lunes, 1 de agosto de 2011

Martes 2 de agosto de 2011

“EL PECADO NOS DESHUMANIZA”

PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 12,1-13


“¿CÓMO SE HAN ATREVIDO A HABLAR CONTRA MOISÉS”


María y Aarón empezaron a hablar mal de Moisés, porque este se había casado con una mujer etíope. Además dijeron: "El Señor no ha hablado solamente con Moisés; también ha hablado con nosotros." Y el Señor lo oyó.
En realidad, Moisés era el hombre más humilde del mundo. Por eso el Señor les dijo a Moisés, Aarón y María: "Vayan ustedes tres a la tienda del encuentro."
Los tres fueron allá. Entonces el Señor bajó en una espesa nube y se colocó a la entrada de la tienda; luego llamó a Aarón y a María, y cuando ellos se presentaron el Señor les dijo: "Escuchen esto que les voy a decir: Cuando hay entre ustedes un profeta de mi parte, yo me comunico con él en visiones y le hablo en sueños; pero con mi siervo Moisés no lo hago así. Él es el más fiel de todos mis siervos, y con él hablo cara a cara y en un lenguaje claro. Y si él me ve cara a cara, ¿cómo se atreven ustedes a hablar mal de él?"
El Señor se enojó mucho con ellos, y se fue. Y en cuanto la nube se alejó de la tienda, María se puso leprosa, con la piel toda blanca. Cuando Aarón se volvió para mirar a María, y vio que estaba leprosa, le dijo a Moisés: "Por favor, mi señor, no nos castigues por este pecado que tontamente hemos cometido. No permitas que ella quede como una criatura muerta antes de nacer, que sale con la piel medio deshecha."
Entonces Moisés suplicó al Señor: "Por favor, oh Dios, te ruego que la sanes."

REFLEXIÓN
Si en el texto de ayer, el pueblo se rebela y protesta contra Moisés, hoy la rebelión y la protesta le viene de su misma familia: su hermano mayor Aarón y su hermana María ( Miriam) critican su matrimonio con una extranjera y ponen en tela de juicio su carácter de profeta o, al menos de profeta único. Ante ese ataque existes dos reacciones: una de Moisés que lo asume con paciencia, porque era el “hombre de mas aguante del mundo”, pero Dios se enfada y sale a la defensa de su profeta: ¿Cómo se ha atrevió a hablar de mi siervo Moisés?.


Parecería lo más lógico que cuando Dios suscita a un líder para bien de todos, todos lo acojan y vean en él un regalo que la Providencia les concede. Pero el mundo y el pensamiento humano no está hecho de manera lógica, es egoísta, lleno de envidias hasta en la misma familia. El pecado ocupa mucho espacio de la Biblia, precisamente porque toda la revelación bíblica es un relato estupendo de cómo el pecado no tiene la última palabra. Pero lo que aparece en primer lugar es cómo el pecado trae consecuencias y cómo esas consecuencias recaen sobre el mismo pecador, como le sucedió a esta María, celosa del puesto de privilegio de su hermano Moisés en los planes de Dios. Luego viene la parte del arrepentimiento, el que siente su propia fealdad, se asusta, pero ese disgusto es bueno en la medida en que invita a conversión y mueve a pedir ayuda. Y así, también muestra a un Moisés, con su buen corazón intercediendo ante Dios por su hermana, vemos como una historia de pecado finalmente no es una aburrida historia de fracaso sino, en último término, una preciosa historia de gracia.

SALMO RESPONSORIAL: 50
R: Misericordia, Señor hemos pecado.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 14, 22-36

“¡QUE POCA FE! ¿PORQÚE HAS DUDADO”


Después de esto, Jesús hizo que sus discípulos subieran a la barca, para que cruzaran el lago antes que él y llegaran al otro lado mientras él despedía a la gente. Cuando la hubo despedido, Jesús subió a un cerro, para orar a solas. Al llegar la noche, estaba allí él solo, mientras la barca ya iba bastante lejos de tierra firme. Las olas azotaban la barca, porque tenían el viento en contra. A la madrugada, Jesús fue hacia ellos caminando sobre el agua. Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo:
--¡Es un fantasma!
Pero Jesús les habló, diciéndoles:
--¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!
Entonces Pedro le respondió:
--Señor, si eres tú, ordena que yo vaya hasta ti sobre el agua.
--Ven --dijo Jesús.
Pedro entonces bajó de la barca y comenzó a caminar sobre el agua en dirección a Jesús. Pero al notar la fuerza del viento, tuvo miedo; y como comenzaba a hundirse, gritó:
--¡Sálvame, Señor!
Al momento, Jesús lo tomó de la mano y le dijo:
--¡Qué poca fe tienes! ¿Por qué dudaste?
En cuanto subieron a la barca, se calmó el viento. Entonces los que estaban en la barca se pusieron de rodillas delante de Jesús, y le dijeron:
--¡En verdad tú eres el Hijo de Dios!
Jesús sana a los enfermos en Genesaret

Cruzaron el lago y llegaron a tierra en Genesaret. La gente del lugar reconoció a Jesús, y la noticia se extendió por toda la región. Le llevaban los enfermos, y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su capa; y todos los que la tocaban, quedaban sanos.


REFLEXIÓN
Los milagros bíblicos son símbolos del poder de Dios, es decir, de la capacidad de Dios de realizar la obra de la salvación. El grupo de seguidores que ha asistido a la multiplicación del pan todavía no cree que Jesús tiene el poder para resistir y vencer al mal. Por esta razón, cuando la barca se aleja de tierra firme, donde está el grupo grande de seguidores de Jesús, los discípulos de élite montados en la barca se sienten desfallecer ante el ímpetu del viento y de las olas, que representan fuerzas sobrehumanas adversas. El temor los incapacita para ejecutar el mandato de Jesús. Y no porque no hayan recibido la debida preparación, sino porque carecen de la confianza necesaria para continuar la misión que el Maestro les ha compartido. Los discípulos experimentan gran dificultad para ir ‘detrás’ de Jesús, pero aún más para ir delante de Jesús. Por fortuna, Jesús está allí para echar una mano, porque, aunque falle nuestra fe en él, no falla su fe en nosotros. Si tenemos fe en el propósito de Dios, mayor es aún la confianza que él deposita en nosotros.


Nos hace pues una buena descripción de la fe el evangelio de hoy: creer es como caminar sobre el agua. No por propia fuerza, así se tratara de la fuerza de la mente, sino por virtud de esa mirada sostenida en los ojos de Jesús y por vigor de su palabra que nos llama a avanzar hacia él. Caminar sobre el agua es sentir que nada podría sostener nuestras más firmes opciones, y nada podría llevar a término nuestras mejores luchas, y nada podría darle alas a nuestros más queridos sueños: nada, sino sólo Jesucristo.


ORACIÓN
Señor qué difícil es mantenerse firme en el amor, mantenerse en tu proyecto, tu sabes cuantas veces nuestra fe tambalea, cuantas veces te quitamos la mirada y sentimos que nos hundimos, Señor ayudamos a caminar sobre el agua, a vivir en tu palabra, a vivir sostenidos en tus fuerzas. Amén

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