lunes, 1 de abril de 2013

Martes 9 de abril de 2013



“LA VIDA COMUNITARIA COMO TESTIMONIO DE FE”

PRIMER LECTURA
HECHOS 4,32-37

“Todos pensaban y sentían lo mismo

En el grupo de los creyentes todos pensaban y sentían lo mismo: lo poseían todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor. Y Dios los miraba a todos con mucho agrado. Ninguno pasaba necesidad, pues los que poseían tierras o casas las vendían, traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles; luego se distribuía según lo que necesitaba cada uno. José, a quien los apóstoles apellidaron Bernabé, que significa Consolado, que era levita y natural de Chipre, tenía un campo y lo vendió; llevó el dinero y lo puso a disposición de los apóstoles.

REFLEXIÓN
Empezamos hoy preguntando: ¿fueron las cosas tan bellas, tan perfectas, tan felices como lo presenta la primera lectura de hoy? ¿De veras fue posible alguna vez la convivencia humana en términos tan hermosos y tan fecundos? ¿Fue todo ello como un sueño realizado de ese comunismo que algunos estiman que existió en los orígenes de la humanidad misma?
Hay dos cosas, aparentemente contradictorias entre sí, de las que podemos estar seguros. Primera: el Evangelio tuvo un efecto maravilloso de transformación en aquellos primeros cristianos. No tengamos miedo de afirmar que hay poder en la gracia de Dios, y que ese poder derriba barreras y hace que el egoísmo se vea superado por la solidaridad y el odio pierda terreno ante la fuerza del perdón. Pero hay un segundo aspecto: el mismo libro de los Hechos de los Apóstoles, que estamos escuchando en Pascua, muestra que las comunidades vivieron distintos momentos. Desde lo más "idílico" y bello hasta lo más trivial y crudo. Es decir: no podemos desligar este pasaje del conjunto de un libro que nos muestra también que hubo discusiones, desacuerdos, rivalidades y en fin todo aquello que acompaña nuestra fragilidad humana. Pero sin embargo, el recorrido mismo de la Palabra y de la obra del Espíritu Santo muestra que ni la fragilidad interior ni la persecución exterior logran detener la difusión maravillosa de la Buena Noticia. Guiados por ese mismo Espíritu y alimentados por esa misma Palabra, también nosotros tenemos un mensaje de gracia para el mundo.
SALMO RESPONSORIAL: 92
R/El Señor reina, vestido de majestad.

El Señor reina, vestido de majestad,
el Señor, vestido y ceñido de poder. R.

Así está firme el orbe y no vacila.
Tu trono está firme desde siempre,
y tú eres eterno. R.

Tus mandatos son fieles y seguros;
la santidad es el adorno de tu casa,
Señor, por días sin término. R.

LECTURA DE EVANGELIO
JUAN 3,5A.7B-15

“Nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre
En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: "Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu." Nicodemo le preguntó: "¿Cómo puede suceder eso?" Le contestó Jesús: "Y tú, el maestro de Israel, ¿no lo entiendes? Te lo aseguro, de lo que sabemos hablamos; de lo que hemos visto damos testimonio, y no aceptáis nuestro testimonio. Si no creéis cuando os hablo de la tierra, ¿cómo creeréis cuando os hable del cielo? Porque nadie ha subido al cielo, sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna."
REFLEXIÓN
Jesús entra en diálogo con Nicodemo, un judío maestro de la ley y seguramente del grupo de los fariseos. Su observancia no le impide a Nicodemo sentir vacío e inquietud, y, por tanto, hacerse preguntas en torno a su fe. Probablemente por esto decide hablar con el Maestro. Jesús lo invita a “nacer de nuevo”; ¿será que debe entrar de nuevo al seno materno? Lo que Jesús pide es un cambio interior radical y necesario en la vida de todo creyente. Es un renacer por la misericordia de Dios. Es un renacer espiritual, por tanto integral, es decir, que envuelve todo nuestro ser. Aquí Jesús habla de “vida eterna”, es decir, de Dios mismo presente en la vida, en las relaciones, en los anhelos de paz para el mundo. Dios, en Jesús, ofrece así a todos la vida plena. El ser humano tiene que optar entre la vida y la muerte. Quien de alguna manera es enemigo de la vida, se condena él mismo a morir. – En resumen, el diálogo con Nicodemo nos enseña que no se puede obtener plenitud y vida por la observancia de la Ley, sino por la capacidad de amar.

ORACIÓN
Señor, tu nos invitas  a nacer de nuevo tanto personal como comunitariamente; necesitamos tanto de tu fuerza para poder mantenernos en esta vivencia y más en estos tiempos de sistemas egoístas individualistas y superfluos que nos tocan y nos hacen caer, apartándonos de nuestros hermanos y hermanas en el espíritu, llevándonos a la ingratitud y el distanciamiento. Ayúdanos por favor a rescatar el verdadero sentido que tú le diste a la comunidad y a no flaquear así. Amén.

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