lunes, 1 de agosto de 2011

Domingo, 14 de agosto de 2011

“LA SALVACIÓN ES UNIVERSAL”



PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 56,1.6-7



“GUARDEN EL DERECHO, PRACTIQUEN LA JUSTICIA



El Señor dice:
"Practiquen la justicia,
hagan lo que es recto,
porque pronto voy a llevar a cabo la liberación;
voy a mostrar mi poder salvador.
Y a los extranjeros que se entreguen a mí,
para servirme y amarme,
para ser mis siervos,
si respetan el sábado y no lo profanan
y se mantienen firmes en mi alianza,
yo los traeré a mi monte sagrado
y los haré felices en mi casa de oración.
Yo aceptaré en mi altar sus holocaustos y sacrificios,
porque mi casa será declarada
casa de oración para todos los pueblos.

REFLEXIÓN
Esta lectura nos presenta un modo de exclusión. Se trata de los extranjeros. En la mentalidad del Antiguo Testamento lo que prima es la idea de que hay un solo pueblo que es el pueblo elegido.
El sentido que Dios quería dar a esa elección era este: ser elegido es servir de instrumento y guía de la salvación de los demás pueblos. Sin embargo, un modo cómodo de interpretar las cosas, un modo egoísta pero tentador, era decir que los demás pueblos ya habían sido "descartados."
El texto del profeta Isaías se opone a esa interpretación miope y mundana de la elección divina. Isaías viene a afirmar que hay promesas de vida y de felicidad para los extranjeros, es decir, para los de fuera. Con eso también está desvirtuando lo que podía servir de orgullo para los israelitas.




SALMO RESPONSORIAL: 66
R./ Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

SEGUNDA LECTURA
ROMANOS 11,13-15.29-32






LOS DONES Y LA LLAMADA DE DIOS SON IRREVOCABLES”




Pero tengo algo que decirles a ustedes, que no son judíos. Puesto que Dios me ha enviado a los no judíos, yo tengo en gran estima este servicio. Quiero que algunos de mi propia raza sientan celos de ustedes, y así llevarlos a la salvación. Pues si el rechazo de los judíos ha traído al mundo la reconciliación con Dios, ¿qué no traerá el que sean aceptados? ¡Nada menos que vida para los que estaban muertos!
Pues lo que Dios da, no lo quita, ni retira tampoco su llamamiento. En tiempos pasados, ustedes desobedecieron a Dios, pero ahora que los judíos han desobedecido, Dios tiene compasión de ustedes. De la misma manera, ellos han desobedecido ahora, pero solamente para que Dios tenga compasión de ustedes y para que, también ahora, tenga compasión de ellos. Porque Dios sujetó a todos por igual a la desobediencia, con el fin de tener compasión de todos por igual.

REFLEXIÓN
Esta lectura da un paso más en esta misma línea. Resulta que Dios es compasivo y abre la puerta de su misericordia a los pueblos no judíos, es decir, a los que la Biblia llama "gentiles." Los que estaban "lejos" ahora están "cerca" enseña san Pablo, por ejemplo, en el capítulo primero de su carta a los Efesios. Pero ¡cuidado! Estar cerca es empezar a estar "adentro" y existe siempre el peligro de sentirse ya tan adentro que uno empiece a despreciar a los que ahora vinieron a quedar afuera.

Pablo sale al paso de esta situación, mostrando que si es verdad que el orgullo de aquellos judíos no condujo a nada, no podemos interpretar de ahí que ya ellos han quedado "afuera" para siempre. Al contrario, temerosos de repetir nosotros mismos el ciclo y anhelantes de la gracia y la salvación para todos, tomamos en consideración las palabras de este apóstol: "Así como ustedes antes eran rebeldes contra Dios y ahora han alcanzado su misericordia con ocasión de la rebeldía de los judíos, en la misma forma, los judíos, que ahora son los rebeldes y que fueron la ocasión de que ustedes alcanzaran la misericordia de Dios, también ellos la alcanzarán. En efecto, Dios ha permitido que todos cayéramos en la rebeldía, para manifestarnos a todos su misericordia."
En nuestro tiempo continuamos sin romper con tantos mecanismos que marginan y alejan a tantos auténticos creyentes en el Dios de la Vida, únicamente porque son diferentes a nosotros por su nacionalidad, clase social, estado civil o preferencia afectiva.







LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 15,21-28







“MUJER QUE GRANDE ES TU FE”







Jesús se dirigió de allí a la región de Tiro y Sidón. Y una mujer cananea, de aquella región, se le acercó, gritando:
--¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! ¡Mi hija tiene un demonio que la hace sufrir mucho!

Jesús no le contestó nada. Entonces sus discípulos se acercaron a él y le rogaron:

--Dile a esa mujer que se vaya, porque viene gritando detrás de nosotros.

Jesús dijo:

--Dios me ha enviado solamente a las ovejas perdidas del pueblo de Israel.

Pero la mujer fue a arrodillarse delante de él, diciendo:

--¡Señor, ayúdame!

Jesús le contestó:

--No está bien quitarles el pan a los hijos y dárselo a los perros.

Ella le dijo:

--Sí, Señor; pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos.

Entonces le dijo Jesús:

--¡Mujer, qué grande es tu fe! Hágase como quieres.

Y desde ese mismo momento su hija quedó sana.

REFLEXIÓN
El evangelio de Mateo escrito para judíos convertidos a Jesús, trae hoy un testimonio bello de una mujer pagana que busca a Jesús con ardor y recibe de él una felicitación: “¡Mujer qué grande es tu fe!”. De esta manera se hace una comparación clara entre la fe de los discípulos y la fe que pueden tener los de afuera del círculo cristiano. Con frecuencia, los paganos, los que consideramos no creyentes, pueden tener más fe que nosotros mismos, lo de adentro, los que nos consideramos discípulos del Señor.
Jesús llega con sus discípulos a la región de Tiro y Sidón, tierra de paganos y no de judíos. Allí quiere estar a solas con los suyos, pero se corrió la voz de su presencia, y una madre atribulada con el dolor de su hija corrió a buscarlo y a gritos le decía: “Señor Hijo de David, ¡ten compasión de mi!”. La expresión es curiosa en boca de una mujer pagana, pero comienza a impresionar a los discípulos, para ellos, la mujer es un estorbo a sus planes con Jesús; para el Maestro, es una oportunidad de una catequesis práctica sobre la fe.
Consideremos las actitudes de la mujer ante Jesús. Le sale al encuentro con su problema, le grita desde su dolor, lo reconoce como el Hijo de David o el Mesías, se postra ante él, asume el silencio inicial de Jesús pero insiste, entra en diálogo con él; reconoce que, por ser pagana, no merece ni que la atienda; insiste y pide de él así sea una migaja de la mesa de salvación. Los judíos consideraban a los paganos como “perros” que eran temidos y despreciados.
Por eso la catequesis a la comunidad está cargada de contenido, pero llena también de ternura. Jesús quiere que su comunidad salga de su encierro y se abra a la realidad de muchos hombres y mujeres, que sin ser creyentes, buscan a tientas a Dios, lo desean con ardor y pueden tener más fe activa que los mismos discípulos. Estar abiertos a la fe de los de afuera nos enriquece y nos compromete, rompe nuestro círculo egoísta y nos ayuda a descubrir valores grandes en los que consideramos diferente u opuestos a nosotros. La fe activa de muchos hombres y mujeres que no pertenecen a nuestro grupo, puede fortalecer nuestra débil fe y animarnos a crecer en ella.

PARA REFLEXIONAR
1. Qué me enseña la cananea para mi identidad y misión de mujer en la Iglesia y en la sociedad?
2. (Para los varones:) ¿Reconozco y valoro la identidad y la espiritualidad de la mujer en el hogar, en mi comunidad, en la sociedad?

3. ¿Mi experiencia de fe se traduce en actitudes de confianza filial en la misericordia de Dios? ¿En qué se nota?

ORACIÓN
Gracias, Señor porque abres nuestros ojos y nuestros oídos al testimonio de muchos hombres y mujeres que no creen como nosotros, pero son mejores que nosotros. Enséñanos a aprender de ellos y hacer más activa nuestra fe. Fortalécenos en tu seguimiento y llénanos de paz y alegría para vivir nuestro compromiso de discípulos misioneros. Amén.

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