“LA LIBERACIÓN DE DIOS
EN CRISTO ES PARA TODAS LAS PERSONAS SIN DISTINCIÓN”
PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 2,36-11
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 2,36-11
“Bautícense
todos en nombre de Jesucristo”
El día de Pentecostés, decía Pedro a los judíos:
"Todo Israel esté cierto de que al mismo Jesús, a quien vosotros
crucificasteis, Dios lo ha constituido Señor y Mesías." Estas palabras les
traspasaron el corazón, y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
"¿Qué tenemos que hacer, hermanos?" Pedro les contestó:
"Convertíos y bautizaos todos en nombre de Jesucristo para que se os perdonen
los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa vale
para vosotros y para vuestros hijos y, además, para todos los que llame el
Señor, Dios nuestro, aunque estén lejos."
Con estas y otras muchas razones les urgía, y
los exhortaba diciendo: "Escapad de esta generación perversa." Los
que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unos
tres mil.
REFLEXIÓN
La primitiva comunidad cristiana comprendió que la Buena Noticia no era puramente espiritual, sino que obligaba a asumir un compromiso real en el orden social y económico. Ese aspecto particular de la realidad comunitaria es lo que conocemos hoy como la “comunicación cristiana de bienes”, es parte de la naturaleza misma de la vocación de Jesucristo que un verdadero discípulo debe poner en práctica.
La primitiva comunidad cristiana comprendió que la Buena Noticia no era puramente espiritual, sino que obligaba a asumir un compromiso real en el orden social y económico. Ese aspecto particular de la realidad comunitaria es lo que conocemos hoy como la “comunicación cristiana de bienes”, es parte de la naturaleza misma de la vocación de Jesucristo que un verdadero discípulo debe poner en práctica.
La conversión tiene
unos pasos, que empiezan por el hecho de la Resurrección y que siguen este
orden: testimonio, acogida de la palabra, conciencia del propio límite, acto de
la fe, expresión pública de la fe, expresión de su conversión, cambios
concretos, integración en la comunidad cristiana, formación en la escucha de la
enseñanza, la práctica de la caridad y la celebración de la fe. Tal es el
itinerario básico para todo aquel que va caminando buscando el Señor y
finalmente llega a Cristo Resucitado.
SALMO RESPONSORIAL: 32
R. / La misericordia del Señor llena la tierra
La palabra del Señor es
sincera,
y todas sus acciones son
leales;
él ama la justicia y el
derecho,
y su misericordia llena
la tierra. R.
Los ojos del Señor están
puestos en sus fieles,
en los que esperan en su
misericordia,
para librar sus vidas de
la muerte
y reanimarlos en tiempo
de hambre. R.
Nosotros aguardamos al
Señor:
él es nuestro auxilio y
escudo.
Que tu misericordia,
Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.
R.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 20,11-18
JUAN 20,11-18
“He visto
al Señor y ha dicho esto”
En aquel tiempo, fuera, junto al sepulcro,
estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos
ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies,
donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntan: "Mujer, ¿por
qué lloras?" Ella les contesta: "Porque se han llevado a mi Señor y
no sé dónde lo han puesto." Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de
pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: "Mujer, ¿por qué lloras?,
¿a quién buscas?" Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta:
"Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo
recogeré." Jesús le dice: "¡María!" Ella se vuelve y le dice:
"¡Rabboni!", que significa: "¡Maestro!" Jesús le dice:
"Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y
diles: "Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios
vuestro."" María Magdalena fue y anunció a los discípulos: "He
visto al Señor y ha dicho esto."
REFLEXIÓN
Jesús resucitado se encuentra con María Magdalena, figura de la comunidad, como la esposa del Cantar de los Cantares. En el huerto-jardín se encuentra la nueva pareja que comienza la nueva humanidad. El relato comienza con el llanto de María y su diálogo con los ángeles (20,11-13); en el centro de la escena se describe el encuentro con Jesús, el reconocimiento y su encargo a María (20,14-17) y termina con el cumplimiento del encargo (20,18). Jesús y María Magdalena tienen un encuentro que se transforma en misión. Jesús está vivo y presente entre los suyos, primicias de la nueva creación, destinada a toda la humanidad. Existe una vida nueva, ya presente, pero en tensión hacia el futuro. Existe ya el Reino de Dios, pero ha de crecer hasta su estadio final, en que culminará la realidad que se ha vivido y preparado. Están realizados los preparativos para las nupcias, pero la unión definitiva queda en futuro, cuando los discípulos hayan recorrido el camino de Jesús. -- Cada uno de nosotros somos hoy María Magdalena, en encuentro pleno con Jesús y enviados a la misión, a anunciar su mensaje a los hermanos.
Jesús resucitado se encuentra con María Magdalena, figura de la comunidad, como la esposa del Cantar de los Cantares. En el huerto-jardín se encuentra la nueva pareja que comienza la nueva humanidad. El relato comienza con el llanto de María y su diálogo con los ángeles (20,11-13); en el centro de la escena se describe el encuentro con Jesús, el reconocimiento y su encargo a María (20,14-17) y termina con el cumplimiento del encargo (20,18). Jesús y María Magdalena tienen un encuentro que se transforma en misión. Jesús está vivo y presente entre los suyos, primicias de la nueva creación, destinada a toda la humanidad. Existe una vida nueva, ya presente, pero en tensión hacia el futuro. Existe ya el Reino de Dios, pero ha de crecer hasta su estadio final, en que culminará la realidad que se ha vivido y preparado. Están realizados los preparativos para las nupcias, pero la unión definitiva queda en futuro, cuando los discípulos hayan recorrido el camino de Jesús. -- Cada uno de nosotros somos hoy María Magdalena, en encuentro pleno con Jesús y enviados a la misión, a anunciar su mensaje a los hermanos.
ORACIÓN
Señor, que reconfortante es
recordar que tu amor es universal, no se queda en una región, ni solo para el
pueblo elegido, sino que incluye a toda aquella persona que decida volverse a
ti, a buscarte, seguirte, sin importar su condición. Gracias, porque en María Magdalena las mujeres se
identifican como perdonadas, liberadas y
promovidas para dignificar su vida en el amor y la entrega. Amén
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