“RESPONSABLES DE COMUNICAR LO QUE DIOS REALIZA”
PRIMERA LECTURA
HECHOS 14, 18-27
“Contaron a la iglesia lo que Dios había hecho por medio de
ellos”
En aquellos días, llegaron unos judíos de
Antioquía y de Iconio y se ganaron a la gente; apedrearon a Pablo y lo
arrastraron fuera de la ciudad, dejándolo por muerto. Entonces lo rodearon los
discípulos; él se levantó y volvió a la ciudad. Al día siguiente, salió con
Bernabé para Derbe; después de predicar el Evangelio en aquella ciudad y de
ganar bastantes discípulos, volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,
animando a los discípulos y exhortándolos a perseverar en la fe, diciéndoles
que hay que pasar mucho para entrar en el reino de Dios.
En cada Iglesia designaban presbíteros, oraban,
ayunaban y los encomendaban al Señor, en quien habían creído. Atravesaron
Pisidia y llegaron a Panfilia. Predicaron en Perge, bajaron a Atalía y allí se
embarcaron para Antioquía, de donde los habían enviado, con la gracia de Dios,
a la misión que acababan de cumplir. Al llegar, reunieron a la Iglesia, les
contaron lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto a los
gentiles la puerta de la fe. Se quedaron allí bastante tiempo con los
discípulos.
REFLEXIÓN
El ejercicio de la
misión no es ajeno a una de las realidades más humanas: el sufrimiento. La
misión es exitosa pero tiene obstáculos que vienen, en esta mirada lucana, de
los judíos quienes se niegan a creer. Pero Pablo entiende de que se trata: “Hay
que pasar por todo”. Sí, para los judíos los sufrimientos eran signos del fin
de los tiempos, por ello el apóstol tiene claro que para alcanzar la salud
tiene que sufrir.
Las comunidades
además se van estructurando. Nombran presbíteros, dirigentes de las comunidades
para que las guíen y las enseñen. Estos ministerios son entendidos en íntima
relación con el Espíritu, por ello se hace oración y ayuno previamente. La comunidad
se construye en el compartir lo que Dios va haciendo en medio de ellos a través
de ellos.
SALMO RESPONSORIAL: 144
R: Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
R: Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
Que todas tus criaturas
te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria
de tu reinado,
que hablen de tus
hazañas. R.
Explicando tus hazañas a
los hombres,
la gloria y majestad de
tu reinado.
Tu reinado es un reinado
perpetuo,
tu gobierno va de edad
en edad. R.
Pronuncie mi boca la
alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su
santo nombre
por siempre jamás. R.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 14, 27-31
JUAN 14, 27-31
“Mi paz les
doy”
En aquel tiempo,
Jesús dijo a sus discípulos: "Les dejo la paz. Les doy mi paz, pero no se
la doy como la dan los que son del mundo. No se angustien ni tengan miedo. Ya
me oyeron decir que me voy y que vendré para estar otra vez con ustedes. Si de
veras me amaran, se habrían alegrado al saber que voy al Padre, porque él es
más que yo. Les digo esto de antemano para que, cuando suceda, entonces crean.
"Ya no hablaré
mucho con ustedes, porque viene el que manda en este mundo. Aunque no tiene
ningún poder sobre mí, así tiene que ser, para que el mundo sepa que yo amo al
Padre y que hago lo que él me ha mandado.
REFLEXIÓN:
Las palabras de despedida de Jesús en la Última Cena tienen una doble finalidad. Por un lado, tranquilizar y consolar a los discípulos ante el futuro y ante la expectativa de lo que ha de suceder. Por otro, son recomendaciones que Jesús les volverá a dar antes de subir al cielo. Además de la unidad que deben mantener los discípulos, además del amor en que deben vivir, reciben también el don de la paz: “La paz les dejo, les doy mi paz”; pero no una paz cualquiera, como la que da el mundo. ¿Qué diferencia puede haber?, ¿Por qué la paz de Jesús es diferente a la que da el mundo? Para el mundo la paz es sinónimo de tranquilidad y bienestar personal, de ausencia de guerras, de vivir despreocupado de los otros, de no hacer daño a los demás. La paz de Jesús es un don del Espíritu interiorizado en cada persona que está dispuesta a trabajar por la justicia. Por tanto, la paz es fruto del amor y del cumplimiento de la voluntad divina. Jesús hace aquí una crítica a las élites religiosas que explotan al pueblo y que contribuyen a su enriquecimiento. La paz del mundo, que era la que ofrecía Roma y las autoridades judías, apuntan a prácticas de alienación, sometimiento y dependencia del pueblo. – ¿Cómo entender hoy la paz de Jesús? ¿Cómo comprometernos para implantar esa paz entre nosotros?
Las palabras de despedida de Jesús en la Última Cena tienen una doble finalidad. Por un lado, tranquilizar y consolar a los discípulos ante el futuro y ante la expectativa de lo que ha de suceder. Por otro, son recomendaciones que Jesús les volverá a dar antes de subir al cielo. Además de la unidad que deben mantener los discípulos, además del amor en que deben vivir, reciben también el don de la paz: “La paz les dejo, les doy mi paz”; pero no una paz cualquiera, como la que da el mundo. ¿Qué diferencia puede haber?, ¿Por qué la paz de Jesús es diferente a la que da el mundo? Para el mundo la paz es sinónimo de tranquilidad y bienestar personal, de ausencia de guerras, de vivir despreocupado de los otros, de no hacer daño a los demás. La paz de Jesús es un don del Espíritu interiorizado en cada persona que está dispuesta a trabajar por la justicia. Por tanto, la paz es fruto del amor y del cumplimiento de la voluntad divina. Jesús hace aquí una crítica a las élites religiosas que explotan al pueblo y que contribuyen a su enriquecimiento. La paz del mundo, que era la que ofrecía Roma y las autoridades judías, apuntan a prácticas de alienación, sometimiento y dependencia del pueblo. – ¿Cómo entender hoy la paz de Jesús? ¿Cómo comprometernos para implantar esa paz entre nosotros?
ORACIÓN
Anunciar
la Buena Nueva es un deber que tu Señor Jesús nos encomendaste, ayúdanos a
hacerlo con corazón y verdadera entrega, no como un oficio, sino sintiéndonos
llamados y enviados por ti para que en todo espacio donde nos encontremos se
refleje, se comparta y se invite a pertenecer
a la comunidad de los hijos y las hijas del Dios que es vida y Amor.
Amén
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