"DEPOSITAR LA VIDA EN LA ALCANCÍA DE DIOS"
“Llevaban en la frente los nombres de Cristo y su Padre”
Yo, Juan, miré y en la visión apareció el Cordero de pie sobre el monte Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre. Oí también un sonido que bajaba del cielo, parecido al estruendo del océano, y como el estampido de un trueno poderoso; era el son de arpistas que tañían sus arpas delante del trono, delante de los cuatro seres vivientes y los ancianos, cantando un cántico nuevo. Nadie podía aprender el cántico fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil, los adquiridos en la tierra. Éstos son los que siguen al Cordero adondequiera que vaya; los adquirieron como primicias de la humanidad para Dios y el Cordero. En sus labios no hubo mentira, no tienen falta. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Varias veces el
Apocalipsis compara la voz del Señor o en alabanza del Señor con "muchas
aguas" (Ap 1,15; 19,6). La
experiencia enseña que el estruendo de las aguas es capaz de imponerse a
cualquier voz que esté cerca por una sencilla razón física: las gotas de agua
al chocar unas con otras en tan diversas velocidades, cantidades y ángulos
producen un elenco de frecuencias que recubre casi cualquier sonido. Si la voz
del Señor es como "muchas aguas" quiere decir que su Palabra domina
sobre toda otra palabra, sobre cualquier palabra de pesimismo, de amargura o falsedad.
El vidente pasa a darnos otra descripción: un canto que
nadie puede aprender, sino los elegidos. El canto une la idea de la palabra con
la fuerza de la música. La palabra es la Palabra poderosa por excelencia, pues
así se simboliza a Cristo en este libro; la música es símbolo de la
inspiración, el compartir de un mismo espíritu.
El Apocalipsis en este
texto nos da una razón además, para las bendiciones de los elegidos: sus labios
son sinceros y su conducta irreprochable.
Los "labios sinceros", o mejor: labios "sin engaño"
son aquellos que han mantenido el testimonio y no han caído en la
"falsedad", que, en lenguaje de los profetas, es, sobre todo, la
idolatría. Algo parecido hay que decir
de la "conducta irreprochable". Más que un apelativo moral, nos habla
de "aquellos en quienes está viva
la gracia de la salvación". No excluye el esfuerzo, la voluntad, los
buenos hábitos, pero se funda ante todo en la obra de Dios por Cristo.
SALMO RESPONSORIAL: 23
R. / Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor.
Del Señor es la tierra y cuanto la llena,
el orbe y todos sus habitantes:
él la fundó sobre los mares,
él la afianzó sobre los ríos. R.
¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede estar en el recinto sacro?
El hombre de manos inocentes
y puro corazón,
que no confía en los ídolos. R.
Ése recibirá la bendición del Señor,
le hará justicia el Dios de salvación.
Éste es el grupo que busca al Señor,
que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.
OREMOS CON EL SALMO
Después de enunciar las condiciones morales para
que el culto a Dios tenga sentido, se dramatiza la entrada de Dios, Rey de la
gloria, en el templo. En la liturgia se aplica este salmo a la entrada de
Cristo al santuario celestial, a su glorificación definitiva.
LUCAS
21, 1-4
Jesús estaba viendo a los ricos echar dinero en los cofres de las ofrendas, y vio también a una viuda pobre que echaba dos moneditas de cobre. Entonces dijo: --De veras les digo que esta viuda pobre ha dado más que todos; pues todos dan ofrendas de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
A Jesús le
conmueve profundamente la escena que observa en el templo. Cómo es posible que
los ricos depositen como ofrenda sólo aquello que les sobra, lo que les estorba
en el bolsillo; en cambio la pobre viuda ofrece unas moneditas, que representan
todo cuanto tiene para vivir, pone en manos de Dios todo lo que tiene; pone su
vida, expresando así que su única esperanza es la misericordia de Dios. La
ofrenda del rico no es válida ante los ojos de Dios porque es interesada; tal
vez el rico busca con ella calmar su conciencia, remediar su injusticia, tal
vez exhibirse como generoso y devoto, o bien, junto con depositarla, proyecta
acrecentar sus riquezas sin pensar en las necesidades de sus paisanos, ni en la
exigencia propia de la ley de compartir los bienes con los más pobres.
Jesús nos
quiere así demostrar que ni lo aparentemente valioso ni lo poderoso o dominante
es esencial ante los ojos de Dios. En la escala de valores de la nueva sociedad
lo primordial es el desprendimiento, la solidaridad, la capacidad de entrega y
donación a favor del más necesitado. Dios se fija atentamente en la actitud del
corazón de quien ofrece. Y no olvidemos que aquello que parece insignificante a
los ojos de este mundo, tiene un valor inmenso según la lógica de Dios cuando
viene de un corazón humilde, sencillo, dispuesto a entregarlo todo a cambio de
nada. Aprendamos hoy del ejemplo de estas viudas generosas para ofrendar lo
mejor de nosotros a Dios, siempre presente en los hermanos. Alguien decía que a
Dios se le consagra todo el árbol, no solamente el palo y las ramas, sino
también los frutos de óptima calidad.
Señor solo Tú puedes observar las
intenciones que hay en nuestro interior. Por favor ayúdanos a ser conscientes
que no somos dignos de creernos merecedores de tu amor y a desarrollar esa humildad y sencillez de corazón necesaria
para obrar con rectitud y dar, para la construcción de tu Proyecto, desde lo
mucho o poco que tengamos y sin esperar nada a cambio. Oramos, bendecimos y
damos gracias por la vida de Sandra Patricia González en su cumpleaños. Amén
“Dios mira mucho más la
calidad que la simple cantidad”
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