domingo, 1 de noviembre de 2020

Lunes 02 de Noviembre 2020

Todos los Fieles Difuntos

"MORIR  CON LA ESPERANZA DE LA RESURRECCIÓN"

 

PRIMERA LECTURA

2 MACABEOS 12, 43-46

 

Efectuó entre sus soldados una colecta y entonces envió hasta dos mil monedas de plata a Jerusalén a fin de que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado. Todo esto lo hicieron muy bien inspirados por la creencia de la resurrección, pues si no hubieran creído que los compañeros caídos iban a resucitar, habría sido cosa inútil y estúpida orar por ellos. Pero creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren como creyentes; de ahí que su inquietud era santa y de acuerdo con la fe. Esta fue la razón por la cual Judas ofreció este sacrificio por lo muertos; para que fueran perdonados de su pecado. Palabra de Dios.

 REFLEXIÓN 

El texto que nos propone la liturgia de la celebración de los fieles difuntos en la primera lectura de  hoy es un escrito muy tardío del Antiguo Testamento. Durante la dominación griega en Jerusalén hacia el siglo II antes de Cristo nos cuenta como, después de la batalla contra Gorguias, el ejército de Judas Macabeo fue a recoger los muertos para darles sepultura y encontraron en muchos de ellos “objetos consagrados a los ídolos” que la ley prohíbe a los judíos. Judas macabeo, entonces ofrece una celebración de sacrificios de expiación, unos, para pedir perdón de los pecados, pero con el pensamiento puesto en la resurrección.

Hay aquí dos elementos muy propios de nuestra experiencia cristiana la conciencia del pecado comunitario, que lleva a celebrar un sacrificio para pedir perdón y la esperanza puesta en la resurrección. Lo segundo da confianza para lo primero, porque creemos en la resurrección. Lo segundo da confianza para lo primero, porque creemos en la resurrección, pedimos perdón a Dios por el pecado de todos, no solo por los pecados de nuestro difuntos.

 SALMO 129  

R./Desde lo hondo a ti grito, Señor;

Desde lo hondo a ti grito, Señor
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora R.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R.

OREMOS CON EL SALMO

En medio del peligro amenazante el salmista expresa su confianza inalterable en Dios. Solo de Él espera ayuda. Igual confianza nos inspira el Nuevo Testamento, pero nos proporciona un motivo más profundo de esperanza: la unión con Cristo presente en medio de su pueblo    . 

SEGUNDA LECTURA

ROMANOS 6,3-9

 

¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre. Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado. Si nosotros hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

El texto que nos regala la liturgia de hoy se comprende mejor si se piensa en el bautismo primitivo cuando se usaba en el rito de la inmersión: el signo de sumergirse en el agua y salir de ella expresa muy bien lo que sucede a través de este rito: el hombre se une a Cristo sepultado en la muerte y resucitado de entre los muertos. Eso tiene una primera consecuencia: esta unión con Cristo trae un cambio en el modo de vivir. El que se ha unido conscientemente con Él, ciertamente querrá vivir del modo más parecido, sin pecado. Y esta unión tiene una segunda consecuencia que es vivir con Él más allá de la muerte. El cristiano cree que Jesús ha resucitado y vive para siempre, y por eso cree también que el que se ha sumergido con Él en la muerte vivirá también por siempre.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 14,1-6

 

“En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones y yo les estoy preparando la suya”

 

"No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy." Tomás le dijo a Jesús: --Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?

Jesús le contestó: --Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Los que nos han precedido, nos han dejado una herencia vivida en el amor y en la fe, en el sacrificio y en el trabajo. Por eso, celebrar hoy la conmemoración de los fieles difuntos es la manifestación fraterna de nuestra solicitud cristiana y de nuestro agradecimiento por nuestros seres queridos. El sacrificio de Cristo en la cruz, nos alcanza la salvación, abre a ellos y a nosotros la esperanza de la vida eterna. Como lo vimos en la segunda lectura de hoy, el apóstol Pablo nos anuncia hoy un mensaje de alegría, de esperanza y victoria; ante la muerte, Pablo no quiere que vivamos tristes y desconsolados como los que no tienen esperanza. Para un cristiano la muerte no puede ser el final, sino el comienzo de una vida nueva, pues tiene la absoluta certeza de que Dios le concede participar de la muerte de Jesús para resucitar victorioso con Él. Hoy es una noticia consoladora saber que si participamos de la muerte de Cristo, también participaremos un día de su gloriosa resurrección.

 

Miremos también en el texto, como Juan nos presenta a Jesús hablando a sus discípulos, en el marco de la cena pascual, esta a punto de pasar por la cruz y necesita animar a los suyos para que no desfallezcan cuando llegue el momento de su entrega: les dice “No se angustien crean en Dios y crean también en mí”. Son una promesa y una enseñanza, promesa porque Jesús anuncia que si se va, volverá después de que su sacrificio redima al ser humano; además se va a prepararnos un lugar en la casa de su Padre, ya que quienes creen en Él los quiere tener siempre consigo. La fe en Jesús, por ser cercanía con Dios, dignifica al ser humano. El camino de la cruz es un camino que Jesús debe recorrer solo. Los discípulos ahora no lo pueden acompañar. Ya les llegará la hora de afrontar su propio camino. Sin embargo, Jesús es la mediación sin la cual no se llega al Padre; Él es el camino, la verdad y la vida, es decir, lo es todo. Es la revelación plena de Dios, “Si ustedes me conocen a mí, también conocerán a mi Padre”.

 

 

ORACIÓN

Amado Jesús Tú nos llamas a ver con claridad el sentido del paso de este mundo a la verdadera resurrección, aquella que nos acerca a ti desde el hoy y que permitirá que nos reconozcas cuando regresemos a tu dimensión de libertad y plenitud. Ayúdanos por favor a tomar conciencia de nuestra misión en este  mundo, a partir de la comunión contigo velando por tus preferidos. Te agradecemos también por los que ya pasaron y dejaron huellas de amor en nuestra vida. Oramos, bendecimos y damos gracias por la vida de Aura Cecilia Ocampo en su cumpleaños.Amén 

 "Caminemos con la esperanza del encuentro definitivo con Dios"

 

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