lunes, 1 de noviembre de 2010

Domingo, 14 de noviembre de 2010

VIGILANTES A TODA HORA”

PRIMERA LECTURA
MALAQUIAS 3, 19-20

"LES ILUMINARÁ UN SOL DE JUSTICIA”

Mirad que llega el día, ardiente como un horno: malvados y perversos serán la paja, y los quemaré el día que ha de venir
-dice el Señor de los ejércitos-, y no quedará de ellos ni rama ni raíz.
Pero a los que honran mi nombre los iluminará un sol de justicia que lleva la salud en las alas.

REFLEXIÓN
A medida que llegamos al final del año litúrgico las lecturas nos invitan a reflexionar sobre el final de nuestra propia vida y también sobre el término y meta de cuanto conocemos. La imagen es muy fuerte: un día terrible, algo muy fuerte está por llegar y caerá como un lazo sobre toda la tierra.
Malaquías, a través de un lenguaje apocalíptico, alienta al pueblo justo que sirve enteramente al Señor, indicándoles que ya llegará el día en que se hará sentir la justicia de Dios sobre los que no guardan su ley; que ellos no son los que realmente dirigen el caminar de la historia, sino que es el Dios amante de la vida quien la guía, conduciéndola por el camino de la paz y de la vida. Todos los que caminan por el camino del Señor serán iluminados por el “sol de la justicia” que irradia su luz en medio de la oscuridad, en medio del dolor y la muerte.


SALMO RESPONSORIAL: 97
R. El Señor llega para regir los pueblos con rectitud

SEGUNDA LECTURA
SEGUNDA DE TESALONICENSES 3, 7-12

“EL QUE NO TRABAJA, QUE NO COMA”

Pues ustedes saben cómo deben vivir para seguir nuestro ejemplo: nosotros no llevamos entre ustedes una conducta indisciplinada, ni hemos comido el pan de nadie sin pagarlo. Al contrario, trabajamos y luchamos día y noche para no serle una carga a ninguno de ustedes. Y ciertamente teníamos el derecho de pedirles a ustedes que nos ayudaran, pero trabajamos para darles el ejemplo que ustedes deben seguir. Cuando estuvimos con ustedes, les dimos esta regla: El que no quiera trabajar, que tampoco coma. Pero hemos sabido que algunos de ustedes llevan una conducta indisciplinada, muy ocupados en no hacer nada. A tales personas les mandamos y encargamos, por la autoridad del Señor Jesucristo, que trabajen tranquilamente para ganarse la vida.

REFLEXIÓN
Muchos de los creyentes de Tesalónica, específicamente las “clases superiores”, pensaron que no debían preocuparse por las cosas de la vida cotidiana, como el trabajo, y que más bien debían esperar, de brazos cruzados, la inminente venida del Señor y dedicarse a la ociosidad. Pablo llama fuertemente la atención sobre esta errada actitud, pues son personas que viven del trabajo ajeno, son explotadores de los otros (esclavos) y que, gracias a ello, acumulan riquezas sin esforzarse en absoluto. Es a ellos a quienes Pablo se dirige fuertemente: el que no quiere trabajar que no coma (v.10), ya que esta actitud no es propia de la enseñanza de los apóstoles.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 21,5-19

¡CUIDADO, NO SE DEJEN ENGAÑAR!

Jesús anuncia que el templo será destruido
(Mt 24.1-2; Mc 13.1-2)
Algunos estaban hablando del templo, de la belleza de sus piedras y de las ofrendas votivas que lo adornaban. Jesús dijo:
--Vendrán días en que de todo esto que ustedes están viendo no quedará ni una piedra sobre otra. Todo será destruido.
Señales antes del fin
(Mt 24.3-28; Mc 13.3-23)
Entonces le preguntaron:
--Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto? ¿Cuál será la señal de que estas cosas ya están a punto de suceder?
Jesús contestó: "Tengan cuidado para no dejarse engañar. Porque vendrán muchos haciéndose pasar por mí. Dirán: 'Yo soy', y 'Ahora es el tiempo.' Pero ustedes no los sigan. Y cuando tengan noticias de guerras y revoluciones, no se asusten, pues esto tiene que ocurrir primero; sin embargo, aún no habrá llegado el fin."
Siguió diciéndoles: "Una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro. Habrá grandes terremotos, y hambres y enfermedades en diferentes lugares, y en el cielo se verán cosas espantosas y grandes señales.
"Pero antes de esto, a ustedes les echarán mano y los perseguirán. Los llevarán a juzgar en las sinagogas, los meterán en la cárcel y los presentarán ante reyes y gobernadores por causa mía. Así tendrán oportunidad de dar testimonio de mí. Háganse el propósito de no preparar de antemano su defensa, porque yo les daré palabras tan llenas de sabiduría que ninguno de sus enemigos podrá resistirlos ni contradecirlos en nada. Pero ustedes serán traicionados incluso por sus padres, sus hermanos, sus parientes y sus amigos. A algunos de ustedes los matarán, y todo el mundo los odiará por causa mía; pero no se perderá ni un cabello de su cabeza. ¡Manténganse firmes, para poder salvarse!

REFLEXIÓN
El texto del evangelio de hoy, abarca al menos tres momentos: 1º el anuncio de la destrucción del templo de Jerusalén; 2º: ante este hecho, no confundirse por la llegada del fin; 3º: el tiempo de la persecución se transforma en una ocasión para dar testimonio.
El inicio aparece como una apreciación artística. La estética de los arquitectos y el buen gusto de los peregrinos con sus ofrendas, son la admiración de residentes y visitantes. El esplendor del templo obedece al gusto de su último reconstructor (el rey Herodes año 40 a.C.). El rey de las edificaciones militares, de fastuosos palacios y reconstructor de una población entera. Los peregrinos quedan boquiabiertos ante la magnificencia de la edificación del templo por sus lujos y decoraciones. Para la mentalidad judía de entonces, el fin del templo era uno de los signos del final de los tiempos. La pregunta sobre el término de la historia pasa ahora a ocupar el centro de atención: Jesús es interpelado en su calidad de “Maestro”; 1º ¿cuándo sucederá esto?, 2º ¿Cuál signo inequívoco dará el anuncio?. En la consulta se usa el plural “estas cosas”, así, la destrucción del templo es uno de los eventos distintivos de los últimos días, pero no el único, hay otros más.
En esta ocasión Jesús responde con tono fuerte con imperativos; la enseñanza debe quedar en los oyentes, la fragilidad de sus seguidores preocupa a Jesús. Siempre que se viven tiempos difíciles es muy fácil “ser engañados”, caer en manos de avivatos, estos charlatanes aprovechan las calamidades para anunciar el fin del mundo y se ofrecerán como liberadores, de quienes, no quieran perecer en los eventos finales.
Cuando tenemos una idea equivocada del día del Señor, de su venida, los efectos negativos en nuestra vida no se harán esperar. La inquietud, el miedo, la intranquilidad, el desespero, serán nuestros diario compañeros, o bien por el pánico caeremos en la irresponsabilidad, la negligencia, la indiferencia, o el dejar pasar los días con pasividad. Es la misma actitud que san pablo reprocha a los tesalonicenses; ellos creían que la venida del Señor era inminente, por lo cual ya nada había que hacer. Es cuando más se debe trabajar con empeño por nuestra salvación y el progreso y desarrollo de nuestro entorno.
De la belleza y magnificencia del templo “no quedará piedra sobre piedra, todo será destruido”.
De este modo Jesús anuncia la presencia de un nuevo templo, de un nuevo proyecto de vida, no basado en una estructura física construida por manos humanas, sino el nuevo templo espiritual basado en una nueva relación de amor, misericordia, perdón, solidaridad y justicia.

PARA REFLEXIONAR
1. ¿Cómo salvar la vida hoy?
2. ¿Cuál es mi respuesta ante las calamidades y sufrimientos del hoy?
3. ¿Cuándo vivo momentos de persecución e incomprensión cómo los afronto?

ORACIÓN
Concédenos Señor, tu ayuda para entregarnos fielmente a tu servicio porque sólo en el cumplimiento de tu voluntad podremos encontrar la felicidad verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén

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