lunes, 1 de noviembre de 2010

Jueves, 4 de noviembre de 2010

“HAY ALEGRIA HOY EN EL CIELO”

PRIMERA LECTURA
FILIPENSES 3,3.8 a

Porque los verdaderos circuncidados somos nosotros, los que adoramos a Dios movidos por su Espíritu, y nos gloriamos de ser de Cristo Jesús, y no ponemos nuestra confianza en las cosas externas. Aunque también yo tengo razones para confiar en tales cosas. Nadie tendría más razones que yo para confiar en ellas: me circuncidaron a los ocho días de nacer, soy de raza israelita, pertenezco a la tribu de Benjamín, soy hebreo e hijo de hebreos. En cuanto a la interpretación de la ley judía, fui del partido fariseo; era tan fanático, que perseguía a los de la iglesia; y en cuanto a la justicia que se basa en el cumplimiento de la ley, era irreprochable. Pero todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lo tengo por algo sin valor. Aún más, a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él

REFLEXIÓN
Parece que la comunidad de Filipo tenía problemas, algunos de los judíos que se convirtieron al cristianismo querían imponer sus costumbres, especialmente la circuncisión y las tradiciones rituales judías. Pablo se pone como ejemplo a sí mismo, convertido del judaísmo, renuncia a todo aquello que ha sido superado por el evangelio de Cristo. Si el predica la liberación de la ley antigua no es porque no sea o no se sienta judío. Está orgulloso de pertenecer al pueblo de Israel: de haber sido circuncidado a los ocho días de nacer, como los buenos judíos, de pertenecer a la tribu de Benjamín, de ser “hebreo por los cuatro costados” y, en concreto, de ser fariseo, y como buen fariseo, haber sido irreprochable en el cumplimiento de la ley, como luego fue intransigente en la persecución de los cristiano. Pero ha pasado algo decisivo en su vida: se encontró con Cristo Jesús, y entonces todo lo anterior, “que para él era ganancia, lo consideró pérdida comparado con Cristo”. Todo lo demás lo dejó a un lado, “lo estimó basura”, “con tal de ganar a Cristo”. Los que ven nuestro estilo de vida tendrían que notar que los cristianos hemos hecho una opción por los valores de Cristo, por encima de otros valores humanos, ¿podríamos decir que todo lo que se considera “ganancia” según los criterios del mundo, lo hemos dejado en segundo término, porque hemos descubierto a Cristo en nuestra vida?

SALMO RESPONSORIAL: 104
R. Que se alegren los que buscan al Señor.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 15,1-10

“HABRÁ ALEGRÍA EN EL CIELO POR UN SOLO PECADOR QUE SE CONVIERTA”

La parábola del pastor que encuentra su oveja
(Mt 18.10-14)
Todos los que cobraban impuestos para Roma y otra gente de mala fama se acercaban a Jesús, para oírlo. Los fariseos y los maestros de la ley lo criticaban por esto, diciendo:
--Este recibe a los pecadores y come con ellos.
Entonces Jesús les dijo esta parábola: "¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las otras noventa y nueve en el campo y va en busca de la oveja perdida, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, contento la pone sobre sus hombros, y al llegar a casa junta a sus amigos y vecinos, y les dice: 'Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido.' Les digo que así también hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
La parábola de la mujer que encuentra su moneda
"O bien, ¿qué mujer que tiene diez monedas y pierde una de ellas, no enciende una lámpara y barre la casa buscando con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: 'Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que había perdido.' Les digo que así también hay alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que se convierte."

REFLEXIÓN
Los fariseos y los doctores de la ley se escandalizaban hasta el extremo porque Jesús acogía y comía con los pecadores, los recaudadores de impuestos, y hasta las mismas prostitutas, para enseñarlos y revelarles el rostro misericordioso de Dios Padre.
Los publicanos o recaudadores de impuestos eran personas contratadas por el gobierno de Roma para cobrar los impuestos. Tenían que entregar una cantidad determinada, pero para su manutención podía sobrecargar los impuestos. Tanto por su oficio como por su proceder eran considerados como “pecadores”.
En el texto de hoy Jesús una vez más, es observado y criticado por parte del rígido legalismo del poder judío. Pero a Jesús lo tiene sin cuidado ese tipo de comentarios, pues sabe muy bien que ha venido para cumplir la voluntad de Dios y no para agradar ni complacer a los hombres. ¡Y cuál es la voluntad de Dios sino que todos los hombres y mujeres se salven y realicen y lleguen así al conocimiento de la verdad!
La alegría del pastor que encuentra su oveja perdida o la de la mujer que encuentra su moneda es la misma, incluso en grado superior, a la que siente Dios cuando sus hijos que se han extraviado del camino se dejan encontrar por su amor y su misericordia infinita. Nuestro Padre Dios no puede permitir que ninguno de sus hijos más amados se pierda. El Dios de nosotros los cristianos es aquel que sale en busca del ser humano, que nunca lo abandona, que no se complace en la miseria ni en el sufrimiento. Dejémonos encontrar hoy de su infinita misericordia que nos renueva, purifica y transforma.
Ante los ojos de Dios siempre somos valiosos: Él nos creó con amor y nos acompaña a lo largo de nuestra vida. Jesús revela este mismo criterio en todo el evangelio, cuando sale a buscar a diario a los pecadores, a los marginados, a los enfermos, a los niños, a las mujeres necesitadas, a los pobres, etc.; pero también Jesús se pone siempre al servicio del justo, pues su amor no es excluyente. Cuando una mamá cuida a su hijo enfermo no descuida a los otros.

PARA REFLEXIONAR
1. ¿Qué significa en el texto de hoy juntarse con pecadores y comer con ellos?
2. ¿Todavía fomento las críticas y los comentarios destructivos?
3. ¿En mis acciones cotidianas busco a los necesitados y “perdidos del camino”?

ORACIÓN
Dame misericordia, Señor para que sea testigo de tu amor, que ese sea mi sello, mi distinción, que tu amor me habite, que todo lo que vivo es porque me impulsa tu Espíritu Santo. Amén.

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