domingo, 1 de noviembre de 2020

Miércoles 11 de Noviembre de 2020


“EL CRISTIANO MADURO BUSCA A DIOS Y NO LAS COSAS QUE LE PIDE A DIOS”

PRIMERA LECTURA

TITO 3, 1-7

“Estábamos fuera del camino, y aún así Cristo nos ha salvado”

 Querido hermano: Recuérdales que se sometan al gobierno y a las autoridades, que los obedezcan, que estén dispuestos a toda forma de obra buena, sin insultar ni buscar riñas; sean condescendientes y amables con todo el mundo. Porque antes también nosotros, con nuestra insensatez y obstinación, íbamos fuera de camino; éramos esclavos de pasiones y placeres de todo género, nos pasábamos la vida fastidiando y comidos de envidia, éramos insoportables y nos odiábamos unos a otros. Mas cuando ha aparecido la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor al hombre, no por las obras de justicia que hayamos hecho nosotros, sino que según su propia misericordia nos ha salvado: con el baño del segundo nacimiento y con la renovación por el Espíritu Santo; Dios lo derramó copiosamente sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador.Así, justificados por su gracia, somos, en esperanza, herederos de la vida eterna. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Seguimos leyendo la carta de Pablo a Tito y hoy la liturgia nos trae un texto sobre algunas recomendaciones que hace el apóstol a su discípulo y a la comunidad de Creta referente a los deberes sociales. Se tiene que notar la distinción entre el “antes” y el “después” de la conversión a la fe de Cristo.

Antes el panorama que pinta tan vivamente Pablo no es muy recomendable: éramos insensatos y obstinados, “íbamos fuera de camino”, porque éramos “esclavos de pasiones y placeres de todo género” y “nos pasábamos la vida fastidiando y comidos de la envidia y nos odiábamos unos a otros”. Pero ahora que creemos en Cristo Jesús debe cambiar nuestra imagen en medio de la sociedad. Por eso Tito debe recomendar a los suyos “que se sometan al gobierno y a las autoridades” que se dediquen a toda forma de trabajo honrado” sin insultar ni buscar riñas” y que sean “condescendientes y amables con todo el mundo”.

Se trata de la frontera entre una persona humanamente acogedora y abierta, y una persona sufrida y generosa. Lo humano no riñe con lo cristiano. Vista desde fuera, esta virtud es plenamente humana; es la cualidad propia de las personas con quienes es agradable vivir porque son comprensivos, descomplicados y sencillos; vista desde dentro, es mucho más que buenas maneras: es el fruto maduro de un corazón que, por amor, sabe "sufrir" a la obra de Cristo (o sea, dejarlo actuar, quitando y poniendo a su gusto) y que, por amor, sabe esperar el momento de la gracia

SALMO RESPONSORIAL: 22

R. El Señor es mi pastor, nada me falta

El Señor es mi pastor, nada me falta:

en verdes praderas me hace recostar;

me conduce hacia fuentes tranquilas

y repara mis fuerzas. R.

 

Me guía por el sendero justo,

por el honor de su nombre.

Aunque camine por cañadas oscuras,

nada temo, porque tú vas conmigo:

tu vara y tu cayado me sosiegan. R.

 

Preparas una mesa ante mí,

enfrente de mis enemigos;

me unges la cabeza con perfume,

y mi copa rebosa. R.

 

Tu bondad y tu misericordia me acompañan

todos los días de mi vida,

y habitaré en la casa del Señor

por años sin término. R.

 OREMOS CON EL SALMO

Dos imágenes, la del pastor y la del banquete, sirven al salmista para expresar la relación personal de amistad con Dios. Esas imágenes también las usa Cristo; Él es el buen Pastor y él nos invita a su mesa, en la que  se nos entrega en persona.  

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 17, 11-19

“Ponte de pie y vete, tu fe te ha salvado”

En aquel tiempo, yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: "Jesús, maestro, ten compasión de nosotros". Al verlos, les dijo: "Id a presentaros a los sacerdotes". Y mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos, y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. Este era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: "¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?" Y le dijo: "Levántate, vete; tu fe te ha salvado". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

En el episodio de la curación de los diez leprosos, al final, solo uno de ellos vuelve para agradecer al Señor. Lo curioso es que este hombre era un samaritano, un extranjero, alguien que no pertenece al pueblo de Israel. En el camino de la vida, si bien a todos se nos brinda la oportunidad de encontrar al Salvador, no todos tenemos la fe suficiente para reconocerlo como tal, como nuestro salvador. Pero no solamente en nuestra relación con Dios olvidamos fácilmente los favores recibidos, sino que suele suceder también en las cosas ordinarias de nuestra existencia. De las muchas enfermedades, el mundo está sufriendo de una terrible y es la “capacidad de olvido”. Nos olvidamos de los seres que nos dieron la vida, de quienes nos ayudaron desinteresadamente en un momento de extrema dificultad, de quienes caminan a nuestro lado haciéndonos sentir que no estamos solos. En la actualidad hay tantas lepras que nos oprimen, que nos esclavizan y no nos dejan realizar nuestro ideal de vida que el Señor nos ha planteado.

Pidamos en este día al Señor que nos conceda un corazón rebosante de gratitud para que no pasemos de largo, sin alejarnos del buen Señor y de nuestros hermanos que nos necesitan; que en medio de una sociedad ingrata y que olvida fácilmente, nosotros podamos regresar a ti y a los demás para darte gracias, para reconocer que tu eres el Maestro, el camino la verdad y la vida.

No olvidemos esta fórmula de la vida que con muchos de ustedes he compartido: “gratitud=bendición; ingratitud = maldición"

ORACIÓN

Señor la Palabra de hoy ratifica la admiración que sentimos por ti. Como te acercabas a los rechazados y considerados indignos de recibir sus derechos, los escuchabas y sanabas, aún sin que ellos fueran agradecidos. Cuántas cosas has hecho por nosotros y tal vez en nuestra inconciencia no hemos sido agradecidos. Perdónanos y por favor ilumínanos con tu Espíritu para percibir tu acción en nuestra vida y ayúdanos y danos siempre un corazón agradecido. Amén

“La vida grita siempre más fuerte que las palabras que decimos y las obras que hacemos”

 

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