domingo, 1 de noviembre de 2020

Lunes 30 de Noviembre de 2020

 San Andrés apóstol


“LA FE QUE DECLARAMOS CONDUCE  A DIOS”

PRIMERA LECTURA
ROMANOS 10,9-18

“La fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo”

Si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás. Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación. Dice la Escritura: "Nadie que cree en él quedará defraudado." Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. Pues "todo el que invoca el nombre del Señor se salvará". Ahora bien, ¿cómo van a invocarlo si no creen en él?; ¿cómo van a creer, si no oyen hablar de él?; y ¿cómo van a oír sin alguien que proclame?; y ¿cómo van a proclamar si no los envían? Lo dice la Escritura: "¡Qué hermosos los pies de los que anuncian el Evangelio!" Pero no todos han prestado oído al Evangelio; como dice Isaías: "Señor, ¿quién ha dado fe a nuestro mensaje?" Así, pues, la fe nace del mensaje, y el mensaje consiste en hablar de Cristo. Pero yo pregunto: "¿Es que no lo han oído?" Todo lo contrario: "A toda la tierra alcanza su pregón, y hasta los límites del orbe su lenguaje." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
En la escuela, cuando íbamos a iniciar un nuevo párrafo o un nuevo capítulo siempre oíamos esa expresión del dictado: "punto y aparte". Algo que se cierra y algo nuevo que empieza. Eso es lo que Jesús trae a nuestra vida: punto y aparte. Como sucedió a aquellos primeros llamados por Él: dejaron una vida y empezaron una historia nueva.
Cristo viene, pues, a romper algo en el hilo de nuestra vida; o mejor: viene a revelar la continuidad profunda de nuestro hoy incierto, con su mañana glorioso. No es igual pescar peces que pescar hombres, pero hay una continuidad: pescar. Nuestro hoy y nuestro mañana en Cristo tienen una continuidad; algo que no hemos podido encontrar y que sólo encontraremos al ritmo de su voz.

SALMO RESPONSORIAL: 18
R./ A toda la tierra alcanza su pregón.

El cielo proclama la gloria de Dios,
el firmamento pregona la obra de sus manos:
el día al día le pasa su mensaje,
la noche a la noche se lo susurra. R.

Sin que hablen, sin que pronuncien,
sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo hace la alabanza de la revelación de Dios, primero en las obras de a creación y luego en la ley, para terminar con una humilde oración. La revelación de Dios tiene su punto culminante en Jesús, palabra definitiva de Dios, camino, verdad y vida

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 4,18-22

“Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron”

En aquel tiempo, pasando Jesús ante el lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: "Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres." Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y, pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Adviento es reconocer y acoger al Señor que viene continuamente a nosotros. Seguirle en el camino que conduce al Padre. En este ambiente hoy celebramos la fiesta del apóstol Andrés. 

El Lago de Galilea era rico en pesca y a su alrededor se encontraban varios pueblos de pescadores. Los hermanos Andrés y Pedro vivían en Cafarnaún, y de ahí salían cada noche a pescar. También ahí tenían su “negocio familiar” Zebedeo y sus hijos Juan y Santiago. Estos sencillos pescadores son los primeros invitados a colaborar con Jesús en su misión. Jesús llama a algunos que ya teniendo organizada su vida les exige un cambio de ruta, una nueva orientación a la existencia. Esta fiesta nos recuerda que el llamado a una vocación de especial consagración es iniciativa del Señor. La palabra del Señor es eficaz creando en los corazones la disponibilidad para una respuesta generosa y sin condiciones: ser enviado, predicar, escuchar, creer. Esta es la vocación y misión de los apóstoles. Al celebrar a san Andrés se nos exhorta a renovar y reavivar nuestro seguimiento de Cristo. Sólo se puede dejar la familia y el trabajo cuando percibimos la voz de Jesús y la aceptamos. Esto nos prepara para cualquier sacrificio si nuestra fidelidad lo pide en toda circunstancia. Hoy somos llamados a renovar nuestro espíritu misionero. ¿Estamos dispuestos a dejar nuestros propios proyectos para seguir a Jesús y escuchar su llamado?

 ORACIÓN

 Al finalizar este mes, elevamos a ti Buen Señor nuestra oración de  gratitud, alabanza y adoración, por estos treinta días de bendición, “en el día a día con tu Palabra”. Gracias por el regalo de la fe, que nos conduce hacia ti. Pronuncia hoy nuestro nombre y haznos tus discípulos(as), queremos seguir perteneciendo a tu escuela discipular y alimentarnos a diario de tus enseñanzas. Anhelamos aprender más de ti y llevar esa Buena Noticia hasta los confines de la tierra. Permítenos  ser tus amigos,  servidores y testigos. Amén

 “Quien pone la mano en el arado pero mira hacia atrás no es apto para el Reino de los Cielos”


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