martes, 1 de marzo de 2011

Sábado 5 de Marzo de 2011

“¿QUE ME DICE DIOS DIARIAMENTE?”


PRIMERA LECTURA
ECLESIÁSTICO 51,17-27


“LE DOY GRACIAS AL QUE ME HA CONCEDIDO SABIDURÍA”

Doy gracias y alabo y bendigo el nombre del Señor. Siendo aún joven, antes de torcerme, deseé la sabiduría con toda el alma, la busqué desde mi juventud y hasta la muerte la perseguiré; crecía como racimo que madura, y mi corazón gozaba con ella, mis pasos caminaban fielmente siguiendo sus huellas desde joven, presté oído un poco para recibirla, y alcancé doctrina copiosa; su yugo me resultó glorioso, daré gracias al que me enseñó; decidí seguirla fielmente, cuando la alcance no me avergonzaré; mi alma se apegó a ella, y no apartaré de ella el rostro; mi alma saboreó sus frutos, y jamás me apartaré de ella; mi mano abrió sus puertas, la mimaré y la contemplaré; mi alma la siguió desde el principio y la poseyó con pureza.

REFLEXIÓN:

Quien nos habla ahí en el Libro Eclesiástico, es alguien que ha encontrado luz, que ha encontrado alegría, y ha encontrado un camino, y todo lo ha encontrado con la Sabiduría.
Se está hablando de la Sabiduría como un tesoro precioso, como una decisión que se toma, es una opción, es una decisión; una decisión que transforma la vida, pero una decisión que ocupa toda la vida. La búsqueda de la Sabiduría, podemos decir, que es la búsqueda de la decisión correcta.
La primera lectura nos presenta un corazón que ha vivido prendado de la sabiduría. No se trata simplemente de llenar la cabeza de datos. La Biblia no tiene elogios para una persona que tiene mucha información pero poca formación. La sabiduría en la Biblia es el arte de vivir bien, y el bien vivir consiste en seguir el camino del Señor. Es así de sencillo, así de arduo, así de hermoso, así de posible, así de grande.

SALMO RESPONSORIAL: 18
R: Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 11, 27-33

“¿CON QUÉ AUTORIDAD HACES ESTO?”

La autoridad de Jesús
Después de esto regresaron a Jerusalén. Mientras Jesús andaba por el templo, se acercaron a él los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos, y le preguntaron:
--¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te dio la autoridad para hacerlo?
Jesús les contestó:
--Yo también les voy a hacer una pregunta: ¿Quién envió a Juan a bautizar, Dios o los hombres? Contéstenme, y yo les diré con qué autoridad hago esto.
Ellos se pusieron a discutir unos con otros: "Si respondemos que Dios lo envió, va a decir: 'Entonces, ¿por qué no le creyeron?' ¿Y cómo vamos a decir que lo enviaron los hombres?..." Tenían miedo de la gente, pues todos creían que Juan era un profeta. Así que respondieron a Jesús:
--No lo sabemos.
Entonces Jesús les contestó:
--Pues yo tampoco les digo con qué autoridad hago esto.

REFLEXIÓN

Autoridad es el poder de hacer obedecer, dar órdenes y tomar decisiones. Los discípulos llamaron a Jesús “Señor”, reconociendo su autoridad. Le dieron el derecho de tomar decisiones sobre sus vidas: les llamó, les envió, les hizo caminar con él por los caminos de Galilea, les obligó a mirar de frente la realidad del sufrimiento del pueblo. Jesús probó su autoridad con sus enseñanzas, transmitiéndoles lo que había oído del Padre. Demostró su autoridad sobre la naturaleza, caminando sobre el mar y multiplicando el pan para el pueblo hambriento. Mostró su autoridad misericordiosa sobre el dolor y la muerte. Expresó su autoridad moral viviendo una vida de total coherencia. Reveló su autoridad espiritual perdonando los pecados y transformando unas vidas marginadas en vidas dignas y útiles. ¿Por qué, entonces, los jefes judíos le cuestionan su autoridad? ¿Qué intereses y privilegios políticos, económicos y religiosos estaba desmantelando Jesús, que las “autoridades” lo cuestionan?


PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Reconocemos a Jesús como nuestro Señor y le damos el derecho de gobernar nuestras vidas?
2. ¿Vivimos en la luz? ¿Buscamos de la Sabiduría de Dios en cada paso que damos y decisión que tomamos?

ORACIÓN
Señor, el mundo nos presenta un conocimiento y sabiduría distinta a la tuya, te pedimos nos des de tu Sabiduría, de tu luz para vivir, queremos abrirle nuestra puerta y saborear sus frutos y no apartarnos nunca de ella. Amén.


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