domingo, 1 de mayo de 2011

Domingo, 15 de mayo de 2011

"YO SOY LA PUERTA: QUIEN ENTRE POR MI, SE SALVARÁ"

En este cuarto domingo de Pascua se toman textos relacionados con el pastoreo de Jesús, por eso es llamado este día “El Domingo del Buen Pastor”, como una oportunidad para contemplar a Jesús Pastor, pero también como ocasión para orar intensamente por los pastores de nuestras comunidades, de nuestras familias, y para reflexionar nuestro papel y responsabilidad como pastores en los lugares en los cuales Dios nos ha colocado.

PRIMERA LECTURA
HECHOS 2,14.37-41


“DIOS LO HA CONSTITUÍDO SEÑOR Y MESÍAS”


Entonces Pedro se puso de pie junto con los otros once apóstoles, y con voz fuerte dijo: "Judíos y todos los que viven en Jerusalén, sepan ustedes esto y oigan bien lo que les voy a decir.
Cuando los allí reunidos oyeron esto, se afligieron profundamente, y preguntaron a Pedro y a los otros apóstoles:
--Hermanos, ¿qué debemos hacer?
Pedro les contestó:
--Vuélvanse a Dios y bautícese cada uno en el nombre de Jesucristo, para que Dios les perdone sus pecados, y así él les dará el Espíritu Santo. Porque esta promesa es para ustedes y para sus hijos, y también para todos los que están lejos; es decir, para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios quiera llamar.
Con estas y otras palabras, Pedro les habló y les aconsejó, diciéndoles:
--¡Apártense de esta gente perversa!
Así pues, los que hicieron caso de su mensaje fueron bautizados; y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil personas. Y eran fieles en conservar la enseñanza de los apóstoles, en compartir lo que tenían, en reunirse para partir el pan y en la oración.

REFLEXIÓN
La lectura, tomada del libro de los Hechos, pertenece al discurso de Pedro, ante el pueblo reunido en Jerusalén, a raíz del hecho de Pentecostés. Después de interpretarles el fenómeno de las lenguas diversas en que hablaban los discípulos invadidos por el Espíritu Divino, Pedro les evoca la vida y la obra de Jesús, les anuncia el "Kerygma", la proclamación solemne de la Buena Nueva, del Evangelio: Cristo ha muerto por nuestros pecados, ha sido sepultado y al tercer día Dios lo hizo levantarse de la muerte librándolo de la corrupción del sepulcro y sentándolo a su derecha, como habían anunciado los profetas. Se trata ya, evidentemente, de una primera elaboración teológica del llamado «kerigma», o síntesis o núcleo de la predicación.
Lógicamente, esa formulación del kerigma está condicionada por su contexto social e histórico. No es que porque aparezca en el Nuevo Testamento ya haya de ser tenida como intocable e ininterpretable. Las palabras, las fórmulas, los elementos mismos que componen ese kerigma, hoy nos pueden parecer extraños, ininteligibles para nuestra mentalidad actual. Es normal, y por eso es también normal que la comunidad cristiana tiene el deber de evolucionar, de recrear los símbolos. La fe no es un «depósito» donde es retenida y guardada, sino una fuente, un manantial, que se mantiene idéntico a sí mismo precisamente entregando siempre agua nueva.


SALMO RESPONSORIAL: 22
R: El Señor es mi pastor, nada me falta.

SEGUNDA LECTURA
1 PEDRO 2,20b-25

“HAN VUELTO USTEDES AL PASTOR DE SUS VIDAS”


Pues si a ustedes los castigan por haber hecho algo malo, ¿qué mérito tendrá que lo soporten con paciencia? Pero si sufren por haber hecho el bien, y soportan con paciencia el sufrimiento, eso es agradable a Dios. Pues para esto los llamó Dios, ya que Cristo sufrió por ustedes, dándoles un ejemplo para que sigan sus pasos. Cristo no cometió ningún pecado ni engañó jamás a nadie. Cuando lo insultaban, no contestaba con insultos; cuando lo hacían sufrir, no amenazaba, sino que se encomendaba a Dios, que juzga con rectitud. Cristo mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, para que nosotros muramos al pecado y vivamos una vida de rectitud. Cristo fue herido para que ustedes fueran sanados. Pues ustedes andaban antes como ovejas extraviadas, pero ahora han vuelto a Cristo, que los cuida como un pastor y vela por ustedes.

REFLEXIÓN
Nosotros como ovejas del Pastor estamos llamados a seguirlo a escuchar su voz, a seguirlo siempre y a salir de nuestras limitaciones, en ocasiones soportar el sufrimiento, como Jesús mismo lo hizo, para ir detrás de él como discípulos fieles que conocen perfectamente la voz del Maestro y hacen esfuerzo por vivirla.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 10,1-10


“ EL BUEN PASTOR ”



Entonces Jesús dijo: "Les aseguro que el que no entra en el redil de las ovejas por la puerta es un ladrón y un bandido. Pero el que entra por la puerta es el pastor que cuida las ovejas. El portero le abre la puerta, y el pastor llama a cada oveja por su nombre, y las ovejas reconocen su voz; las saca del redil, y cuando ya han salido todas, camina delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque reconocen su voz. En cambio, a un desconocido no lo siguen, sino que huyen de él, porque desconocen su voz."
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir.
Jesús, el buen pastor
Jesús volvió a decirles: "Esto les aseguro: Yo soy la puerta por donde pasan las ovejas. Todos los que vinieron antes de mí, fueron unos ladrones y unos bandidos; pero las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta: el que por mí entre, se salvará. Será como una oveja que entra y sale y encuentra pastos.
"El ladrón viene solamente para robar, matar y destruir; pero yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.



REFLEXIÓN:
En muchos países tropicales son casi desconocidos los rebaños de ovejas cuidadas por su pastor. Eran y son muy comunes en el mundo antiguo de toda la cuenca del Mediterráneo. Muy probablemente Jesús fue pastor de los rebaños comunales en Nazaret, o acompañó al pastoreo a los muchachos de su edad. Por eso en su predicación abundan las imágenes tomadas de esa práctica de la vida rural de Palestina. En el evangelio de Juan la sencilla parábola sinóptica de la oveja perdida (Mt 18,12-14; Lc 15,3-7) se convierte en una bella y larga alegoría en la que Jesús se presenta como el Buen Pastor, dueño del rebaño por el cual se interesa, no como los ladrones y salteadores que escalan las paredes del redil para matar y robar. Él entra por la puerta del redil, el portero le abre, El saca a las ovejas a pastar y ellas conocen su voz. La alegoría llega a un punto culminante cuando Jesús dice ser "la puerta de las ovejas", por donde ellas entran y salen del redil a los pastos y al agua abundante. Por supuesto que en la alegoría el rebaño, las ovejas, somos los discípulos, los miembros de la comunidad cristiana. La alegoría del Buen Pastor está inspirada en el largo capítulo 34 del profeta Ezequiel en el que se reprocha a las autoridades judías no haber sabido pastorear al pueblo y Dios promete asumir Él mismo este papel enviando a un descendiente de David.
Pero en cambio Jesús se presenta como el Pastor definitivo, el conoce a cada uno de los suyos, se preocupa por ellos, los llama por su nombre, los saca afuera para buscar mejores prados y los cuida con amor. Él mismo va adelante, abriendo el camino, dando testimonio con su actuar de cómo debe ser el estilo de vida de sus ovejas.
La imagen de Buen Pastor sugiere la ternura de Cristo y su amor solícito por los miembros de su comunidad, su mansedumbre y paciencia, cualidades que se asignan convencionalmente a los pastores, incluso su entrega hasta la muerte pues, como dice en el evangelio de hoy "el buen pastor da la vida por sus ovejas".
Y como ¨Puerta” que es, Jesús es el acceso preciso al Padre Dios, el que permite vivir una experiencia intensa y fuerte con Él, el que, por estar siempre abierto a todo aquel que busca amor y felicidad, es capaz de ofrecer Vida eterna en plenitud. Por eso el Evangelio de hoy termina con esta afirmación tan maravillosa y esperanzadora: “Yo he venido para que tengan Vida y la tengan en abundancia”.
Todo aquel que acepta esta realidad, se sumerge en el agua de vida y se inserta en una comunidad de salvación, donde va a encontrar el perdón de los pecados, la libertad plena y el aprendizaje del amor.


PARA REFLEXIONAR:
1. ¿ Escucho la voz del Buen Pastor, reconozco su llamado, estoy dispuesto a formar parte de su redil y entrar por su “Puerta”?
2. ¿Tengo la certeza, la seguridad y confianza de que Él cuida de mi y "pastorea mi alma"?

ORACIÓN
Señor Gracias por hacerte Pastor de nuestras vidas, por llevarnos siempre a verdes pastos, por cuidarnos, y amarnos porque Tú verdaderamente nos conoces y nos llamas por nuestro nombre, queremos escuchar siempre tu voz, no queremos perdernos ni salirnos de tu redil.

Te pedimos hoy en el día del “Buen Pastor” por todos los Pastores de nuestras comunidades, por todas las personas que de una u otra manera nos han acompañado y pastoreado, para que en medio de la persecución, la debilidad, el desánimo, la enfermedad, estés tu siempre con ellos y seas su fortaleza. Señor haznos también Buenos Pastores en el entorno que nos pongas, que muchas ovejas puedan escuchar tu voz y entren en tu redil a través nuestro. Amén.

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