lunes, 1 de abril de 2013

Martes 23 de abril de 2013


  
“LAS COMUNIDADES VIVEN EL GOZO DE LA EXPANSIÓN”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 11,19-26

“Se pusieron a hablar también a los griegos, anunciándoles el Señor Jesús” 

En aquellos días, los que se habían dispersado en la persecución provocada por lo de Esteban llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, sin predicar la palabra más que a los judíos. Pero algunos, naturales de Chipre y de Cirene, al llegar a Antioquía, se pusieron a hablar también a los helenistas, anunciándoles la Buena Noticia del Señor Jesús. Como la mano del Señor estaba con ellos, gran número creyó y se convirtió al Señor.
Llegó la noticia a la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho, y exhortó a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño; como era hombre de bien, lleno de Espíritu Santo y de fe, una multitud considerable se adhirió al Señor. Más tarde, salió para Tarso, en busca de Saulo; lo encontró y se lo llevó a Antioquía. Durante un año fueron huéspedes de aquella Iglesia e instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez llamaron a los discípulos cristianos.
REFLEXIÓN
Este capítulo once de los Hechos de los Apóstoles, tiene una gran importancia; podemos decir que es como un punto de inflexión, es aquel lugar donde  la misión  toma un rumbo nuevo, un enfoque nuevo. Y ese punto de inflexión está marcando el instante,  el tiempo en que la comunidad cristiana se abre al mundo no judío. Será un proceso que tiene varias etapas, un proceso que no carece de tensiones.
Veíamos cómo, en primer lugar Pedro tiene una experiencia mística, una experiencia en la cual él es llamado por Dios a no considerar como impuro lo que Dios ha purificado. Y que en el judaísmo las nociones de pureza e impureza eran bastante estrictas, no tenían que ver únicamente, ni incluso principalmente con lo relativo al sexo; tenían que ver con la conciencia de ser pueblo elegido. Por ejemplo, si un judío iba al mercado, al volver a casa se lavaba las manos, pero el motivo principal no era la higiene, sino era un modo ritual de decir "quito de mí todo lo que se me haya pegado de esos no creyentes, de esos paganos". Este es el tipo de mentalidad que tiene que superarse para llevar el Evangelio a los paganos.
Y encontramos en el texto del día de hoy cómo la persecución a la que fueron sometidos los cristianos de Jerusalén, los llevó muy lejos, hasta tierras de lo que hoy es Siria, y entonces allá, en Antioquía de Siria, por primera vez los llaman los "cristianos", "los seguidores de Cristo", y es también allá donde abiertamente se empieza a predicar el mensaje a unos que no son de raza judía.
Esto va mostrando poco a poco cómo el Espíritu de Dios vence todo tipo de barreras. Nosotros también tenemos que tener esta confianza, esta esperanza, este optimismo, incluso esta alegría; tenemos que tener esta certeza de que el Espíritu es capaz de vencer las barreras de los prejuicios, las barreras de los resentimientos, las barreras del odio, y es capaz de instaurar un tipo de civilización, la civilización del amor, en la cual el reinado de Jesús y la conciencia del Evangelio cumplan el papel de una Constitución.
Demos gracias a Dios por estas señales, demos gracias a Dios por esos primeros valientes que empiezan a abrir el Evangelio hacia otras naciones, y también nosotros tomemos nuestra responsabilidad como misioneros.

SALMO RESPONSORIAL: 86
R./ Alabad al Señor todas las naciones.

Él la ha cimentado sobre el monte santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión
a todas las moradas de Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti,
ciudad de Dios! R.

"Contaré a Egipto y a Babilonia
entre mis fieles;
filisteos, tirios y etíopes
 han nacido allí."
 Se dirá de Sión: "Uno por uno
todos han nacido en ella;
l Altísimo en persona la ha fundado." R.

El Señor escribirá en el registro de los pueblos:
"Éste ha nacido allí."
Y cantarán mientras danzan:
"Todas mis fuentes están en ti." R

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 10,22-30

“Yo y el Padre somos uno”
Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón. Los judíos, rodeándolo, le preguntaban: "¿Hasta cuando nos vas a tener en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente." Jesús les respondió: "Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mí. Pero vosotros no creéis, porque no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno."

REFLEXIÓN

Jesús aparece por última vez en el templo, en la fiesta de la Dedicación o de la Consagración. Los líderes judíos quieren saber si Jesús es en realidad el Mesías.
Declarándose a sí mismo como el único pastor con quien las ovejas pueden sentirse seguras, Jesús declara la ineptitud y la falsedad de los que se tienen a sí mismos como pastores del pueblo. La reacción más inmediata que provoca Jesús con estas palabras es que sus oyentes se dividen en dos bandos: Los que creen en sus palabras y aceptan que en verdad él es el enviado de Dios, y el bando de quienes sólo ven en él a un endemoniado y loco.


Para los estos líderes, todo lo que ha dicho Jesús sólo les ha causado curiosidad y suspenso. Necesitan pruebas y señales contundentes, pues hasta el momento no son suficientes las obras realizadas en nombre de Dios. Ante la interpelación de los judíos, Jesús expone de nuevo el sentido de su mesianismo. Es el consagrado del Padre, sus obras las hace en nombre del Padre, de quien da testimonio. Con la mención de las ovejas les explica a sus discípulos, por medio de parábolas, quién y cómo es el Buen Pastor. Quienes le interpelan son dirigentes judíos que le siguen en su camino hacia Jerusalén, pero que no hacen parte de su grupo de ovejas. Sus ovejas escuchan su voz y él las reconoce mediante el seguimiento. Estas autoridades solamente buscan un pretexto para acusarlo. Jesús es el consagrado del Padre porque practica la unidad. El Padre y el Hijo son uno solo. –Recordemos que esta unidad es una exigencia también para todos sus discípulos, de ayer y de hoy; para nosotros.

ORACIÓN
Señor ayúdanos para que en esta Pascua nuestra certeza de tu amor en nuestras vidas, se vea reflejada en la confianza en ti, el servicio, el amor al prójimo; poniéndonos en camino para ir a anunciar la buena noticia de que tu Reino esta en medio de nosotros, tu pueblo,  y que solo deseas encontrar en cada uno de sus hijos e hijas el empeño por desarrollar la civilización del amor. Amén

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