lunes, 1 de agosto de 2011

Martes, 23 de agosto de 2011

“LOS TALENTOS PROVIENEN DE DIOS”



PRIMERA LECTURA
PRIMERA DE CORINTIOS 7,25-31


En cuanto a las mujeres no casadas, no tengo ningún mandato especial del Señor; pero doy mi opinión, como uno que es digno de confianza por la misericordia del Señor. A mí me parece que es preferible que cada uno se quede tal como está, por causa de los tiempos difíciles en que vivimos. Si tienes mujer, no la abandones; y si no tienes, no la busques. Si te casas, no cometes pecado; y si una mujer soltera se casa, tampoco comete pecado. Pero los que se casan van a tener los sufrimientos propios de la naturaleza humana, que yo quisiera evitarles.

Hermanos, lo que quiero decir es esto: Nos queda poco tiempo. Por lo tanto, los casados deben vivir como si no lo estuvieran; los que están de luto deben portarse como si estuvieran de fiesta, y los que están de fiesta deben portarse como si estuvieran de luto; los que compran deben vivir como si nada fuera suyo; y los que están usando de este mundo deben vivir como si no estuvieran sacando provecho de él, porque este mundo que vemos ha de terminar.

REFLEXIÓN
Trata de la tensión que había entre las diversas concepciones de la vida sexual, y en concreto del matrimonio, entre los cristianos de Corinto. Probablemente, se daban posturas extremas: desde los que abogaban por una libertad total, siguiendo las costumbres paganas, hasta los que despreciaban la vida sexual y el matrimonio y predicaban la abstención total.
Pablo dice que los tres estados son buenos: el de los solteros, el de los casados y el de los viudos. Aunque él crea que el celibato por el Reino sea lo mejor. Lo que prefiere hacer es “relativizar” el tema y pedir a todos que, cada uno en su estado, se dedique a hacer el bien, a trabajar por el Reino, sobre todo teniendo en cuenta –como era la opinión de la época- que era inminente la vuelta del Señor: “porque la representación de este mundo se termina”. Cada uno en su estado, nos debemos comprometer a vivir el evangelio de Cristo, teniendo en cuenta los valores más inmediatos y sobre todo los superiores, que dan sentido más pleno a todo lo que hacemos. Los casados, con su vida de amor y de educación de sus hijos. Los que han optado por el celibato, desde el carisma propio y la misión recibida en la Iglesia. Todos debemos esforzarnos por ser fieles a Cristo y signos suyos creíbles en medio del mundo.

SALMO RESPONSORIAL: 44
R./ Escucha, hija, mira: inclina el oído.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 19,3-12

Algunos fariseos se acercaron a Jesús y, para tenderle una trampa, le preguntaron:

--¿Le está permitido a uno divorciarse de su esposa por un motivo cualquiera?

Jesús les contestó:

--¿No han leído ustedes en la Escritura que el que los creó en el principio, 'hombre y mujer los creó'? Y dijo: 'Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos serán como una sola persona.' Así que ya no son dos, sino uno solo. De modo que el hombre no debe separar lo que Dios ha unido.

Ellos le preguntaron:

--¿Por qué, pues, mandó Moisés darle a la esposa un certificado de divorcio, y despedirla así?

Jesús les dijo:

--Precisamente por lo tercos que son ustedes, Moisés les permitió divorciarse de su esposa; pero al principio no fue de esa manera. Yo les digo que el que se divorcia de su esposa, a no ser en el caso de una unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio.

Le dijeron sus discípulos:

--Si este es el caso del hombre en relación con su esposa, no conviene casarse.

Jesús les contestó:

--No todos pueden comprender esto, sino únicamente aquellos a quienes Dios les ha dado que lo comprendan. Hay diferentes razones que impiden a los hombres casarse: unos ya nacen incapacitados para el matrimonio, a otros los incapacitan los hombres, y otros viven como incapacitados por causa del reino de los cielos. El que pueda entender esto, que lo entienda.




REFLEXIÓN


En el evangelio, terminado ya el "discurso eclesial" (capítulo 18) siguen unas recomendaciones de Jesús en su camino a Jerusalén: esta vez, la célebre cuestión del divorcio. La pregunta no es acerta de la licitud del divorcio, que era algo admitido, sino sobre cuál de las dos interpretaciones que se daban en aquella época era más correcta: la amplia, que multiplicaba los motivos para que el marido pudiera pedir el divorcio; o la más estricta, que sólo lo admitía en casos extremos, por ejemplo el adulterio.



Jesús deja aparte el tema legal y reafirma la indisolubilidad del matrimonio, recordando el el plan de Dios. La excepción que admite no se sabe bien a qué se puede referir. Pero lo que si queda claro es el principio de que !lo que Dios ha unido el hombre no lo separe".


Cristo toma en serio la relación sexual en el matrimonio y la dignidad de la mujer. No con los planteamientos superficiales de su tiempo y de ahora, buscando meramente una satisfacción que puede ser pasajera. La voluntad original que Dios, que comporta una unión mucho más seria y estable, no está sujeta a un sentimiento pasajero o a un capricho. El plan de Dios: él es quien ha querido que exista esa atracción y ese amor entre el hombre y la mujer, con una admirable complementariedad y además, con la apertura al milagro de la vida, en el que colaboran con el mismo Dios. Lo cual nos recuerda la necesidad de que lo tomemos en serio también nosotros, dentro de la comunidad eclesial: la preparación humana y psicológica del matrimonio, su celebración, su acompañamiento después... El amor que quiere Dios es estable, fiel, maduro.




ORACIÓN


Desde que mi voluntad esté rendida a la tuya, Señor conozco bien la medida del vivir en libertad. Conduce siempre mis pasos tomándome de tu mano y no permitas que los afanes de este mundo distraigan mi corazón y mi mirada de Tí. Permite que mi corazón ame como Tú y engrandezca, asi, todo amor humano. Amén



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