domingo, 1 de mayo de 2011

Viernes 20 de mayo de 2011

“MUERTE Y RESURRECCIÓN”



PRIMERA LECTURA
HECHOS 13,26-33



“DIOS HA CUMPLIDO LA PROMESA RESUCITANDO A JESÚS”



"Hermanos descendientes de Abraham, y ustedes, los extranjeros que tienen temor de Dios: este mensaje de salvación es para nosotros. Pues los que vivían en Jerusalén, y sus jefes, no reconocieron a Jesús ni entendieron las palabras de los profetas que se leen en la sinagoga cada sábado; así ellos mismos, cuando condenaron a Jesús, cumplieron esas profecías. Y aunque no encontraron en él ningún motivo para darle muerte, pidieron a Pilato que mandara matarlo. Luego, cuando ya habían hecho todo lo que se decía de él en las Escrituras, lo bajaron de la cruz y lo enterraron. Pero Dios lo resucitó. Y, durante muchos días, Jesús se apareció a los que lo habían acompañado en su viaje de Galilea a Jerusalén; y ahora ellos son testigos de Jesús ante el pueblo.
"Así que nosotros les estamos anunciando a ustedes esta buena noticia: La promesa que Dios hizo a nuestros antepasados, nos la ha cumplido a nosotros, que somos los descendientes. Esto lo ha hecho al resucitar a Jesús, como está escrito en el salmo segundo: 'Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy.'

REFLEXIÓN

Hoy hemos escuchado en la primera lectura la continuación del discurso de Pablo en Antioquía de Pisidia. Y lo primero que atrae nuestra atención es la luz con la que Pablo descubre la acción de Dios a través de las desobediencias humanas. En su frase: "los habitantes de Jerusalén y sus autoridades no reconocieron a Jesús, y al condenarlo cumplieron las palabras de los profetas". Aunque a veces creamos que para que Dios obre es necesario que la gente le obedezca, y eso, por sorprende que pueda parecernos, en cierto sentido no es indispensable.
Esto no significa que Dios pierda soberanía, o deje de ser Rey de la Creación y Señor de la Historia. Todo lo contrario: significa que, cuando algo o alguien pretende escapar de su gobierno en un determinado sentido, vuelve o se devuelve a él en otro sentido; por ejemplo: el que huye de su amor es alcanzado por su justicia. Esto implica que las desobediencias humanas, aunque nos parezcan "fracasos" del plan divino, no son sino entradas hacia nuevas posibilidades de la infinita sabiduría y del inagotable poder de Dios. En esta línea de pensamiento hay que afirmar que Dios no quiere nuestras desobediencias, pero a través de ellas hace que obedezcamos a un plan que no conocíamos y al que finalmente servimos. Un plan de amor que ciertamente es proporcional al tamaño de su misericordia y de su gracia.

SALMO RESPONSORIAL: 2
R: Tú eres mi Hijo: Yo te he engendrado hoy.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 14, 1-6



“YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA”




"No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy."
Tomás le dijo a Jesús:
--Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?
Jesús le contestó:
--Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre. Si ustedes me conocen a mí, también conocerán a mi Padre; y ya lo conocen desde ahora, pues lo han estado viendo.

REFLEXIÓN:
En la pregunta de Tomás condensa el evangelista las dudas e incertidumbres del que quiere seguir a Jesús, pero no ve claro el camino para seguirlo: “No sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos conocer el camino?” Y eso que Tomás ha tenido la oportunidad de convivir con Jesús, no sabemos exactamente por cuánto tiempo; pero sabemos que es uno de los Doce. La pregunta refleja, entonces, la situación de la comunidad de Juan; tienen referencias de Jesús, pero en el momento definitivo, ¿hacia dónde hay que ir? ¿Qué hay que hacer? Juan les garantiza que Jesús es el verdadero camino, él es la verdad misma, y es la vida. Jesús es el único que conduce al Padre, y por lo mismo, es fuente de Vida, y de vida en abundancia, y a través de su obra nos “revela” el verdadero sentido de la existencia (la verdad).
Seguramente es posible que nosotros alguna vez hayamos sentido desconcierto y quizás un poco de desorientación como sus discípulos, no hemos preguntado ¿Hacia dónde ir, cual es el camino?; es que hay tantos “profetas” y “mesías” en nuestro tiempo, quizás más atractivos que el mismo Jesús; pero, ¿a dónde nos conducen?
Luego para nosotros vale lo mismo la respuesta de Jesús a Tomás: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Roguemos para que siempre nos mantengamos en ese camino y que nunca nos alejemos de esa verdad.

PARA REFLEXIONAR:
¿Qué significado tiene para mí, la frase como se presenta hoy Jesús: “Yo soy el camino, la verdad y al vida”?

ORACIÓN
Señor, ¿A dónde iremos?, Señor ¿A quién iremos?. Señor te pedimos no dejes que nuestros sinsabores, nuestras decepciones, y desánimos, hagan que cambiemos de rumbo. Que siempre percibamos que solo en ti nuestra vida tiene verdadero sentido, que sólo tu nos conduces por el camino correcto, que sólo en ti hay vida y vida en abundancia. Amén

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