lunes, 1 de abril de 2013

Miércoles 10 de abril de 2013



“UNA VIDA BAJO LA LUZ DE LA FE, EN EL HIJO”
PRIMERA LECTURA
HECHOS 5,17-26

“Los hombres que metisteis en la cárcel están en el templo enseñando al pueblo”

En aquellos días, el sumo sacerdote y los de su partido -la secta de los saduceos-, llenos de envidia, mandaron prender a los apóstoles y meterlos en la cárcel común. Pero, por la noche, el ángel del Señor les abrió las puertas de la celda y los sacó fuera, diciéndoles: "Id al templo y explicadle allí al pueblo íntegramente este modo de vida."
Entonces ellos entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar. Llegó entre tanto el sumo sacerdote con los de su partido, convocaron el Sanedrín y el pleno de los ancianos israelitas, y mandaron por los presos a la cárcel. Fueron los guardias, pero no los encontraron en la celda, y volvieron a informar: "Hemos encontrado la cárcel cerrada, con las barras echadas, y a los centinelas guardando las puertas; pero, al abrir, no encontramos a nadie dentro." El comisario del templo y los sumos sacerdotes no atinaban a explicarse qué había pasado con los presos. Uno se presentó, avisando: "Los hombres que metisteis en la cárcel están ahí en el templo y siguen enseñando al pueblo." El comisario salió con los guardias y se los trajo, sin emplear la fuerza, por miedo a que el pueblo los apedrease.

REFLEXIÓN
Sabemos que la mayor parte de los apóstoles murieron derramando su sangre por Cristo,  finalmente fueron apresados en alguna parte, muchos de ellos torturados y finalmente asesinados. Sin embargo, la primera lectura de hoy nos presenta una liberación milagrosa, cuando un ángel les abre las puertas de la cárcel y los invita a seguir enseñando en el templo. Cosa que parece extraña, porque al predicar en el templo seguían junto a los que los habían capturado, de modo que poco podía esperarse que durara su recién adquirida libertad y en efecto, fueron apresados nuevamente.
Pero el objetivo del milagro no fue evitarles penalidades simplemente. La vida de los discípulos fue un camino de sufrimientos y de hecho ya hemos escuchado que ellos consideraban una bendición sufrir por Cristo y por el Evangelio. Esta liberación fue más una señal que una solución. ¿Señal de qué? Señal ante todo de la libertad de la Palabra. Como diciendo a aquellas autoridades: "las cadenas de ustedes jamás detendrán el avance del Evangelio." Y así fue en realidad, como viene a demostrarlo página tras página el libro de los Hechos de los apóstoles.

SALMO RESPONSORIAL: 33
R/ Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha.

Bendigo al Señor en todo momento,
su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor:
que los humildes lo escuchen y se alegren. R.

Proclamad conmigo la grandeza del Señor,
ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió,
me libró de todas mis ansias. R.

Contempladlo, y quedaréis radiantes,
vuestro rostro no se avergonzará.
Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
y lo salva de sus angustias. R.

El ángel del Señor acampa
en torno a sus fieles y los protege.
Gustad y ved qué bueno es el Señor,
dichoso el que se acoge a él. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 3,16-21

“Dios mandó su Hijo para que el mundo se salve por él
Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios.
REFLEXIÓN
En la lectura de hoy, el evangelista Juan presenta la mayor manifestación de amor de Dios por la humanidad: la entrega de su Hijo único para que creamos y tengamos vida eterna, es decir, para que no perezcamos. Esta gran revelación ciertamente incomoda a la mentalidad judía de su tiempo. La manifestación del amor de Dios en Jesús se concretiza en su servicio y entrega a los más pobres, necesitados y excluidos de la sociedad. El dualismo luz y tinieblas, tan característico de este evangelista, denota el conflicto humano entre vida y la muerte. La luz hace referencia a la búsqueda de la verdad, de la plenitud de vida para la humanidad, mientras que las tinieblas apuntan al engaño, al odio, a la muerte, es decir al anti-reino. Así pues, al ser Jesús fuente de vida definitiva, y su amor un don de vida, Dios vence a la muerte y por medio de su Hijo nos invita a que alcancemos la plenitud de esta vida en comunidad. – Solamente con personas dispuestas a amar hasta la muerte podemos construir una sociedad en que la vida sea la clave de acción para gestar un mundo más justo y más humano.

ORACIÓN
Señor queremos ser humildes para escucharte y alegrarnos en ti, permitiendo así que tu luz permanezca en nuestra vida. Ayúdanos a trascender  en nuestros sentimientos y pensamientos para salir de la cárcel de nuestro individualismo y predicar que tú eres la luz que nos guía por un camino de vida diferente, más humano, espiritual basado en el amor y la misericordia. Amén  

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