domingo, 1 de noviembre de 2020

NOVIEMBRE 2020

 

“EL AMOR DE DIOS NOS LIBERA, SANTIFICA Y DA NUEVAS FUERZAS”

 

En este penúltimo mes del año, quisiera invitarles  a reflexionar en torno a dos celebraciones de fe y esperanza que viviremos en noviembre. El primero corresponde al   “Día de todos los santos”, es nuestro llamado desde el discipulado comunitario de la Palabra, a ser santos, a hacer del servicio una entrega generosa y solidaria al otro, especialmente a los más necesitados. El segundo día, “el Día de los difuntos”, desde el mismo discipulado de la Palabra y finalizando el año de la fe, celebrar con esperanza y gratitud, la memoria de todas aquellas personas que ya han pasado a la presencia del Señor y que durante su estadía por esta tierra han dejado en nosotros(as) huella, no de derrota, sino de esperanza y victoria. Como vemos todos ellos también aprendieron a pagar el precio.   

En muchas ocasiones nos sorprendemos cuando leemos las biografías de personas famosas que narran como llegaron tan lejos, que conquistaron el triunfo, pero nos olvidamos que detrás de todo esto hay un gran esfuerzo, sacrificio y dedicación. En otras palabras fueron personas que aprendieron a pagar el precio. Y esto significa:

·         Perseverar, luchar y pelear por lo que queremos

·         No ahorrar esfuerzo por llegar a la meta.

·         “Sacrificarse” por lo soñado y anhelado.

·         Batallar o guerrear.

·         No parar aunque haya obstáculos.

·         Resistir y persistir en la prueba.

·         Pasar por encima de la tentación.

·         Darlo todo por un objetivo.

Miremos lo que afirma Pablo (2° Tim.4,7)

1.      He peleado la buena batalla

2.      He acabado la carrera

3.      He guardado la fe.,

Hoy el Señor nos llama a seguir en la carrera con su ayuda, hoy nos llama  a ser santos,  vivir la Santidad desde Él ahora, desde la realidad que estamos viviendo y ser santos es ser libres, Dios nos libera con su amor.   A través del amor de Dios somos liberados y con su amor  nos santifica. Experimentemos y vivamos el amor de Dios, en medio de las dificultades, aún en medio de las  crisis, en medio de tantas perdidas que hemos podido vivir en este año de Pandemia : perdidas familiares,  económicas,  laborales, quiebras, perdidas de bienes, perdida de la salud, pérdida de confianza en los demás, de la armonía y paz familiar etc. Dios nos quiere llenar de su fuerza y esperanza ante tantas experiencias dolorosas, nos acompaña en este tiempo de duelo y  nos llama a vivir una experiencia de resurrección.

Hoy tenemos  grandes desafíos, tenemos que  creer, esperar y declarar: “con el Señor vamos hacia adelante, no nos vamos a dejar rendir por nada ni nadie, no dejaremos nada a medias o sin terminar”.

La buena noticia es que no estamos solos(as), DIOS ESTÁ CON NOSOTROS, Él nos acompaña,  guiará nuestros pasos y nos respaldará en todo lo que hagamos y emprendamos. Pero tenemos que decidirnos a  cambiar, a caminar con Él, a vivir en su amor, a determinarnos  a creer, a perseverar, a luchar y batallar por todo lo que queremos.

Que a partir de hoy   podamos decir:

“Empezaremos algo, vendrán obstáculos y dificultades, pero con el Señor y en el nombre de Él pasaremos por encima de ellos, pagaremos el precio que sea necesario, no nos quedaremos a mitad de camino, llegaremos a la meta”.

Oro por ti, los tuyos, tu pequeña comunidad, y tus nuevos proyectos. Declaro que Dios está de tu parte, Él te da la sabiduría, la fuerza, la dirección del Espíritu Santo. Por tanto no tropezarás, no fracasarás. Cristo el Señor te guiará por nuevas sendas de justicia, paz y amor.   

Roberto Zamudio    

 

PROMESA BÍBLICA DEL MES.

 

“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe

2° Timoteo: 4,7

 

ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA

Gracias Amado Dios de infinita misericordia, por el hermoso don de la vida, por permitirnos vivirla con nuestra familia y nuestros amigos y por las sublimes bendiciones con las que Tú colmas nuestros días. En tus manos dejamos todos lo que somos, todo lo que anhelamos y todo lo que tenemos. Por favor nunca te apartes de nuestras vidas, pues cada día que pasa necesitamos mucho más de ti. Señor permítenos ser un instrumento de tu obra y ayúdanos a comprender que sin importar a donde vayamos, nunca estaremos solos pues tú siempre estarás con nosotros en todo lugar. Ayúdanos también a comprender que todos tus hijos e hijas consagrados a ti somos santos, no por ser piadosos y estar en los preceptos religiosos, sino por llevar una vida en medio de este mundo hostil guiada y transformada por ti, así nos equivoquemos, porque siempre nos buscarás y nos volverás a adentrar a tu redil. Amén      

 

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

Señor, la noche llega, te damos gracias por el día vivido. Padre celestial en estos tiempos de angustia y dolor te pedimos con mucha fe y amor que no permitas que la enfermedad llegue a nuestras vidas, ni toque la puerta de  nuestros hogares, comunidades, ni siga creciendo en nuestro país. . Da llenura de amor y sabiduría a nuestros gobernantes para que guíen con justicia y equidad nuestro país y por favor cubre la vida de todos los servidores de la salud, dales fuerza y paz en medio de su ardua labor de velar por la vida de todo paciente. Solo a ti te clamamos en el nombre poderoso de Jesucristo. Dejamos a tus pies en esta noche todas nuestras preocupaciones, alegrías y tristezas, toma el control, haz que mañana nos encontremos renovados(as) en la esperanza. Amado Dios danos un descanso reparador y quédate en esta tu casa. Amén     

 

 

 

CUMPLEAÑOS NOVIEMBRE

 

CUMPLEAÑOS

1. Yolanda Betancur

2. Aura Cecilia Ocampo

4. Héctor Buitrago y Ana González

5. Miriam González

9. Sandra Franco y Laura María Alvarado Corredor 

12. Leticia Hospital

13. Raquel Rodríguez

18. Jeiler Andrade Leudo

23. Sandra González

26. Servando González

27. Lucía González

28. Mireya Barahona

29. Martha Lucia Díaz

 

 

Domingo 01 de Noviembre 2020

 Solemnidad de Todos los Santos

 

“BUSCAR A DIOS COMO BIENAVENTURADOS”

 

APOCALIPSIS 7,2-4.9-14

 

“Apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua

Yo, Juan, vi a otro ángel que subía del oriente llevando el sello del Dios vivo. Gritó con voz potente a los cuatro ángeles encargados de dañar a la tierra y al mar, diciéndoles: "No dañéis a la tierra ni al mar ni a los árboles hasta que marquemos en la frente a los siervos de nuestro Dios." Oí también el número de los marcados, ciento cuarenta y cuatro mil, de todas las tribus de Israel. Después esto apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que nadie podría contar, de toda nación, raza, pueblo y lengua, de pie delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos. Y gritaban con voz potente: "¡La victoria es de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero!" Y todos los ángeles que estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro vivientes cayeron rostro a tierra ante el trono, y rindieron homenaje a Dios, diciendo: "Amén. La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén."

Y uno de los ancianos me dijo: "Ésos que están vestidos con vestiduras blancas, ¿quiénes son y de dónde han venido?" Yo le respondí: "Señor mío, tú lo sabrás." Él me respondió: "Éstos son los que vienen de la gran tribulación: han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del Cordero." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Lo primero que atrae nuestra atención en este día es la contundente manifestación del bien. Estamos acostumbrados a que el mal haga espectáculo. El mal es notorio y llega a volverse notable, y nuestra mente quizá ha llegado a acostumbrarse a eso. La primera lectura cambia este hábito de nuestra mente: "una muchedumbre que nadie podría contar" (Ap.7,9). Después de todo, el bien también existe; está entre nosotros, aunque, por ahora, permanece de modo casi invisible.

En esa muchedumbre el vidente del Apocalipsis encuentra gentes de toda raza, lengua, pueblo y nación. Otra imagen que nos sorprende. Tal vez estamos acostumbrados a pensar la salvación en términos de élites y de exclusiones: los del hemisferio Norte tienen un nivel de vida, y los del Sur, otro; los ricos gozan lo que no pueden disfrutar los pobres; los educados y los incultos, los sanos y los enfermos. Siempre parece que la salvación y la felicidad son para un grupo cerrado que deja excluido al resto. La alegría del Apocalipsis es distinta; en ella la exclusión ha sido excluida.

La muchedumbre de la tierra se une a la muchedumbre del cielo. Pensábamos que luchábamos solos, que sufríamos solos, que no teníamos más compañía que nuestras propias ideas y recursos. De repente, el velo se corre y vemos que estamos y que siempre estuvimos acompañados. Millares de ángeles se gozan en el mismo Dios nuestro, y nuestro gozo es su mismo gozo.

 

SALMO RESPONSORIAL: 23

R./ Éste es el grupo que viene a tu presencia, Señor.

 

Del Señor es la tierra y cuanto la llena,

 el orbe y todos sus habitantes:

 él la fundó sobre los mares,

 él la afianzó sobre los ríos. R.

 

¿Quién puede subir al monte del Señor?

¿Quién puede estar en el recinto sacro?

 El hombre de manos inocentes

 y puro corazón,

que no confía en los ídolos. R.

 

Ése recibirá la bendición del Señor,

le hará justicia el Dios de salvación.

Éste es el grupo que busca al Señor,

que viene a tu presencia, Dios de Jacob. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este Salmo consta de tres partes, la primera es un breve himno al Creador, la segunda, enumera las condiciones morales que debe reunir el que se acerca al recinto sagrado, en la parte final, resuena un diálogo de dos coros frente a las puertas del Santuario. La comunidad reunida  a la entrada del Templo, se disponía a ingresar en él con el Arca de la Alianza, trono del “Rey de la gloria” En la liturgia se aplica este salmo a la entrada de Cristo al santuario celestial para  su glorificación definitiva.     

 

SEGUNDA LECTURA

1 JUAN 3, 1-3

 

“Veremos a Dios tal cual es”

Queridos hermanos: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a Él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando Él se manifieste, seremos semejantes a Él, porque lo veremos tal cual es. Todo el que tiene esperanza en Él, se purifica a sí mismo, como él es puro.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

 

En esta lectura nos hacen una afirmación contundente: el Padre nos ama y nos ha llamado hijos suyos. La filiación la recibimos por Cristo, en Él somos hijos del Padre que nos ama aunque todavía no se manifieste lo que seremos. Aunque no seamos santos, ni perfectos como Él quiere, Dios Padre, tiene siempre la esperanza abierta a que lo seamos, a que hagamos vida ese proyecto suyo. Vamos a ser semejantes a Él en todo, purificados en su amor, sin embargo, aún estamos lejos de vivir esa realidad y por eso nos invita a hacer su voluntad por medio de su Hijo y espera de nosotros que así sea. Esta confianza de Dios debe ser respondida con actitudes de nuestra parte, de apertura, de amor, de compromiso con su voluntad y de resistencia al pecado.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 5,1-12a

 

"Estén alegres y contentos, porque su recompensa será grande en el cielo"

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y Él se puso a hablar, enseñándoles: "Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Hoy celebramos en nuestra liturgia la fiesta de todos los santos. Dios nos quiere a todos felices y para alcanzar esa plenitud en la comunión con Él, nos hace hoy esta invitación a ser santos como Él es santo (Lev.19,2).  Esta festividad nos representa visualmente a toda la multitud de los redimidos para descubrirnos el destino que nos espera también a nosotros, como peregrinos en esta vida. Es, además, un motivo para hacernos conscientes de nuestra solidaridad con todos aquellos que nos han precedido en el mundo del espíritu. Todos aquellos, que ya viven frente a Dios, y que siguen dando esperanza en el recuerdo e impulso a nuestra vida.

 

Infortunadamente se sigue pensando que los santos fueron unos personajes extraños de los primeros siglos de la era cristiana o de la edad media, mas no de nuestros tiempos. Se ha creído que la santidad consiste en hacer cosas extrañas, adquirir posturas o espiritualidades raras, místicas. Ser santo al estilo de Jesús es simplemente tratar de reproducir la imagen de Cristo, asumiendo y comprometiéndonos con su Palabra y su proyecto de vida. Por tanto podemos afirmar que la santidad no es una propuesta inalcanzable, se trata con la ayuda y guía del Espíritu Santo de ser fiel, ir hasta el final, permanecer y perseverar en el camino de Dios, cubrir la distancia, como el Padre con su Hijo (Mateo 5,48).

 

Para iluminar esta fiesta se nos propone los primeros doce versículos de Mateo 5. En la tradición este pasaje se ha denominado el texto del “sermón del monte o de las bienaventuranzas”. Las bienaventuranzas proclamadas por Jesús a sus discípulos representan, de manera sintética, una nueva forma de comprender la acción de Dios en la humanidad. No son una nueva ley que determina estrictamente la vida de sus seguidores, sino una propuesta de vida que tiene como eje fundamental la misericordia. Son verdaderamente felices y santos los que viven según la misericordia, es decir, aquellos que reaccionan ante el sufrimiento ajeno y buscan erradicarlo movidos simplemente por el amor al otro. Con las bienaventuranzas Jesús está expresando su más profundo querer: que todos los seres humanos sean felices, en especial aquellos que son víctimas de la injusticia social; es el nuevo programa del reinado de Dios, es la expresión de la voluntad de Dios para sus hijos, es la respuesta amorosa de Dios para los que sufren por su causa. Aquí encontramos un nuevo orden de valores y realidades: son felices los pobres, los mansos, los afligidos, los perseguidos, en últimas, aquellos que no representan algún poder o importancia en la sociedad. Seguir entonces a Jesús implica abrir los ojos y los oídos al mundo de los pobres, pasar por nuestro corazón sus situaciones de dolor y actuar misericordiosamente, eso es lo que verdaderamente nos conduce a la santidad.

 

ORACIÓN

Gracias Señor porque tú nos instruyes en este día con la manera de ser verdaderamente dichosos y bienaventurados. Gracias porque hoy a través de tu Palabra nos indicas el verdadero camino, nos llevas a comprender que todos y todas sin distinción,  estamos llamados(as)  a ser santos, a vivir en comunión contigo para desarrollar tu proyecto de justicia, paz e igualdad. Que sin dejar de ser  comunes y corrientes,  si practicamos el don del amor, que nos libera y  nos hace humildes y sencillos de corazón, podremos ser de los miles que lucharon y luchan por  ser fermento, sal y luz desde sus realidades de vida. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Yolanda Betancourt en su cumpleaños. Amén

 

“La santidad no se limita sólo al culto dado a Dios, sino que abarca

todas las dimensiones de la vida”

Lunes 02 de Noviembre 2020

Todos los Fieles Difuntos

"MORIR  CON LA ESPERANZA DE LA RESURRECCIÓN"

 

PRIMERA LECTURA

2 MACABEOS 12, 43-46

 

Efectuó entre sus soldados una colecta y entonces envió hasta dos mil monedas de plata a Jerusalén a fin de que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado. Todo esto lo hicieron muy bien inspirados por la creencia de la resurrección, pues si no hubieran creído que los compañeros caídos iban a resucitar, habría sido cosa inútil y estúpida orar por ellos. Pero creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren como creyentes; de ahí que su inquietud era santa y de acuerdo con la fe. Esta fue la razón por la cual Judas ofreció este sacrificio por lo muertos; para que fueran perdonados de su pecado. Palabra de Dios.

 REFLEXIÓN 

El texto que nos propone la liturgia de la celebración de los fieles difuntos en la primera lectura de  hoy es un escrito muy tardío del Antiguo Testamento. Durante la dominación griega en Jerusalén hacia el siglo II antes de Cristo nos cuenta como, después de la batalla contra Gorguias, el ejército de Judas Macabeo fue a recoger los muertos para darles sepultura y encontraron en muchos de ellos “objetos consagrados a los ídolos” que la ley prohíbe a los judíos. Judas macabeo, entonces ofrece una celebración de sacrificios de expiación, unos, para pedir perdón de los pecados, pero con el pensamiento puesto en la resurrección.

Hay aquí dos elementos muy propios de nuestra experiencia cristiana la conciencia del pecado comunitario, que lleva a celebrar un sacrificio para pedir perdón y la esperanza puesta en la resurrección. Lo segundo da confianza para lo primero, porque creemos en la resurrección. Lo segundo da confianza para lo primero, porque creemos en la resurrección, pedimos perdón a Dios por el pecado de todos, no solo por los pecados de nuestro difuntos.

 SALMO 129  

R./Desde lo hondo a ti grito, Señor;

Desde lo hondo a ti grito, Señor
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora R.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R.

OREMOS CON EL SALMO

En medio del peligro amenazante el salmista expresa su confianza inalterable en Dios. Solo de Él espera ayuda. Igual confianza nos inspira el Nuevo Testamento, pero nos proporciona un motivo más profundo de esperanza: la unión con Cristo presente en medio de su pueblo    . 

SEGUNDA LECTURA

ROMANOS 6,3-9

 

¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre. Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado. Si nosotros hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

El texto que nos regala la liturgia de hoy se comprende mejor si se piensa en el bautismo primitivo cuando se usaba en el rito de la inmersión: el signo de sumergirse en el agua y salir de ella expresa muy bien lo que sucede a través de este rito: el hombre se une a Cristo sepultado en la muerte y resucitado de entre los muertos. Eso tiene una primera consecuencia: esta unión con Cristo trae un cambio en el modo de vivir. El que se ha unido conscientemente con Él, ciertamente querrá vivir del modo más parecido, sin pecado. Y esta unión tiene una segunda consecuencia que es vivir con Él más allá de la muerte. El cristiano cree que Jesús ha resucitado y vive para siempre, y por eso cree también que el que se ha sumergido con Él en la muerte vivirá también por siempre.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 14,1-6

 

“En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones y yo les estoy preparando la suya”

 

"No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy." Tomás le dijo a Jesús: --Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?

Jesús le contestó: --Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Los que nos han precedido, nos han dejado una herencia vivida en el amor y en la fe, en el sacrificio y en el trabajo. Por eso, celebrar hoy la conmemoración de los fieles difuntos es la manifestación fraterna de nuestra solicitud cristiana y de nuestro agradecimiento por nuestros seres queridos. El sacrificio de Cristo en la cruz, nos alcanza la salvación, abre a ellos y a nosotros la esperanza de la vida eterna. Como lo vimos en la segunda lectura de hoy, el apóstol Pablo nos anuncia hoy un mensaje de alegría, de esperanza y victoria; ante la muerte, Pablo no quiere que vivamos tristes y desconsolados como los que no tienen esperanza. Para un cristiano la muerte no puede ser el final, sino el comienzo de una vida nueva, pues tiene la absoluta certeza de que Dios le concede participar de la muerte de Jesús para resucitar victorioso con Él. Hoy es una noticia consoladora saber que si participamos de la muerte de Cristo, también participaremos un día de su gloriosa resurrección.

 

Miremos también en el texto, como Juan nos presenta a Jesús hablando a sus discípulos, en el marco de la cena pascual, esta a punto de pasar por la cruz y necesita animar a los suyos para que no desfallezcan cuando llegue el momento de su entrega: les dice “No se angustien crean en Dios y crean también en mí”. Son una promesa y una enseñanza, promesa porque Jesús anuncia que si se va, volverá después de que su sacrificio redima al ser humano; además se va a prepararnos un lugar en la casa de su Padre, ya que quienes creen en Él los quiere tener siempre consigo. La fe en Jesús, por ser cercanía con Dios, dignifica al ser humano. El camino de la cruz es un camino que Jesús debe recorrer solo. Los discípulos ahora no lo pueden acompañar. Ya les llegará la hora de afrontar su propio camino. Sin embargo, Jesús es la mediación sin la cual no se llega al Padre; Él es el camino, la verdad y la vida, es decir, lo es todo. Es la revelación plena de Dios, “Si ustedes me conocen a mí, también conocerán a mi Padre”.

 

 

ORACIÓN

Amado Jesús Tú nos llamas a ver con claridad el sentido del paso de este mundo a la verdadera resurrección, aquella que nos acerca a ti desde el hoy y que permitirá que nos reconozcas cuando regresemos a tu dimensión de libertad y plenitud. Ayúdanos por favor a tomar conciencia de nuestra misión en este  mundo, a partir de la comunión contigo velando por tus preferidos. Te agradecemos también por los que ya pasaron y dejaron huellas de amor en nuestra vida. Oramos, bendecimos y damos gracias por la vida de Aura Cecilia Ocampo en su cumpleaños.Amén 

 "Caminemos con la esperanza del encuentro definitivo con Dios"

 

Martes 03 de Noviembre 2020

 San Martín de Porres

“LO QUE CUENTA ES EL AMOR A DIOS Y AL PRÓJIMO”

PRIMERA LECTURA

FILIPENSES 2, 5-11

“Se rebajó, por eso Dios lo levantó”

Hermanos: Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús.

Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el "Nombre-sobre-todo-nombre"; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Hoy estamos ante un texto precioso entre todos: el gran himno a la humildad de Cristo, de la humillación, del abajamiento de Cristo, que san Pablo nos ofrece en su carta a los filipenses. Aquel que no rechazo al suplicio, a la muerte en la cruz. En Jesús, la humillación se vuelve humildad. Es el amor quien lo ha hecho posible. Estábamos acostumbrados a que de la humillación nazca resentimiento, venganza, odio. Mas ahora nos volvemos a la Cruz de Cristo, y encontramos una humillación sin odio, sin venganza y sin resentimiento. Nuestra mente se confunde: ¿qué hay ahí? ¿Quién es ese que, humillado, no odia ni promete vengarse? No tiene el rostro vacío de la locura ni hay en su faz la inexpresividad propia del insensible. Sufre, no huye a la insensibilidad o a la enajenación, y sin embargo, no odia. La Cruz de Cristo, o mejor: Cristo en la Cruz revienta nuestros esquemas, desafía nuestra inteligencia, nos obliga a pensar de nuevo nuestras certezas sobre lo que es obvio, lógico o esperable en el ser humano. Cristo en la Cruz, es en primer lugar una inmensa pregunta, una gigantesca pregunta: ¿por qué? ¿Por qué el destino del inocente ha de ser la humillación?

Hoy el evangelio que leeremos nos muestra que los invitados finales al banquete son los humillados, son los depreciados, son los abajados. No nos podemos quedar en la admiración del misterio de la humillación sin mirar la evangelización, el anuncio de la Buena Nueva a aquellos que son como Cristo, a todos los que no suelen importar, todos los pobres, todos los excluidos, todos esos que no suelen interesarnos. Y por eso tenemos una buena noticia,  la buena noticia no es otra que el mismo Cristo.Ellos  y todos nosotros importantes para Dios, Él ha tomado nuestras vidas, ha tomado nuestra existencia, ha tomado nuestro dolor y construye con nosotros esperanza. Que Dios el Señor transforme nuestras vidas, nos abre la mente, cambie tantos criterios nuestros y que nos abra al desafío incomparable de la Cruz y del Evangelio.  

SALMO RESPONSORIAL: 21

R. / El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.

 Cumpliré mis votos delante de sus fieles.

Los desvalidos comerán hasta saciarse,

alabarán al Señor los que lo buscan:

viva su corazón por siempre. R.

Lo recordarán y volverán al Señor

hasta de los confines del orbe;

en su presencia se postrarán

las familias de los pueblos.

Porque del Señor es el reino,

él gobierna a los pueblos.

Ante él se postrarán las cenizas de la tumba. R.

 

Mi descendencia le servirá,

hablarán del Señor a la generación futura,

contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:

todo lo que hizo el Señor. R.

 OREMOS CON EL SALMO

En medio de una gran aflicción, el salmista, perseguido injustamente expresa su confianza en la ayuda del Señor. Este salmo lo aplica el Nuevo Testamento a Cristo en su pasión. Casi todo él puede leerse en esa perspectiva. Sin embargo, la esperanza de no morir queda transformada por la realidad de la nueva vida de Cristo resucitado. El discípulo de Cristo debe tomar la cruz y seguirlo.

 LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 14, 15-24

 “Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se me llene la casa

En aquel tiempo, uno de los comensales dijo a Jesús: "¡Dichoso el que coma en el banquete del Reino de Dios!" Jesús le contestó: "Un hombre daba un gran banquete y convidó a mucha gente; a la hora del banquete mandó un criado a avisar a los convidados: "Venid, que ya está preparado." Pero ellos se excusaron uno tras otro. El primero le dijo: "He comprado un campo y tengo que ir a verlo. Dispénsame, por favor." Otro dijo: "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlas. Dispénsame, por favor." Otro dijo: "Me acabo de casar y, naturalmente, no puedo ir." El criado volvió a contárselo al amo.

Entonces el dueño de casa, indignado, le dijo al criado: "Sal corriendo a las plazas y calles de la ciudad y tráete a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los cojos." El criado dijo: "Señor, se ha hecho lo que mandaste, y todavía queda sitio." Entonces el amo le dijo: "Sal por los caminos y senderos e insísteles hasta que entren y se me llene la casa." Y os digo que ninguno de aquellos convidados probará mi banquete."  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Jesús compartió la mesa y la amistad, con publicanos, pecadores y prostitutas, como símbolo de la misericordia de Dios. En nuestra parábola de hoy, los primeros invitados (el latifundista que “compra” tierras, el ganadero que “compra yuntas de bueyes”, y el que se acaba de casar) representan a la elite que han hecho de las exigencias radicales del evangelio, un “evangelio de la prosperidad”. Recordemos que solo el 3% de la población en tiempos de Jesús controlaban tierras y ganados. Las bodas entre la elite servían para conservar sus privilegios y seguir controlando la economía. Para Jesús, la economía debe ser para todas las personas y no solo para unos cuantos, por eso trae a la memoria el banquete escatológico como signo del que reino ha llegado aquí y ahora. Esta parábola sigue manifestando el amor incondicional de Dios con sus pobres y marginados: con la madre soltera, migrante, indígenas, los desposeídos, los gays, Dios no excluye a nadie  y en el banquete de Dios siempre “sobra lugar”. 

  ORACIÓN

Señor ayúdanos a desprendernos de todo, a sentirnos necesitados(as) de Ti,  porque no en vano viniste a enseñarnos el verdadero sentido de la liberación que es reconciliarse con el Padre  Creador y seguir tu ejemplo de dar la vida para encontrar la paz en tu proyecto comunitario de fraternidad, de  igualdad, inclusión  y  justicia. Eso es en gran medida lo que esperas de tus discípulos(as) ayúdanos a lograrlo. Amén.

“Estamos invitados(as) a renunciar a toda expresión de poder dominante y convertirnos en signo de poder de servicio y humildad”

Miércoles 4 de Noviembre 2020

 

San Carlos Borromeo

 

“EL QUERER DE DIOS Y EL QUERER HUMANO”

PRIMERA LECTURA

FILIPENSES 2,12-18

 

Seguid actuando vuestra salvación, porque es Dios quien activa en vosotros el querer y la actividad

Queridos hermanos, ya que siempre habéis obedecido, no sólo cuando yo estaba presente, sino mucho más ahora en mi ausencia, seguid actuando vuestra salvación con temor y temblor, porque es Dios quien activa en vosotros el querer y la actividad para realizar su designio de amor.

Cualquier cosa que hagáis, sea sin protestas ni discusiones, así seréis irreprochables y límpios, hijos de Dios sin tacha, en medio de una gente torcida y depravada, entre la cual brilláis como lumbreras del mundo, mostrando una razón para vivir. El día de Cristo, eso será una honra para mí, que no he corrido ni me he fatigado en vano. Y, aún en el caso de que mi sangre haya de derramarse, rociando el sacrificio litúrgico que es vuestra fe, yo estoy alegre y me asocio a vuestra alegría; por vuestra parte, estad alegres y asociaos a la mía. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Pablo nos sorprende hoy con una expresión que puede sonarnos extraña: “esfuércense con santo temor en lograr su salvación" (Flp 2,12). Pablo nos tenía acostumbrados a un lenguaje distinto. La salvación es un regalo, la salvación es gracia: este es el estilo del Nuevo Testamento en general, y de Pablo en particular, por ejemplo allí donde dice: " la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo salvación a todos los hombres" (Tit 2,11). O también: "por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios" (Ef 2,8). Ahora en cambio se nos habla de una salvación por la que hay que "esforzarse", y no de cualquier modo, sino "con santo temor", o "con temor y con temblor", como dice esta versión.¿Por qué este cambio?

 

Si seguimos el pasaje de hoy encontramos algo bien profundo: "es Dios quien, más allá de su buena disposición, realiza en ustedes el querer y el actuar". Lo que hay detrás de este cambio (aparente) es una enseñanza sobre la relación entre nuestra voluntad y la voluntad de Dios, entre nuestro querer y el querer de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL: 26

R. / El Señor es mi luz y mi salvación.

 

El Señor es mi luz y mi salvación,

¿a quién temeré?

El Señor es la defensa de mi vida,

¿quién me hará temblar? R.

 

Una cosa pido al Señor,

eso buscaré:

habitar en la casa del Señor

por los días de mi vida;

gozar de la dulzura del Señor,

contemplando su templo. R.

 

Espero gozar de la dicha del Señor

en el país de la vida.

 Espera en el Señor, sé valiente,

ten ánimo, espera en el Señor. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

La presencia de Dios en el templo es fuente de atracción constante y de alegría confiada. La presencia de Dios entre los hombres se hace definitiva a través de su Hijo Jesucristo, quien es la luz que ilumina a todo hombre. Él puso su morada entre nosotros para hacernos participar de su vida 

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 14,25-33

 

“El que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío

En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: "Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí, no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: "Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar". ¿O qué rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.

Mucha gente seguía a Jesús; y él se volvió y dijo: "Si alguno viene a mí y no me ama más que a su padre, a su madre, a su esposa, a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun más que a sí mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no toma su propia cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿acaso no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? De otra manera, si pone los cimientos y después no puede terminarla, todos los que lo vean comenzarán a burlarse de él, diciendo: 'Este hombre empezó a construir, pero no pudo terminar.' O si algún rey tiene que ir a la guerra contra otro rey, ¿acaso no se sienta primero a calcular si con diez mil soldados puede hacer frente a quien va a atacarlo con veinte mil? Y si no puede hacerle frente, cuando el otro rey esté todavía lejos, le mandará mensajeros a pedir la paz. Así pues, cualquiera de ustedes que no deje todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Muchas personas se postulaban como candidatas para seguir a Jesús, y ser sus discípulos(as). “Maestro, te seguiré a donde vayas”, le decían algunos, tal vez en un arrebato, en un momento de emotividad, de efervescencia y calor, porque a la hora de hacer realidad sus anhelos, empezaban a llover las condiciones: “Déjame primero ir a enterrar a mi padre” “primero déjame despedirme de mi familia” etc. Por eso hoy Jesús en el evangelio nos vuelve a recordar que el discipulado es una misión que nos pone a pensar con cabeza fría, como el que quiere construir una torre, o el rey que se dispone a luchar con su adversario. Para ser auténticos discípulos de Jesús es necesario desligarnos de aquellos vínculos que nos mantienen atados al pasado y no nos permiten avanzar con libertad hacia la meta como hijos de Dios. Un verdadero discípulo de Jesús hace una elección radical, da un giro de 180 grados a su vida, huye del conformismo y de la mediocridad, no puede estar con un pie adentro y el otro afuera. Aquí el cambio de mentalidad es decisivo, pues se necesita “pensar como Jesús pensó” para estar en condiciones de cargar con la cruz de cada día.

 

El  discipulado que propone Jesús es exigente: hay que reorientar valores, en ocasiones lazos familiares,  renunciar a bienes, y  “tomar la cruz” como ya lo hemos dicho. El discípulo al ponerse en “camino”, tiene que reorientar su experiencia de vida y comenzar a construir comunidades alternativas. Para los seguidores de Jesús, nada puede interponerse en su “caminar” discipular. Cargar la cruz no es algo que se busca, es el resultado de vivir y poner en práctica los valores y las exigencias del reinado de Jesús. La cruz no tiene sentido si no se ve por medio de ella al Dios que se solidariza con los crucificados de todos los tiempos. Para nuestra espiritualidad latinoamericana,  el “tomar la cruz” ha sido su destino desde la llegada de la fe. La cruz no solo se ha abrazado, sino se ha hecho una bendición y un valor sublime al sufrimiento. Pero una cruz que no lleve a signos de vida, de justicia y de libertad, no son los signos del discipulado que Jesús requiere.

ORACIÓN

Señor necesitamos adquirir el don de dejar todo aquello que nos ata para poder llegar como mensajeros y obreros  a donde está la necesidad, la ceguera, sordera y distracción, incluso en  nuestros cercanos, quita de nosotros todo lo que impide descubrir que eres la esencia de nuestra existencia, para alcanzar la sanidad y la santidad, el estilo de vida que tu quieres para nosotros, basados en el amor. Por favor fortalécenos para ser capaces de decir y hacer el “Heme aquí que dispuestos(as) estamos a seguirte”.  Amén

 

“Dios  nos llama a cargar  la cruz del día a día, a poner a Cristo en absoluto primer lugar,  y promete a ayudarnos  a asumir todas sus consecuencias”