lunes, 1 de agosto de 2011

Sábado, 27 de agosto de 2011

“LA PEREZA ES LA MADRE DE TODOS LOS VICIOS Y MATA”


PRIMERA LECTURA
PRIMERA DE TESALONICENSES 4,9-11


“TRABAJANDO CON SUS PROPIAS MANOS”

En cuanto al amor entre hermanos, no tienen necesidad de que les escribamos, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros. Pues así hacen ustedes con todos los hermanos que viven en toda Macedonia. Pero les rogamos, hermanos, que su amor aumente todavía más. Procuren vivir tranquilos y ocupados en sus propios asuntos, trabajando con sus manos como les hemos encargado.

REFLEXIÓN

Dos rostros grandes y elocuentes de la vida cristiana dominan el breve texto de la primera lectura de hoy: el amor y la paz. Son como complementarios, porque donde hay en verdad el amor, no faltará la paz, y donde hay profunda paz, habita siempre el amor.

Interesante, por destacar brevemente un punto, aquello que Pablo propone, con tanto sentido humano, como camino y lenguaje para la paz: que cada uno se ocupe de sus asuntos, que cada uno trabaje con sus manos. Todo indica que la primera fuente de los conflictos es que uno descuida sus tareas por criticar las del vecino.

SALMO RESPONSORIAL: 97
R./ El Señor llega para regir los pueblos con rectitud.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 25,24-30


AL QUE TIENE SE LE DARÁ Y LE SOBRARÁ

"Sucederá también con el reino de los cielos como con un hombre que, estando a punto de irse a otro país, llamó a sus empleados y les encargó que le cuidaran su dinero. A uno de ellos le entregó cinco mil monedas a otro dos mil y a otro mil: a cada uno según su capacidad. Entonces se fue de viaje. El empleado que recibió las cinco mil monedas hizo negocio con el dinero y ganó otras cinco mil monedas. Del mismo modo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil. Pero el que recibió mil fue y escondió el dinero de su jefe en un hoyo que hizo en la tierra.
"Mucho tiempo después volvió el jefe de aquellos empleados, y se puso a hacer cuentas con ellos. Primero llegó el que había recibido las cinco mil monedas, y entregó a su jefe otras cinco mil, diciéndole: 'Señor, usted me dio cinco mil, y aquí tiene otras cinco mil que gané.' El jefe le dijo: 'Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo.' Después llegó el empleado que había recibido las dos mil monedas, y dijo: 'Señor, usted me dio dos mil, y aquí tiene otras dos mil que gané.' El jefe le dijo: 'Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más. Entra y alégrate conmigo.'

"Pero cuando llegó el empleado que había recibido las mil monedas, le dijo a su jefe: 'Señor, yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no sembró y recoge donde no esparció. Por eso tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra. Pero aquí tiene lo que es suyo.' El jefe le contestó: 'Tú eres un empleado malo y perezoso, pues si sabías que yo cosecho donde no sembré y que recojo donde no esparcí, deberías haber llevado mi dinero al banco, y yo, al volver, habría recibido mi dinero más los intereses.' Y dijo a los que estaban allí: 'Quítenle las mil monedas, y dénselas al que tiene diez mil. Porque al que tiene, se le dará más, y tendrá de sobra; pero al que no tiene, hasta lo poco que tiene se le quitará. Y a este empleado inútil, échenlo fuera, a la oscuridad. Entonces vendrán el llanto y la desesperación.'

REFLEXIÓN
En esta parábola nos damos cuenta de que nuestra actitud no es la de dar más, sino la de pedir más. No tenemos un pliego de ofertas, sino sólo un pliego de peticiones. Queremos más, pero hacemos muy poco con lo que ya tenemos. Nos dejamos arrastrar por la lógica del consumo, de la acumulación, del tener. La parábola nos propone un reto al preguntarnos qué hacemos con lo que hemos recibido, qué podemos dar. La parábola no dice que quien ya da tiene que dar más, sino qué tiene cada uno para compartir de acuerdo a sus posibilidades. Algunos darán más porque han recibido más; otros darán menos porque han producido menos, pero todos los que dan deben ofrecer el ciento por ciento de sus posibilidades. Dar es cuestión de actitud generosa, no de posesión egoísta.

ORACIÓN
Señor nos has creado con múltiples dones y carismas; no queremos guardarnos ninguno de esas capacidades y dones que nos has confiado. Tte pedimos nuestra labor sea fructífera para el beneficio de todos los que nos rodean y trascienda más allá, que demos fruto y un fruto que permanezca . Amén.

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