lunes, 1 de abril de 2013

Jueves 4 abril de 2013



“EL TREMENDO MISTERIO DE LA NECESIDAD DE LA CRUZ”

PRIMERA LECTURA
HECHOS DE LOS APÓSTOLES 3,11-26

“Mataron ustedes al que nos lleva a la vida. Pero Dios lo resucitó”

En aquellos días, mientras el paralítico curado seguía aún con Pedro y Juan, la gente, asombrada, acudió corriendo al pórtico de Salomón, donde ellos estaban. Pedro, al ver a la gente, les dirigió la palabra: "Israelitas, ¿por qué os extrañáis de esto? ¿Por qué nos miráis como si hubiéramos hecho andar a éste con nuestro propio poder o virtud? El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Como éste que veis aquí y que conocéis ha creído en su nombre, su nombre le ha dado vigor; su fe le ha restituido completamente la salud, a vista de todos vosotros.
Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había predicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados; a ver si el Señor manda tiempos de consuelo, y envía a Jesús, el Mesías que os estaba destinado. Aunque tiene que quedarse en el cielo hasta la restauración universal que Dios anunció por boca de los santos profetas antiguos.
Moisés dijo: "El Señor Dios sacará de entre vosotros un profeta como yo: escucharéis todo lo que os diga; y quien no escuche al profeta será excluido del pueblo." Y, desde Samuel, todos los profetas anunciaron también estos días. Vosotros sois los hijos de los profetas, los hijos de la alianza que hizo Dios con vuestros padres, cuando le dijo a Abrahán: "Tu descendencia será la bendición de todas las razas de la tierra." Dios resucitó a su siervo y os lo envía en primer lugar a vosotros, para que os traiga la bendición, si os apartáis de vuestros pecados."

REFLEXIÓN
Pedro explica el juicio y condena a muerte a Jesús como fruto de la ignorancia. Es algo semejante a lo que oró Cristo en la Cruz, intercediendo por sus verdugos: "perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Lc 23,34). Pedro aplica este atenuante de ignorancia incluso a los jefes del pueblo que instigaban con odio reclamando la muerte de Jesús. Algo parecido nos dice Pablo en 1 Cor 2,8: si hubieran conocido la sabiduría de Dios "nunca hubieran crucificado al Señor de la gloria".
Esta última frase de Pablo nos ayuda a entender cuál es esa ignorancia que puede llevar a condenar a un inocente. En efecto, a uno le parece que uno nunca condenaría a muerte a un inocente, pero eso no es tan obvio como se ve en un primer momento.
Cualquiera diría que es comparativamente fácil decidir algo así en un caso tan extremo; de todos modos, ello muestra que condenar inocentes no es algo tan absurdo para la mente humana cuando se piensa que eso garantizara que se salvan muchos más inocentes. Y no podemos descartar que estas eran las cuentas que en conciencia se hacían las autoridades judías mismas, como lo sugiere la frase de Caifás: "es más conveniente que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca" (Jn 11,50) y esas son las mismas  cuentas que muchas oportunidades hace el mundo mismo. A nosotros, con todos los datos que tenemos, nos parece insuficiente y retorcido un argumento así, pero es posible que con los datos que ellos tenían, no pudieran fácilmente pensar de otro modo, solo en el mover de Dios, en la sabiduría de Dios y en el caminar de Dios se piensa diferente.

SALMO RESPONSORIAL: 8
R./ Señor, dueño nuestro, ¡que admirable es tu nombre en toda la tierra!

¡Señor, dueño nuestro,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder? R.

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
 lo coronaste de gloria y dignidad,
 le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies. R.

Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 24,35-48

“Estaba escrito: el Mesías padecerá y resucitará al tercer día”

En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: "Paz a vosotros." Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: "¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo."
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: "¿Tenéis ahí algo de comer?" Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: "Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse." Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: "Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto."
REFLEXIÓN
La lectura de hoy presenta una nueva aparición de Jesús a sus discípulos, evidenciando nuevos rasgos de su pedagogía. Inicia con un saludo de paz que emana del interior, anticipándose al miedo y a las dudas de los apóstoles. Invita a utilizar los sentidos: vean y toquen, e incluso come delante de ellos. Apela al entendimiento de sus discípulos para que comprendan los acontecimientos como cumplimiento de las Escrituras. Finalmente, les hace partícipes de la redención del mundo y les hace testigos de la Buena Nueva. Su pedagogía: 1. El saludo, es la fuerza vital que te pone en sintonía y compromiso con el otro. 2. El ver con los sentidos, denota que hay otras formas de acceso al conocimiento, además del intelectual. El ver con los sentidos nos invita a valorar la subjetividad, la experiencia corporal individual y colectiva de nuestras comunidades afro, indígenas, de mujeres con experiencias profundas de Dios y de Jesús. 3. Ir al texto para iluminar y discernir la realidad. 4. El ser testigos de la Buena Nueva nos compromete con una ética liberadora, de penitencia y perdón, y de compromiso por luchar por la fraternidad y la justicia en la sociedad que nos rodea.

ORACIÓN
Gracias porque como discípulos(as) nos haces participes de la redención y testigos de la Buena Nueva. Sino hubieras pasado por este amor de entrega no hubiésemos podido volver a la casa del Padre y conocerte para compartir la vida desde aquí y hacia la plenitud, ayudando para que otros reciban la liberación que produce el reencuentro con el Dios del amor y la vida. Amén.

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