domingo, 1 de noviembre de 2020

Domingo 15 de Noviembre 2020

 

            “¿CON QUÉ MIRADA RECIBIMOS LO QUE DIOS NOS HA DADO?”


PRIMERA  LECTURA

PROVERBIOS 31,10-13.19-20.30-31

 “Trabaja con la destreza de sus manos”

 Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma de rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

Vamos llegando al final del año litúrgico y con él a un tiempo de evaluación de balance en nuestro caminar de fe frente al Señor  y a su palabra.

La primera lectura de una manera sencilla nos invita a hacer una exaltación a la mujer sabia,  trabajadora y responsable.  Importante para la mujer, como la ve el mundo oriental, no es su figura, no es su belleza y porte físico, que es fugaz y engañoso.  Lo que vale en una mujer desde la óptica de un mundo bíblico y de hecho en la cultura oriental es su sabiduría, disposición y responsabilidad en su trabajo a favor del hogar, y su vocación, su dinamismo, creatividad, generosidad y calidad de su servicio, y siempre la apertura bondadosa a los más necesitados, los más pobres. Una mujer así merece toda loa, según el libro de los Proverbios, porque genera vida, confianza, sirve de apoyo, es alabada por todos y vale más que las perlas. Si tú eres discípula de Jesús, mírate hoy al espejo de esta palabra y  juzga la calidad de tu respuesta.

SALMO RESPONSORIAL: 127

R./Dichoso el que teme al Señor. 

Dichoso el que teme al Señor

y sigue sus caminos.

Comerás del fruto de tu trabajo,

serás dichoso, te irá bien. R.

Tu mujer, como parra fecunda,

en medio de tu casa;

tus hijos, como renuevos de olivo,

alrededor de tu mesa. R.

Ésta es la bendición del hombre

que teme al Señor.

Que el Señor te bendiga desde Sión,

que veas la prosperidad de Jerusalén

todos los días de tu vida. R.

OREMOS CON EL SALMO

Este salmo describe la felicidad doméstica del que es fiel al Señor. La paz en el hogar es prenda de la prosperidad de todo el pueblo y de la iglesia, casa de Dios. 

SEGUNDA LECTURA

1 TESALONISENSES 5,1-6

Que el día del Señor no os sorprenda como un ladrón”

En lo referente al tiempo y las circunstancias no necesitáis, hermanos, que os escriba. Sabéis perfectamente que el día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: "Paz y seguridad", entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Prepararse, estar despiertos y vigilantes, no vivir en la oscuridad, son los consejos a los que invita Pablo a la comunidad de Tesalónica. Esto quiere decir estar atentos y vigilantes en la vida y en los sentidos, empezando por el comportamiento, el actuar y el pensamiento, para el día en que en presencia del mismo Cristo se dé respuesta de la misión realizada en este mundo. No quiere decir que se esté condicionando era algo o sujeto a lo otro; se trata de ser coherente con los propósitos o metas que queremos realizar. En sí en esta segunda lectura Pablo continúa el mensaje del domingo anterior; invitándonos a estar siempre preparados, preparación que viene de una conciencia sana que se expresa en la vida. El que vigila está atento en medio de la oscuridad, cuida y defiende lo que le han entregado bajo su responsabilidad, somos vigilantes de la vida, del amor, de la justicia, de la reconciliación, de la paz y la comunión entre los hermanos.      

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 25, 14-30

“Has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu señor”

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno; a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue en seguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.]

Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."

Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder mi talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

El evangelio por su parte hoy nos habla de los servidores del Señor que han recibido la responsabilidad de administrar sabiamente sus bienes. A cada uno le ha dado el Señor unos “talentos”, a unos cinco, a otro dos, a otro uno. Somos, administradores de esos talentos o carismas de Dios para el servicio de la comunidad.  ¿Qué espera el Señor de nosotros?, que seamos  sabios y fieles. Servidores de calidad que producen fruto abundante para construir la comunidad. ¿Qué nos promete Dios?. Una palabra de felicitación y de apoyo (bendición), muy bien siervo, bueno y fiel, que no es otra cosa que una bendición eterna y una invitación gratuita al banquete definitivo del reino. (“Entra en el banquete de tu Señor”). 

A una vida entregada generosamente a  los demás y bien administrada,  a una felicidad plena y una comunión eterna con el Señor. Te invito, en esta semana a hacer  tu evaluación de discípulo(la),  y de creyente en este año que has vivido.  ¿Cuál ha sido tu respuesta?

¿Cuál ha sido tu esfuerzo y tu logro? ¿Qué puedes ofrecer hoy con gratitud y alegría en la presencia del Señor? 

Como eco del mensaje de hoy que seamos movidos por el Espíritu del Señor, a la diligencia, sabiduría y fidelidad (buenos administradores), virtudes que debemos practicar mientras el Reino de Dios  se instaura plenamente. Esta espera se hace realidad cuando no nos cruzamos de brazos y nos dedicamos a la pereza. Es necesario trabajar para ir rindiendo cuentas. Somos inconsecuentes cuando al recibir el mensaje del evangelio lo enterramos para refugiarnos en una seguridad estéril que nos conducirá a la  aridez e incluso a  la desesperación.    

ORACIÓN

Amado Padre, son muchos los dones y bendiciones que hemos recibido de ti y tú quieres que los pongamos al servicio de nuestros hermanos. No merecemos tanta confianza, pero queremos administrar adecuadamente  todo lo que tus nos has dado, para hacer presente tu reino y colaborar en la transformación  de nuestra vida, nuestra familia y nuestro entorno. Regálanos la gracia de poder escuchar  tu voz,  seguir tus enseñanzas y vivir bajo tu voluntad. Amén.

“Los talentos que Dios nos concede son para dar fruto y un fruto que permanezca hasta la eternidad”

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