lunes, 1 de abril de 2013

Viernes 26 de abril de 2013



“LA PROMESA SE CUMPLIÓ EN LA RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 13,26-33

“Dios ha cumplido la promesa resucitando a Jesús”
En aqu-ellos días, habiendo llegado Pablo a Antioquía de Pisidia, decía en la sinagoga: "Hermanos, descendientes de Abrahán y todos los que teméis a Dios: A vosotros se os ha enviado este mensaje de salvación. Los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús ni entendieron las profecías que se leen los sábados, pero las cumplieron al condenarlo. Aunque no encontraron nada que mereciera la muerte, le pidieron a Pilato que lo mandara ejecutar. Y, cuando cumplieron todo lo que estaba escrito de él, lo bajaron del madero y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos. Durante muchos días, se apareció a los que lo habían acompañado de Galilea a Jerusalén, y ellos son ahora sus testigos ante el pueblo. Nosotros os anunciamos la Buena Noticia de que la promesa que Dios hizo a nuestros padres, nos la ha cumplido a los hijos resucitando a Jesús. Así está escrito en el salmo segundo: "Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy."

REFLEXIÓN
Hoy hemos escuchado en la primera lectura la continuación del discurso de Pablo en Antioquía de Pisidia. Y lo primero que atrae nuestra atención es la luz con la que Pablo descubre la acción de Dios a través de las desobediencias humanas. En su frase: "los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús, y al condenarlo cumplieron las palabras de los profetas". Aunque a veces creamos que para que Dios obre es necesario que la gente le obedezca, y eso, por sorprende que pueda parecernos, en cierto sentido no es indispensable.
Esto no significa que Dios pierda soberanía, o deje de ser Rey de la Creación y Señor de la Historia. Todo lo contrario: significa que, cuando algo o alguien pretende escapar de su gobierno en un determinado sentido, vuelve o se devuelve a él en otro sentido; por ejemplo: el que huye de su amor es alcanzado por su justicia. Esto implica que las desobediencias humanas, aunque nos parezcan "fracasos" del plan divino, no son sino entradas hacia nuevas posibilidades de la infinita sabiduría y del inagotable poder de Dios. En esta línea de pensamiento hay que afirmar que Dios no quiere nuestras desobediencias, pero a través de ellas hace que obedezcamos a un plan que no conocíamos y al que finalmente servimos. Un plan de amor que ciertamente es proporcional al tamaño de su misericordia y de su gracia.

SALMO RESPONSORIAL: 2
R: Tú eres mi Hijo: Yo te he engendrado hoy.

"Yo mismo he establecido a mi rey
en Sión, mi monte santo."
Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho:
"Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy." R.

"Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión, los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
 los quebrarás como jarro de loza." R.

Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad, los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
 rendidle homenaje temblando. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 14, 1-6

“Yo soy el camino, la verdad y la vida”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy."Tomás le dijo a Jesús:Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?. Jesús le contestó:--Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre. Si ustedes me conocen a mí, también conocerán a mi Padre; y ya lo conocen desde ahora, pues lo han estado viendo.

REFLEXIÓN:
En la pregunta de Tomás condensa el evangelista las dudas e incertidumbres del que quiere seguir a Jesús, pero no ve claro el camino para seguirlo: “No sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos conocer el camino?” Y eso que Tomás ha tenido la oportunidad de convivir con Jesús, no sabemos exactamente por cuánto tiempo; pero sabemos que es uno de los Doce. La pregunta refleja, entonces, la situación de la comunidad de Juan; tienen referencias de Jesús, pero en el momento definitivo, ¿hacia dónde hay que ir? ¿Qué hay que hacer? Juan les garantiza que Jesús es el verdadero camino, él es la verdad misma, y es la vida. Jesús es el único que conduce al Padre, y por lo mismo, es fuente de Vida, y de vida en abundancia, y a través de su obra nos “revela” el verdadero sentido de la existencia (la verdad).
Seguramente es posible que nosotros alguna vez hayamos sentido desconcierto y quizás un poco de desorientación como sus discípulos, no hemos preguntado ¿Hacia dónde ir, cual es el camino?; es que hay tantos “profetas” y “mesías” en nuestro tiempo, quizás más atractivos que el mismo Jesús; pero, ¿a dónde nos conducen?
Luego para nosotros vale lo mismo la respuesta de Jesús a Tomás: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Roguemos para que siempre nos mantengamos en ese camino y que nunca nos alejemos de esa verdad.

ORACIÓN
Gracias Buen Dios porque cumples tus promesas. Hoy celebramos un año más, a través de los siglos, de la hermosa Resurrección de Jesús. No permitas que nos quedemos estáticos(as) frente a esta realidad sino que la prediquemos. Gracias por ser el camino, la verdad y la vida para llegar a la dimensión del Padre,  que es la del AMOR. Amén.

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