lunes, 1 de noviembre de 2010

Martes, 16 de noviembre de 2010

¡LLEGÓ LA SALVACIÓN!

PRIMERA LECTURA
APOCALIPSIS 3,1-6 14-22

“SI ALGUIEN ME ABRE LA PUERTA, YO ENTRARÉ Y CENAREMOS JUNTOS”

El mensaje a Sardes
"Escribe también al ángel de la iglesia de Sardes: 'Esto dice el que tiene los siete espíritus de Dios y las siete estrellas: Yo sé todo lo que haces, y sé que estás muerto aunque tienes fama de estar vivo. Despiértate y refuerza las cosas que todavía quedan, pero que ya están a punto de morir, pues he visto que lo que haces no es perfecto delante de mi Dios. Recuerda, pues, la enseñanza que has recibido; síguela y vuélvete a Dios. Si no te mantienes despierto, iré a ti como el ladrón, cuando menos lo esperes. Sin embargo, ahí en Sardes tienes unas cuantas personas que no han manchado sus ropas; ellas andarán conmigo vestidas de blanco, porque se lo merecen. Los que salgan vencedores serán así vestidos de blanco, y no borraré sus nombres del libro de la vida, sino que los reconoceré delante de mi Padre y delante de sus ángeles. ¡El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias!'

El mensaje a Laodicea
"Escribe también al ángel de la iglesia de Laodicea: 'Esto dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el origen de todo lo que Dios creó: Yo sé todo lo que haces. Sé que no eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero como eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Pues tú dices que eres rico, que te ha ido muy bien y que no te hace falta nada; y no te das cuenta de que eres un desdichado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por eso te aconsejo que de mí compres oro refinado en el fuego, para que seas realmente rico; y que de mí compres ropa blanca para vestirte y cubrir tu vergonzosa desnudez, y una medicina para que te la pongas en los ojos y veas. Yo reprendo y corrijo a todos los que amo. Por lo tanto, sé fervoroso y vuélvete a Dios. Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos. A los que salgan vencedores les daré un lugar conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono. ¡El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias!"

REFLEXIÓN
De las cartas a las siete Iglesias del Asia -todas en la actual Turquía, una va para "el ángel de la Iglesia de Sardes", lo que puede significar al pastor responsable o a la comunidad entera. Sardes era una ciudad comercial muy viva. La carta echa en cara a la comunidad cristiana: "tienes nombre como de quien vive, pero estás muerto". Y les exhorta a convertirse: "ponte en vela, reanima lo que te queda y está a punto de morir... arrepiéntete, porque si no estás en vela, vendré como ladrón". Eso sí, en esa comunidad hay algunos "que no han manchado su ropa" y han vencido a las tentaciones del mundo. Ésos participarán en la victoria de Cristo: "ante mi Padre y ante sus ángeles reconoceré su nombre".
La otra carta va dirigida a la comunidad de Laodicea, ciudad cercana a Colosas, con fuentes termales, rica en industria textil y famosa por una escuela de medicina ocular. Las palabras de la carta son muy duras: "no eres ni frío ni caliente, voy a escupirte de mi boca".
Si los de Laodicea estaban orgullosos de su riqueza, aquí les tacha de pobres y miserables; si tenían telares, les acusa de que están desnudos; si eran famosos sus médicos oculistas, pero en lo fundamental están ciegos. Irónicamente les aconseja que compren oro refinado y un vestido blanco y colirio para los ojos.

SALMO RESPONSORIAL: 14
R. Al que salga vencedor lo sentaré en mi trono, junto a mí

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 19, 1-10

“EL HIJO DEL HOMBRE VINO A BUSCAR Y SALVAR LO PERDIDO”

Jesús entró en Jericó y comenzó a atravesar la ciudad. Vivía allí un hombre rico llamado Zaqueo, jefe de los que cobraban impuestos para Roma. 3 Este quería conocer a Jesús, pero no conseguía verlo porque había mucha gente y Zaqueo era pequeño de estatura. Por eso corrió adelante y, para alcanzar a verlo, se subió a un árbol cerca de donde Jesús tenía que pasar. Cuando Jesús pasaba por allí, miró hacia arriba y le dijo:
--Zaqueo, baja en seguida, porque hoy tengo que quedarme en tu casa.
Zaqueo bajó aprisa, y con gusto recibió a Jesús. Al ver esto, todos comenzaron a criticar a Jesús, diciendo que había ido a quedarse en la casa de un pecador. Zaqueo se levantó entonces y le dijo al Señor:
--Mira, Señor, voy a dar a los pobres la mitad de todo lo que tengo; y si le he robado algo a alguien, le devolveré cuatro veces más.
Jesús le dijo:
--Hoy ha llegado la salvación a esta casa, porque este hombre también es descendiente de Abraham. Pues el Hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que se había perdido.

REFLEXIÓN
También hoy Jericó es escenario privilegiado de la acción salvífica de Dios. Y el destinario concreto de esta salvación es el pequeño Zaqueo, bajito de estatura, pero grande a los ojos de Dios. He aquí a un hombre que en medio de su notable condición pecadora, se deja tocar por el amor y la misericordia de Dios. Zaqueo no se esconde, no le teme al que dirán, tiene bien claro su objetivo, quiere ver a Jesús, y lucha por conseguirlo, subiéndose a un árbol.
Jesús hoy quiere hospedarse al igual que en la casa de zaqueo hoy en nuestra propia casa. El viene ofreciendo la salvación puerta a puerta, ¿estamos en condición de bajar del árbol del orgullo, de la prepotencia, de la avaricia, en fin de todo lo que nos distancia de Dios y de nuestros hermanos, o preferimos seguir encaramados allí? Zaqueo bajó enseguida y recibió muy contento a Jesús. Ojalá también haya en nosotros hoy esa misma disponibilidad y prontitud para descender y encontrarnos cara a cara con Jesús que quiere transformar nuestra vida y brindarnos la salvación. Naturalmente, el encuentro con Jesús será desde la clave de la fe y la disposición. El compromiso de Zaqueo que eres tú y que soy yo es concreto:”voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres; si he defraudado a alguien, restituiré, le devolveré cuatro veces más”

PARA REFLEXIONAR
1. ¿Qué significa el nombre y el personaje de Zaqueo?
2. ¿Cuáles actitudes de este relato me confrontan con más fuerza?
3. ¿Cómo buscar y ayudar a salvar hoy a quienes están perdidos?

ORACIÓN
Quiero dejarlo todo por Ti, Señor, que no me aten las riquezas, ni se agote mi vida tras de los bienes que carcome la polilla. Amén.

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