lunes, 1 de noviembre de 2010

Lunes, 1 de noviembre de 2010

“TODOS DEBEMOS SER SANTOS”

PRIMERA LECTURA
APOCALIPSIS 7,2-4, 9-14

También vi otro ángel que venía del oriente, y que tenía el sello del Dios viviente. Este ángel gritó con fuerte voz a los otros cuatro que habían recibido poder para hacer daño a la tierra y al mar: "¡No hagan daño a la tierra ni al mar ni a los árboles, mientras no hayamos puesto un sello en la frente a los siervos de nuestro Dios!"
Y oí el número de los que así fueron señalados: ciento cuarenta y cuatro mil de entre todas las tribus israelitas.
Después de esto, miré y vi una gran multitud de todas las naciones, razas, lenguas y pueblos. Estaban en pie delante del trono y delante del Cordero, y eran tantos que nadie podía contarlos. Iban vestidos de blanco y llevaban palmas en las manos. Todos gritaban con fuerte voz: "¡La salvación se debe a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero!"
Y todos los ángeles estaban en pie alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro seres vivientes; y se inclinaron delante del trono hasta tocar el suelo con la frente, y adoraron a Dios diciendo: "¡Amén! La alabanza, la gloria, la sabiduría, la gratitud, el honor, el poder y la fuerza sean dados a nuestro Dios por todos los siglos. ¡Amén!"
Entonces uno de los ancianos me preguntó: "¿Quiénes son estos que están vestidos de blanco, y de dónde han venido?" "Tú lo sabes, señor", le contesté. Y él me dijo: "Estos son los que han pasado por la gran tribulación, los que han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero.

REFLEXIÓN
Lo primero que atrae nuestra atención en este día es la contundente manifestación del bien. Estamos acostumbrados a que el mal haga espectáculo. El mal es notorio y llega a volverse notable, y nuestra mente quizá ha llegado a acostumbrarse a eso. La primera lectura cambia este hábito de nuestra mente: "una muchedumbre que nadie podría contar" (Ap.7,9). Después de todo, el bien también existe; está entre nosotros, aunque, por ahora, permanece de modo casi invisible.
En esa muchedumbre el vidente del Apocalipsis encuentra gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación. Otra imagen que nos sorprende. Tal vez estamos acostumbrados a pensar la salvación en términos de élites y de exclusiones: los del hemisferio Norte tienen un nivel de vida, y los del Sur, otro; los ricos gozan lo que no pueden disfrutar los pobres; los educados y los incultos, los sanos y los enfermos. Siempre parece que la salvación y la felicidad son para un grupo cerrado que deja excluido al resto. La alegría del Apocalipsis es distinta; en ella la exclusión ha sido excluida.
La muchedumbre de la tierra se une a la muchedumbre del cielo. Pensábamos que luchábamos solos, que sufríamos solos, que no teníamos más compañía que nuestras propias ideas y recursos. De repente, el velo se corre y vemos que estamos y que siempre estuvimos acompañados. Millares de ángeles se gozan en el mismo Dios nuestro, y nuestro gozo es su mismo gozo.

SALMO RESPONSORIAL: 23
R. Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor.

SEGUNDA LECTURA
PRIMERA DE JUAN 3, 1-3

Miren cuánto nos ama Dios el Padre, que se nos puede llamar hijos de Dios, y lo somos. Por eso, los que son del mundo no nos conocen, pues no han conocido a Dios. Queridos hermanos, ya somos hijos de Dios. Y aunque no se ve todavía lo que seremos después, sabemos que cuando Jesucristo aparezca seremos como él, porque lo veremos tal como es. Y todo el que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, de la misma manera que Jesucristo es puro.

REFLEXIÓN
Nos hace una afirmación contundente: el Padre nos ama y nos ha llamado hijos suyos. La filiación la recibimos por Cristo, en Él somos hijos del Padre que nos ama aunque todavía no se manifieste lo que seremos. Aunque no seamos santos, ni perfectos como Él quiere, Dios Padre, tiene siempre la esperanza abierta a que lo seamos, a que hagamos vida ese proyecto suyo. Vamos a ser semejantes a Él en todo, purificados en su amor, sin embargo, aun estamos lejos de vivir esa realidad y por eso nos invita a hacer su voluntad por medio de su Hijo y espera de nosotros que así sea. Esta confianza de Dios debe ser respondida con actitudes existenciales de nuestra parte , de apertura de amor, de compromiso con su voluntad, de resistencia al pecado.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 5,1-12a

"ESTÉN ALEGRES Y CONTENTOS,
PORQUE SU RECOMPENSA SERÁ GRANDE EN EL CIELO"

Al ver la multitud, Jesús subió al monte y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, y él tomó la palabra y comenzó a enseñarles, diciendo:

Lo que realmente cuenta ante Dios
"Dichosos los que tienen espíritu de pobres, porque de ellos es el reino de los cielos. "Dichosos los que sufren, porque serán consolados. "Dichosos los humildes, porque heredarán la tierra prometida. "Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque serán satisfechos. "Dichosos los compasivos, porque Dios tendrá compasión de ellos. "Dichosos los de corazón limpio, porque verán a Dios. "Dichosos los que trabajan por la paz, porque Dios los llamará hijos suyos. "Dichosos los perseguidos por hacer lo que es justo, porque de ellos es el reino de los cielos.
"Dichosos ustedes, cuando la gente los insulte y los maltrate, y cuando por causa mía los ataquen con toda clase de mentiras. Alégrense, estén contentos, porque van a recibir un gran premio en el cielo; pues así también persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes.

REFLEXIÓN
Hoy celebramos en nuestra liturgia la fiesta de todos los santos. Dios nos quiere a todos felices y para alcanzar esa plenitud en la comunión con Él, nos hace hoy esta invitación a ser santos como Él es santo (Lev.19,2). Esta festividad nos representa visualmente a toda la multitud de los redimidos para descubrirnos el destino que nos espera también a nosotros, como peregrinos en esta vida. Es, además, un motivo para hacernos conscientes de nuestra solidaridad con todos aquellos que nos han precedido en el mundo del espíritu. Todos aquellos, que ya viven frente a Dios, y que siguen dando esperanza en el recuerdo e impulso a nuestra vida.
Infortunadamente se sigue pensando que los santos fueron unos personajes extraños de los primeros siglos de la era cristiana o de la edad media, mas no de nuestros tiempos. Se ha creído que la santidad consiste en hacer cosas extrañas, adquirir posturas o espiritualidades raras, místicas. Ser santo al estilo de Jesús es simplemente tratar de reproducir la imagen de Cristo, asumiendo y comprometiéndome con su Palabra y su proyecto de vida. Por tanto podemos afirmar que la santidad no es una propuesta inalcanzable, se trata con la ayuda y guía del Espíritu Santo de ser fiel, ir hasta el final, permanecer y perseveras en el camino de Dios, cubrir la distancia, como el Padre con su Hijo (Mateo 5,48).

Para iluminar esta fiesta se nos propone los primeros doce versículos de mateo 5. En la tradición este pasaje se ha denominado el texto del “sermón del monte o de las bienaventuranzas”. Según mateo 5,1 este anuncio testimonial de Jesús va dirigido a las muchedumbres. Sin embargo, en un círculo más próximo, se hallan los discípulos, y para superar la experiencia de Moisés en el Sinaí, el Hijo de Dios, desde un monte entrega la nueva enseñanza y propuesta de vida a todos los suyos. Jesús camina para enseñar con su propia vida, pero también, como en este caso se “sienta” para darnos en su Palabra una explicación de la manera como entiende su existencia.
Las bienaventuranzas proclamadas por Jesús a sus discípulos representan, de manera sintética, una nueva forma de comprender la acción de Dios en la humanidad. No son una nueva ley que determina estrictamente la vida de sus seguidores, sino una propuesta de vida que tiene como eje fundamental la misericordia. Son verdaderamente felices y santos los que viven según la misericordia, es decir, aquellos que reaccionan ante el sufrimiento ajeno y buscan erradicarlo movidos simplemente por el amor al otro. Con las bienaventuranzas Jesús está expresando su más profundo querer: que todos los seres humanos sean felices, en especial aquellos que son víctimas de la injusticia social; es el nuevo programa del reinado de Dios, es la expresión de la voluntad de Dios para sus hijos, es la respuesta amorosa de Dios para los que sufren por su causa. Aquí encontramos un nuevo orden de valores y realidades: son felices los pobres, los mansos, los afligidos, los perseguidos, en últimas, aquellos que no representan algún poder o importancia en la sociedad. Seguir entonces a Jesús implica abrir los ojos y los oídos al mundo de los pobres, pasar por nuestro corazón sus situaciones de dolor y actuar misericordiosamente, es lo que verdaderamente nos conduce a la santidad.
Si todos estamos llamados a la santidad... no puede ser que lo consigan sólo tan poquísimos, como son los famosos, o los reconocidos... La santidad no es de los altares, sino de todos los días... Las bienaventuranzas son para todos...

PARA REFLEXIONAR
1. ¿Me seduce hoy el proyecto de ser santo?
2. ¿Qué es para mí la santidad?
3. ¿Reconozco y valoro la santidad de mi familia, de la sociedad, y de mi pequeña comunidad?

ORACIÓN
Oh Dios de amor a quien adoramos, Admirable y Único Santo entre todos los santos, imploramos tu gracia para que, al consumar nuestra santificación en la plenitud de tu amor, podamos pasar de esta mesa de la iglesia peregrina al banquete de la patria celestial. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Martes, 2 de noviembre de 2010

“CREO QUE JESÚS MURIÓ Y RESUCITÓ”


PRIMERA LECTURA
LAMENTACIONES 3,27-26

De mí se ha alejado la paz y he olvidado ya lo que es la dicha. Hasta he llegado a pensar que ha muerto mi firme esperanza en el Señor. Recuerdo mi tristeza y soledad, mi amargura y sufrimiento; me pongo a pensar en ello y el ánimo se me viene abajo. Pero una cosa quiero tener presente y poner en ella mi esperanza: El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus bondades. Cada mañana se renuevan; ¡qué grande es su fidelidad! Y me digo: ¡El Señor lo es todo para mí; por eso en él confío! El Señor es bueno con los que en él confían, con los que a él recurren. Es mejor esperar en silencio a que el Señor nos ayude.

REFLEXIÓN
El libro de las Lamentaciones es una recopilación de cinco poemas llenos de dolor por la destrucción de Jerusalén y la muerte de sus habitantes.
Seguramente se escribió en el período posterior al exilio de Babilonia. La caída de Jerusalén y la destrucción del templo son el momento más trágico de la historia del Antiguo Testamento. Las promesas de Dios parece que se hubieran convertido en enemigo de Israel. Ante esta situación el autor del texto se siente hundido en el dolor y lo expresa con toda crudeza. Después reflexiona y a la vez que reconoce el pecado con que el pueblo ha vivido, acepta que ante Dios lo único que puede hacer es esperar: esperar que el Dios fiel vuelva a mostrarse, y decirle su confianza. El fragmento de hoy es una buena síntesis de estos sentimientos; primero, la manifestación del dolor expresado sin quitarle nada, el dolor crudo que está sintiendo y después “trae a la memoria” todos aquellos sentimientos que motivan a “esperar en silencio” que el Señor vuelva a mostrar su bondad.

SALMO RESPONSORIAL: 129
R. Espero en el Señor, espero en su palabra.

SEGUNDA LECTURA
ROMANOS 6,3-9

¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre.
Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado. Si nosotros hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él.

REFLEXIÓN
El texto que nos regala la liturgia se comprende mejor si se piensa en el bautismo primitivo cuando se usaba en el rito de la inmersión: el signo de sumergirse en el agua y salir de ella expresa muy bien lo que sucede a través de este rito: el hombre se une a Cristo sepultado en la muerte y resucitado de entre los muertos. Eso tiene una primera consecuencia: esta unión con Cristo trae un cambio en el modo de vivir. El que se ha unido conscientemente con Él, ciertamente querrá vivir del modo más parecido, sin pecado. Y esta unión tiene una segunda consecuencia que es vivir con Él más allá de la muerte. El cristiano cree que Jesús ha resucitado y vive para siempre, y por eso cree también que el que se ha sumergido con El en la muerte vivirá también por siempre.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 14, 1-6

“EN LA CASA DE MI PADRE HAY MUCHAS HABITACIONES Y YO LES ESTOY PREPARANDO LA SUYA”

"No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy."
Tomás le dijo a Jesús:
--Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?
Jesús le contestó:
--Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.

REFLEXIÓN
Los que nos han precedido, nos han dejado una herencia vivida en el amor y en la fe, en el sacrificio y en el trabajo. Por eso, celebrar hoy la conmemoración de los fieles difuntos es la manifestación fraterna de nuestra solicitud cristiana y de nuestro agradecimiento por nuestros seres queridos. El sacrificio de Cristo en la cruz, nos alcanza la salvación, abre a ellos y a nosotros la esperanza de la vida eterna. El apóstol Pablo nos anuncia hoy un mensaje de alegría, de esperanza y victoria; ante la muerte, Pablo no quiere que vivamos tristes y desconsolados como los que no tienen esperanza. Para un cristiano la muerte no puede ser el final, sino el comienzo de una vida nueva, pues tiene la absoluta certeza de que Dios le concede participar de la muerte de Jesús para resucitar victorioso con Él.

“Muchos dicen que soy un ser para la muerte, los filósofos dicen que soy un ser para la nada, pero mi fe tiene una razón: ¡yo creo que Jesús murió y resucitó!”
Hoy es una noticia consoladora saber que si participamos de la muerte de Cristo, también participaremos un día de su gloriosa resurrección. San Pablo le reprocha a la comunidad de Corinto y nos sigue reprochando a nosotros fuertemente: “si se proclama que Cristo resucitó de la muerte, ¿cómo algunos de ustedes siguen diciendo que no hay resurrección de los muertos?” (1 de corintios 15,12). Recordamos en este día con afecto y gratitud a todos nuestros seres queridos difuntos con la feliz esperanza de que un día nos encontraremos todos en el gran banquete del Reino de Dios.
No es que estemos festejando el dominio de la muerte en nuestras vidas, como si la muerte fuera el destino último de la humanidad, como si la muerte tuviese la última palabra; el evangelio de este día nos confirma, a través de la resurrección de Jesús, que la vida está por encima de la muerte. La vida es el destino de la humanidad, pues es el querer de Dios, es su proyecto; y es este proyecto el que Jesús vivió y proclamó: que todos y todas tuviéramos vida abundante y digna. Los que presenciaban la agonía de Jesús en la cruz creían que era la derrota de un hombre y de un proyecto, no la donación de una vida a favor de la humanidad; el único que confiesa la acción salvífica de Dios efectuada en Jesús es el centurión romano: Realmente este hombre era Hijo de Dios; esta confesión nos lleva a afirmar que la muerte, y con ella todos los sistemas que ciegan la vida, es derrotada. Por lo tanto, la fe que confesamos debe estar apoyada por verdaderas acciones que defiendan la vida, tal como lo hizo Jesús de Nazaret.

PARA REFLEXIONAR
1. ¿Cuál puede ser el sentido bíblico de esta fiesta?
2. ¿Qué es para mí el camino, la verdad y la vida?
3. ¿Pienso al final de mi vida en un encuentro profundo de amor con Dios?

ORACIÓN
Bendito Dios de amor, hacemos hoy un acto de acción de gracias por el recuerdo de los que han realizado su pascua de este mundo a una dimensión plena. Se nos han adelantado, pero declaramos que el amor por ti y por ellos nada i nadie lo arrancará de nuestro corazón. En fe esperamos llegar a su encuentro para juntos gozar de la alabanza eterna a Ti, confesando como Pablo que la muerte fue vencida: “Dónde estará oh muerte tu aguijón….” 1 Co.15. ¡Oh amado Jesús cuánto esperamos este momento tan único y especial!

Miércoles, 3 de noviembre de 2010

“UNA MISIÓN QUE NOS PONE A PENSAR”

PRIMERA LECTURA
Filipenses 2,12-18

Por tanto, mis queridos hermanos, así como ustedes me han obedecido siempre, y no solo cuando he estado entre ustedes, obedézcanme más ahora que estoy lejos. Hagan efectiva su propia salvación con profunda reverencia; pues Dios, según su bondadosa determinación, es quien hace nacer en ustedes los buenos deseos y quien los ayuda a llevarlos a cabo.
Háganlo todo sin murmuraciones ni discusiones, para que nadie encuentre en ustedes culpa ni falta alguna, y sean hijos de Dios sin mancha en medio de esta gente mala y perversa. Entre ellos brillan ustedes como estrellas en el mundo, manteniendo firme el mensaje de vida. Así, cuando venga Cristo, yo podré sentirme orgulloso de ustedes, sabiendo que no he corrido ni trabajado en vano. Y aunque mi propia vida sea sacrificada para completar la ofrenda que ustedes hacen a Dios por su fe, yo me alegro y comparto esa alegría con todos ustedes. Alégrense ustedes también, y tomen parte en mi alegría.

REFLEXIÓN
Pablo nos sorprende hoy con una expresión que puede sonarnos extraña: “esfúercense con santo temor en lograr su salvación" (Flp 2,12). Pablo nos tenía acostumbrados a un lenguaje distinto. La salvación es un regalo, la salvación es gracia: este es el estilo del Nuevo Testamento en general, y de Pablo en particular, por ejemplo allí donde dice: " la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres" (Tit 2,11). O también: "por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios" (Ef 2,8). Ahora en cambio se nos habla de una salvación por la que hay que "esforzarse", y no de cualquier modo, sino "con santo temor", según dice esta traducción, o "con temor y con temblor", como dicen otras versiones. ¿Por qué este cambio?

Si seguimos el pasaje de hoy encontramos algo bien profundo: "es Dios quien, más allá de su buena disposición, realiza en ustedes el querer y el actuar". Lo que hay detrás de este cambio (aparente) es una enseñanza sobre la relación entre nuestra voluntad y la voluntad de Dios, entre nuestro querer y el querer de Dios. Con humildad, pero también con deseo de aprender, entremos un poco más en esta cuestión

SALMO RESPONSORIAL 26
R. El Señor es mi luz y mi salvación.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 14,25-33

“EL QUE NO RENUNCIA A TODOS SUS BIENES
NO PUEDE SER DISCÍPULO MÍO”

Mucha gente seguía a Jesús; y él se volvió y dijo: "Si alguno viene a mí y no me ama más que a su padre, a su madre, a su esposa, a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun más que a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no toma su propia cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿acaso no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? De otra manera, si pone los cimientos y después no puede terminarla, todos los que lo vean comenzarán a burlarse de él, diciendo: 'Este hombre empezó a construir, pero no pudo terminar.' O si algún rey tiene que ir a la guerra contra otro rey, ¿acaso no se sienta primero a calcular si con diez mil soldados puede hacer frente a quien va a atacarlo con veinte mil? Y si no puede hacerle frente, cuando el otro rey esté todavía lejos, le mandará mensajeros a pedir la paz. Así pues, cualquiera de ustedes que no deje todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo.

REFLEXIÓN
Muchas personas se postulaban como candidatas para seguir a Jesús, para ser sus discípulos(as). “Maestro, te seguiré a donde vayas”, le decían algunos, tal vez en un arrebato, en un momento de emotividad, de efervescencia y calor, porque a la hora de hacer realidad sus anhelos, empezaban a llover las condiciones: “Déjame primero ir a enterrar a mi padre” “primero déjame despedirme de mi familia” etc. Por eso hoy Jesús en el evangelio nos vuelve a recordar que el discipulado es una misión que nos pone a pensar con cabeza fría, como el que quiere construir una torre, o el rey que se dispone a luchar con su adversario.
Para ser auténticos discípulos de Jesús es necesario desligarnos de aquellos vínculos que nos mantienen atados al pasado y no nos permiten avanzar con libertad hacia la meta como hijos de Dios. Un verdadero discípulo de Jesús hace una elección radical, da un giro de 180 grados a su vida, huye del conformismo y de la mediocridad, no puede estar con un pie adentro y el otro afuera. Aquí el cambio de mentalidad es decisivo, pues se necesita “pensar como Jesús pensó” para estar en condiciones de cargar con la cruz de cada día. El compromiso cristiano no puede ser fruto de un momento emotivo, de un entusiasmo pasajero, sino que es una decisión continua, de cada día y para toda la vida, aunque a veces se sientan desánimos y no se tengan ganas de continuar el camino.
En la formación de Jesús a sus discípulos, podemos decir que se da dentro de un proceso, en el cual queremos destacar cinco aspectos fundamentales, que aparecen de diversa manera en cada etapa del camino, pero que se compenetra íntimamente y se alimentan entre sí:
a) el encuentro personal con Jesucristo;
b) la conversión;
c) el seguimiento o discipulado;
d) la comunión con el Maestro y con los otros discípulos;
e) la misión.

El discípulo no puede tener una fe totalmente desentendida de los problemas sociales y económicos que vive el mundo de hoy, una fe temerosa al compromiso y a la entrega total por los hermanos. De otra parte cuando Jesús habla de relativizar la familia, de dejar padre, madre, esposa, hijos, hermanos, se está refiriendo a la necesidad de edificar un nuevo sistema de relaciones, un nuevo modelo de sociedad, en el que la fraternidad, la solidaridad, el servicio son fundamentales y en el que toda estructura, incluida la familiar, están en función de construir este nuevo tipo de sociedad y no uno contrario. El seguidor de Jesús está llamado a ser partícipe de esta nueva sociedad, donde lo principal es hacer presente en la historia el reino de Dios, lo cual exige en él un cambio de valores y de prioridades: renunciar a todos sus bienes, es decir, renunciar a todo tipo de seguridad para poder colaborar libremente y sin impedimentos en la gran obra de Dios.

PARA REFLEXIONAR
1. ¿Cómo es mi relación con los bienes, las riquezas y mis posesiones?
2. ¿Pongo mis relaciones personales por encima del evangelio?
3. ¿Concibo el amor ágape (de Dios) como una donación y entrega total?

ORACIÓN
Te rogamos Señor que aumentes en nosotros la acción de tu poder y que alimentados con estos sacramentos, tu favor nos disponga para alcanzar las promesas que contienen. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Jueves, 4 de noviembre de 2010

“HAY ALEGRIA HOY EN EL CIELO”

PRIMERA LECTURA
FILIPENSES 3,3.8 a

Porque los verdaderos circuncidados somos nosotros, los que adoramos a Dios movidos por su Espíritu, y nos gloriamos de ser de Cristo Jesús, y no ponemos nuestra confianza en las cosas externas. Aunque también yo tengo razones para confiar en tales cosas. Nadie tendría más razones que yo para confiar en ellas: me circuncidaron a los ocho días de nacer, soy de raza israelita, pertenezco a la tribu de Benjamín, soy hebreo e hijo de hebreos. En cuanto a la interpretación de la ley judía, fui del partido fariseo; era tan fanático, que perseguía a los de la iglesia; y en cuanto a la justicia que se basa en el cumplimiento de la ley, era irreprochable. Pero todo esto, que antes valía mucho para mí, ahora, a causa de Cristo, lo tengo por algo sin valor. Aún más, a nada le concedo valor si lo comparo con el bien supremo de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por causa de Cristo lo he perdido todo, y todo lo considero basura a cambio de ganarlo a él

REFLEXIÓN
Parece que la comunidad de Filipo tenía problemas, algunos de los judíos que se convirtieron al cristianismo querían imponer sus costumbres, especialmente la circuncisión y las tradiciones rituales judías. Pablo se pone como ejemplo a sí mismo, convertido del judaísmo, renuncia a todo aquello que ha sido superado por el evangelio de Cristo. Si el predica la liberación de la ley antigua no es porque no sea o no se sienta judío. Está orgulloso de pertenecer al pueblo de Israel: de haber sido circuncidado a los ocho días de nacer, como los buenos judíos, de pertenecer a la tribu de Benjamín, de ser “hebreo por los cuatro costados” y, en concreto, de ser fariseo, y como buen fariseo, haber sido irreprochable en el cumplimiento de la ley, como luego fue intransigente en la persecución de los cristiano. Pero ha pasado algo decisivo en su vida: se encontró con Cristo Jesús, y entonces todo lo anterior, “que para él era ganancia, lo consideró pérdida comparado con Cristo”. Todo lo demás lo dejó a un lado, “lo estimó basura”, “con tal de ganar a Cristo”. Los que ven nuestro estilo de vida tendrían que notar que los cristianos hemos hecho una opción por los valores de Cristo, por encima de otros valores humanos, ¿podríamos decir que todo lo que se considera “ganancia” según los criterios del mundo, lo hemos dejado en segundo término, porque hemos descubierto a Cristo en nuestra vida?

SALMO RESPONSORIAL: 104
R. Que se alegren los que buscan al Señor.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 15,1-10

“HABRÁ ALEGRÍA EN EL CIELO POR UN SOLO PECADOR QUE SE CONVIERTA”

La parábola del pastor que encuentra su oveja
(Mt 18.10-14)
Todos los que cobraban impuestos para Roma y otra gente de mala fama se acercaban a Jesús, para oírlo. Los fariseos y los maestros de la ley lo criticaban por esto, diciendo:
--Este recibe a los pecadores y come con ellos.
Entonces Jesús les dijo esta parábola: "¿Quién de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las otras noventa y nueve en el campo y va en busca de la oveja perdida, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, contento la pone sobre sus hombros, y al llegar a casa junta a sus amigos y vecinos, y les dice: 'Alégrense conmigo, porque ya encontré la oveja que se me había perdido.' Les digo que así también hay más alegría en el cielo por un pecador que se convierte que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.
La parábola de la mujer que encuentra su moneda
"O bien, ¿qué mujer que tiene diez monedas y pierde una de ellas, no enciende una lámpara y barre la casa buscando con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, y les dice: 'Alégrense conmigo, porque ya encontré la moneda que había perdido.' Les digo que así también hay alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que se convierte."

REFLEXIÓN
Los fariseos y los doctores de la ley se escandalizaban hasta el extremo porque Jesús acogía y comía con los pecadores, los recaudadores de impuestos, y hasta las mismas prostitutas, para enseñarlos y revelarles el rostro misericordioso de Dios Padre.
Los publicanos o recaudadores de impuestos eran personas contratadas por el gobierno de Roma para cobrar los impuestos. Tenían que entregar una cantidad determinada, pero para su manutención podía sobrecargar los impuestos. Tanto por su oficio como por su proceder eran considerados como “pecadores”.
En el texto de hoy Jesús una vez más, es observado y criticado por parte del rígido legalismo del poder judío. Pero a Jesús lo tiene sin cuidado ese tipo de comentarios, pues sabe muy bien que ha venido para cumplir la voluntad de Dios y no para agradar ni complacer a los hombres. ¡Y cuál es la voluntad de Dios sino que todos los hombres y mujeres se salven y realicen y lleguen así al conocimiento de la verdad!
La alegría del pastor que encuentra su oveja perdida o la de la mujer que encuentra su moneda es la misma, incluso en grado superior, a la que siente Dios cuando sus hijos que se han extraviado del camino se dejan encontrar por su amor y su misericordia infinita. Nuestro Padre Dios no puede permitir que ninguno de sus hijos más amados se pierda. El Dios de nosotros los cristianos es aquel que sale en busca del ser humano, que nunca lo abandona, que no se complace en la miseria ni en el sufrimiento. Dejémonos encontrar hoy de su infinita misericordia que nos renueva, purifica y transforma.
Ante los ojos de Dios siempre somos valiosos: Él nos creó con amor y nos acompaña a lo largo de nuestra vida. Jesús revela este mismo criterio en todo el evangelio, cuando sale a buscar a diario a los pecadores, a los marginados, a los enfermos, a los niños, a las mujeres necesitadas, a los pobres, etc.; pero también Jesús se pone siempre al servicio del justo, pues su amor no es excluyente. Cuando una mamá cuida a su hijo enfermo no descuida a los otros.

PARA REFLEXIONAR
1. ¿Qué significa en el texto de hoy juntarse con pecadores y comer con ellos?
2. ¿Todavía fomento las críticas y los comentarios destructivos?
3. ¿En mis acciones cotidianas busco a los necesitados y “perdidos del camino”?

ORACIÓN
Dame misericordia, Señor para que sea testigo de tu amor, que ese sea mi sello, mi distinción, que tu amor me habite, que todo lo que vivo es porque me impulsa tu Espíritu Santo. Amén.

Viernes, 5 de noviembre de 2010

“IMITADORES DEL BUEN EJEMPLO”

PRIMERA LECTURA
FILIPENSES 3, 17-4,1

Hermanos, sigan mi ejemplo y fíjense también en los que viven según el ejemplo que nosotros les hemos dado a ustedes. Ya les he dicho muchas veces, y ahora se lo repito con lágrimas, que hay muchos que están viviendo como enemigos de la cruz de Cristo, y su fin es la perdición. Su dios son sus propios apetitos, y sienten orgullo de lo que debería darles vergüenza. Solo piensan en las cosas de este mundo. En cambio, nosotros somos ciudadanos del cielo, y estamos esperando que del cielo venga el Salvador, el Señor Jesucristo, que cambiará nuestro cuerpo miserable para que sea como su propio cuerpo glorioso. Y lo hará por medio del poder que tiene para dominar todas las cosas. Ustedes, amados míos, que son mi alegría y mi premio, sigan así, firmes en el Señor.

REFLEXIÓN
Duro pasaje nos ofrece la primera lectura de hoy: después de descubrir la inmensa grandeza de Cristo en la hora terrible pero magnífica de la Cruz, ahora debemos oírle una pésima noticia: hay enemigos de la Cruz de Cristo. Sus características pueden confundirnos en un primer vistazo. Pablo habla de un modo metafórico y es nuestro deber descubrir a qué y a quiénes se refiere.
Hay tres notas que identifican a estos enemigos: "su dios es el vientre"; "se enorgullecen de lo que debería avergonzarlos", y "sólo piensan en las cosas de la tierra". Sería fácil pensar en gente glotona o materialista, por la primera y tercera de estas notas, pero un poco de atención a la segunda nos muestra que esta interpretación es quizá insuficiente. Ni los glotones ni la gente superficial "se enorgullecen de lo que debería avergonzarlos".
La verdad es que la Escritura se refiere a estas "vergüenzas" en más de un lugar. Es un eufemismo frecuente para aludir a las partes íntimas de una persona, hombre o mujer (cf. Is. 47,3; Ap. 16,15). Pablo se hace solidario de este modo de hablar cuando escribe a los corintios: "y las partes del cuerpo que estimamos menos honrosas, a éstas las vestimos con más honra; de mayor honor. Así nuestras partes deshonestas las vestimos con mayor honestidad" (1Co 12,23).
Esto indica que esos enemigos de la Cruz eran y son los que pretenden hacer inútil la eficacia de la cruz del Señor, por apoyarse, digamos por caso, en el hecho de llevar en sus partes íntimas una señal que por sí sola nada vale: la circuncisión (1 Cor. 7,19; Gál. 6,15). Hay un texto que nos aclara muy bien esto: "Pero yo, hermanos, si todavía predico la circuncisión, ¿por qué soy perseguido aún? En tal caso, el escándalo de la cruz ha sido abolido" (Gal 5,11). Es evidente que Pablo opone de modo consistente la confianza en una señal externa, en la propia carne, en las "vergüenzas" y la religión que nace de entregar el corazón, es decir, "circuncidarlo" por la obra de la fe en la gracia de Dios.

Así escribe el apóstol: "Porque no es judío el que lo es exteriormente, ni la circuncisión es la externa, en la carne; sino que es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios" (Rom. 2,28-29; cf. Col 2,11). Y que los enemigos de la cruz brotan de los adictos a las prácticas de la ley de Moisés se ve también en Tito 1,10: "porque hay muchos rebeldes, habladores vanos y engañadores, especialmente los de la circuncisión" (Tito 1:10). Y en Gál. 6,12-14 leemos una explicación adicional: "Los que desean agradar en la carne tratan de obligaros a que os circuncidéis, simplemente para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo. Porque ni aun los mismos que son circuncidados guardan la ley, mas ellos desean haceros circuncidar para gloriarse en vuestra carne. Pero jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo".
R. Vamos alegres a la casa del Señor

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 16, 1-8

“LOS HIJOS DE ESTE MUNDO SON MAS ASTUTOS QUE LOS HIJOS DE LA LUZ”

La parábola del mayordomo astuto
Jesús contó también esto a sus discípulos: "Había un hombre rico que tenía un mayordomo; y fueron a decirle que este le estaba malgastando sus bienes. El amo lo llamó y le dijo: '¿Qué es esto que me dicen de ti? Dame cuenta de tu trabajo, porque ya no puedes seguir siendo mi mayordomo.' El mayordomo se puso a pensar: '¿Qué voy a hacer ahora que mi amo me deja sin trabajo? No tengo fuerzas para trabajar la tierra, y me da vergüenza pedir limosna. Ya sé lo que voy a hacer, para tener quienes me reciban en sus casas cuando me quede sin trabajo.' Llamó entonces uno por uno a los que le debían algo a su amo. Al primero le preguntó: '¿Cuánto le debes a mi amo?' Le contestó: 'Le debo cien barriles de aceite.' El mayordomo le dijo: 'Aquí está tu vale; siéntate en seguida y haz otro por cincuenta solamente.' Después preguntó a otro: 'Y tú, ¿cuánto le debes?' Este le contestó: 'Cien medidas de trigo.' Le dijo: 'Aquí está tu vale; haz otro por ochenta solamente.' que cuando se trata de sus propios negocios, los que pertenecen al mundo son más listos que los que pertenecen a la luz.

REFLEXIÓN
La lectura de hoy nos sugiere que debemos estar en permanente observación de nuestro entorno, con actitud crítica y apertura de pensamiento para motivar nuestro actuar cotidiano únicamente en las buenas acciones de los demás y nunca en su mal proceder. En una palabra, se requiere prontitud tanto para imitar el bien como para rechazar cualquier brote de corrupción y fraude; es compromiso moral del cristiano velar por la transparencia y la rectitud de conciencia en la administración de la propia vida, que luego se reflejará en las instancias administrativas y gubernamentales. Por eso San Pablo en la primera lectura exhorta a los filipenses:“observen la conducta de aquellos que viven según el ejemplo que se les ha dado a ustedes”.
Pero también hay otros comportamientos menos edificantes, el de aquellos que viven “como enemigos de la cruz de Cristo, cuyo único punto de referencia son las cosas materiales, el dinero mal habido, el exceso desesperado de busca de placer y de dominio sobre las clases más desprotegidas”.
Cuando se habla de buen administrador se está hablando o haciendo referencia a un funcionario real, al mayordomo de palacio, o bien al mayordomo de una casa. En el evangelio sirve como modelo de prudencia, fidelidad y vigilancia. Todo cristiano es administrador de la gracia que le ha sido dada. En la parábola de hoy, quien hace la alabanza es Jesús. Y Jesús no alaba el robo, sino el espíritu de supervivencia, de astucia, de creatividad del administrador. Sabe calcular bien y sabe encontrar una salida cuando de repente se ve sin trabajo. Así como los hijos de este mundo son expertos en sus preocupaciones, así los hijos de la luz deben ser expertos en la solución de sus problemas con el uso de los criterios de Reino y no con los criterios de este mundo. “sean astutos como las serpientes y mansos como las palomas” (Mateo 10,16).

PARA REFLEXIONAR
1. ¿Por que se alaba la actitud del administrador?
2. ¿Pongo mi creatividad al servicio del evangelio?
3. ¿Por que son más astutos los hijos de las tinieblas?

ORACIÓN
Señor Jesús, una vez más hoy sales a nuestro encuentro, para enseñarnos a construir lo bueno, ayúdanos a entregar todo lo que tenemos para alcanzar tu Reino. Amén.

Sábado 6, de noviembre de 2010

“EL DINERO AL SERVICIO DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
FILIPENSES 4,10-19

Me alegro mucho en el Señor de que ustedes hayan vuelto a pensar en mí. No quiero decir que me hubieran olvidado, sino que no tenían la oportunidad de ayudarme. No lo digo porque yo esté necesitado, pues he aprendido a contentarme con lo que tengo. Sé lo que es vivir en la pobreza, y también lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a hacer frente a cualquier situación, lo mismo a estar satisfecho que a tener hambre, a tener de sobra que a no tener nada. A todo puedo hacerle frente, gracias a Cristo que me fortalece. Sin embargo, ustedes hicieron bien compartiendo mis dificultades.

Cuando partí de Macedonia, al comenzar a anunciar el evangelio, fueron ustedes, los de la iglesia de Filipos, los únicos con quienes tuve este intercambio de bienes. Pues incluso estando yo en Tesalónica, más de una vez ustedes me enviaron ofrendas para mis necesidades. No es que yo esté cobrándoles nada; lo que quiero es que ustedes lleguen a tener más en su cuenta delante de Dios. Acuso recibo de todo, y hasta tengo de sobra. Con lo que me enviaron por medio de Epafrodito, tengo más que suficiente. Lo que me enviaron fue como una ofrenda de incienso perfumado, un sacrificio que Dios recibe con agrado. Por lo tanto, mi Dios les dará a ustedes todo lo que les falte, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús. ¡Gloria para siempre a nuestro Dios y Padre! Amén.

REFLEXIÓN
Pablo usualmente ganó con sus propias manos los recursos materiales que necesitaba para subsistir. Sabemos por Hch. 18,3 que se dedicaba a tejer lonas para tiendas o toldos. Sin embargo, no hemos de mirarle como una persona autosuficiente o como alguien que no supiera valorar un regalo. Era escrupuloso en evitar que la gente creyera que él obraba por mezquino interés, pero sabía apreciar el apoyo no sólo espiritual, en la oración, sino también material, en el cubrimiento de sus necesidades.
Esto queda particularmente claro en la primera lectura de hoy, que nos presenta un episodio más de la relación de entrañable afecto que unió a este apóstol con una comunidad cristiana, la de Filipos. Los filipenses fueron solícitos de los gastos y estrecheces que veían que pasaba Pablo y él aceptó la bondad de ellos.
Lo más hermoso aquí es que Pablo, que estaba adaptado a todo, a vivir en abundancia o necesidad, se regocija en los bienes que recibe pero no tanto por lo que él mismo recibe sino porque está convencido que dar atrae bendiciones y por eso se goza al ver que sus amigos se están colmando de bendiciones gracias a todo lo que están dando y compartiendo. ¡Qué preciosa lección para nosotros!

SALMO RESPONSORIAL: 111
R. Dichoso quien teme al Señor

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 16, 9-15

“NO SE PUEDE ESTAR AL SERVICIO DE DOS SEÑORES”

"Les aconsejo que usen las falsas riquezas de este mundo para ganarse amigos, para que cuando las riquezas se acaben, haya quien los reciba a ustedes en las viviendas eternas.
"El que se porta honradamente en lo poco, también se porta honradamente en lo mucho; y el que no tiene honradez en lo poco, tampoco la tiene en lo mucho. De manera que, si con las falsas riquezas de este mundo ustedes no se portan honradamente, ¿quién les confiará las verdaderas riquezas? Y si no se portan honradamente con lo ajeno, ¿quién les dará lo que les pertenece?
"Ningún sirviente puede servir a dos amos; porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas."
Los fariseos, que eran amigos del dinero, oyeron todo esto y se burlaron de Jesús. Jesús les dijo: "Ustedes son los que se hacen pasar por justos delante de la gente, pero Dios conoce sus corazones; pues lo que los hombres tienen por más elevado, Dios lo aborrece.

REFLEXIÓN
El relato de este día nos invita en la oración a usar bien el dinero. No se puede servir a Dios y al dinero, pero con el dinero si se puede servir a Dios, presente en las necesidades de los pobres, excluidos e indigentes. El dinero administrado rectamente, con justicia y sabiduría, se puede convertir en ofrenda y sacrificio que acepta a Dios con agrado y recompensa en bendición y, al mismo tiempo constituye una maravillosa ocasión para Él hacernos ricos ante Él por medio de nuestros donativos. Un ejemplo de generosidad sin medida lo encontramos en la comunidad de Filipos que nos recuerda la primera lectura, Pablo que ayudó especialmente cuando se encontraba en momentos de gran dificultad.
Para conquistar el tesoro del cielo es necesario ser buenos administradores, esto es lo que representa ser fieles en lo mínimo o poco, en comparación con la inefable riqueza de la vida futura de gloria prometida por nuestro Padre Celestial. Pidamos hoy al Señor nos conceda un corazón generoso, sensible a las necesidades de los demás. Recordemos el sabio consejo del anciano Tobit a su hijo: “practica con tus bienes la limosna y no apartes tu rostro de ningún pobre, porque así no apartará de ti su rostro el Señor”. Aprendamos también la serenidad y el equilibrio de San Pablo para afrontar las situaciones como se van presentando, dando siempre gracias a Dios por la abundancia y la prosperidad, pero también por la escasez y la adversidad.
La limosna en el antiguo testamento era muy apreciada y valorada por encima de los ayunos, sacrificios y prácticas similares., en el nuevo testamento se le dan nuevos motivos, como el amor al prójimo (ofrenda). La limosna no puede ser una mera obra exterior, sino que debe corresponder a una actitud interior.

PARA REFLEXIONAR
1. ¿Por qué se alaba la actitud del buen administrador?
2. ¿Pongo mis bienes y creatividad al servicio del evangelio?
3. ¿Cómo discípulo(a) qué valor le doy al dinero?
4. ¿Pongo a circular mis bienes para el beneficio de mi comunidad?
5. ¿Me siento dueño o simplemente administrador de los bienes de Dios?

ORACIÓN
Gracias te damos buen Señor en este nuevo día, gracias te damos por cada sonrisa, gracias por cada amistad, gracias por tu provisión, gracias Señor por el don de la vida que eres tú mismo. Haznos buenos administradores del dinero y de todo bien; como tu buen Señor haznos misericordiosos y generosos para compartir con los demás. Amén

Domingo, 7 de noviembre 2010

“¿CREO EN LA VIDA ETERNA?”

PRIMERA LECTURA
SEGUNDA DE MACABEOS 7, 1-1

EL REY DEL UNIVERSO NOS RESUCITARÁ PARA LA VIDA ETERNA”

En aquellos días, arrestaron a siete hermanos con su madre. El rey los hizo azotar con látigos y nervios para forzarlos a comer carne de cerdo, prohibida por la Ley.
Uno de ellos habló en nombre de los demás: "¿Qué pretendes sacar de nosotros? Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres."
El segundo, estando para morir, dijo: "Tú, malvado, nos arrancas la vida presente; pero, cuando hayamos muerto por su ley, el rey del universo nos resucitará para una vida eterna."
Después se divertían con el tercero. Invitado a sacar la lengua, lo hizo en seguida, y alargó las manos con gran valor. Y habló dignamente: "De Dios las recibí, y por sus leyes las desprecio; espero recobrarlas del mismo Dios."
El rey y su corte se asombraron del valor con que el joven despreciaba los tormentos.
Cuando murió este, torturaron de modo semejante al cuarto. Y, cuando estaba para morir, dijo: "Vale la pena morir a manos de los hombres, cuando se espera que Dios mismo nos resucitará. Tú, en cambio, no resucitarás para la vida."

REFLEXIÓN
El hilo que parece unir más claramente las lecturas de hoy, especialmente a la primera con el evangelio, es la resurrección. En este caso, no la resurrección de Cristo, que está siempre en el trasfondo de toda predicación porque es el corazón de la fe, sino nuestra resurrección.
El contexto en la primera lectura es de persecución: judíos llevados al extremo de la humillación con tal de hacerlos rechazar sus leyes y su fe. El perseguidor, un tirano cruel y sanguinario, no logra sin embargo su propósito cuando tiene que enfrentarse con unos jóvenes audaces y demasiado firmes en sus principios. Es entonces cuando ellos, como empujados por las circunstancias, reclaman el señorío para Dios. Y como no parece que Dios reine cuando el torturador logra su propósito y siega la vida de un inocente, la única respuesta posible es: hay algo después de esta vida.
Esto quiere decir que el mensaje de la resurrección de los muertos no proviene en la Biblia de un razonamiento filosófico. Es posible que un argumento teórico sea útil para llegar a una afirmación igualmente teórica, pero para apostar la vida por una causa se necesita un género de convicción distinta, y eso es lo que nos muestra el testimonio de aquellos jóvenes héroes.

SALMO RESPONSORIAL: 16
R: Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor.

SEGUNDA LECTURA
SEGUNDA DE TESALONICENSES 2,16-3,5

“EL SEÑOR LES DE FUERZA PARA TODA CLASE DE PALABRAS Y DE OBRA”

Que nuestro Señor Jesucristo mismo, y Dios nuestro Padre, que nos ha amado y nos ha dado consuelo eterno y esperanza gracias a su bondad, anime sus corazones y los mantenga a ustedes constantes en hacer y decir siempre lo bueno. Por último, hermanos, oren por nosotros, para que el mensaje del Señor llegue pronto a todas partes y sea recibido con estimación, como sucedió entre ustedes. Oren también para que seamos librados de los hombres malos y perversos, porque no todos tienen fe. Pero el Señor es fiel, y él los mantendrá a ustedes firmes y los protegerá del mal. Y en el Señor tenemos confianza en que ustedes hacen y seguirán haciendo lo que les hemos ordenado. Que el Señor los ayude a amar como Dios ama y a tener en el sufrimiento la fortaleza de Cristo.

REFLEXIÓN
Si hay tantos hombres "perversos" y "malos", es tal vez debido a que les falta un "consuelo permanente" y una "esperanza".
Las comunidades cristianas deberían servir de trampolín a la Palabra de Dios "a fin de que se propague y sea acogida con honor como entre vosotros".
El hecho de que "la fe no es de todos" quiere decir que no todos llegan a la fe, la cual es un don de Dios (Ef 2. 8). Aunque Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad, la respuesta al evangelio es un acto libre (Rm 10. 16) que el hombre puede rehusar. Pablo sabe que la predicación evangélica provoca a veces un rechazo y una reacción violenta contra el que la hace; por ejemplo, los judíos de Corinto acusaron a Pablo ante los tribunales del procónsul Galión (Hch 18. 12).
La perseverancia en la fe debe ir acompañada del amor a Dios y de la esperanza en la venida del Señor Jesús. Esto es lo que se pide aquí para los tesalonicenses.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 20,27-38

NO ES UN DIOS DE MUERTOS SINO DE VIVOS”

Después algunos saduceos fueron a ver a Jesús. Los saduceos niegan que los muertos resuciten; por eso le presentaron este caso:
--Maestro, Moisés nos dejó escrito que si un hombre casado muere sin haber tenido hijos con su mujer, el hermano del difunto deberá tomar por esposa a la viuda para darle hijos al hermano que murió. Pues bien, había una vez siete hermanos, el primero de los cuales se casó, pero murió sin dejar hijos. El segundo y el tercero se casaron con ella, y lo mismo hicieron los demás, pero los siete murieron sin dejar hijos. Finalmente murió también la mujer. Pues bien, en la resurrección, ¿de cuál de ellos será esposa esta mujer, si los siete estuvieron casados con ella?
Jesús les contestó:
--En la vida presente, los hombres y las mujeres se casan; pero aquellos que Dios juzgue que merecen gozar de la vida venidera y resucitar, sean hombres o mujeres, ya no se casarán, porque ya no pueden morir. Pues serán como los ángeles, y serán hijos de Dios por haber resucitado. Hasta el mismo Moisés, en el pasaje de la zarza que ardía, nos hace saber que los muertos resucitan. Allí dice que el Señor es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. ¡Y él no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos están vivos

REFLEXIÓN
Los saduceos eran los más conservadores en el judaísmo de la época de Jesús. Pero sólo en sus ideas, no en su conducta. Tenían como revelados por Dios sólo los primeros cinco libros de la Biblia, los que ellos atribuían a Moisés. Los profetas, los escritos apocalípticos, todo lo referente por tanto al Reino de Dios, a las exigencias de cambio en la historia, a la otra vida, lo consideraban ideas “liberacionistas” de resentidos sociales. Para ellos no existía otra vida, la única vida que existía era la presente, y en ella eran los privilegiados; por eso, no había que esperar otra.
Los fariseos eran lo opuesto a ellos, tanto en sus esperanzas como en su estilo de vida austero y apegado a la ley de la pureza. Una de las convicciones que tenían más firmemente arraigada era la fe en la resurrección, que los saduceos rechazaban abiertamente por las razones expuestas anteriormente. Pero muchos concebían la resurrección como la mera continuación de la vida terrena, sólo que para siempre.
Jesús estaba ya en la recta final de su vida pública. El último servicio que estaba haciendo a la Causa del Reino -en lo que se jugaba la vida-, era desenmascarar las intenciones torcidas de los grupos religiosos de su tiempo. Había declarado a los del Sanedrín incompetentes para decidir si tenían o no autoridad para hacer lo que hacían; a los fariseos y a los herodianos los había tachado de hipócritas, al mismo tiempo que declaraba que el imperio romano debía dejar a Dios el lugar de rey; ahora se enfrentó con los saduceos y dejó en claro ante todos la incompetencia que tenían incluso en aquello que consideraban su especialidad: la ley de Moisés.
También la liturgia de hoy, como la del día de los difuntos nos invita a reflexionar sobre el tema de la muerte. ¿Cuál es nuestra actitud ante ella: Es de serenidad y confianza?, o ¿de incertidumbre, ansiedad y preocupación?, o sencillamente, es una cuestión que nos deja indiferentes? ¿Creemos que existe una vida después de la muerte? ¿Somos conscientes de que peregrinamos por esta mundo pero que nuestro destino está más allá?
El tema de este domingo es interesante y necesario: la resurrección y la vida eterna. El evangelio y las otras lecturas son una buena ocasión para revisar nuestra fe cristiana, pues muchos que se dicen creyentes, no creen en ella pero si en la reencarnación, o por lo menos la confunden. La reencarnación y la resurrección son dos realidades diferentes y hasta opuestas.
La reencarnación es la teoría de que el alma o el espíritu humano viajan por distintos cuerpos a fin de aprender en diversas vidas hasta alcanzar una forma de liberación o de unión con un estado de conciencia más alto. Es una idea propia de múltiples religiones orientales y de algunas religiones tribales de África, Asia y América, pero “no” aceptada por las religiones judeocristianas (judaísmo, islamismo y cristianismo). Para nosotros los discípulos(as), en Jesús, no existe la reencarnación sino la resurrección y la Vida Eterna, nuestro espíritu no va de cuerpo en cuerpo purificándose, sino que tenemos una sola oportunidad, en esta vida, para realizarnos y para responder al amor de Dios con nosotros.

PARA REFLEXIONAR
¿Porqué los saduceos no creen en la resurrección?
¿Qué significa ser un Dios de vivos?
¿Cuál es la función del matrimonio en esta historia?

ORACIÓN
Gracias Señor por esta nueva semana que hoy iniciamos en la guía de tu bendita palabra, gracias por el don sagrado con que nos alimentas, gracias por el regalo de la vida eterna. Imploramos hoy a ti tu misericordia, para que por la efusión de tu Espíritu, cuya eficacia celestial recibimos a través de tu palabra, nos concedas perseverar en la gracia de la verdad. Amén.

Lunes, 8 de noviembre de 2010

"MANOS PURAS Y CORAZÓN LIMPIO"

PRIMERA LECTURA

TITO 1, 1-9

“ESTABLECE SERVIDORES SIGUIENDO LAS INSTRUCCIONES QUE TE DÍ”

Saludo
Carta de Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, enviado por él para que los elegidos de Dios lleguen a la fe y al conocimiento de la verdad que se encuentra en nuestra religión, sostenidos por la esperanza de la vida eterna. Dios, que no miente, prometió esta vida desde la eternidad, y ahora, a su debido tiempo, ha dado a conocer su mensaje por medio de la predicación que me ha sido confiada por mandato de Dios nuestro Salvador. A Tito, verdadero hijo en la fe común a los dos. Que Dios nuestro Padre y Jesucristo nuestro Salvador derramen su gracia y su paz sobre ti.

Responsabilidades de Tito en Creta.
Cuando te dejé en la isla de Creta, lo hice para que arreglaras lo que quedaba por arreglar y para que, en cada pueblo, nombraras ancianos de la iglesia, de acuerdo con lo que yo te encargué. Un anciano debe llevar una vida irreprochable. Debe ser esposo de una sola mujer, y sus hijos deben ser creyentes y no estar acusados de mala conducta o de ser rebeldes. Pues el que preside la comunidad está encargado de las cosas de Dios, y por eso es necesario que lleve una vida irreprochable. No debe ser terco, ni de mal genio; no debe ser borracho, ni amigo de peleas, ni desear ganancias mal habidas. Al contrario, siempre debe estar dispuesto a hospedar gente en su casa, y debe ser un hombre de bien, de buen juicio, justo, santo y disciplinado. Debe apegarse al verdadero mensaje que se le enseñó, para que también pueda animar a otros con la sana enseñanza y convencer a los que contradicen.

REFLEXIÓN
La primera lectura nos permite asomarnos a un momento muy singular de la vida de la Iglesia primitiva. Una primera generación de testigos declina y es preciso que el mensaje sea custodiado en su pureza y ofrecido con vigor a todos y en todas partes. Semejante coyuntura no podía escapar a la preocupación del apóstol que, precisamente porque no ha vivido para sí mismo sino para el Evangelio, escribe con rasgos vigorosos y profundos para definir en cuanto le es posible el cauce de la obra de la gracia en favor del pueblo santo.
Es hermoso percibir el alto sentido de responsabilidad que siente el apóstol. Sabe que la predicación es el gran instrumento querido por Dios para la realización de un designio antiguo y maravilloso, como no hay otro: la vida eterna. Este es el telón de fondo de toda su reflexión sobre la vida y el ministerio de los pastores al servicio de la Iglesia de Cristo.
Esta vida, por lo demás, no es una pura promesa, ni apunta sólo hacia el futuro. Tiene ya su expresión en la concreción de la fe. La fe es la circulación vital que liga a Pablo con Tito, a quien escribe, y por eso lo llama "verdadero hijo en la fe que compartimos". Así como en un organismo animal todo se pierde si deja de circular la sangre, así también, en este organismo vivo que es la Iglesia todo depende de la circulación vital de la fe.

SALMO RESPONSORIAL: 23
R. Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 17,1-6

“SI SIETE VECES VUELVE TU HERMANO ARREPENTIDO, PERDÓNALO”

Jesús dijo a sus discípulos: "No se puede evitar que haya incitaciones al pecado; pero ¡ay del hombre que haga pecar a los demás! Mejor le sería que lo echaran al mar con una piedra de molino atada al cuello, que hacer caer en pecado a uno de estos pequeñitos. ¡Tengan cuidado!
"Si tu hermano peca, repréndelo; pero si cambia de actitud, perdónalo. Aunque peque contra ti siete veces en un día, si siete veces viene a decirte: 'No lo volveré a hacer', debes perdonarlo."
El poder de la fe
Los apóstoles pidieron al Señor:
--Danos más fe.
El Señor les contestó:
--Si ustedes tuvieran fe, aunque solo fuera del tamaño de una semilla de mostaza, podrían decirle a este árbol: 'Arráncate de aquí y plántate en el mar', y les haría caso.

REFLEXIÓN
Estas dos condiciones resumen los requisitos para servir al Señor, para gozar de su presencia, para entrar en su “recinto santo”, así nos lo dice el salmista. La comunidad de Lucas en el evangelio de hoy nos describe algunos de los rasgos propios de un discípulo de Jesús para llevar adelante la convivencia en la vida comunitaria: 1º cada uno debe poner atención a su responsabilidad en los problemas comunitarios; 2º cada uno debe vivir en una actitud continua de perdón al agresor y de ayuda al hermano débil; 3ª cada uno debe esforzarse por crecer y fortalecer su fe; 4º cada discípulo(a) cada uno debe descubrirse a si mismo servidor de los demás. En otras palabras, una comunidad en verdad nunca perfecta, por eso los “escándalos”, pero siempre en camino, crece en torno a los tres grandes elementos del discipulado: el perdón, la fe y el servicio.
Quien se ha comprometido con el proyecto de Jesús no puede ser arrogante, violento ni iracundo, todo lo contrario debe ser una persona hospitalaria, amable, dueña de si misma, que sea capaz de anunciar y denunciar la conducta del adversario.
Pero el gran problema o enemigo característico del cristiano de todos los tiempos es la falta de capacidad para perdonar. No podemos ser tan ciegos para no reconocer que el perdón es una fuente de vida, de sanación y liberación. Qué otro medio sino el perdón nos ha dejado Dios para volver a una vida plena. Ojalá que nunca olvidemos que perdonar es el regalo más grande que podemos dar y debemos darnos. Quien perdona de corazón se brinda una nueva oportunidad de vida y, a la vez, permite que los demás vivan en armonía. Si no somos capaces de perdonar, podríamos convertirnos en motivo de escándalo para la gente sencilla.
Perdónate hoy a ti mismo. Acéptate tal como eres, con tus limitaciones, con tu edad, con tu enfermedad, con tu color, con tu estatura, con tu peso, con tu historia; deja de perder el tiempo lamentándote por lo que no eres o no tienes, para atrapar la felicidad que está al alcance de tu mano. La hormiga no envidia al elefante cuando lo ve comiendo, ella come lo necesario y queda satisfecha.

Jesús enseña a sus discípulos el elemento fundamental para permanecer unidos como comunidad alternativa y ser signo verdadero de la misericordia de Dios: la corrección fraterna. Únicamente quien tiene el don de la fe es capaz de perdonar ilimitadamente a su hermano, pues no tiene en cuenta la falta, el error, sino que tiene como prioridad la persona y su proceso de vida; el que actúa así es porque mira a su hermano y a su comunidad con los ojos de Dios y a reflexionado profundamente su querer: una comunidad fraterna y solidaria. El evangelio nos enseña que el perdón es un proceso de conversión personal y comunitario movido únicamente por la fe, por la acción misericordiosa de Dios con el fin de conducir a la comunidad a la santidad, es decir, a una vida regida por el amor y el servicio mutuo. El perdón entre los hermanos, así como el arrepentimiento y la corrección fraterna, es necesario para toda comunidad de creyentes, porque es la mejor forma de expresar que creemos en la misericordia de Dios y en una forma distinta de relacionarnos, en la que no nos condenamos ni nos juzgamos, sino que nos arrepentimos, enmendamos el error y perdonamos.

PARA REFLEXIONAR
1. ¿He Pedido y recibido el perdón de mis semejantes?
2. ¿Soy capaz de perdonar siempre
3. ¿Le brindo nuevas oportunidades a quien se equivoca?

ORACIÓN
Te agradecemos y te bendecimos Señor de la vida, en este nuevo encuentro con tu bendita palabra. Que nuestra vida, Señor, si va ha ser escándalo para los demás que lo sea por el amor, el perdón, la misericordia y solidaridad; por el testimonio que damos de ti, porque no concuerda con las lógicas egoístas de este mundo. Amén.

Martes, 9 de noviembre de 2010

“TEMPLOS VIVOS CIMENTADOS EN JESUCRISTO”

PRIMERA LECTURA
EZEQUIEL 47, 1-2, 8-9, 12

“EL SEÑOR ME LLEVÓ EN EXTASIS A LA TIERRA DE ISRAEL”

El hombre me hizo volver después a la entrada del templo. Entonces vi que por debajo de la puerta brotaba agua, y que corría hacia el oriente, hacia donde estaba orientado el templo. El agua bajaba por el lado derecho del templo, al lado sur del altar. Luego me hizo salir del terreno del templo por la puerta norte, y me hizo dar la vuelta por fuera hasta la entrada exterior que miraba al oriente. Un pequeño chorro de agua brotaba por el lado sur de la entrada.
Entonces me dijo: "Esta agua corre hacia la región oriental y llega hasta la cuenca del Jordán, de donde desembocará en el Mar Muerto. Cuando llegue allá, el agua del mar se volverá dulce. En cualquier parte a donde llegue esta corriente, podrán vivir animales de todas clases y muchísimos peces. Porque el agua de este río convertirá el agua amarga en agua dulce, y habrá todo género de vida.
En las dos orillas del río crecerá toda clase de árboles frutales. Sus hojas no se caerán nunca, ni dejarán de dar fruto jamás. Cada mes tendrán fruto, porque estarán regados con el agua que sale del templo. Los frutos servirán de alimento y las hojas de medicina.

REFLEXIÓN
La catedral de San Juan de Letrán es la iglesia que sirve de sede al sucesor del apóstol Pedro, es decir, al Papa. Este, pues, es un día para meditar en el misterio y la bendición que significa el templo, y así lo sugieren las lecturas de hoy: el templo renovado de Jerusalén, según la visión de Ezequiel; el templo que forman los creyentes, según la doctrina del apóstol; el templo que es Cristo mismo según nos enseña el Evangelio.
En todas las culturas, los templos son expresión visible de la presencia de la divinidad, y también de la oración o la búsqueda de esa presencia por los hombres. Al templo acudimos con nuestras necesidades, preguntas, dolores, ofrendas o esperanzas, y en él esperamos encontrar luz, guía, consuelo, paz, remedio a nuestras dolencias y respuesta a nuestra indigencia. Ezequiel nos presenta un templo del que brotan la vida y la salvación. Un lugar de gracia. Un manantial de vida que sanea las aguas dañadas y que hace fecundos los árboles, con frutos deliciosos y nutritivos, y con hojas medicinales.
La imagen es muy fuerte: el río se va volviendo más y más impetuoso a medida que corre. Todo lo cambia a su paso avanza invencible restaurando el orden y la salud que se habían perdido. Si lo miramos bien, se trata de un retorno victorioso a la condición inicial del paraíso. Del templo sale una fuerza que hace posible el plan original de Dios. En el templo, pero más aún: desde el templo la redención nos acerca a la hermosura y la inocencia propias de la creación. Según esto, el templo es la señal visible de la acción progresiva de la gracia. Mientras la gracia tenga que seguir peregrinando, necesitamos de templos que marquen el ritmo de su caminar maravilloso.

R. El Señor de los ejércitos está con nosotros,
nuestro alcázar es el Dios de Jacob

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 2, 13-22

“NO CONVIERTAN LA CASA DE MI PADRE EN UN NEGOCIO"

Jesús purifica el templo
(Mt 21.12-13; Mc 11.15-18; Lc 19.45-46)
Como ya se acercaba la fiesta de la Pascua de los judíos, Jesús fue a Jerusalén. 14 Y encontró en el templo a los vendedores de novillos, ovejas y palomas, y a los que estaban sentados en los puestos donde se le cambiaba el dinero a la gente. Al verlo, Jesús tomó unas cuerdas, se hizo un látigo y los echó a todos del templo, junto con sus ovejas y sus novillos. A los que cambiaban dinero les arrojó las monedas al suelo y les volcó las mesas. A los vendedores de palomas les dijo:
--¡Saquen esto de aquí! ¡No hagan un mercado de la casa de mi Padre!
Entonces sus discípulos se acordaron de la Escritura que dice: "Me consumirá el celo por tu casa."
Los judíos le preguntaron:
--¿Qué prueba nos das de tu autoridad para hacer esto?
Jesús les contestó:
--Destruyan este templo, y en tres días volveré a levantarlo.
Los judíos le dijeron:
--Cuarenta y seis años se ha trabajado en la construcción de este templo, ¿y tú en tres días lo vas a levantar?
Pero el templo al que Jesús se refería era su propio cuerpo. Por eso, cuando resucitó, sus discípulos se acordaron de esto que había dicho, y creyeron en la Escritura y en las palabras de Jesús.

REFLEXIÓN
Veamos, en primera instancia, la actitud de los personajes en el relato: los discípulos captan el evento como un rasgo del celo de Jesús por el templo. Los judíos, por su lado, rechazaban ese suceso pues ellos no ven problema en la relación templo-mercado-negocio, ni aceptan la autoridad de Jesús para cambiar dicha práctica. Las autoridades religiosas interpretan el hecho como una auténtica provocación; se trata de una conducta rebelde y desafiante. Además está cerca la fiesta de la pascua, en la cual se celebra la liberación de la esclavitud de Egipto, el texto comienza con esta alusión y termina con el anuncio de la pascua de Jesús. El maestro ingresa al templo, el lugar propuesto desde antiguo, en Israel, como espacio privilegiado donde se celebra la comunión y el encuentro entre Dios y el pueblo de sus preferencias. Pero en tiempos de Jesús, el templo ya cumple otras funciones: el mercado, los sacrificios, las monedas, las ofrendas, las alcancías, etc., sin embargo, cada vez se aleja más del ideal de Dios. El azote de Jesús muestra su intención, este sistema debe ser destruido y cambiado por uno nuevo donde ya no prime la injusticia, y la opresión. Su interés es arrancar de raíz y para siempre todo sistema interesado que no busque el bien común. La expulsión de todos y de las “ovejas” posee un sentido especial: oveja, en griego da a entender el falso pastor que se quiere meter al rebaño y someter con mentiras a las ovejas (probaton). Por eso Jesús reacciona y libera a los suyos. Jesús aprovecha este escenario para insistir en la necesidad de destruir el viejo templo y construir uno nuevo, que es Jesús mismo. Pero ni los discípulos, ni los judíos entendieron el mensaje que él les quería dar. El templo en tiempos de Jesús como lo puede ser hoy era una “cueva de ladrones opresores”, no solo por el mercado de la religión, sino también por su convivencia con el dios dinero, porque podría traer a los celotes, quienes en la revuelta contra Roma se refugiaron en el templo. Hoy, dentro de un sistema capitalista neoliberal como el actual, donde ocurre una concentración de la riqueza y una exclusión creciente de los pobres, la amenaza está latente y cada bautizado debería revisar su actitud frente a estas realidades. Nuestros hermanos y hermanas, pero también tu y yo somos realmente “templos vivos de Dios”.
El templo no es una cosa. No tiene valor por sí mismo ni por sus materiales. La actitud de Jesús en el evangelio de hoy sería sacrílega si el templo fuera una cosa. Mas no es así. Su valor le viene no de su hechura sino de su lugar real en la vida de la fe de un pueblo. Ya Jeremías había denunciado la falsa confianza a que puede conducir un templo considerado como cosa. Dijo: "No confiéis en palabras engañosas, diciendo: He aquí, vosotros confiáis en palabras engañosas que no aprovechan, para robar, matar, cometer adulterio, jurar falsamente, ofrecer sacrificios a Baal y andar en pos de otros dioses que no habíais conocido. ¿Vendréis luego y os pondréis delante de mí en esta casa, que es llamada por mi nombre, y diréis: "Ya estamos salvos"; para luego seguir haciendo todas estas abominaciones? ¿Se ha convertido esta casa, que es llamada por mi nombre, en cueva de ladrones delante de vuestros ojos? He aquí, yo mismo lo he visto--declara el SEÑOR" (Jer 7,4.8-11). Son las palabras con las que el evangelista interpreta la impresionante escena de Jesús purificando el templo de Jerusalén.
Si el templo no ha de ser reducido a cosa, sí ha de ser, en cambio, lugar de enseñanza, como lo mostró Jesucristo con su mismo ejemplo (cf. Mt 21,23; Mc 12,35; 14,49; Lc 19,47; 21,37; Jn 7,28). Cabe decir que es la palabra la que da su sentido y en cierto modo santifica al templo. Es el sentido que recoge la práctica católica cuando da el primer lugar en cada iglesia local a la "catedral", es decir, el lugar de la "cátedra", sede propia de la predicación y la enseñanza del obispo. Sin la palabra de los apóstoles y de sus sucesores la catedral sería sólo un edificio bonito, quizá un buen museo.
Ahora bien, la palabra no está destinada a los muros o las columnas sino, desde luego, a las personas, es decir, a la comunidad. La palabra de los apóstoles (Ef 2,20; cf. 1 Pe 2,5; Col 2,7) edifica a la comunidad, y es ella, en realidad, el templo que en el que Dios quiere habitar.
Por eso al celebrar hoy al lugar primero de la palabra del primero entre los apóstoles, enviemos desde aquí nuestra oración por el Papa, por su magisterio y su ministerio; y recibamos también aquí la bendición, la plegaria y la palabra que él, como signo de unidad de todos los cristianos, concede a la iglesia universal desde su iglesia particular.

PARA REFLEXIONAR
1. ¿Qué significa para mi el templo?
2. ¿.Cómo asumo el hecho de ser templo vivo de Dios?
3. ¿Respeto a los demás porque son templos de la divinidad?

ORACIÓN
Gracias por este nuevo encuentro de día a día con tu Palabra, Señor; hazme según tu voluntad, capaz de ser como tu buen Señor un templo vivo, una morada propicia para que habites en mi corazón, y yo pueda habitar en bendición en la vida de mi prójimo. Amén

Miércoles, 10 de noviembre de 2010

“AGRADECIDOS POR SIEMPRE”

PRIMERA LECTURA
TITO 3, 1-7

“ESTÁBAMOS FUERA DEL CAMINO, Y AÚN ASÍ CRISTO NOS HA SALVADO”

Recuerda a los otros que se sometan al gobierno y a las autoridades, que sean obedientes y que siempre estén dispuestos a hacer lo bueno. Que no hablen mal de nadie, que sean pacíficos y bondadosos, y que se muestren humildes de corazón en su trato con todos.
Porque antes también nosotros éramos insensatos y rebeldes; andábamos perdidos y éramos esclavos de toda clase de deseos y placeres. Vivíamos en maldad y envidia, odiados y odiándonos unos a otros. Pero Dios nuestro Salvador mostró su bondad y su amor por la humanidad, y, sin que nosotros hubiéramos hecho nada bueno, por pura misericordia nos salvó lavándonos y regenerándonos, y dándonos nueva vida por el Espíritu Santo. Pues por medio de Jesucristo nuestro Salvador nos dio en abundancia el Espíritu Santo, para que, después de hacernos justos por su bondad, tengamos la esperanza de recibir en herencia la vida eterna.

REFLEXIÓN
Seguimos leyendo la carta de Pablo a Tito y hoy la liturgia nos trae un texto sobre algunas recomendaciones que hace el apóstol a su discípulo y a la comunidad de Creta referente a los deberes sociales. Se tiene que notar la distinción entre el “antes” y el “después” de la conversión a la fe de Cristo.
Antes el panorama que pinta tan vivamente Pablo no es muy recomendable: éramos insensatos y obstinados, “íbamos fuera de camino”, porque éramos “esclavos de pasiones y placeres de todo género” y “nos pasábamos la vida fastidiando y comidos de la envidia y nos odiábamos unos a otros”. Pero ahora que creemos en Cristo Jesús debe cambiar nuestra imagen en medio de la sociedad. Por eso Tito debe recomendar a los suyos “que se sometan al gobierno y a las autoridades” que se dediquen a toda forma de trabajo honrado” sin insultar ni buscar riñas” y que sean “condescendientes y amables con todo el mundo”.
Interesante ver esta recomendación de la "amabilidad". En griego dice "epiekëis", de donde viene la famosa "epiqueya"de los mediavales, que puede implicar también: modestos, humildes, mansos, pacientes.
Se trata de la frontera entre una persona humanamente acogedora y abierta, y una persona sufrida y generosa. Lo humano no riñe con lo cristiano. Vista desde fuera, esta virtud es plenamente humana; es la cualidad propia de las personas con quienes es agradable vivir porque son comprensivos, descomplicados y sencillos; vista desde dentro, es mucho más que buenas maneras: es el fruto maduro de un corazón que, por amor, sabe "sufrir" a la obra de Cristo (o sea, dejarlo actuar, quitando y poniendo a su gusto) y que, por amor, sabe esperar el momento de la gracia
R. El Señor es mi pastor, nada me falta

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 17, 11-19

“PONTE DE PIE Y VETE, TU FE TE HA SALVADO”

Jesús sana a diez leprosos
En su camino a Jerusalén, pasó Jesús entre las regiones de Samaria y Galilea. Y llegó a una aldea, donde le salieron al encuentro diez hombres enfermos de lepra, los cuales se quedaron lejos de él gritando:

--¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!
Cuando Jesús los vio, les dijo:
--Vayan a presentarse a los sacerdotes]

Y mientras iban, quedaron limpios de su enfermedad. Uno de ellos, al verse limpio, regresó alabando a Dios a grandes voces, y se arrodilló delante de Jesús, inclinándose hasta el suelo para darle las gracias. Este hombre era de Samaria. Jesús dijo:

--¿Acaso no eran diez los que quedaron limpios de su enfermedad? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Únicamente este extranjero ha vuelto para alabar a Dios?
Y le dijo al hombre:
--Levántate y vete; por tu fe has sido sanado.

REFLEXIÓN
La acción misericordiosa de Dios concretizada en la misión de Jesús no se limita a un pueblo en particular, es un don para todos los que están dispuestos a acoger por la fe el mensaje liberador del Maestro. Jesús, de camino a Jerusalén, atraviesa Galilea y Samaria, lugares mal vistos por las autoridades judías y que representan a grupos excluidos por el sistema religioso del momento.
En el episodio de la curación de los diez leprosos, al final, solo uno de ellos vuelve para agradecer al Señor. Lo curioso es que este hombre era un samaritano, un extranjero, alguien que no pertenece al pueblo de Israel. En el camino de la vida, si bien a todos se nos brinda la oportunidad de encontrar al Salvador, no todos tenemos la fe suficiente para reconocerlo como tal, como nuestro salvador. Pero no solamente en nuestra relación con Dios olvidamos fácilmente los favores recibidos, sino que suele suceder también en las cosas ordinarias de nuestra existencia. De las muchas enfermedades, el mundo está sufriendo de una terrible y es la “capacidad de olvido”. Nos olvidamos de los seres que nos dieron la vida, de quienes nos ayudaron desinteresadamente en un momento de extrema dificultad, de quienes caminan a nuestro lado haciéndonos sentir que no estamos solos. En la actualidad hay tantas lepras que nos oprimen, que nos esclavizan y no nos dejan realizar nuestro ideal de vida que el Señor nos ha planteado. Pidamos en este día al Señor que nos conceda un corazón rebosante de gratitud para que no pasemos de largo, sin alejarnos del buen Señor y de nuestros hermanos que nos necesitan; que en medio de una sociedad ingrata y que olvida fácilmente, nosotros podamos regresar a ti y a los demás para darte gracias, para reconocer que tu eres el Maestro, el camino la verdad y la vida.
No olvidemos esta fórmula de la vida que con muchos de ustedes he compartido: “gratitud=bendición; ingratitud = maldición"

PARA REFLEXIONAR
1 ¿Soy agradecido con los dones del Señor?
2 ¿Qué significa la acción de gracias del samaritano?
3 ¿Viene la salvación solo de Jesús?

ORACIÓN
Al comenzar este nuevo día, te agradecemos tu amor, bondad, y bendición. Hoy queremos ser sanos por tu amor de las diferentes lepras que nos limitan en nuestra vida; pronuncia hoy señor tu palabra de bendición sobre nuestras vidas, irrumpe en nuestra historia, ven hoy a nosotros que te necesitamos y sánanos por el nombre de Jesucristo. Amén

Jueves, 11 de noviembre de 2010

“EL REINO YA HA LLEGADO”

PRIMERA LECTURA
FILEMON 7-20

“RECÍBELO NO COMO ESCLAVO, SINO COMO UN HERMANO QUERIDO”

Estoy muy contento y animado por tu amor, ya que tú, hermano, has llenado de consuelo el corazón de los que pertenecen al pueblo santo.
Intervención a favor de Onésimo
Por eso, aunque en nombre de Cristo tengo derecho a ordenarte lo que debes hacer, prefiero rogártelo en nombre del amor. Yo, Pablo, ya anciano, y ahora preso por causa de Cristo Jesús, te pido un favor para mi hijo Onésimo,] de quien he llegado a ser padre según la fe aquí en la cárcel.
En otro tiempo, Onésimo fue para ti un esclavo inútil, pero ahora nos es útil tanto a ti como a mí. Te lo envío de nuevo: es el hijo de mis entrañas. Yo hubiera querido que se quedara aquí conmigo, para que me sirviera en tu lugar mientras estoy preso por causa del evangelio. Pero no quiero hacer nada que tú antes no hayas aprobado, para que el favor que me haces no sea por obligación sino por tu propia voluntad. Tal vez Onésimo se apartó de ti por algún tiempo para que ahora lo tengas para siempre, ya no como un esclavo, sino como algo mejor que un esclavo: como un hermano querido. Yo lo quiero mucho, pero tú debes quererlo todavía más, no solo humanamente sino también como hermano en el Señor.
Así pues, si me tienes por hermano en la fe, recíbelo como si se tratara de mí mismo. Si te ha hecho algún daño, o si te debe algo, cóbramelo a mí. Yo, Pablo, escribo esto con mi puño y letra: Yo lo pagaré. Por no decir que lo pongas a tu cuenta, ya que tú me debes tu propia persona. Sí, hermano, te pido este favor por amor al Señor; consuela mi corazón como hermano en Cristo.

REFLEXIÓN
La carta a Filemón, un documento breve y de tono coloquial, deja asomar una lógica diversa. Pablo renuncia a su autoridad y quiere hablar en nombre del amor. Su planteamiento es fascinante en su sencillez. Resulta que Filemón era dueño de un esclavo llamado Onésimo, que se fugó y fue a parar junto a Pablo. Tanto Filemón como Onésimo han sido evangelizados por Pablo y el incidente de la fuga motiva una carta tan cálida en su expresión como profunda en sus propuestas.
Pablo no propone una ley que prohíba la esclavitud; ni siquiera pide que se proscriba esa palabra. Pero dinamita por dentro la idea de que alguien pueda disponer de otra persona a su antojo. A Filemón le recuerda que Cristo es Señor de todos; todos somos esclavos de este bendito Señor, que ha sido primero en servirnos y primero en amarnos. No importa entonces tanto cómo nos llamemos en una escala social, importa lo que seamos en la asamblea de los elegidos y redimidos.
Es una revolución extraña a nuestros ojos, quizá porque estamos acostumbrados a cambiar primero los nombres de las cosas para luego decir que las cosas son distintas. Aquí Pablo procede al revés: no cambia los nombres pero hace nacer realidades nuevas. No proclama unos "Derechos Humanos", pero los hace realidad. Los cambios de palabras a menudo son instrumento de propaganda o de demagogia. Los cambios de corazones y en los hechos son obras del amor de Dios.

SALMO RESPONSORIAL: 145
R. Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 17, 20-25

"EL REINO DE DIOS ESTÁ ENTRE USTEDES"

Cómo llegará el reino de Dios
(Mt 24.23-28,36-41)
Los fariseos le preguntaron a Jesús cuándo había de llegar el reino de Dios, y él les contestó:
--La venida del reino de Dios no es algo que todo el mundo pueda ver. No se va a decir: 'Aquí está', o 'Allí está'; porque el reino de Dios ya está entre ustedes.
Y dijo a sus discípulos:
--Llegará el tiempo en que ustedes querrán ver siquiera uno de los días del Hijo del hombre, y no lo verán. Algunos dirán: 'Aquí está', o 'Allí está'; pero no vayan ni los sigan. Porque así como el relámpago, al brillar, ilumina el cielo de uno a otro lado, así será el Hijo del hombre en el día de su regreso. Pero primero tiene que sufrir mucho y ser rechazado por la gente de este tiempo

REFLEXIÓN
El relato de la curación de los diez leprosos del día de ayer, asoma como el preludio de la enseñanza de Jesús, sobre la irrupción definitiva de la llegada del Reino de Dios. La conexión es natural porque hablar de salvación implica involucrarse en la obra de Dios, en el desenlace de la historia, y ésta tiene sus tiempos ponderados.
En el evangelio de hoy hay algo que preocupa a los fariseos ¿Cuándo va a llegar el Reino de Dios? ¿Por qué surge esta pregunta? Porque a pesar de observar con sus propios ojos las obras que Jesús ha venido realizando no reconocen que Él ha sido enviado por el Padre a instaurar su reino en la tierra. Por esta razón continúan esperando algo más, desconociendo que el Reino de Dios ya está presente en medio de ellos y sólo esperan que se manifieste de manera espectacular. Jesús en cambio, responde refiriéndose siempre al presente basta que abran los ojos y reconozcan los prodigios y maravillas que Jesús ha realizado.
Dice el refrán popular que “nadie sabe lo que tiene hasta cuando lo pierde” esta parece ser la advertencia que le hace Jesús a sus discípulos: “llegará un día en que desearán disfrutar de la presencia del Hijo del Hombre y no la podrán tener”.

Aprovechemos cada instante de nuestra vida para disfrutar de la presencia de Jesús que ha querido quedarse entre nosotros; descubramos su presencia durante la lectura orante de su palabra en comunidad, que nos ilumina para comprender cómo se manifiesta el Reino de Dios en la sencillez y la humildad, en el camino de la cruz y del dolor.
El Reino de Dios no hace referencia a ningún territorio o espacio sino la Palabra para expresar una nueva relación entre Dios y el ser humano. En Cristo el Reino fue instituido de manera definitiva. Por esto la proclamación del Reino de Dios es el punto central de la predicación de Jesús.

PARA REFLEXIONAR:
1. ¿Qué es para mí el Reino de Dios?
2. ¿Si el Reino está dentro de nosotros, es un asunto intimista?
3. ¿A qué acciones concretas nos lanza el reinado de Dios?

ORACIÓN
Te agradecemos y te bendecimos por este nuevo día, Señor. Y hoy te pedimos que restaures nuestro corazón, que renueves nuestra manera de pensar, para que cambie nuestra manera de vivir, no queremos ser mas esclavos ni seguir generando esclavitudes a los demás; que podamos reconocer hoy que tu Reino es libertad para mi y los que me rodean. Amén

Viernes, 12 de noviembre de 2010

“COMO EN LOS TIEMPOS DE NOÉ Y LOT”

PRIMERA LECTURA
SEGUNDA DE JUAN 4-9

“QUIEN PERMANECE EN LA SANA DOCTRINA POSEE AL PADRE Y AL HIJO”

El mandamiento del amor
Me he alegrado mucho de encontrar a algunos de los tuyos viviendo conforme a la verdad, como Dios el Padre nos ha mandado. Ahora, queridos hermanos, les ruego que nos amemos los unos a los otros. Esto que les escribo no es un mandamiento nuevo, sino el mismo que recibimos desde el principio. El amor consiste en vivir según los mandamientos de Dios, y el mandamiento, como ya lo han oído ustedes desde el principio, es que vivan en el amor.
La verdadera fe en Jesucristo
Pues andan por el mundo muchos engañadores que no reconocen que Jesucristo vino como hombre verdadero. El que es así, es el engañador y el Anticristo. Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa.
Cualquiera que pretenda avanzar más allá de lo que Cristo enseñó, no tiene a Dios; pero el que permanece en esa enseñanza, tiene al Padre y también al Hijo.

REFLEXIÓN
Hoy san Juan nos ofrece una definición de amor: "El amor consiste en comportarse según sus mandamientos" (2 Jn 7). Literalmente: que caminemos según sus mandamientos. Amar no es lo que yo piense que es amor, ni lo que yo sienta o diga sobre el amor. El amor está ligado a la obediencia, como ya habíamos escuchado en el Evangelio: " Si me amáis, guardaréis mis mandamientos" (Jn 14,15).
1.2 ¿Por qué este lenguaje suena tan extraño en nuestros oídos? ¿Por qué nuestro tiempo mira al amor como una experiencia de "libertad" y a la obediencia como una experiencia de "privación de amor"? ¿Por qué pensamos a menudo que cuando amamos no obedecemos y cuando obedecemos no amamos? Tal vez por un terrible malentendido en torno a la voluntad. Nuestro tiempo mira la voluntad como un absoluto que puede ser doblegado desde fuera, cosa que sucede en la "obediencia" pero que sólo tiene sentido cuando se goza en lograr su meta.
Según este modo de pensar, obediencia significa sometimiento y capitulación, renuncia a la propia meta, traición a la propia ruta. Amor, en cambio, quiere decir satisfacción del deseo, logro del propio objetivo. Es evidente que, así entendidos, no caben juntos el amar y el obedecer.

SALMO RESPONSORIAL: 118
R. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 17,26-37

“QUIEN TRATE DE CONSERVAR LA VIDA LA PERDERÁ”

Como pasó en los tiempos de Noé, así pasará también en los días en que regrese el Hijo del hombre. La gente comía y bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca, y llegó el diluvio y todos murieron. Lo mismo sucedió en los tiempos de Lot: la gente comía y bebía, compraba y vendía, sembraba y construía casas; pero cuando Lot salió de la ciudad de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y todos murieron. Así será el día en que el Hijo del hombre aparezca.
"En aquel día, el que se encuentre en la azotea y tenga sus cosas dentro de la casa, que no baje a sacarlas; y el que esté en el campo, que no regrese a su casa. Acuérdense de la mujer de Lot. El que trate de conservar su vida, la perderá; pero el que la pierda, la conservará.

"Les digo que en aquella noche, de dos que estén en una misma cama, uno será llevado y el otro será dejado. De dos mujeres que estén moliendo juntas, una será llevada y la otra será dejada."

Le preguntaron entonces:
--¿Dónde ocurrirá eso, Señor?
Y él les contestó:
--Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres.

REFLEXIÓN
El Señor Jesús en la palabra orante de este día nos invita a seguir nuestra reflexión con ÉL, sobre la venida del Reino; ayer nos detuvimos en la primera parte, hoy nos centramos en la segunda: ¿cómo recibir el tiempo final?
La respuesta de Jesús es muy sencilla y bien concreta: debemos estar vigilantes y preparados.
Lo que sucedió en tiempos de Noé sucede en nuestros tiempos, con notables modificaciones, por supuesto. En tiempos de Noé comían y bebían; en nuestros tiempos hay numerosas poblaciones que padecen de hambre a causa de la desigualdad en la distribución de los recursos. En tiempos de Noé se casaban hombres con hombres y mujeres con mujeres, hoy conviven también hombres con hombres y mujeres con mujeres, el matrimonio se ha visto afectado por la cultura de lo “desechable”. En tiempos de Lot compraban y vendían, sembraban y construían; en nuestros tiempos hemos perdido la conciencia ecológica, poco o nada nos interesa que el planeta agonice lentamente, sigue creciendo la deforestación, no cesa la contaminación. ¡Hasta que vino el diluvio, hasta que llovió fuego y azufre y los hizo perecer a todos! ¿Qué futuro nos espera?
El evangelio de hoy y la liturgia de estos días nos invitan a reflexionar sobre el fin de los tiempos, sobre el Reino de Dios, sobre la venida del Hijo del Hombre. Nos preocupa la fecha y el lugar de esos acontecimientos, pero lo más importante es cumplir con nuestro deber actual, vivir de manera consciente cada día de nuestra vida con responsabilidad. No podemos dejarnos llevar por la rutina de la cotidianidad, como en los tiempos de Noé y de Lot.
La presencia viva y eficaz del reino en nuestras vidas depende de la prioridad que estemos dando a la vivencia de la fraternidad, la caridad, el servicio y la misericordia con nuestros hermanos.

PARA REFLEXIONAR
1. ¿Creo que en Jesús el Padre Dios me ha revelado todo?
2. ¿Qué es para mí lo último y definitivo de la historia?
3. ¿Cuándo celebro el encuentro con el Dios de Jesús?

ORACIÓN
Señor, gracias por renovar tu amor en este nuevo encuentro contigo, a través de tu bendita palabra. Maestro bueno, quiero reconocer hoy tu presencia en mi vida, tu acción en mi historia, tu presencia salvadora en mí. Amén