martes, 1 de marzo de 2011

2011 AÑO DE RESTITUCIÓN, RESTAURACIÓN Y RECOMPENSA

Semana de 20 a 27 de marzo de 2011

¿EN QUE LUGAR TE ENCUENTRAS?

He aquí que yo la atraeré y la llevaré desierto y le hablaré al corazón
Oseas 2, 14-22

Desiertos, soledades, aridez, sequedad, depresión …..palabras que no quisiermos oir, pero situaciones que tenemos que afrontar y enfrentar en algún momento de nuestra vida. Vivir sin agua, vivir sin la fuente de vida.
Desiertos por los que tuvieron que pasar Moisés, Elias, Jesús, desiertos por lo que inevitablemente tenemos que pasar nosotros. Existen múltiples desiertos que forman parte de nuestra historia. Desiertos en los que nosotros mismos entramos, por nuestra insensatez, terquedad, falta de juicio, recordemos la parábola del "Hijo prodigo", momentos en los cuales es necesario examinarnos, arrepentirnos y convertirnos dejando atrás el pecado, el error, que nos llevó al desierto. Por otra parte el desierto, al cual fueron llevados los israelitas, por el cual tuvieron que andar durante mucho tiempo, caminando durante cuarenta años, viviendo innumerables crisis , debido a su rebeldía e indiferencia ante la voz de Dios . Y hay un tercer desierto, al cual somos atraídos, pues Dios lo permite en nuestra vida porque quiere llamarnos y hablarnos al corazón. Es el desierto un lugar en el que experimentamos más plenamente nuestra propia vulnerabilidad, nuestra propia debilidad, nuestra fragilidad, nuestra propia sed y como Jesús lo experimentó, vivimos más fácilmente la tentación.

Dios a través de Oseas nos dice en su palabra: “Yo la atraeré al desierto , le hablaré al corazón y le daré sus viñas y allí cantará como en tiempos de su juventud”.

Es que el desierto también es lugar de encuentro con Dios, Dios lo hace para encontrarnos, si nos hacemos sensibles a Él, vigilantes y orantes, a pesar de nuestra aridez, podemos escuchar su voz , percibir la nube de su presencia, experimentar su Espíritu renovador, beber de su fuente de vida y experimentar sus maravillas.
Sí vivimos tiempo de desierto y soledad tal vez el mismo Dios es quien nos ha atraído allí para hablarnos. ¿Estamos sensibles y dispuestos a escuchar su voz y obedecerla y seguir su voluntad? Que este tiempo de Cuaresma, "tiempo de desierto", así como lo experimento Jesús en aquellos días de prueba, nos preparemos y permitamos que nuestro corazón siga siendo transformado, sanado y fortalecido por el Señor.

FRASE PARA RECORDAR ESTA SEMANA

AÚN EN MEDIO DEL DESIERTO, DIOS TIENE SIEMPRE UN OASIS DE CONSUELO Y ESPERANZA

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