Palabra de Dios, y rechazamos su Alianza, creyéndonos capaces de subsistir por nosotros mismos en independencia de Dios.

SALMO RESPONSORIAL: 50
R: Misericordia Dios hemos pecado.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todo mi delito, limpia, mi pecado. R

Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado: contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. R.

Oh, Dios crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu Santo Espíritu. R

Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso. Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. R.

SEGUNDA LECTURA
ROMANOS 5,12-19

“DONDE ABUNDÓ EL PECADO, SOBREABUNDÓ LA GRACIA”

Así pues, por medio de un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado entró la muerte, y así la muerte pasó a todos porque todos pecaron. Antes que hubiera ley, ya había pecado en el mundo; aunque el pecado no se toma en cuenta cuando no hay ley. Sin embargo, desde el tiempo de Adán hasta el de Moisés, la muerte reinó sobre los que pecaron, aunque el pecado de estos no consistió en desobedecer un mandato, como hizo Adán, el cual fue figura de aquel que había de venir.
Pero el delito de Adán no puede compararse con el don que Dios nos ha dado. Pues por el delito de un solo hombre, muchos murieron; pero el don que Dios nos ha dado gratuitamente por medio de un solo hombre, Jesucristo, es mucho mayor y en bien de muchos. El pecado de un solo hombre no puede compararse con el don de Dios, pues por un solo pecado vino la condenación; pero el don de Dios, a partir de muchos pecados, hace justos a los hombres. Pues si la muerte reinó como resultado del delito de un solo hombre, con mayor razón aquellos a quienes Dios, en su gran bondad y gratuitamente, hace justos, reinarán en la nueva vida mediante un solo hombre, Jesucristo.
Y así como el delito de Adán puso bajo condenación a todos los hombres, así también el acto justo de Jesucristo hace justos a todos los hombres para que tengan vida. Es decir, que por la desobediencia de un solo hombre, muchos fueron hechos pecadores; pero, de la misma manera, por la obediencia de un solo hombre, muchos serán hechos justos.

REFLEXIÓN
El apóstol san Pablo resume el estado de cosas en la segunda lectura de hoy: "así como por el pecado de un solo hombre, Adán, vino la condenación para todos, así por la justicia de un solo hombre, Jesucristo, ha venido para todos la justificación que da la vida. Y así como por la desobediencia de uno, todos fueron hechos pecadores, así como por la obediencia de uno, todos serán hecho justos."
El contraste es completo: desobediencia que produce muerte, por un lado; obediencia que trae justificación y luego vida, por el otro. Todos somos hijos de Adán, todos pertenecemos a la especie humana y participamos de la debilidad y estamos en el esquema de la rebeldía y la desobediencia. Pero hay un nuevo Adán que transmite vida, y quienes se unen a él participan de su fortaleza y entran en nuevo esquema de amistad y paz y salvo con Dios: esto es en últimas lo que quiere decir la palabra "justificación."
Así pues, apenas iniciada esta Cuaresma, alabemos a Dios por su victoria santísima de su Hijo Jesucristo, que padeció tentación sin pecar para que nosotros los pecadores pudiéramos vencer a la tentación y, unidos a él, recibir de su vida perdurable.

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 4,1-11

“ JESÚS AYUNA DURANTE 40 DÍAS Y LUEGO ES TENTADO"

Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto, para que el diablo lo pusiera a prueba.
Estuvo cuarenta días y cuarenta noches sin comer, y después sintió hambre. El diablo se acercó entonces a Jesús para ponerlo a prueba, y le dijo:
--Si de veras eres Hijo de Dios, ordena que estas piedras se conviertan en panes.
Pero Jesús le contestó:
--La Escritura dice: 'No solo de pan vivirá el hombre, sino también de toda palabra que salga de los labios de Dios.'
Luego el diablo lo llevó a la santa ciudad de Jerusalén, lo subió a la parte más alta del templo y le dijo:
--Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo; porque la Escritura dice: 'Dios mandará que sus ángeles te cuiden. Te levantarán con sus manos, para que no tropieces con piedra alguna.'
Jesús le contestó:
--También dice la Escritura: 'No pongas a prueba al Señor tu Dios.'
Finalmente el diablo lo llevó a un cerro muy alto, y mostrándole todos los países del mundo y la grandeza de ellos, le dijo:
--Yo te daré todo esto, si te arrodillas y me adoras.
Jesús le contestó:
--Vete, Satanás, porque la Escritura dice: 'Adora al Señor tu Dios, y sírvele solo a él.'
Entonces el diablo se apartó de Jesús, y unos ángeles acudieron a servirle.

REFLEXIÓN:
Y ahora frente a Adán esta Jesús. Él es el Hombre nuevo, plenitud de toda la creación. El tiene todo del hombre y todo de Dios; por eso decimos que es Dios y hombre verdadero. Jesús es fuerte, firme, probado en todo pero vencedor del pecado y de a muerte.

Jesús es el hombre lleno del Espíritu de Dios, que se enfrenta al tentador y es capaz de vencerlo, apoyado en la Palabra. Dócil a dios, lleno del Espíritu y oyente de la Palabra se mantiene fuerte en la prueba y nos trae la victoria, la vida y el verdadero servicio a Dios.

Jesús está hoy en el desierto, lugar opuesto al Jardín primero del Génesis, sitio escogido por Dios para iniciar y educar a su pueblo, antes de llevarlo a la tierra prometida. En el desierto Jesús es tentado por el diablo, pero vence la prueba y da inicio a una nueva etapa de restauración: el Hombre nuevo hace su entrada a una tierra nueva y los ángeles le sirve, indicando la recuperación del Jardín primero y la posibilidad de una experiencia transformadora.

En Adán estamos todos representados con nuestra miseria y debilidad: Adán somos todos. En Jesús estamos todos llamados a ser hombres y mujeres nuevos, fuertes, sinceros, capaces de vencer el mal: Jesús es el Hombre nuevo que todos podemos llegar a ser.

Vivir, entonces la Cuaresma es contemplar a Jesús, el Hombre nuevo, entregarse a él para aprender a vencer como él, toda tentación y todo halago del mal, que nos quiere aparta de la vida verdadera. Vivir la Cuaresma es luchar por vivir como hombres y mujeres nuevos, en Cristo, vencedor del pecado y de la muerte.

PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Quién es Jesús en esta primera semana de Cuaresma?
2. ¿Cedo fácilmente a estas tres tentaciones presentadas en el texto, en mi realidad diaria?
3. ¿Qué voy a hacer, y que estoy haciendo para que esta Cuaresma (cuarenta días de preparación a Semana Santa) no me pasen desapercibidos y me preparen para vivir una Pascua verdadera?

ORACIÓN
Señor Jesús, Tú le haces frente a la tentación, apoyado en la Oración y obediente al Padre, enséñanos a vivir como Tú, en fidelidad a Dios y en escucha constante de la Palabra de vida. Amén.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: