domingo, 1 de noviembre de 2020

Viernes 27 de Noviembre 2020

 

 “SIGNOS DE CAMBIO”

 

PRIMERA LECTURA

APOCALIPSIS 20, 1-4. 11-21, 2

 “Los muertos fueron juzgados según sus obras. Vi la nueva Jerusalén, que descendía del cielo.”

Yo, Juan, vi un ángel que bajaba del cielo llevando la llave del abismo y una cadena grande en la mano. Agarró al dragón, que es la serpiente primordial, el diablo o Satanás, y lo encadenó para mil años; lo arrojó al abismo, echó la llave y poso un sello encima, para que no pueda extraviar a las naciones antes que se cumplan los mil años. Después tiene que estar suelto por un poco de tiempo. Vi también unos tronos y en ellos se sentaron los encargados de juzgar; vi también las almas de los decapitados por el testimonio de Jesús y la palabra de Dios, los que no habían rendido homenaje a la bestia ni a su estatua y no habían recibido su señal en la frente ni en la mano. Éstos volvieron a la vida y reinaron con Cristo mil años.

Luego vi un trono blanco y grande, y al que estaba sentado en él. A su presencia desaparecieron cielo y tierra, porque no hay sitio para ellos. Vi a los muertos, pequeños y grandes, de pie ante el trono. Se abrieron los libros y se abrió otro libro, el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados según sus obras, escritas en los libros. El mar entregó sus muertos, muerte y abismo entregaron sus muertos, y todos fueron juzgados según sus obras. Después muerte y abismo fueron arrojados al lago de fuego-el lago de fuego es la segunda muerte-. Los que no estaban escritos en el libro de la vida fueron arrojados al lago de fuego.

Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra han pasado, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, enviada por Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

El Apocalipsis no cesa de asombrarnos. Hoy tenemos textos llenos de mucho color e imágenes impactantes. Para comprender el sentido es bueno y necesario tratar de ubicar el significado que tenían.

El “dragón” que es la antigua serpiente, el diablo o Satanás, es  encadenado primero y luego arrojado al abismo, aunque luego estará “suelto por un poco tiempo”. El diablo encadenado no es un pobre diablo. La Biblia no dice que esté inactivo, sino que está encadenado, lo cual bien puede y quizá debe entenderse en el sentido de un poder que no es ilimitado y que queda sujeto a un mandato particular de quien le encadena, es decir, Dios. Bien puede pensarse que es la situación en que vemos desenvolverse la historia humana que conocemos: el demonio no logra lo que quisiera, pues, si pudiera, extinguiría por completo la noticia sobre Cristo; sin embargo, sí logra objetivos, entorpeciendo, por decir lo menos, el anuncio de la gracia.

 

Vemos también como otro mensaje a resaltar que nos habla de que el juicio va a ser serio y universal, por parte del que está sentado en el gran trono blanco. Cada uno será juzgado “según sus obras, escritas en los libros”. Los que han sido seguidores del mal, “serán arrojados al lago del fuego, junto con la muerte y el abismo”. Pero los que han dado testimonio de Jesús y “no ha rendido homenaje a la bestia y a su imagen y no llevan su señal”, pasarán a la vida, formando parte del “cielo nuevo y la tierra nueva, la ciudad santa, la nueva Jerusalén”, a la que el vidente contempla como “enviada de Dios, arreglada como una novia que se adorna para su esposo”. De nuevo la sentencia final, después de la gran batalla entre el bien y el mal. Ha llegado el tiempo de separar el trigo de la cizaña.

Los números, mil años, no son importantes. En una carta de Pedro se dice que “ante el Señor un día es como mil años y mil años, como un día”. Lo decisivo es que el juicio será sobre si hemos sabido ser fieles, si no nos hemos dejado contaminar por la corrupción del mal, si no hemos apostatado de nuestra fe por las mil tentaciones del maligno. Y que nos espera el gran triunfo en los cielos nuevos, como comunidad festiva del Señor.    

SALMO RESPONSORIAL: 83

R./ Ésta es la morada de Dios con los hombres.

 

Mi alma se consume y anhela

los atrios del Señor,

mi corazón y mi carne

retozan por el Dios vivo. R.

 

Hasta el gorrión ha encontrado una casa;

la golondrina, un nido

donde colocar sus polluelos:

tus altares, Señor de los ejércitos,

Rey mío y Dios mío. R.

 

Dichosos los que viven en tu casa,

alabándote siempre.

Dichosos los que encuentran en ti su fuerza:

caminan de baluarte en baluarte. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este Salmo es un canto puesto en boca de los peregrinos que se  dirigen al templo de Jerusalén y expresan la alegría del encuentro con el Señor. El templo definitivo donde el Señor se hace presente entre los seres humanos es Cristo y la nueva Jerusalén es la iglesia. Dios invita a todos los pueblos a dirigirse a ella.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 21, 29-33

 

“Cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el Reino de Dios”

En aquel tiempo puso Jesús una comparación a sus discípulos: "Fijaos en la higuera o en cualquier árbol: cuando echan brotes, os basta verlos para saber que la primavera está cerca. Pues cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el Reino de Dios. Os aseguro que, antes que pase esta generación, todo eso se cumplirá. El cielo y la tierra pasarán, mis palabras no pasarán". Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Como es su costumbre, Jesús enseña siempre valiéndose de cosas tan simples y cotidianas como los brotes de las plantas que comienzan a indicar la cercanía de la primavera. A partir de esta imagen Jesús nos enseña a estar siempre atentos a los signos de los tiempos. Cuando vean que suceden estas cosas...”: se está refiriendo Jesús a todo lo que acaba de anunciar en su discurso escatológico; nos toca a nosotros hoy determinar qué “cosas” están sucediendo, cuáles son los signos que están mostrando de algún modo la cercanía del Reino. El discípulo de Jesús no puede ser indiferente a todo lo que sucede a su alrededor. Una de las críticas que a veces se hace los dirigentes de Iglesia es precisamente una cierta desconexión con la realidad; la sociedad, el mundo, van por un lado y la Iglesia por otro; mientras en el mundo se van dando grandes transformaciones, la Iglesia, la jerarquía y muchos cristianos, se mantienen aferrados a viejos esquemas, a costumbres anacrónicas que ya poco o nada dicen al hombre de hoy.

Nuestro compromiso para el nuevo año que iniciaremos será intentar deshacernos de todo lo viejo para poder ver con mayor claridad lo nuevo que está brotando.

ORACIÓN

Señor creemos en ti, que todo puede pasar pero tu Palabra y tu Reino siempre permanecerán, te pedimos nos ayudes a irnos renovando día a día con la lectura de tu Palabra, a seguir construyendo tu Reino desde esta tierra  y poder llegar fieles y victoriosos cuando nos llames a tu presencia a vivir contigo eternamente. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Lucía González en su cumpleaños. Amén.

 "Cuando se perciben brotes de amor, paz, bondad, justicia......es que el Reino de Dios esta por venir"  

 


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